Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

Después de que la pelirrosa abandonara el lugar incómoda —lo que era completamente justificable—, la charla se desarrolló normal. Kyojuro había tratado con cariño a Sofía y le había mostrado que todos esos rumores que habían sobre él era ciertos. Era un hombre apasionado, vivaz y sincero. No fue tan difícil hacerse pasar por enamorada.

Sofia debió darle el parte a su madre, informarle que todo iba de acuerdo a su diabólico plan, porque si, la cabeza lidereante de ese matrimonio era Letizia; una mujer decesperada por conseguir la riqueza de los Rengoku, una madre lo suficientemente despiadada como para vender a su hija, un ser humano despreciable. La amabilidad de la protagonista le impedía ver esto, ella no podía distinguir más allá de su mamá fingiendo preocupación por ella, su familia y su futuro; al fin y al cabo, nosotros cerramos nuestros ojos y solo los abrimos hacia lo que queremos observar, lo demás, pasa desapercibido.

—¡Bendito sea el apellido de tu padre! —exclamó la mayor con alevosía, sin ocultar su entusiasmo con aquello.

—Tal parece que fue lo único bueno que dejó, mamá —siseó Sofia, apartando su rostro de desaprobación.

Se encontraban en su camarote, uno de muy alta clase, de los más lujosos del Titanic, cortesía de Kyojuro. Estaban solas, desempacando y deshaciendo las maletas. Letizia bailaba por todo el lugar con uno de los vestidos de su hija, alegre y tarareando una canción. La menor se encogió de hombros al observar aquello.

—Venga hija, muéstrate más feliz —le dijo, deteniéndose —. ¿No ves que vas a arreglarnos la vida?

—Entregándole la mía a alguien que no amo —conestó decaída, agachando su rostro. Con el tiempo había aprendido a no llevarle la contraria ni replicarle a su progenitora, nunca funcionaba.

—Oh, no digas eso mi niña —se acercó a ella, para tomar sus manos y alzar su barbilla —. Kyojuro es un hombre auténtico, estoy segura de que te enamorarás de él con el tiempo, así como él lo hará contigo, porque tú también eres auténtica.

—Podríamos darnos un tiempo, conocernos, todo esto es tan repentino, a penas lo conozco —razonó, soltando un amplio y decesperado suspiro.

—No tenemos tiempo, tu padre nos dejó demasiadas deudas, tu compromiso es la única opción que poseemos para saldarlas y vivir cómodamente —respondió en tono comprensivo, acariciando sus cabellos.

—Trabajar también es una opción —soltó al borde de las lágrimas, sabiendo que ella jamás cedería.

—¿Quieres que tú madre pase años trabajando para pagar las deudas de tu padre? ¿Te parece justo? ¿Crees que merezco eso? —inquierió una y otra vez, sin darle tiempo a hablar.

—¿Y si es justo que yo me case con un hombre al que no amo? —cuestionó la muchacha.

—Empezaré de costurera en una tienda por mi apellido, alguien se apiadará de mí. Luego, por mi falta de experiencia terminaré en la calle, teniendo que aceptar trabajo en un bar de borrachos, otra vez siendo degradada. Volveré a acabar sin empleo cuando rompa toda la vajilla del lugar y, sin escapatoria, me veré en la necesidad de vender mi cuerpo —relató con templeza, rudeza y seriedad —. ¿Sacrifico toda una vida y la de tu hermano por tu felicidad?

—Pero madre... —Fue interrumpida por la misma.

—Nada de peros Sofia Brown, naciste mujer y es tu deber asumir, mostrarte fuerte, no puedes ser tan egoísta y desagradacida con todo lo que te he dado. No hay opciones, es mi última palabra —La soltó, para dirigirse a la maleta, de la cual sacó otro vestido —. Además, tienes toda esta semana para enamorarte de ese hombre, cuando el Titanic toque tierra firme te casarás, no es como si ya amaras a alguien y estuvieras perdiendo algo.

«¿Quién se enamora en una semana?» Ella se tragó aquellas palabras a sabiendas de que solo obtendría otra excusa como respuesta.

.
.
.

Sofia necesitó salir de esa habitación inmediatamente. Tenía el corazón oprimido y los ojos cristalizados, le ardía hasta el alma, la conversación la había dejado afectada. Sabía que de cierto modo Letizia tenía razón, era el trabajo de una mujer tragar callada todas las responsabilidades; pero, algo dentro de ella quería correr lejos de ese mundo, algo le decía que no pertenecía ahí. Aunque era la vida que muchos deseaban ella solo quería escapar, mas era una cobarde, una idiota que asintió cuando le informaron que estaba comprometida desde que nació con alguien a quien nunca había visto.

Corrió hasta llegar a la proa, dónde habían unas pocas personas. Su cuerpo chocó contra el barandal y aferró sus manos al metal.

El aire contra su piel aligeró la agonía del momento, la hermosa vista que se extendía ante Sofía deshizo el nudo en su garganta y, en su lugar solo había espacio para el asombro. Nunca había visto nada más hermoso que aquel océano que se expandía hasta encontrarse con el cielo.

Ni siquiera disimuló su fascinación. Sus ojos se abrieron como dos capullos en primavera, sus pupilas degustaron encantadas el paisaje, la sonrisa en su rostro apagó toda la tristeza que hubo antes.

—Es muy hermoso, ¿verdad? —sintió que alguien le decía.

Al girar su cara, encontró a su lado a un jóven que le sonría tiernamente. Estaba claro que era de tercera clase, pues vestía con arapos y pantalones sucios o viejos. Aguantaba con una de sus manos una libreta y, con la otra, sostenía un carbón empleado para dibujar.

Ella solo pudo hacer un movimiento con su cabeza en señal de aprobación, indagando curiosa en el boceto del chico, había plasmado la belleza del momento en una simple hoja.

—Dicen que el cielo y el mar son los mayores amantes de la historia —comentó, sin apartar esos cálidos ojos de los de ella, los mismos que le transmitían una paz interior abrumadora.

—¿Por qué? —Fue lo único que pudo articular bajo el hechizo de aquella mirada borgoña.

—No lo sé —rio, provocando un minuto de silencio —. Pero imagino que sea porque a pesar de estar tan lejos el uno del otro, ellos buscaron la forma de estar juntos —Apuntó con su carbón el punto de encuentro entre las mareas y las nubes —. Allá, en el horizonte, dónde nadie puede separarlos.

Ella caviló respecto a esas palabras y terminó sonriendo igual, embelesada con la delicadeza y fineza con que la detallaba.

—Me llamo Sofía —Se presentó, ansiosa por saber el nombre del dueño de aquella firme pero melodiosa voz y maravillosa pero intensa mirada.

—Tanjiro, soy Tanjiro Kamado.

.
.
.

Palabras del autor:

Ay, amo también a Tanjiro, puñetero Kimetsu y su lista de husbandos.

Voy a disfrutar mucho escribir este finc porque Tanjiro me trámite mucha paz y armonía

Agradecimientos especiales a: M_Paradise. Mi cómplice en todo esto de la saga Titanic.

Bueno, voy a desaparecer unos días por cuestiones de mi internet, pero cuando regrese lo haré con maratón.

Si te está gustando la historia vota y comenta para que llegue a más personas ~(˘▽˘~)(~˘▽˘)~

Lean comiendo palomitas ( ̄ω ̄)🍿

~Sora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro