"Perfecto control"

Sentado en mi oficina, soporto las aporreadas del especialista en cardiología (experto en reparar corazones) que asegura que mi defecto no es nada más ni nada menos que ser yo mismo... Como si me ayudara eso.

—Te lo digo como tu amigo Jeon, necesitas relajarte, créeme. —Dice sentado en el sofá mientras revisa unas historias clínicas de sus pacientes.

—Sí, ya te he escuchado como cuarenta veces decirme lo mismo Nam, pero sabes como es mi política —articulo tratando de asegurarme a mí mismo como debo actuar.

El solo recordar, el como me deje llevar... La impronta desesperación que recorrió por cada fibra de mi ser cuando me impregné en su aroma, desesperado por recuperar su toque. Sentir la cálida sensación de su cuerpo junto al mío... ¡Dios mío! Debo despejar mi cabeza y ser el profesional racional que suelo ser y que soy.

Él, es mi residente... Y no puedo andar como un adolescente hormonal inmaduro cuando bien maduro ya estoy...

—¿Me estás prestando atención Jeon? Ya te dije dos veces el nombre de la paciente y ni siquiera me respondes —cuestiona mi amigo.

—P-perdón... Es que estaba distraído con un asunto —contesto rápidamente.

—¿Un asunto bien curvilíneo, exquisitamente delicioso y algo rubio?—acota mi amigo, con su ceja elevada y entre pequeñas sonrisas.

—¡Ya te he dicho que no pasa nada con el Dr. Park! ¡Y dime el nombre de la paciente otra vez! Por favor... —cuestiono seguro de mi postura cuando solo hace unos instantes estaba perdido en él... "Contrólate Jeon, tú puedes."

—Ehhh... Yo me refería al interno Kim... ya que robó tus besos según tú persona, pero "aparentemente" me perdí de algo.

"Sí, que me dejé llevar todo hormonal y casi me descubren penetrándolo bien profundo" pienso entre tanto lo observo con sus hoyuelos denotando su rostro en demasía para mi total agrado.

—Nada Nam, nada. ¿Puedes darme su ficha? Debido a que no me dirás el nombre de la paciente...

—Jun Suni de 55 años, paciente femenina que ingresó con un cuadro de insuficiencia cardíaca a consecuencia de un aparente cuadro de diabetes. El diabetólogo está haciendo sus pruebas justo ahora luego de estabilizarla, debo dejarla internada para control y ver que tan dañado está su corazón, creo que podría tener sus riñones comprometidos también; ya hable con el nefrólogo poniéndolo al tanto. —Me informa.

—Por supuesto, asegúrate de conseguir el historial clínico que dice estar perdido. Jin se está encargando de su control. —Comento mientras detallo el pedido.

—Entonces, dado que no sucede nada con el Dr Park, pienso invitarlo a una cita... ¿Qué opinas? —comenta como al pasar. Y lo observo detenidamente, percibiendo hervir mi sangre, repentinamente.

—Preferiría que no lo hagas, no corresponde. —Largo conteniendo mi apacible calma.

—¿No corresponde, o no quieres, que es diferente? A parte ¿Puedes dejar esa lengua tranquila? ¡Te explotará la mejilla! —comenta risueño y maldigo por mis manifestaciones corporales que me dejan completamente expuesto.

En el pabellón pediátrico transcurren las rondas de revisión diaria. El Dr Park es el encargado de un grupo de internos a partir de la fecha. Entre ellos, el médico interino Kim Tae que lo acompaña en el recorrido.

—¡Hola mi capitán! —comenta el rubio doctor al pequeño paciente fanático de los súper héroes, paciente que sonríe tiernamente ante sus palabras, aún en su estado febril.

De inmediato, agarra su ficha observando al grupo de internos y cuestiona: —Paciente de 7 años, recientemente ingresado por un cuadro de elevada fiebre, respiración acelerada con algo de tos, sensación de malestar. —El residente se acerca a su pecho y mediante la utilización del estetoscopio, observa ruidos en su pulmón derecho —. Y con ruidos crepitantes en su pulmón derecho. ¿Qué refiere el cuadro?

—Aparente neumonía —contesta el interino Kim.

—¿Pasos a seguir interno? —cuestiona el rubio Dr. mientras controla su respiración y observa su temperatura.

—Radiografía de tórax y cultivo bacteriológico del esputo y sangre por posible neumonía bacteriana —comenta seguro Tae.

—Ordenen la radiografía y administren antitérmicos vía suero. Interno Kim, usted se encargará de su seguimiento, solicite los estudios necesarios — comenta el Dr. Park al interno y al enfermero a su lado.

—Cariño, ya vas a estar mejor ¿sí? Debes ser valiente como tus súper héroes. —Le dice el rubio Dr. al pequeño paciente tocándole sutilmente el extremo de su nariz.

