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•8•

Salvando a un amigo
⏳⌛️
...

—Jungkook deja de moverte raro—le regaño Yurika por cuarta vez.

—¿Cómo quieres que haga eso? Parezco un asesino en un funeral.

—¿Qué asesino estaría en un funeral? —la mujer volteó a verlo y él solo murmuro un no sé

Caminaban por las calles con cautela como gente normal, pero la gente no los veía así. Yurika tenía su vestido verde sucio hasta los talones con sus collares raros colgando de su cuello y su cabello esponjado. Ella todavía pasaba por gente normal a comparación de Jungkook que tenía una túnica negra, luego un saco del mismo color, una bufanda alrededor del cuello más una gorra oscura con un velo negro que apenas y lo dejaba ver. Y por si fuera poco unos lentes y bloqueador solar en la cara. Era lo mejor que había encontrado en la cabaña.

—Hasta que no descubramos por qué el sol te quema, usaras eso—le recordó Yurika su terrible situación.

—Parezco vampiro—dice Jungkook avanzando entre la molesta gente.

—¿Qué? ¿No has visto el crepúsculo? Los vampiros son guapos—Yurika se río y empujó a una señora que se le había puesto en el camino—. Estúpida.

—¿Odias la ciudad?

—Odio a las personas—respondió la bruja con una mueca.

Habían salido del bosque y caminaron hasta encontrar la carretera. Una vez ahí, consiguieron que les dieran un aventón hasta la ciudad para llegar al hotel donde los seis amigos de Jungkook debían de estar. Jungkook estaba muy nervioso, quería llegar lo más pronto posible con sus amigos, pero el que le importaba más era Taehyung. Corría peligro y todo por su culpa, no permitiría que algo le pasara mientras él estuviera vivo. Apresuró el paso y comenzó a empujar a la gente, la cual le lanzaba groserías que él ignoraba.

—Tranquilo muchacho que no puedo caminar más rápido.

—Pues entonces si ya no puede, quédese—Jungkook estaba con el corazón latiendo con fuerza, tan solo faltaban unas cuadras para llegar al hotel.

—Ni de loca, cuando salgamos de esta—dijo Yurika alcanzando al chico—. Tú me pagarás con tu dinero y podré arreglar mi casa y así tal vez mi familia ya no me quiera muerta.

—¿Cual dinero?

—Eres un idol ¿No? debes ganar millones.

—Era un idol Yurika era, tiempo pasado, ahora ya nadie me recuerda—explica Jungkook con un tono de tristeza.

Ya casi ya casi repetía Jungkook en su cabeza cuanto más cerca estaba del hotel, pero de repente una duda lo atacó ¿Cómo iba a entrar? Esa pregunta rondó por su cabeza hasta llegar al hotel. Llegando, se quedó afuera del edificio mirando con mucha atención.

—¿Qué pasa?

—Que estúpido—se dijo a si mismo—. ¿Cómo se supone que vamos a entrar?

Le dieron muchas vueltas al asunto hasta llegar a la conclusión de que la única manera de entrar era hacerlo por la puerta de atrás, la de servicio. Rodearon el edificio y llegaron a un callejón donde esperaron detrás de un contenedor hasta que un empleado saliera a tirar comida al contenedor.

—Creo que nadie va salir hay que pensar en algo más—susurro Yurika con una mueca de dolor pues estaba de cuclillas y ya comenzaba a cansarse.

—En algún momento alguien saldrá—afirma Jungkook detrás del contenedor con la mirada fija en la puerta como si la puerta pudiera abrirse con solo pensarlo.

—Nadie saldrá Jung...

—Shhh—le callo Jungkook tapándole la boca a la mujer cuando la puerta de servicio se abrió y salió un cocinero con una bolsa.

Yurika enojada se quitó la mano del chico de su boca y comenzó a escupir.

—No me vuelvas a poner tus manos encima...

—Yurika, cállate—le dijo Jungkook al ver que el cocinero se acercaba a ellos.

—No sé dónde te hayas metido esas manos, que tal te agarraste el pe...

