Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

•CAPÍTULO CUARENTA Y UNO•

"¡No te atrevas a dejarme!"

(Se recomienda leer el capítulo con el tema en cuestión: There Will Be Generations Because of You.)

Gritos enervados envueltos en agonizante desesperanza se suceden al ingreso de la guardia, el personal demandado de trabajo se acomete a solo una cuestión a pesar de su cansancio: Traer desde el mundo de los muertos, cueste lo que cueste, al flamante jefe nombrado...

Una máquina que titila, minuto a minuto, desesperación. Una enfermera que grita con perseverancia que traigan una dosis extra de plasma con suma urgencia. Unas manos que desgarran con ahínco las ropas manchadas de carmín de aquella persona que en estado de inconsciencia, sueña con un mundo mejor junto a su amado.

Un cuerpo inerte que no responde más que al frío oscuro que se palpa en estos momentos... Un hombre inamovible, interventor de sus propios sueños y hacedor de su destino.

Un suceso de recuerdos que lo invaden uno a uno, como una animación en cuestión de segundos que muestra la fortuna que tiene por transitar su camino dotado de amor.

Difusas imágenes aparecen -entre nebulosas- en su cansina cabeza... una bella casa sobre el río, alegres voces recorriendo los pasillos, una reconfortante sensación de paz interior redundante...

Imágenes que actúan como si fueran la misma ilusión de amar y ser amado, en ese preciso instante.

A lo lejos se percibe...

Un pedido a gritos desgarrados desde la desesperación de un ser amado que no entiende de razones ni lamentos. Y maldice a los cuatro vientos a quién ose llevarse a su amado lejos.

"No te atrevas a dejarme..."

Resuena como un cascabel en sus memorias y aunque haga fuerzas por responder que está bien, que no pasa nada, solo puede ver alejarse esa voz entre lamentos, cada vez más lejos, cada vez más profunda.

La voz clamorosa de su amado...

Minutos que simulan horas eternas...

En donde el tiempo transcurre paralelo a lo que dictan tus sueños, como si fuera un trastocado reloj de arena en donde la sustancia cae dispersa, porque ya no se agrupa.

En donde la dicha de pulsar en latidos se asemeja al infortunio de merecer tenerlos, o haberlos tenido...

Allí en ese lugar, distante exclamo por tu nombre.

Aunque la garganta me queme, aunque las palabras mueran incipientes en el intento por salir a rogar que no me dejes...

O en su defecto hostil y codicioso: implorar por no soltarte...

—¡Tenemos pulso! ¡Lo recuperamos! —grita fervientemente, el médico asistente junto al interno desesperado.

—Necesitamos estabilizarlo y sacarle una placa del pecho —solicita el médico con elevada voz al interno a su lado —la bala ha atravesado su costado izquierdo con orificio de entrada y salida. Y aunque hemos frenado la hemorragia, debemos ver si hay daño de órganos internos.

—Enseguida doctor. Frecuencia respiratoria inestable y lenta, con pequeñas sibilancias del lado izquierdo —comenta el interno.

A los pocos segundos, su frecuencia respiratoria aumenta -notablemente- activando la alarma de emergencia. Su calor corporal se eleva y la presión arterial se dispara.

—¡Maldición¡ Tenemos un hemotórax en proceso ¡Debemos drenar la sangre ya, o lo perdemos..!

Afuera del pasillo, rodeado por los cálidos brazos del jefe de enfermeros y desgarrado entre lamentos, el residente pediátrico desborda entre llantos por la reciente noticia.

Su novio amado, ha resucitado...

Entonces, agradece al Dios que ha escuchado sus plegarias y al mismo tiempo pide perdón entre medio de los agradecimientos, por blasfemar su nombre en vano cuando creyó que los había abandonado a su suerte.

Y cae abatido al frío suelo, con la poca fuerza que resguarda su cansado y agónico cuerpo, deseando que pase el tiempo o este mal sueño que desgarra desde dentro.

Y cuando quiere implorar por verlo, escucha los gritos desesperados de los médicos asistentes de su amado, actuando en consecuencia ante una nueva emergencia suscitada.

—Necesito verlo Jin —implora con sus orbes acuosas que no dictan frenar por un extenso lapso de tiempo, mientras hace fuerza por escapar de entre sus brazos.

