
Capítulo único.
ʟᴀ ғʟᴏʀ ᴅᴇʟ ᴅᴇsᴛɪɴᴏ
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Estaba todo oscuro, no sé donde me encuentro, la humedad y el frío también están presentes. Distingo una luz diminuta justo arriba de mi, tal vez deba alcanzarla. Me estiro un poco y noto que cada vez esa lucecita está mas cerca.
Un último intento y logro traspasar a través de ella.
—¡Jimin, ven a ver!, ya nació el retoño.— una voz gruesa me hace reparar la habitación en donde me encuentro
Hay un extraño ser justo adelante de mi.
— Tienes razón, Kook, va a crecer muy bien.— dice ahora otro ser igual que el primero.
Ambos me están observando detalladamente.
— Nunca he cuidado de una pero quiero hacerlo bien y que crezca como una bella flor. —vuelve a hablar la criatura, se asemeja a un dios, la luz que entra por la ventana se refleja en su cabello castaño y parece que brillara, cientos de chispas titilan en sus orbes oscuros.
— Sé que harás un buen trabajo, eres muy aplicado — menciona el rubio —. Por cierto, ¿quién te regaló la semilla?
— Mi abuela, me dijo que siempre me iba a acompañar y nunca iba a estar solo con ella a mi lado.
Sigo anonadada mirándolos, son tan bellos, ahora que desperté de mi prolongado sueño no sé que significa mi existencia. Estando dormida soñé con un cielo azul, y numerosos seres iguales a los dos que tengo en frente, si mal no recuerdo una voz me dijo que se llamaban personas.
Ellos me dijeron flor así que eso debo de ser. Algo frío me cae encima y al observar a esas personas los encuentro rociándome un líquido transparente.
— Creo que con esa cantidad de agua es suficiente, Kook
Con que eso era lo que me estaban echando. Tengo mucho que aprender de este mundo que me dio la bienvenida.
— Ya me voy, Jungkookie, cuídala bien amigo.
— Tranquilo, Jimin, sé lo que debo hacer.
El llamado Jimin se marcha y solo se queda en la recámara el otro chico. Es muy atractivo y va enfundado en ropajes negros, su cabello está alborotado y cae en su frente tapando sus cejas levemente. Es lo más perfecto que he visto aunque lleve pocos minutos de vida, podría pasar horas contemplándolo.
—Bien, ahora solo somos tú y yo, soy Jungkook — se rasca la nuca con timidez y sonríe —. Debo estar demente al hablarle a una planta.
Con esa última frase se acuesta en una superficie blanda llena de unas telas largas.
— Necesito una buenas horas de sueño junto a mi cama.
Se ve realmente cómodo ahi en su cama, así la ha llamado. Espero poder adaptarme a este nuevo ambiente, todo es muy nuevo y reciente para mi pero tengo un presentimiento que todo irá bien.
Al poco rato sus ojos ya están cerrados y su rostro se nota sereno, sus respiración es pausada y hace un leve puchero con los labios. Creo que la palabra bello le queda corta, no podría encontrar alguna que lo describa a la perfección pues ninguna serviría, su belleza no tiene comparación con nada.
Así paso horas viéndolo inerte en su lugar hasta que noto la oscuridad del exterior, hay luz aquí pero no logro descifrar de donde proviene.
El cansancio me empieza a afectar y me dejo llevar por este, sueño con enormes campos verdes y ojos negros como la noche.
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Algunas semanas después.
— Me asombra la velocidad de crecimiento de la flor, Jungkookie
— Sí, a mi igual.
Una conversación hace que me despierte y tengo a estos dos amigos casi inseparables frente a mi de nuevo. Me pregunto porque a veces hablan de mi como si fuera lo más maravilloso que hayan visto.
En estas semanas Kookie me ha hablado durante extensas horas sobre la realidad actual y sobre este mundo.
Tampoco entendí la necesidad de que me hablara a cada segundo como si fuera un ser humano igual que él, me preguntaba si estaba tan solo para recurrir a esas interminables charlas en solitario, enseñándome cada artefacto o invento de La Tierra creado por el hombre.
Por mucho que quise evitar sentir algo hacia él me fue inevitable, me sentí lo más importante que tiene y acompañarlo es lo menos que puedo hacer para agradecerle sus cuidados.
Aún no sé que significa ese cosquilleo que me recorre cada vez que escucho su voz o cuando sonríe tiernamente y se le forman unas arruguitas en los costados de sus ojos cada vez que lo hace, me confunde en gran medida todo lo que me ocasiona.
Ahora ya soy como tal una flor y no un simple brote. Mis pétalos de un color lavanda son como un vestido para mi, incluso puedo oler mi propio aroma.
Todos los dias Jungkookie ha velado por mi crecimiento y ha estado pendiente de mi. He comenzado a desear poder hablarle justo como él lo hace. Tener la oportunidad de entablar una verdadera conversación y pasar las tardes-noches viendo la televisión, acurrucados en su sofá comiendo palomitas de maíz.
Tantas cosas deseo y todas son imposibles.
Una vez me comentó sobre los sentimientos, me dijo acerca del amor y que era el más hermoso que existe. También mencionó que puedes sentir varias clases de amor: hacia tus amigos, tus familiares o hacia una persona especial. Con esta querrás pasar el resto de tu vida a su lado.