—Yurika—le reprendió entre dientes y la mujer se quedó callada al ver al cocinero, por suerte el hombre no se dio cuenta de la presencia de ellos, tan solo abrió el contenedor y echó una bolsa de basura dentro. Después el cocinero se dio la vuelta y entró de nuevo al hotel.

—Jungkook vamos, vamos—espeta Yurika saliendo del escondite y corriendo hacia la puerta antes de que se cerrara y Jungkook la sigue.

Entraron al hotel y corrieron por un pasillo hasta llegar a la cocina donde todos se sorprendieron por su presencia, pero como todo fue tan rápido, no tuvieron tiempo de reaccionar y detenerlos.

—Quiero cambiarme—declara Jungkook cuando entraron al elevador.

—Está bien, pero asegúrate de que la ropa te cubra todo.

Él asintió y se desvistió en el elevador dejando solo su ropa negra, luego ambos salieron del elevador al piso 8 donde se supone se hospedaban los chicos. Jungkook corrió por el pasillo y después se paró en frente de una puerta. Tocó con ansiedad y desesperación, nadie abrió y eso hizo que se pusiera más nervioso de lo que ya estaba.

—Yurika llegamos tarde—formula el pequeño Jungkook al borde del llanto.

—No digas eso, tonto—Yurika volteo hacia la puerta y comenzó a patearla como loca.

—¡Ya voy!

La voz de Taehyung hace callar los malos pensamientos de Jungkook y su corazón comienza a saltar de felicidad.

—¡Taehyung!

Jungkook se lanza a los brazos del chico en cuento Taehyung abrió la puerta y este se quedó sorprendido y muy quieto. Cuando Jungkook se separó lo tomó de la cara para revisar y asegurarse de que estaba bien, pero Taehyung lo apartó con brusquedad y retrocediendo.

—¡¿Otra vez tú?! Creí que los de seguridad te habían echado—exclamó él recordando la última vez que vio a aquel chico al cual habían sacado del hotel por armar un escándalo en el restaurante.

—Taehyung, necesito hablar contigo—recita Jungkook con desesperación entrando a la habitación sin ningún tipo de invitación y Yurika igual.

—Salgan los dos de mi habitación o llamaré a los de seguridad.

—Cálmate emperador—dijo Yurika que aun en la peor situación no perdía el sentido del humor.

—Escucha Taehyung estás en peligro—habla Jungkook bastante nervioso, asustando al mayor —. Mira sé que no me recuerdas, pero te estoy diciendo la verdad.

—¿En peligro? —pregunta el chico sentándose en la orilla de la cama.

—Alguien o algo les borró la memoria a ustedes—cuenta el menor hablando más rápido—. A todos en realidad, y ahora quiere matarlos.

—¿Qué? No entiendo, creo que será mejor que te vayas antes de que...

—Hyung, por favor confía en mí—le suplico Jungkook arrodillándose junto a Taehyung.

Taehyung cerró la boca viendo con cautela a Jungkook, desde aquel día en el restaurante había sentido algo raro a aquel chico que insistió en conocerlo. Sentía que lo conocía de algún lado y lo curioso es que él jamás lo había visto además de aquella vez en el restaurante.

—Hyung, recuerda nuestra promesa—Jungkook lo tomó de las manos.

—Siempre...

—Seremos amigos—termino el más pequeño con los ojos cristalizados.

—Jungkook...

Susurro Taehyung quedándose como piedra, los recuerdos fueron regresando rápido a su memoria y había algo que quería impedirlo. Pero la fuerza de voluntad de Taehyung y el amor hacia su amistad con Jungkook era más grande que cualquier otra fuerza.

—¿Taehyung?

—Jungkook no me pedirás matrimonio ¿Verdad? —dijo el rubio al ver a su amigo arrodillado y tomándolo de las manos—. Porque entonces Army se volverá loca.

—¡Taehyung!

Jungkook lo abrazo y esta vez el mayor le devolvió el abrazo.

—Fue tan raro, no sé cómo no te pude reconocer aquel día en el restaurante.

