•10•
Nueva carta
⏳⌛️
...
—¿Cómo pueden alterar las imágenes?
—Son fuerzas poderosas—le contestó Yurika al rubio.
El joven ya no decidió preguntar más porque sabía que, aun que Yurika le explicara con manzanas él no podría entenderle ni una palabra de lo que saliera de su boca por lo que se quedó satisfecho con un Son fuerzas poderosas.
Jungkook sentía escalofríos en su cuerpo cada cuanto entre más se acercaban a la casa de la amiga muerta de Yurika. Su corazón latía más rápido y estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que ya estaban frente al lugar al que prometió no volver.
—Jungkook tu primero—dijo Yurika nerviosa y dando un paso hacia atrás.
—¿Que? ¿Por qué yo? —exclamó Jungkook y luego miró a su amigo—. Hyung...
El rubio da un paso atrás junto con Yurika y levanta las manos con inocencia tratando de decir que él no iría primero.
—Cobardes.
Murmuró Jungkook y dio unos cuantos pasos adelante antes de detenerse. Su valentía flaqueo y ahora él era el cobarde. Las imágenes de aquel día aún seguían atormentándolo y cada que parpadeaba, la señora, la sombra y el ambiente. Todas aquellas imágenes y recuerdos eran revividos con tanta fuerza como si lo estuviera viviendo una y otra vez.
—Anda chico, te esperamos aquí afuerita.
—En la luz del día—le siguió Taehyung con una sonrisa.
—¡Oh, vamos! Todos estamos metidos en esto—se queja Jungkook molesto, pero en realidad tenía miedo de entrar él solo a la casa.
La mujer y el chico lanzaron un suspiro y con cara de pocos amigos lo acompañaron.
Jungkook sonrió sintiéndose mejor pues no estaría solo. Empujo la puerta de la casa y un chirrido hizo que la piel de los tres se les pusiera chinita, pero lo que más causó miedo fue aquel penetrante olor que invadió sus fosas nasales.
—¿Qué es ese olor?
Taehyung fue el primero que entró y encendió la linterna de su celular iluminando toda la habitación junto con la bruja y su amigo detrás de él siguiéndole el paso.
—¡Carajo!
Jungkook salió tosiendo y vomitando lo poco que tenía en el estómago. Yurika se tapó la boca y Taehyung solo cerró los ojos. En el piso yacía el cuerpo de Yong, la pobre anciana que había muerto a manos de aquella cosa, su único error había sido ayudar a aquel chico maldecido. El olor de la carne podrida, el cuerpo descompuesto, junto con el montón de moscas y los gusanos esparcidos por todo el lugar, hacían de aquella imagen aún más aterradora de lo que ya era. Esa sombra, demonio o lo que fuera le había hecho algo más pues parecía que el cuerpo llevaba incluso semanas ahí cuando en realidad solo habían pasado un día y medio.
—Hay que buscar bien, ha de haber algo que pueda sernos de ayuda.
—¿Esto puede servir?
Taehyung tomó una carta llena de tierra del piso y se la entregó a Yurika quien enseguida la tomó y salió de la casa junto con el chico.
—Jungkook, debes leer esto...
Le entregó el sobre y Jungkook lo tomó entre sus manos y lo observó con delicadeza como si fuera un arma y en cualquier momento fuera a explotar o algo por el estilo. Dio un suspiro y rompió el sobre, dentro sacó una hoja con un escrito y algo más.
—¿Qué?
Era un condón, nada más y nada menos que un maldito condón y de los buenos.
—Lee la carta anda muchacho—le ordenó Yurika muriéndose de la curiosidad y también porque era muy chismosa.
El chico obedeció enseguida y comenzó a leer la carta en voz alta para que sus amigos pudieran saber de su contenido.
Bien hecho muchacho cabron.
Todas las perras te comerán, utiliza el regalito de condón.
Todas tus fans te perseguirán, sólo una de ellas podrá romper aquello con lo que fuiste maldecido, cuidado con ellas, pueden morder.
Al final tendrás un deseo concedido.
Jungkook arrugó la cara e hizo bolita la hoja de papel lanzándola lejos y tirándose al piso de rodillas, gritando de frustración.
—¡No entiendo! ¿Qué quieres de mí?
Bramo a la nada esperando que su pregunta fuera respondida. Solo era otro acertijo que tenía que resolver. La carta anterior sólo habían sido sucesos que iban a pasar.
Todos se olvidaron de él, cayó en la oscuridad y muchas otras cosas le pasaron. Ahora tenía que lidiar con otra carta.
—Algo va pasar Jungkook—le dijo Yurika, cosa que él claramente ya sabía—. La carta anterior fue cobrando sentido cuando las cosas fueron pasando y nos agarró desprevenidos a todos
—Esta vez hay que descifrarla—indicó Taehyung levantando del piso a su querido amigo—. Juntos hay que hacerlo, para saber a qué nos vamos a enfrentar.
