ꦃ ྲྀ💥◌ᝢLuzyarte.
Narrador Omnisciente.
Nuevamente había tenido ese sueño, de hecho ni sueño se lo podía llamar, era una pesadilla. Una que lograba quitarle nas ganas de dormir.
Por primera vez Katsuki Bakugō se había sentido inservible. No dormía bien, siempre despertaba exaltado.
-Bro, debes dejarla ir... Se que es difícil, pero eso te esta haciendo mal.-soltó Kirishima al escuchar el testimonio de su amigo.- Ya no puedes dormir.
-¿Acaso el bebé Katsuki necesita una mamá que le cante una canción? -había interrumpido Kaminari, causando que Katsuki lo sacara a patadas de su oficina.
Al pasar los meses todas aquellas pesadillas habían dejado de aparecer. Ella ya no caía al agua, ella ya no aparecía.
Según Kirishima ya lo había superado, y así volvió a sus típicos días cotidianos.
Despertar de mal humor, insultar al mundo, ir a la comisaria, aguantar a los idiotas de sus compañeros, salir de la comisaria agotado, volver a insultar a medio mundo, dormir y así repetir sus días.
Había dejado de verla, ya no la visitaba, ya no le llevaba flores, ya no le importaba, pues ella era...
-Una maldita mentirosa. -siempre se repetía cuando alguien la mencionaba, o su mente le traía amargos recuerdos.- Una mentirosa perfecta. -comentaba frustrado, después de todo la pelinaranja lo tenia como un bobo.
Hoy no seria un día tranquilo, lo supo desde que Eijiro invadió su oficina junto con una taza de café... Nada de eso saldría bien.
Y no se había equivocado.
-¡Vamos hermano! No seas pesimista. ¡Ayame te estará esperando! -pidió Kirishima.
-No, no iré a ver a esa bastarda. -luego de decir esto recibió un golpe departe de su amigo pelirrojo.
-¡¿Qué mierda te sucede pelo pincho?! -grito fuertemente.
-No le digas bastarda a mi hija, -susurró para luego sonreírle- ¡Vamos! Mina quiere que vallas. ¡Además, eres el padrino de Ayame ! ¡No le falles!. -Él pelirrojo siguió insistiendo.
-¡Deberías decirle eso a la perra! ¡Ella acepto ser madrina de la bastarda!.
-Bro, Kendo si iría, -observo con tristeza a Bakugō.- También deberías ir a verla a ella. No has ido hace tiempo.
Ante lo escuchado el rubio ceniza no iso mas que soltar un bufido.
-No lo haré por que me lo dijiste -soltó observando al pelirrojo acercarse a la puerta. Tal vez debería ir a verla.
-Claro hermano -Eijiro le enseñó su simpática sonrisa.- ¡Te esperamos! -sin mas salió por completo de la habitación, dejando a un rubio desconcertado.
-Mierda. -soltó al darse cuenta en lo que se había comprometido.
-Ah, no olvides llevarle flores. -dijeron de pronto.
-¡Ya vete, maldito dientes de tiburón! -Bakugō no aguanto mas y le cerro la puerta en la cara.
-Entonces, también iras. Jajajaja -Denki no pudo evitar soltar carcajadas, al escuchar el relato del rubio.
-Ya cállate -Lo miro con el seño fruncido- Puto pikachu.
-YaYaYaYa -dijo rápidamente- No pensé que aun sintieras debilidad cuando te hablan de Itsuka-san.
-Cállate -Katsuki miraba con irritación al rubio contrario.
No aguantaba sus bromas, tampoco aguantaba la forma en la que hablaba de su pelinaranja.
-Espera, espera. ¿Le llevaras flores? Sabes, siempre sentí que Kendo-san era como un Luzyarte.
-¿Qué? ¿Por qué mierdas ella se parecería a una flor? -cuestionó el rubio explosivo. No sabia la razón de esa comparación.
-A-am... Bueno am... Los pétalos de la flor se parecen a su cabello Jaja. Si, no es por que oculte algo. Jaja debo irme. -balbuceó con nerviosismo para retirarse rápidamente.
-Idiota -dijo con burla al ver a través de la pared de cristal a Kaminari, que tropezaba con todo a su paso.
Tras pensar toda la tarde. Decidió obedecer por primera vez a sus amigos e ir a visitar a Kendo.
Llevarle flores no era mala idea. O eso pensaba hasta que entro a la florería.
-HolaHola. ¿Cómo estas? ¿Bien? Esperó que bien. Sisisi, yo también estoy bien. Me llamo Toga, -hablo rápidamente la rubia- ¿Qué te gustaría llevar? ¿Son flores para tu novia? ¿Tu novio? ¿Tu mamá? ¿Tu papá? ¿Tu hija? ¿Tu... -dejo de escuchar el ataque de preguntas poniéndose a pensar en que mierda se había metido ahora, "callen a esa loca" pensó internamente.
-Por que no te veo con cara de tener novio, acaso tu...
-Mi novia -soltó con molestia para callar a la rubia que ya estaba hablando de otra cosa.
-Oh sisisi. A ver ¿de que tipo le gustan?. Hay una gran variedad para darle a tu pareja.- Están estas, -Le mostró unas flores rosas- las Dalias rosas significan el compromiso de darle felicidad a tu pareja. -dejo rápidamente las mencionadas para tomar otras,- El Geranio amarillo se relaciona con la felicidad que te da pasar tiempo con tu pareja, y las rojas significan el pensamiento continuo a tu pareja. Los Tulipanes representan el amor sincer...
Dejó de escucharla nuevamente, concentrandose en unas flores de pétalos naranjas largos.
- ¿Y estas? -soltó interrumpiendo a la rubia.
-Oh esas son Luzyartes. No se ha encontrado un significado exacto para estas. Pero la mayoría de las personas las describen por flores que traen misterios y secretos ocultos. Las naranjas son muy bonitas, -se acerco a dichas flores para tomar una- Dime. ¿Tu novia es misteriosa? ¿Tiene muchos secretos?- interrogo Himiko.
Bakugō quedo estático por lo preguntado. ¿Acaso Itsuka le había escondido mas cosas? ¿Habían mas mentiras de por medio? ¿Por qué Kaminari la comparo con esas flores? ¿Acaso le seguiría mintiendo después de todo?
-No. -respondió secamente,- ¿Estas? -preguntó apuntando a otras para evitar mas preguntas.
-Oh, las Violetas hablan sobre amor y romance pero se las utilizan mas para representar el luto hacia alguien especial.
Luto... ¿Debía llevarle de esas flores a Kendo?, la expresión pensativa no paso desapercibida por parte de Toga.
-No me digas que tu novia...
-Si, mi novia esta muerta. -Katsuki se golpeaba internamente, por que le había dicho tal cosa a una desconocida. Bueno a la florista loca, como la conocían en el barrio.
-Por Stain. -susurro sorprendida, para luego mirar con melancolía al chico,- cuéntame. Alguien una vez me dijo que no es bueno callar las cosas. Y yo quiero saber. ¿Sisisi? Por fa. -pidió.
Si, Bakugō había enloquecido, le estaba contando la historia a Toga. Ya no tenia nada que perder. De hecho pronto las autoridades lo harían público.
-¿Qué tienen que ver esos mafiosos? -Himiko lo había interrumpido.
-No me interrumpas, perra -suspiró frustrado para seguir hablando.
-Luego de que me dieron el caso de investigación sobre la asociación "Clase B", empecé a investigar como loco. Tras investigar mucho, mis datos daban a que la familia de Kendo estaba involucrada. Me negué ante tales estupideces y abandone el caso. Diciendo que no habían suficientes pistas. Los directivos le dieron el caso al maldito mitad mitad. Confiaba ciegamente en la perra, hasta llegue al punto de preguntarle si ella tenia que ver con esos mafiosos. -la expresión de sorpresa sobraba en el rostro de Toga.- Obviamente lo negó. Así que no me preocupe.
-¿Y?
-Una noche me llamaron para un servicio de último momento, el bastardo de Todoroki había encontrado a los mafiosos y tenían planeado una emboscada en su base.