—No puedes, deja que ellos hagan su trabajo, sabes que harán todo lo posible que esté a su alcance y más, de ser necesario —el enfermero se aferra al cuerpo del residente, tratando de dar aliento, ánimo, o lo que sea que genere calidez para él; en este momento.

—¡¡No puedo!! —grita desconsolado —¿Es que, acaso no lo entiendes? ¡Me necesita a su lado Jin! ¡Maldición! ¡Suéltate ahora! —estruja su cuerpo contra el del contrario sin ningún resultado.

Su cuerpo se apaga junto con el de su amado...

En ese preciso momento aparece para auxiliar la situación, el cardiólogo seguido del especialista en oncología. Ambos con rostros abatidos pero con la fortaleza intacta para guardar y velar por su gran amigo y su pareja, en este caso.

—Tranquilo Jimin, ten fe, todo estará bien, mi amigo dejaría el inframundo por volver aquí, contigo.

En cuanto Jimin percibe el abrazo de Nam, se desploma nuevamente. Sabe y es consciente, de que debe dejar que actúen. Que su corazón interfiere en su razón. Y que si entrara en ese cubículo y llegara a dar un paso en falso, podría costar la vida de su amor.

"Amor mío... No me dejes..."

Desangra en palabras aguadas con el corazón estrujado y apretado entre sus manos. Sin poder recordar si alguna vez amo tanto, como para pensar en cambiar su alma con el diablo con tal de verlo caminar y ser feliz aunque no esté a su lado.

Y su desesperación es tal, que golpea su pecho con suma fuerza maldiciendo no ser él, el que esté en ese lugar.

En esa fría camilla de hospital, luchando a cada segundo con toda la garra por su vida.

Y maldice nuevamente al Dios que ha bendecido, y se enoja con sus antepasados por hacerlo tan insignificante, por reducirlo a este momento...

A pasos de ser cenizas de un amor que marchita si no frena la partida de aquel que recoge sus suspiros.

¡Amor mío! ¡Te lo suplico! ¡No te atrevas a dejarme!

Grita desesperado, escapando de los brazos del amigo de su amado, y a toda velocidad empuja, choca y arremete hasta llegar a su lado.

Ahondando en profundos suspiros se cobija en una silla junto a él. Sin percatarse del habla de sus compañeros de trabajo, sin escuchar ningún sonido más que la suave y lenta respiración de su aguerrido novio, de su impoluto amado.

Y sobre el regazo derecho de su inmóvil amor, llora lágrimas de sangre, lágrimas desconsoladas que en vez de dar aliento; exigen por un suplicio de arrepentimiento suyo.

—Perdón, amor mío, perdón por no ser yo quien vele tu destino. Perdón por no ser suficiente para que no nos suceda nada. Perdón por las veces que te preocupé... Pero sobre todo, debo pedirte con todas mis fuerzas y mi corazón, que no me dejes amor. Regresa aquí, conmigo... Que yo sin ti... Sin ti, no soy nada...

Luego de un efímero momento, en donde los ruidos de las máquinas conectadas al cuerpo desgastado y demacrado del doctor, se pierden entre plegarias mescladas con lágrimas sinceras del corazón.

Desde un dolor que sangra con el alma...

Y en donde dos corazones que se aman con desmedida pasión, buscan sintonizar aunque el destino se interponga en sus caminos con diferentes jugadas...

"En ese lugar, estamos tú y yo mi amor..."

Pensamiento que se pierde en los rincones de los engranajes de la mente del neurocirujano jefe doctor.

"Estoy aquí contigo... Regrese a tí..."

Las terminaciones nerviosas se activan entre pequeños fragmentos de conciencia, luchando por encauzar una orden directa de su fiel promotor.

Y cuando el doctor Park, más calmado aunque aturdido por toda la situación, se dispone a secar sus ojos luego de acariciar -incansablemente- el cuerpo inconsciente de su amor; percibe en el dorso de su mano: el imperceptible movimiento de un dedo meñique juguetón.

Y haciendo acopio de todas las fuerzas que emanan desde su desarmado interior, y como si fuera un volcán en erupción; se incorpora frenando sus latidos al chocar de lleno con unos alicaídos ojos que lo observan más allá de todo...

Con un profundo e inmenso amor...












































































































🥺GRACIAS POR VIVIR CONMIGO, CAPÍTULO A CAPÍTULO, DE ÉSTA EMOCIONANTE HISTORIA😍

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR 🥰

LOS AMITO MUCHO❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro