"Fuego apacible"

Saludo con un fuerte abrazo a mi conserje salvador en cuanto lo veo. Él, se sorprende ante mi gesto pero inmediatamente me regala una cálida sonrisa. Es que no puedo dejar de tener solo gratitud ante su accionar y eso, es algo que se tiene que valorar.

—¿Va al piso del doctor Jeon joven? consulta amable el apacible señor y extrañado ante mi nombramiento le solicito que me llame Jimin.

Demasiado formalismo no va realmente conmigo y menos si he compartido con esa persona algún tipo de intimidad, como fue su heroico accionar. Y vaya si no me vio desnudo pero de emociones incontroladas y aún así... Logró apaciguar mi tempestad.

—Sí, pero no me anuncies, quiero sorprenderlo —risueño le comento y él me devuelve el mismo gesto.

Llegando a su piso acomodo mi saco y observando para todos los lados, proceso a retirar el fino pantalón que recubre mis piernas para luego guardarlo en el pequeño bolso junto con alguna que otra chuchería que no sé si usaré; pero aún así las llevo conmigo.

La idea es pasarla bien y divertirnos, pero nunca asustarlo...

Frente a su puerta, acciono el timbre con un deje de nerviosismo que tienta a consumir mi semblante. "Vamos Jimin, no creo que no le agrade tu propuesta, la otra vez casi lo enloqueciste" Me dicta mi juguetona conciencia.

Impaciente ante su falta de respuesta presiono nuevamente el timbre y cuando el acceso es abierto lo detallo con mi visión, como el mismísimo Dios Griego que es para mí, y envalentonado en mi accionar le digo: —Bonito... Pensé que no me abrías más.

Y dando un paso avasallante hacia el interior realizo mi impronta. Dejo recorrer sobre mi piel expuesta abrazada por fino encaje, al largo saco hasta dar contra el piso mientras observo como él conmociona ante mi acción. Deliberando, tal vez, en su cabeza que diablos pasa conmigo.

Y como buen provocador, recibo mi merecido cuando me jalonea contra su pecho exigiendo poseído degustar de su primario postre.

Con su pie, arremete azotando la puerta mientras acaricia con firmeza cada fragmento de mi piel ofrendada a su alcance. Mientras sellamos nuestros labios en un beso desesperado, ansioso, codicioso y añorado.

Mis dedos recorren su ancha espalda arañando por sobre la tela de su camisa y aunque sus besos saben a gloria, es su aroma el que me aturde, mezcla varonil y sublime que embriaga cada uno de mis sentidos.

Entonces, al separar nuestros sedientos labios ante la falta de oxígeno cuestiono: —Parece que te gustó mi sorpresa bonito.

De repente, me observa detallando mi rostro como una delicada pieza de exposición o como si tuviera frente a él, al tesoro más preciado y que por fin encontró.

—Todo me gusta de ti, mi pequeño travieso —esas palabras emitidas de sus labios y adjuntadas al suave roce de sus palmas sobre mis mejillas adquieren un mote de extrema intimidad.

"¡No es sólo piel o pasión el sentimiento que nos envuelve como un manto de neblina que obnubila nuestra razón!" exclama mi voz interior empujando a que asuma, de una buena vez, mi rol en toda esta ecuación.

Esto... esto es amor...

—Tú también me gustas JungKook... y demasiado diría yo.

Nuestras miradas transmiten todo lo que las palabras callan. Pero por ahora, solo deseo abrazar nuevamente los labios del hombre que hace latir a mil mi corazón.

Así es que arremeto contra sus belfos en un suave toque que él devuelve entusiasmado. Y a partir de ese momento, nos abocamos a sentirnos, a reclamarnos, a degustarnos y a poseernos.

Y mientras arrastra mi cuerpo aferrado a su torso caliente, me coge de los muslos para trepar veloz a su cadera, denotando como nuestras erecciones reclaman perturbadas liberarse de su intrínseca agonía. Liberarse, en parte, porque mi pene chorrea libre por sobre la fina tela de encaje que lo rodea y él lo sabe. Porque observa de soslayo mientras paladea mis labios como toco sin pudor mis íntimas partes por encima de esa tela.

—Déjame a mi pequeño... —retira mi palma de mi falo para rodearme con su laboriosa mano —. Eres completamente hermoso al natural, pero rodeado de encaje... eres sublime.