-¿Y? ¡¿Y, qué paso ahí?! -exigió Himiko.
-Todo iba bien, hasta que en pleno tiroteo apareció ella. Kendo estaba ahí. -suspiro pesadamente, evitando reírse por las expresiones que hacia la contraria.
-Cuando intento huir, la seguí, quería enfrentarla, que me dijera la razón de sus mentiras. Lo único que me dijo, fue que lo sentía y que me amaba, para luego tirarse al lago.
-¡Dime! ¡¿Por qué mierda me mentiste?! ¡Responde! -exigió Bakugō apuntando a Kendo con su arma, acercándose a ella lentamente mientras esta retrocedía llegando a la orilla del lago.
-Y-yo... -musitó parada en la orilla.
-¡¿Tu qué?! ¡Responde!
-Lo siento. -susurro audible para él rubio- No olvides que te amo, Katsuki. -antes de que el ojirojo dijera o hiciera algo, la pelinaranja se lanzo al agua, dejando al rubio en estado de shock.
Salió de sus recuerdos al escuchar los sonidos que hacia la florista, ella se encontraba... ¿llorando?.
-Días después el director de la comisaria informo que Kendo se encontraba muerta, semanas después de dar esa noticia, la familia de Kendo y el director desaparecieron completamente de Japón. Investigamos y resulto que habían huido. ¡El puto director era un maldito traidor! -ignoró el llanto de la femenina.
-Oh dios mio -escuchó la voz entrecortada de la rubia.
-¿Qué mierda haces? -preguntó viéndola incomodo. No le gustaba ver a chicas llorar, era desagradable.
-¡Que hermosa historia! -grito dramáticamente, -habla de engaños y amor prohibido. Pero dime una cosa. ¿Tu aun la amas verdad?.
-¡Pues claro! Si ahora la estas llevando flores y las vas a ir a ver. -gritó antes de recibir una respuesta del ojirubi.- Tengo las flores perfectas para que le des.
Toga se levantó rápidamente de la silla, siendo seguida por Bakugō. Pasaron unos minutos y esta volvió con un ramo.
-MiraMira. Tiene Violetas, Tulipanes, rosas rojas y Geranios rojos. Obviamente tiene una Luzyarte. Son perfectas para ella. -Le entrego el ramo algo, extravagante.
-¡Toga! Llegue... -se escuchó la voz de otro chico entrando a la florería.
-Oh, Hola Dabi. -saludo rápido,- Mándale saludos de mi parte.
-Ya cállate, joder -dejó el dinero en la mesa y tomo con rapidez el ramo al notar la miraba con el ceño fruncido que proporcionaba el ojiazul. Hoy no lo golpearía. Hoy no.
-¡Hasta luego! ¡Me conmoviste mucho! -se despidió la ojimiel.
-¿Conmoviste? Qué demonios, Toga por que le dices eso a ese hombre. Por que...
-¡Shhhh! Te tengo que contar una gran historia de amor. Es hermosa.
-¿Historia de qué? -fue lo último que escucho al salir del local.
-Ya llegue, perra -dejó lentamente el ramo en la lápida que se encontraba en frente de el.
-Hoy conocí a una loca, enserió esta loca. Te preparo esas flores dijo que eran perfectas para ti. -suspiró pesadamente- ¿Por qué puta hago esto? -se pregunto a si mismo.- Hoy es el cumpleaños de la bastarda del dientes de tiburón. Debo ir obligatoriamente luego de aquí. Sigo sin estar de acuerdo con que...
De esta manera Bakugō empezó a expresar sus quejas ante aquella tumba, aquella tumba que nadie sabía, se encontraba vacía.
A unos dos metros, detrás de un árbol se encontraba una peli naranaja, se podia notar su cabello corto, utilizaba lentes negros, y un pañuelo que cubría mayor parte de su rostro.
-Lo siento mucho, Katsuki -susurro con lagrimas, escuchando el relato del rubio.
Después de todo, tal vez Kendo aun estaba llena de secretos, aquellos que habían causado todo. Aquellos que pronto se descubrirían.
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