Entonces comprendí que eso era justo lo que empezaba a experimentar. Me había enamorado de algo que nunca se haría realidad.
Así pasé el resto de la tarde, sumida en mis pensamientos mientras Jimin y Jungkook hacía tareas, Kook me mencionó en una ocasión que estaba en la Universidad, que esta era una institución para todo el que quisiera estudiar y ser alguien, podías trabajar y ejercer tu profesión una vez te graduaras.
Cada momento que pasaba aquí inmóvil anhelaba con más ímpetu ser humana para realizar todas las actividades como alguien normal.
Comencé a odiar la vida que me otorgaron las diosas, era injusto observarlo desde la distancia, no poder tocarlo ni saber a que huele su cabello o tener experiencias junto a Kook, conocer la sensación de sus fuertes brazos a mi alrededor.
Llegué a una sola conclusión esa tarde, la vida no es justa y no puedes obtener todo lo que deseas por mucho que lo quieras.
•⊰ ❦ ⊱•
Dos meses después.
Realmente ya me resigné a lo que soy, perdí las esperanzas luego de rezarle a la Diosa Madre durante mas de un mes.
Entendí que me toca conformarme con ser una simple planta, no tenía oportunidad de ser nada más.
Un fuerte ruido me hace enfocarme en la puerta, por ella entra Kook con los ojos llenos de lágrimas, este lanza su mochila a la cama y se acerca a mi.
— ¿Por qué tiene que ser tan difícil, florecita? — solloza y más hilos de tristeza recorren sus mejillas—. ¡¿Por qué he nacido para sufrir tanto?!
Y se derrumba.
Grita y grita sin parar, quisiera consolarlo, darle un cálido abrazo y decirle que aquí estoy y que nunca lo dejaré solo.
Daría mi vida para que fuera feliz si pudiera.
— No me entienden, siempre quieren que haga lo que ellos quieren.
Creo que habla de sus padres, estos obligaron a Kook a estudiar Derecho, pero este siempre quiso ser músico, cantar y bailar, además de poder componer sus propias canciones. Tiene una voz angelical, y resplandece su sonrisa cada que toca su guitarra.
Odio a esas personas que lo han hecho llorar, yo sería incapaz de hacerle daño, él merece toda la felicidad y comprensión.
Y entre sollozo y sollozo se queda dormido a mi lado.
Centro mi vista en el firmamento, el cielo está cubierto por ese manto oscuro de la noche y lleno de hermosas estrellas.
Tal vez deba hacer un último intento.
Reúno toda la fuerza que me queda y al ver una estrella fugaz surcar el horizonte deseo ser humana, anhelando hacer feliz a mi amor.
Por favor, esta vida que se me ha otorgado está incompleta, necesito poder amarlo y hacerlo reír, que se vuelva mi fuerza y yo la de él. Deseo ser su compañera.
No recuerdo en que momento me quedé dormida pero los rayos del sol me han despertado.
Me siento diferente como si algo hubiera cambiado en mi. Casi me da por pellizcarme al creer que estoy soñando, distingo que tengo manos y pies, un vestido largo de color lila por encima de la rodilla recubre mi cuerpo.
Frente a mi hay un espejo y compruebo que no es un sueño, en este se refleja mi rostro conformado por una mejillas sonrojadas y ojos morados, labios gruesos levemente rojizos y mi cabello es dorado. Finalmente la Diosa me concedió mi deseo.
Jungkook aún yace en el suelo dormido cual bebé, le acaricio los rizos y le aparto su cabello de la frente, este se remueve bajo mi tacto. Poco a poco despierta
Al verme se sobresalta y se aleja con la duda plasmada en su rostro.
— ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi cuarto?
—Soy yo Jungkookie, tu flor.
Su semblante pasa de la confusión a alegría, su vista viaje de la maceta donde me cultivaba a mi, repite la acción varias veces para luego sonreír ampliamente, ya notó el espacio vacío em esta, me cree.
Se levanta y me envuelve en sus brazos, lo siento aspirar mi olor floral. La calidez que desprende no se compara con nada, la emoción en su gesto lo es todo. Presiento que ahora nada nos va a separar.
— Eres tú, florecita.
— Sí, y no me iré a ningún lado, llegué para quedarme a tu lado porque te amo y estar junto a ti es mi hogar.
— Pensaba que estaba volviéndome loco, soñaba con que te convertías en una bella chica.— confiesa y reprimo una carcajada al notar el alivio en su tono de voz.
— Me volví humana por ti, soy real— digo con la cabeza enterrada en su cuello y aspiro su colonia varonil.
— También te amo, eras la única que me escuchaba y acompañaba.
— Sentí una conexión muy fuerte desde el primer día que te tuve en mis manos
— A partir de ahora somos uno, Kookie. Nací para conocerte.
Porque el destino así lo decidió.
❦ Fin.❦
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Hola!!
Aqui les traigo de regalo este pequeño oneshot que surgió en una de las dinámicas de mi grupo de WhatsApp, si gustan estar en este el link se encuentra en mi perfil.
Bueno espero les haya gustado, este es mi regalo por haber tardado en actualizar.
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¡¡Gracias por leer!!
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