Sus palabras enloquecen a mi corazón al escuchar, nuevamente, su confesión. Que disfrute a la par mía de algo que tanto amo utilizar, no tiene definición.

Y mientras su renegrida mirada dicta de cuanto me desea, sin perder ese brillo que la hace tan especial, se sienta conmigo en el sofá. Delimitando mi cuerpo con sus manos, absorbiendo cada porción de piel al alcance de sus labios. Y entre succiones mezcladas con lamidas, doy comienzo al vaivén de mi cadera, recreando una erótica danza sobre su pelvis.

—Eres extremadamente caliente pequeño, me tienes duro las 24 horas del día... Y cuando tengo el privilegio de observar tu boquita, no se si besarla o follarla primero —. Susurra falto de aliento sobre mi cuello provocado por su acrecentada excitación.

Y mientras meneo mi cadera sobre su bulto, una ardorosa idea se me cruza en mi cabeza. Así es que arrastro mi cuerpo por sus piernas, manoseando y apretando a mi antojo, mientras desabrocho su camisa y profano con pellizcos sus pezones. Para luego llegar a la cremallera y mordisquear por encima de la tela, su palpitante miembro entre mis dientes.

Un profundo jadeo resurge desde la fauces de su garganta y empujando su cadera hacia arriba, me invita a enloquecer prendido de su pelvis. Con ayuda de mis manos desenfundo su goteante pene para rodearlo, asiduamente, con mi lengua.

—Así pequeño... Sí... trágate todo —. Susurra jadeante ante mis succiones mientras lo contemplo enloquecer a medida que degusto de su glorioso sabor. Él, toma mis cabellos marcando un fuerte ritmo al cual me acoplo con suma emoción a medida que me masturbo.

Pero en cuanto percibo su pre semen sobre la base de mi garganta, se retira abruptamente —Déjame probarte pequeño... Porque si continúas así, me correré dentro de tu boquita.

Tomando mi cuerpo desde las axilas, me eleva apretujando mis nalgas. Y con mi braga corrida, se engulle mi miembro hasta el fondo sacándome un profundo jadeo que provoca el temblor de mis condenadas piernas. Y aferrado a sus hombros, respiro descompadado ante mis sensaciones. Y exhalando puro deseo le suplico: —Fóllame... te necesito dentro mío ¡ahora! —Jadeante y sonrojado le proclamo.

Se aleja, afirmando en tanto lame sensualmente sus labios —Eres exquisito. Y te follaré con gusto... Pero ni sueñes que te quitaré el encaje pequeño.

Humedezco dos de sus dedos colocados en mi boca mientras lo observo. Y trepado a su torso, reitera mi succión preparándome.

Pasados unos minutos no soporto más el ardor. Y alejándome de su pecho rebusco su falo para profanar profundo en mi interior.

—Me vas a matar pequeño, es tanto lo que te deseo... —jadea entre susurros a medida que deslizo su gran miembro en mis adentros.

—No mueras cariño... porque quiero todo contigo. Esto, solo es el comienzo —. Confieso mientras atrapo sus labios en un húmedo beso.

Sus certeras palabras, sumadas a mis movimientos pélvicos mientras eleva su cadera, acrecienta el choque sexual explosivo. Y al cabo de unos minutos presiento mi inminente final.

—Quiero llegar contigo —. Le susurro entre gemidos sobre su oído mientras tensiono a propósito mis glúteos.

—Demonios pequeño! Si sigues apretando así mi falo, me vendré enseguida.

Un par más de movimientos, y nos venimos entre sonoros gruñidos y jadeos...

Con mi cuerpo aposentado sobre su pecho y su miembro algo latente en mi interior, acaricia suavemente mi espalda. Y con nuestras respiraciones luchando por algo de aliento lo atiendo:

—Realmente, no sé cómo definir todo lo que me provocas pequeño —comenta entre suaves caricias en mi cuerpo —Pero de algo estoy realmente seguro —me incorporo obsevándolo atento. —Y es que te quiero conmigo...Y no solo como buenos momentos, sino como mi pareja.

BUENO...BUENO, NO ME HAGO RESPONSABLE DE SUS MENTES😏😈🤣

HAW! SE ME DECLARÓ EL NEUROCIRUJANO, AUNQUE EL PIE SE LO DIÓ EL RESIDENTE😍

GRACIAS POR VOTAR, LEER Y COMENTAR🥰

LOS AMITO MUCHO❤