•11•
Una nueva pieza
⏳⌛️
...
Corrían y corrían por sus miserables vidas que poco a poco iban valorando más. Llevaban casi una media hora corriendo por las calles escapando de la masiva ola de chicas quienes parecían tener pilas de Duracell.
—¿Qué no se cansan las hijas del mal?
Había dicho Yurika sin aliento cuando cruzaron una avenida donde lo carros pasaban a toda velocidad y para su suerte a ninguno de los tres le había pasado nada. A las chicas no les importo un poco la probabilidad de ser arrolladas, ellas siguieron corriendo y los carros tuvieron que frenar de golpe para no matar a ninguna a lo que Yurika lanzo unas cuantas groserías pues si algunas chicas hubieras sido arrolladas ya seria menos.
Después de un rato de persecución, la bruja, el amigo y el maldecido lograron perder de vista a las chicas por unos segundos y aprovecharon para ocultarse y ahora parecían ratas, literalmente pues se encontraban escondidos dentro de una alcantarilla. Apestaba horrible ahí abajo, pero no tenían de otra que esperar a que las chicas se dieran por vencidas y se fueran de donde sea que habían salido.
—Apesta a mierda —dijo Yurika a quien ya no le importaba ser vulgar.
—Jungkook te hablan—comento Taehyung mientras disimulaba voltear a otro lado.
—¿A mí? Mas bien a ti que metiste el pie en las asquerosas aguas —respondió a la defensiva el castaño, pero a la misma vez lo dice en tono divertido.
—Ah, pero acuérdate que tú te recargaste en la pared que tenía esa cosa verde y viscosa.
—¡Los dos apestan! Así que ya cállense y piensen mejor en una manera para salir de este asqueroso lugar.
Los dos chicos se quedaron callados y se miraron con una sonrisa en sus bocas, Yurika ya estaba cansada de la situación, los otros dos también, sin embargo, la bruja lo estaba más pues la edad ya no le daba para tanto.
Pasaron alrededor de dos horas cuando por fin decidieron salir de su guarida. Subieron las escaleras y salieron a un callejón donde el aire fresco los recibió, respiraron como nunca lo habían hecho y disfrutaron del oxígeno limpio que no habían tenido ahí abajo.
—¡Esto es gloria! —exclamo Yurika estirándose.
—Jungkook ¿A dónde iremos ahora?
Taehyung estaba de rodillas, cansado de estar tanto tiempo de pie y es que allá abajo el piso era asqueroso. Todo el lugar lo era, sus piernas y espalda no podían más, necesitaba un baño y un descanso, así como los otros dos presentes.
—Podemos ir a un lugar alejado de la ciudad —propuso Jungkook mirando las paredes altas del callejón.
—¿Estás loco? —vociferó Yurika colocándose frente al castaño —. Si vamos a las afueras de Osaka seria como esconderse.
—¿Y no es lo que hemos estado haciendo las últimas horas? —dijo Taehyung quien enseguida se ganó una mirada fría de aquella bruja.
—No es lo mismo —respondió Yurika unos segundos después y devolviéndole la atención al más pequeño—. Debemos averiguar qué pasa.
—¿Averiguar qué pasa? ¡Pues pasa que una persona loca me ha maldecido y ha hecho que todos olviden quien soy y que miles de fans quieran violarme! ¡Eso pasa!
—¡Eso es! —berreo el rubio poniéndose de pie, los otros dos lo miraron raro y Taehyung les sonríe en señal de que ha descubierto algo que Yurika y Jungkook no—. Tienes que acostarte con una fan y puedes usar condón si quieres. Una vez que pierdas la virginidad todo volverá a la normalidad.
—¿Y crees que no he pensado en eso? —expuso Jungkook quién aún seguía con una vestimenta negra, pues la noche aun no llegaba y el sol estaba en su punto más alto—. Pero la carta decía o daba a entender que no cualquier fan, más bien se refería a una en específico.
—Entonces déjame ver si entendí —declaro Yurika recogiendo todo su cabello en una coleta—. ¿Tú quieres que arriesguemos nuestras vidas buscando a una chica en todo el maldito país para que te la folles?
—Bueno, cuando lo dices así suena mal —confeso Jungkook algo sonrojado—. Pero no tengo de otra —bajo la mirada y se dio cuenta de que todo había comenzado tan rápido, pero que estaba durando mucho en acabar.
...
El atardecer era hermoso cuando el sol se ocultó detrás de las grandes montañas, se podía apreciar sus lindos colores en tonos anaranjados, muestra de lo último que entregaría el sol hasta el siguiente día al amanecer.
Jungkook descansaba limpio sobre una cama cómoda en una vecindad que él y los otros dos habían encontrado a unos dos kilómetros de donde habían salido de la alcantarilla, Taehyung quien había metido dinero en su mochila pago el hospedaje más una propina para que la dueña no dijera nada sobre ellos y que se hospedaban ahí.
La noche había caído y junto con ella las estrellas y un silencio en las calles bajas de la ciudad donde se ubicaban. Jungkook estaba acostado en la cama mientras miraba el techo pensando en todo. No tenía tiempo que perder, tenía que buscar al culpable de todo lo que estaba pasando lo más pronto posible antes de que hubiera más personas afectadas, aunque la otra opción era perder su virginidad, tampoco tenía mucho sentido ¿Por qué su virginidad y no otra cosa?