—Es una larga historia hyung, pero no sabes cómo me asuste...

—Vale par de chiquillos—mencionó Yurika cerrando las ventanas para que no entrara el sol y quemara a Jungkook —. No hay tiempo para tonterías. Vámonos.

—¿A dónde? Jungkook ¿Quién es ella?

—Ya te dije alguien me quiere hacer daño y a ti también.

—Yo soy Yurika—dijo la mujer haciendo un movimiento extraño con la mano y mirando hacia arriba con superioridad.

Jungkook no le hizo caso a la mujer y Taehyung se le quedó mirando raro. Después el menor busco entre la ropa de su hyung, se quitó la playera para ponerse una de manga larga de color negro y encima de esta un suéter del mismo color con un gorro.

—¿Y a mí por qué me quieren hacer daño? —preguntó el rubio alterado—. A mí no me embarres en tu pastel, son tus problemas.

—Porque eres muy importante para Jungkook, por eso te quieren hacer daño—verbalizó Yurika dándole un golpe en la cabeza a Taehyung.

El chico murmuró un "ay" y luego se puso de pie para ir hacia la puerta. La abrió y se asomó a ambos lados del pasillo pues querían asegurarse de que nadie estaba ahí para hacerles daño, pero lo que encontró fue a una niña llorando de espaldas.

—¿Hola? ¿Estás bien? —pregunto Taehyung conmovido por el llanto de la pequeña.

La niña se volteo, pero ahora ya no era más una niña, sino que ahora era solo una sombra muy oscura, Taehyung tragó saliva y dio unos pasos hacia adelante sin ser consciente de ello hasta quedar fuera de la habitación.

—Taehyung... Taehyung—susurró la sombra.

—¡Taehyung! ¡No! —gritó Jungkook desde dentro de la habitación al ver a su amigo fuera del pasillo.

La puerta de la habitación se cerró dejando al chico afuera. Taehyung reaccionó con el golpe de la puerta y comenzó a entrar en pánico al ver a la sombra a unos metros de él. Fue hacia la puerta y trató de abrirla, pero no podía. La sombra se fue acercando con cautela como si disfrutara del momento.

—¡Jungkook abre! ¡Por favor abre! —gritó el chico muy asustado.

—¡Taehyung!

Jungkook está del otro lado, desesperado tratando de abrir la puerta, tan solo se había descuidado un momento, solo unos segundos.

—¡Yurika, abre la puerta! —le gritó Jungkook cansado de no obtener resultados.

—¡¿Y qué quieres que haga?!

—¡No lo sé, utiliza tus poderes! ¡Abracadabra o no sé qué chingados!

Jungkook volvió a golpear la puerta con fuerza desesperado por salvar a su amigo, pero era inútil, la puerta no se abría.

—Taehyung...—susurra el pequeño con lágrimas en sus mejillas.

La sombra estaba a unos metros de Taehyung y este siguió golpeando la puerta hasta dejar rasgaduras y demás. pero no se abría.

—¡Jungkook! —gritó Taehyung con mucho miedo.

El demonio oscureció todo el pasillo y corrió hasta el rubio con malas intenciones, con la intención de matarlo, robarle el alma y dejar su cuerpo vacío, así como lo hizo con la anciana que ayudó a Jungkook.

—Taehyung...

—¡JUNGKOOK, AYUDAME!

La puerta se abrió de golpe y Jungkook tomó de los hombros a su amigo, jalándolo dentro de la habitación justo cuando la sombra estaba a punto de tocarlo.

Ambos cayeron al piso y en el pasillo se escuchó un grito desgarrador. Yurika cerró la puerta y se quedó ahí parada temblando pues había sentido la mala energía de ese demonio.

Las respiraciones de los chicos eran muy agitadas, sus corazones palpitaban con fuerza y el miedo recorría cada centímetro de sus cuerpos.

—Jungkook—susurro Taehyung con los ojos puestos en la puerta donde seguía Yurika—. Ahora si vas a contarme todo y con detalle.

—Dalo por hecho.

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