•CAPÍTULO UNO•
El estruendoso sonido de mi despertador retumba incesante por toda la habitación. “Debo haberme dormido recién" razono adormilado. Me estiro para cogerlo entre medio de bostezos “3,15 de la madrugada” medito por segundos ubicándome temporalmente cuando el reiterado sonido retumba nuevamente, exaltando mi cuerpo que termina arrojando al suelo al condenado despertador.
Me percato del verdadero causante de mi despertar… mi celular. Entonces me inclino al otro lado de la cama tomándolo.
—Diga…
—¡Jeon! ¿Se puede saber para qué dispones de un celular si no lo vas a atender? ¡Te necesito acá, ahora!
Acaso, ¿me reclamaron y me cortaron? Aparentemente sí... Bostezo extendiendo mi cuerpo adormecido.
Seok Jin, mi jefe de enfermeros, siempre actúa así. Doctor Jeon algunas veces y cuando se enoja, Jeon a secas.
Despejo mi mente notando que me quedé dormido vestido, como tantas otras veces.
Veloz me incorporo para asear mi rostro simplemente. Ya me bañare en el hospital (con suerte).
Recojo las llaves de mi coche, billetera, ¿y el celular? Desordenando aún más mi cama, lo atisbo escondido entre las almohadas.
El lapso de tiempo que dormí es efímero, algo de tres horas debe haber transcurrido desde que que salí del hospital.
Pero mi ritmo de vida siempre es así. ¡Y no protesto! Porque sé, que es mi responsabilidad…
Mientras tanto, en los pasillos del hospital, se acatan los reclamos desgarradores de varios familiares de las víctimas de un choque frontal entre dos vehículos. Que exigen una respuesta que no es la que desean escuchar.
Una de las enfermeras continuamente trata de apaciguar sus ánimos sin resultado alguno recibiendo insultos que generan malestar.
Seok Jin decide intervenir, dado que su personal a cargo no merece recibir estos tratos tras largas horas de abocarse a sus labores sin parar.
—Señores familiares, les repito que no precisan insultar, sus familiares están en buenas manos. Sé que es difícil la situación pero deben tener paciencia.—Comenta el titulado aplicando calma a su personal, que procedió en retirada cuando su jefe decidió intervenir.
“El emergenciologo de turno junto al equipo de salud que lo acompaña, realizan lo imposible por salvar la vida de esas personas.”
—¿Llamó al doctor Jeon? Yo no he podido comunicarme con él— comenta la empleada de mesa de entrada a Seok Jin.
—Sí, logré comunicarme… debe estar en camino supongo.
—Prepárese, porque su mal dormir resonará por los pasillos— comenta risueña la empleada.
Estaciono a toda velocidad en el aparcamiento del hospital, por fin cesaron mis bostezos…
“Necesito un café bien cargado”
Destapo la guantera rebuscando entre papeles y demás, hasta localizar un pequeño pote de gel para, medianamente, acomodar mis desordenados cabellos.
Abandono mi vehículo, percatándome de inmediato mientras dispongo de mi blanco delantal, del no cambio de mi manchado pantalón. Y bueno... otra vez será.
Al ingresar rápidamente al nosocomio, atisbo expresiones subidas de tono desde la sala de estar contigua al recinto de emergencias.
—Buenas noches,— saludo al personal de mesa de entrada —¿qué tenemos aquí?— pregunto afianzando las carpetas que me entrega el personal.
—Buenas noches doctor Jeon, disculpe el llamado, pero la situación se estaba saliendo de control y necesitábamos al médico responsable para optar en la decisión—. Comenta tímidamente la empleada.
—No pasa nada… es mi deber— articulo interpretando las fichas médicas de los pacientes comprometidos en la colisión. —lamentablemente, tenemos un deceso ya— susurro para mí —el paciente masculino que está conectado al respirador, es irreversible. Avisa al servicio de un posible donante, aunque dudo que así sea.
Me dirijo a conversar con sus familiares y como era de esperarse, rechazaron la ablación, luego de otorgar conocimiento sobre el estado irreversible de su ser querido.
Lamentablemente, aún hoy en día, solo el 39 % del sondeo en Corea del Sur permite esta intervención.
Mas calmada la situación de emergencias, me retiro en dirección a mi oficina. No sin antes dejar detallado el rechazo al procedimiento y ordenar la desconexión.
—Buenas noches doctor Jeon— comenta Seok Jin, cuando en búsqueda de mi café, nos cruzamos en el pasillo.
—Buenas noches licenciado Seok Jin— confiero recordando que hace unos momentos era solo “Jeon” a secas, entonces me sonrío para mis adentros.
Ya arribado a la oficina, desprendo el botón superior de mi camisa en búsqueda de más confort.
“Hoy será otra larga jornada de tantas” medito ensimismado, sirviéndome un café negro bien cargado.
Y cuando me dispongo a pasar un instante de paz en la silla de mi escritorio, recuerdo el pedido del residencia en pediatría. Entonces marco el interno de mesa de entrada para solicitar la información.
—Diga doctor Jeon.
—Olvidé consultarte por el residente en pediatría, ¿aún no hay noticias?— cuestiono entre pequeños sorbos al café.
—Lo último que se nos ha informado, es que el médico debía solucionar un problema con su visa. Más allá de eso, no hay otra noticia— comenta la empleada.
—Bien, mantente al tanto, gracias— finalizo la comunicación disfrutando de mi infusión por los minutos que no se necesite de mi atención.
Nota importante:
Cada capítulo será en primera persona, uno de Jungkook y otro de Jimin o pueden hablar ambos en el mismo capítulo. Siempre separadas las situaciones con el Banner de la historia Pero en tercera persona, se contarán diferentes situaciones de la vida de hospital e interrelaciones de ellos en diversas situaciones.
Gracias por leer, comentar y votar 🥰
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