La vida de su mejor amigo corría peligro junto con la de la mujer que se había vuelto también una gran amiga. Por culpa de él, ella había perdido su casa, lo único que tenía y a cambio se había ganado el odio de sus ancestros. Taehyung casi moría en un descuido suyo y ahora todos lo buscaban mientras que él tenis que esconderse para que no lo atraparan, se sentía como un criminal fugitivo.
—Sera mejor que me vaya —murmuro el chico con un gran nudo en la garganta que se había formado mientras le daba vueltas al asunto.
Se levanto sin hacer ruido y tomo una mochila donde metió poca ropa, pan y un poco de dinero de su hyung quien se quedó dormido después de bañarse y haber comido, al igual que Yurika. Vio las camas donde descansaban sus amigos y cerró los ojos tragando con dificultad, a nadie le gustan las despedidas y Jungkook no era la excepción. Sin hacer ruido abrió la puerta de la habitación y salió, se dio la vuelta para ver a sus amigos una vez más y después cerró la puerta con mucho cuidado.
El pequeño maknae recorría las frías y oscuras calles de Osaka sin miedo a cubrirse por completo pues no había sol por lo tanto no podía quemarlo. Camino distraído sin saber por dónde comenzar a buscar. Si tenía que perder la virginidad para salvarse lo haría con mucho gusto y no le importaba que fuera con una fan, al fin que para él todas eran muy hermosas.
—Lo siento —una chica tropezó con él, era una joven de al menos unos dieciséis años, con una ropa bastante casual y una gran cabellera negra ondulada.
—No te preocupes —respondió Jungkook atareado, luego se dio cuenta de un detalle—. ¿Tú? ¿No me conoces?
—¿Conocerte? Claro que no —dijo ella como si fuera obvio—. Jamás olvidaría un rostro tan hermoso.
Eso sí que era raro, todas las chicas lo recordaban ahora, por alguna razón hace unas horas todas lo estaban persiguiendo, pero ella no. Esa chica no estaba gritando ni nada como las anteriores.
—¿No conoces a BTS? —cuestiono Jungkook curioso, ella levanto una ceja en respuesta y se rio
—No, yo no estoy muy metida en el mundo de la música ni a la moda o esas cosas —bajo la mirada avergonzada y el castaño soltó un Oh
—¿A dónde vas?
—A mi casa ¿y tú? Tienes cara de que te escapaste de tu casa.
—Algo así —respondió él, sintiéndose mal por abandonar a sus amigos, pero lo hacía por ellos. Por su seguridad pues si estaban cerca de él iban a correr más peligro.
—¿Quieres venir? Mi casa está sola, pero no te preocupes solo platicaremos.
No sabía si aceptar o no, pero termino accediendo ya que no tenía un lugar mejor a donde ir o algo mejor que hacer en ese instante ya que no tenía pistas para encontrar al culpable o encontrar a la chica con la que se tenía que acostar.
...
—¿De dónde eres Jungkook?
—De corea, corea del sur para ser exactos —contesta él mirando a todos lados con nerviosismo.
—¿Estas bien?
Azami, como así se llamaba la chica, preparaba un poco de café, eran las once de la noche y las calles estaban tranquilas.
—Si, estoy bien...—replico el chico no muy convencido de sus propias palabras.
—Bien, iré a cambiarme ahora vuelvo.
Jungkook no se molestó en contestar, su mirada estaba en su taza vacía, sumido en sus propios pensamientos. Azami paso a su habitación y se cambió por unos pantalones azules holgados y una camiseta del mismo color, se puso sus pantuflas y salió al pasillo donde pego un grito.
Ahí en una de las habitaciones donde la puerta estaba abierta había una chica cantando una canción algo rara mientras sonreía con malicia, pero lo peor era que sostenía un cuchillo en la mano.
—¡No interfieras! —grito la chica que estaba sentada en la cama, luego se levanto con el cuchillo en alto.
—¡Jungkook!
La chica de negro derriba a Azami antes de que pueda escapar y las dos cayeron al piso del pasillo oscuro. Azami trato de alejarse, pero la desconocida la tomo del cabello y la volvió a tirar golpeándola en el rostro con una piedra que había sacado de su saco.
—¡Azami! —se escucho la voz de Jungkook quien ya iba al rescate.
—¡No lo ayudaras!
Alzo el cuchillo en alto y lo dejo caer con fuerza sobre el pecho de Azami, pero justo en eso llegó Jungkook y le tiro una fuerte patada en el rostro a la desconocida, provocando que el cuchillo cayera y la chica quedara dentro de la habitación por donde había salido.
—¡Azami!
—¡Jungkook, la chica!
Los dos voltearon por instinto a donde había caído la chica, pero esta ya no se encontraba y la ventana de la habitación estaba abierta con el viento de la fresca noche moviendo las cortinas.
Todo era confuso y sin sentido, la chica dijo que no lo ayudara, pero, ¿Ayudar a qué? Ella no era una fan como para ayudarlo a romper la maldición y esa chica loca la quería matar sin razón.
O era que Azami era una pieza importante en el rompecabezas
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro