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Sólo como al principio
⏳⌛️
...

Azami ya no estaba en el piso y para su sorpresa el aeropuerto estaba vacío. Ni un alma en pena se atrevía a pasar por ahí, no cuando una fan encaprichada y loca estaba suelta secuestrando gente y asesinandola. El mundo parecía haberse detenido de un segundo a otro, no había ningún movimiento dentro fuera del lugar que ahora se había vuelto mucho más escalofriante de lo que ya era con esa gente que antes de desaparecer parecían zombis.

Todo parecía de locos, pero, ¿Quién estaba más loco? ¿Quién estaba más cuerdo?

—Piensa Jungkook, piensa —se dijo a sí mismo dándose ánimos para no perder la poca cordura que le quedaba. Sus amigos lo eran todo para él y más Taehyung, él era su mejor amigo y perderlo sería como perder una gran parte de su corazón, de su vida. A Yurika también la apreciaba mucho pues lo había ayudado cuando nadie más le tendió una mano y se sentía mal porque por su culpa había perdido a su mejor amiga Yong, su casa y el apoyo de sus ancestros. Y a Azami, pues apenas y la conocía, pero se sentía responsable de alguna manera por haberla metido en todo eso cuando ella solo quiso ser amable con él, pero estaba seguro de que ella tenía algo que ver en todo esto de alguna manera si no ¿Por qué la querrían asesinar?

Debía ser más listo que esa chica loca, pensar nunca había sido uno de sus más grandes fuertes pues naturalmente siempre las cosas le salían bien, pero ahora tenía que hacer el intento para poder rescatar a sus amigos que debían estar muertos de miedo ahora mismo al igual o más que él. Ahora se arrepentía de haberse negado a ver esas películas de detectives cuando Taehyung y los demás las veían, le habrían ayudado de algo en este momento y la única que recordaba era la de Mall hero, así que enfocándose en esa película comenzó a recordar todo.

—¿Qué hacía el gordito primero?

Se preguntó Jungkook caminando por el lugar vacío. Miro a todos lados buscando alguna pista que lo llevase a otra y otra, cualquier cosa sería útil, pero estaba solo en esto y nadie podía ayudarlo. Ahora que él estaba completamente solitario se dio cuenta de todo lo que tenía antes de la maldición y como lo fue perdiendo rápidamente. Bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Esa era su dura y cruel realidad.

Tic tac...

—¡Carajo, ya lo sé! Tic tac, ¡TIC TAC! —grito mirando a su alrededor.

Jungkook cerró los puños muy enojado, esa ladilla estaba dentro de su mente confundiéndolo, haciéndole ver cosas que no. Por ejemplo, Azami, cuando estaba su cuerpo tirado no se veía como si realmente fuera ella. Estaba pálida y su piel era distinta. Debió de haber sido una ilusión, seguro que lo fue.

Se tiró al suelo en un golpe seco, sintiéndose débil mientras cientos de gritos comenzaron a escucharse por todo el lugar.

—¡Basta! ¡Basta por favor!

Comenzó a salirle sangre de los oídos y con mucho esfuerzo ignorando el dolor se levantó avanzando con mucha determinación. Si moría hoy y ahora por esa loca, no se la dejaría fácil, no se rendiría a la primera, pelearía hasta el último latido de su corazón.

Él era Jeon Jungkook, Golden maknae.

Claro que se sentía mal por haber rechazado a aquella chica, pero lastimar a muchas personas por eso, era una completa y tonta locura. No tenía el derecho de hacerlo, no lo tenía.

Jungkook, no puedes saber que pasa en todo el mundo.

Le había dicho una vez su abuelo cuando era un niño y justo ahora se le venían en mente sus sabias palabras.

Para eso deberías tener ojos en todas partes.

¿Como cámaras abuelito?

Como cámaras de todo el mundo, pequeño.

—Gracias abuelo —susurro Jungkook corriendo por el aeropuerto.

Se adentró en uno de los pasillos ingresando a una sala donde había muchos más pasillos que llevaban a una parte diferente del aeropuerto.

¿Qué estás tratando de hacer?

¡No te importa!

Grito Jungkook a la nada mirando a todos lados, esa voz se volvía cada vez más gruesa, molesta y le causaba cierto miedo cada vez que la escuchaba en su cabeza.

Corrió decidiendo ir detrás de un gran mostrador y entró a una puerta cerrándola tras él, le puso seguro y los gritos fueron apagados. Había muchos papeles en esa oficina y una sola computadora. La encendió como pudo y buscó con desesperación su objetivo. La oficina era del director general y encargado del control dentro del aeropuerto, así que la información que buscaba debía encontrarse ahí.

—Bingo —susurró Jungkook alegremente, pensando que su suerte estaba mejorando.

Imprimió el papel y salió de la oficina, los gritos ya no se escuchaban, pero eso no le quitaba el dolor en sus oídos ensangrentados. Miro el mapa que había imprimido y comenzó su camino con determinación. El cuarto de seguridad del lugar estaba en una parte alejada donde se tenía acceso a todas las cámaras de cada rincón de la propiedad y lo mejor de todo era que tenía en sus manos el mapa que lo llevaría a dicho cuarto. Fue fácil ingresar al computador y conseguir los planos de todo el aeropuerto. Eso le serviría de mucho, ya que si se perdía podría contar con ese papel.

—Los encontraré, lo juro...

Sonrió para sí mismo orgulloso de su gran inteligencia por pensar rápido en un plan. Pero su suerte puede que no estuviera mejorando del todo. De un momento a otro todos los focos explotaron en miles de pedazos junto a los ventanales más cercanos, Jungkook se tuvo que agachar y cubrir para no llegar a lastimarse. Algunos pedazos cayeron en su cabeza, pero enseguida se los quitó. Se levantó y miró hacia el ventanal más cercano donde se sorprendió.

El día es reemplazado por la noche y la luz por la oscuridad.

Regreso corriendo entre tropezones a la oficina justo cuando ya no había ni un solo rastro de luz. Busco a ciegas en los cajones hasta encontrar una linterna y salió con mucho miedo. La oscuridad nunca había sido de su agrado. Cuando era pequeño solía dormir junto a su hermano mayor, pero eso no lo consolaba por las noches así que tomaba sus mantas y corría al baño encerrándose con la luz encendida, se tenía que dormir en el piso, pero estaba seguro de que mientras hubiera solo un poco de luz, la oscuridad nunca lo alcanzaría. Aunque, en esos momentos era todo diferente porque no podía ir a esconderse a un baño solo porque no había luz.

Tenía que ser valiente.

El miedo es opcional Jungkook... No me malinterpretes, el peligro es real y puedes morir, pero el miedo siempre será opcional. Tú decides...

—Mi vida por la de ellos —sostuvo con firmeza el chico, respondiendo a aquella voz en su cabeza. Lo raro era que esta vez sonaba diferente, la voz parecía pertenecer a alguien más.

...

—¡Todo está saliendo muy mal!

Grito la chica jalándose sus cabellos rubios y algunos en rastas. Había hecho todo al pie de la letra como lo había estado planeado desde hace días, pero la suerte le había estado jugando mucho. Ella no solía fallar ni una sola vez, él era el primero.

—Jungkook salió diferente a todos los demás. Ese chico me cambió los planes metiendo a esa bruja. Logrando recuperar a su mejor amigo.

Estaba enfurecida con Jungkook y con ella misma. No era posible que él hubiera podido ser más listo, traerlo ahí al aeropuerto no era el plan, pero era uno de sus últimos recursos. Quería que él se la pasara buscando a la chica indicada para perder su virginidad y romper la maldición, pero el punto no era si la perdía o no, el plan era que ninguna persona quisiera estar cerca de él, que ninguna chica lo quisiera y lo ignoraran para que sintiera lo mismo que ella sintió cuando la rechazó. Por eso mandó a todas esas chicas locas, para que él se diera cuenta de que debía perder su virginidad y para cuando fuera consciente de eso, ella haría que nadie quisiera acercarse a él.

—¿Qué hacemos ahora?

—Cambiar su destino, ahora ve y no dejes que consiga encontrarlos.

Se dio la vuelta lista para salir y cumplir con la orden.

—Y Azami, no me falles de nuevo.

—No lo haré, mi señora —respondió con una gran sonrisa saliendo del cuarto.


Mini maratón 2/3

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