Jungkook asintió y tomó una gran bocanada de aire tratando de llevar todo con calma, pero al carajo porque nadie en su sano juicio actuaría normal y con calma con asesino sombra del demonio quería matarlos a él y a sus amigos.
Entro a casa esta vez conteniendo la respiración y tomo sus cosas, su maleta y todo aquello que había dejado tirado cuando salió corriendo hace un día y medio.
—Vamos a buscar un lugar seguro.
—Jungkook, ningún lugar lo es—le confesó Yurika.
La triste realidad lo golpeó con fuerza y terminó por destruir la poca esperanza que le quedaba si es que aún había dentro de su ser.
...
—No es lo que esperaba...
Habían llegado a un barrio humilde donde no tenían televisión ya que de verdad era muy pobre. Jungkook se preguntaba de qué manera sobrevivió la gente sin televisión ni internet.
—Es cómodo, Taehyung solo cierra los ojos e imagina que... A la mierda es un asco. Jungkook vámonos—se quejó Yurika cruzándose de brazos y dando la vuelta.
Jungkook la detuvo justo cuando ella estaba por salir del pequeño cuarto donde solo había una sola cama y un baño.
—Nos quedamos—aseveró Jungkook—. La única ventaja de este lugar es que la gente no sabe del supuesto secuestro de Tae.
—Bueno ya que, pero yo en la cama—se arrojó al colchón, pero enseguida se levantó como si tuviera un resorte en el trasero—. Apesta a orines.
Taehyung se río y murmuró un adelante quédate con la cama y se dejó caer en una esquina donde solo había un poco de polvo y no olía mal.
—Quita las sábanas tal vez sea eso.
Yurika quitó las sábanas siguiendo el consejo del castaño, pero la cosa había salido peor.
—Genial—exclamó Yurika volteando a todos lados—. Hay una gran mancha amarilla en el colchón.
Taehyung y Jungkook no aguantaron la risa y soltaron la carcajada mientras la pobre mujer echaba fuego por los ojos.
Jungkook dejó de reír y su semblante se volvió serio, reflexionando sobre todo. Esa era la primera vez que se reía con sentimiento, como si nada estuviera pasando. Ese momento era especial pero la realidad lo trajo de vuelta al infierno.
—Hay que descansar—indicó el castaño con ojos tristes.
...
—¡Jungkook despierta!
Salto del piso mirando a todos lados y Yurika lo abofeteó con fuerza pensando que aún estaba dormido.
—Ya estoy despierto—farfulló el chico notablemente molesto y sobándose la mejilla colorada—. ¿Qué pasa?
—¿Qué pasa? ¿Qué, que pasa? ¡Pasa que hay un montón de chicas locas a las que les falta un tornillo! Malditas mocosas, dan miedo.
—¡Ey más respeto! son nuestro Army y son solo... Muy cariñosas—dijo Taehyung mientras metía lo más necesario dentro de su mochila.
—¿Army? ¿Así se llaman las hijas de la locura? Pues vaya que son unos demonios.
Yurika comenzó a ayudar a Taehyung a guardar las cosas más necesarias en su mochila ya que tenían que irse lo más pronto posible pues resultaba que en plena madrugada, una marcha de locas fans habían llegado al pueblo. La ventaja que tenían era que el cuarto rentado estaba en una azotea y para subir se necesitaba una escalera portátil de esas individuales que Yurika quiso para que ellas no pudieran subir.
—¿Cómo llegaron tantas chicas?
—¡Eso no importa Jungkook! toma tu mochila y saca lo necesario de tu maleta.
Después de unos minutos salieron de la habitación y se asomaron a la orilla donde abajo las fans gritaban de emoción al ver al maknae que vestía su cuerpo completamente de negro como los últimos dos días. Era irreconocible ya que las prendas lo cubrían todo y solo podían apreciarse sus ojos. Aun así, las Armys sabían que era él.
—Chicos por acá.
Yurika tomó las escaleras y las recargo en la pared para subir al techo del cuarto. Eran de esas casas pegadas y viejas donde se podían pasar de una casa a otra por el techo.
—¡Corran, ya subieron las locas! —grito Yurika y corrió hasta adelante pasando de techo en techo.
—¿Cómo subieron?
Taehyung estaba que se moría de cansancio, eso de correr con una gran mochila en sus hombros era todo un reto.
—¡Cuando uno está loco hace hasta lo imposible!
Grito Jungkook quien iba hasta atrás porque se le dificultaba correr ya que la bufanda le molestaba y la vista la tenía borrosa. El castaño tenía los pensamientos hechos un caos en su cabeza ¿Que les pasaba a esas chicas? Era la pregunta que destacaba entre todas.
"Todas tus fans te perseguirán..."
Murmuró una voz chillona en su mente aplacando todos sus pensamientos y dándole sentido a todo.
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