—Mamá, depende de los resultados dictaminaremos como proseguir, —articula el residente a su preocupada madre —continuemos internos.

Caminando por los pasillos del nosocomio en dirección a la guardia, me encuentro con el enfermero Jin que trae el historial solicitado de la paciente con insuficiencia.

—Dr. Jeon, pudimos conseguir parte del historial de la paciente cardiológica, no detalla demasiado, se lo entrego.

—Gracias Jin —reviso el pequeño historial —. Puedes dárselo al especialista en cardiología, lo acabo de cruzar ingresando a su despacho. — Comento observo inmediatamente el malestar del enfermero, que rodando sus ojos atrapa con escasas ganas el informe.

—Como usted diga Doctor Jeon. Están los informes de los residentes e internos para firmar en guardia —me comunica encaminándose hacia el consultorio de mi amigo.

Ya en la guardia, me dedico a firmar los informes hasta que escucho mi nombre pronunciado por una pecaminosa boca que debo esquivar a toda costa.

—Doctor Jeon —pronuncia el dueño de mis pensamientos invasivos situándose a mi lado.

—Doctor Park... justo estaba firmando su informe. Productiva tarde, lo felicito —comento lo más profesional que se me permite, el situarme entre el límite de acercarme a morder sus esponjosos labios (que brillan a causa de su lubricada lengua) o amasar esa bendita cadera que se menea de costado mientras me observa.

—Podría haber estado aún más productiva Doctor Jeon —comenta sin un ápice de vergüenza mientras me recorre, íntimamente, con su visión.

Y reuniendo el escaso autocontrol que me domina, prosigo con mis asuntos. Mientras, apaciguadamente, acerca su caliente cuerpo al mío, aparentemente indiferente de lo que me provoca. Luego, sitúa su codo sobre el escritorio y descansando su rostro sobre su mano me observa... Me observa sin apartar su intimidante mirada. Mientras mi nuez de Adán recorre lentamente mi garganta ante mis crecientes impresiones.

—Doctor Jeon...

—¡Dr. Park! ¡Se lo solicita con urgencia en el cubículo dos!

—¿Qué sucedió? —consulto a la enfermera mientras observo la veloz e inmediata reacción del residente.

—El paciente ingresado con neumonía, sufrió una descompensación Doctor —comenta apresuradamente la enfermera. Direccionándose luego hacia el cubículo en donde lo están tratando.

Entonces, me aproximo rápidamente mientras observo al médico interino Kim, controlar las pulsaciones del pequeño paciente e indicándole al residente los recaudos que tomó. El paciente se halla falto de aire, visiblemente asfixiado y jadeante. Seguramente se complicó su neum...

—Tiene displasia broncopulmonar... ¡Administren furosemida ahora! —dictamina rápidamente el Dr. Park.

Su madre, completamente angustiada, llora incesantemente a un costado del niño. Entonces solicito que me acompañe.

—Señora, soy el Doctor Jeon, médico tratante del hospital, quédese tranquila que están actuando de acuerdo al proceso. Su hijo sufrió a consecuencia de su neumonía, de un edema pulmonar conocido como agua en los pulmones, administraran un diurético para disminuir el exceso de liquido proporcionándole oxigeno para aliviar su respiración —le comunico a la angustiosa madre mientras observo al residente junto al interino controlar la situación.

—Cualquier cosa me avisan —le comunico al enfermero a mi lado.

—Por supuesto Doctor Jeon.

Me encamino gratamente sorprendido de la capacidad del rubio residente, no sin antes divisar que todo esté en orden por el resto de la guardia. Me consultan algunos internos sobre diferentes accionares ante diversas situaciones y firmo alguna que otra planilla de confección de alta. Para finalmente dirigirme a mi oficina.

De camino, recibo una llamada del especialista en cardiología .

—Dime Nam —andando, menciona la situación de la paciente diagnosticada definitivamente con diabetes tipo 2, con un cuadro complicado de falla cardíaca e insuficiencia renal. —Claro, hagan lo que tengan que hacer, hablamos luego.

Finalizo la llamada sobre el acceso a mi oficina. Ingreso y cercando la puerta, me dirijo a mi escritorio para finalmente descansar aunque sea un minuto antes de que empiecen los llamados y demás...

Y llevando mis brazos a la nuca mientras expando mi pecho para relajarme, atiendo a los tañidos en el acceso a mi oficina.

—¡Pase! —doy aviso. Preparándome mentalmente, para el accionar. Pero quedando descolocado cuando al observar, atisbo al rubio residente ingresar y cerrar con pestillo el acceso.

BUENO, ME PARECE QUE FUISTE DOCTOR JEON😏🤭

A TODO O NADA EL RESIDENTE😏🤣