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34:JIMIN

CAPÍTULO 34

Jimin

Miro mi reloj y veo que son la una de la tarde. A esa hora, Jungkook ya habrá llegado del parque de skate, debería estar en casa. Nervioso, me retuerzo los dedos y le doy vueltas al anillo de mi dedo índice.

Es necesario que me presente en su casa aún cuando se que no desea verme, necesito intentarlo. Así que para calmar mis nervios me salí de casa caminando para llegar así a la suya, por lo menos eso me distraía aunque no del todo.

Cuando llego al porche de la casa de Jungkook ya me sudan las manos, quiera o no, va a tener que oírme. La voz en mi cabeza me repite que coja calma porque todo saldrá bien, o por lo menos eso es lo que intento creer, pero después de un mes solo me queda pensar que ya no puedo hacer nada.

Tres toques con mis nudillos hacen eco y segundos después aparece Taehyun.

— Tae.. —susurró, ya mis ojos escuecen.

— Jimin...

— ¿Puedo... —el asiente.

—Creo que es mejor que yo no suba. Me
quedaré aquí, el está en su habitación.—Sonrió a medias y le doy un ligero abrazo.

—Deséame suerte.

Tae me abraza, me aprieta contra su cuerpo devolviéndome el abrazo.

—La tendrás. Kook te quiere tanto como tú a él.

Convencido de que es verdad, respiro hondo y con parsimonia y nervios camino hasta la puerta de la habitación de el.

Y, sin más, agarro el pomo de la puerta y la abro. Jungkook levanta la cabeza para mirar y veo su ceño fruncido. Malo... Malo... Ve que soy yo y su ceño se endurece más. Me entran las fatiguitas de la muerte pero, levantando el mentón, cierro la puerta y camino hasta él.

—¿Qué haces aquí?

Las piernas me tiemblan, todo yo tiembla. Me mentalizo para no salir corriendo de ahí mismo.

No, no Jimin. Tienes que hacerlo. Repito en mi mente.

Me concentro en regular mi respiración y en que las lágrimas no salgan ya de mis ojos.

— Lo sé. No lo digas. Sé que no debería haberme presentado aquí, pero...

—Pues si lo sabes —me corta—, ¿porqué has venido? —su comentario me provoca un dolor horrible en el pecho.

Nos miramos durante unos segundos y veo el sufrimiento en sus ojos.

— Jungkook, tenemos que hablar.—trato de que mi voz no flaquee pero no lo logró mucho.

El deja los pinceles a un lado y se levanta enfurecido. Sin embargo, antes de que suelte algo me apresuro a decir.

— Como se te ocurra echarme, te juro que lo vas a lamentar. A mí me está costando tanto como a ti estar aquí, y más sabiendo que no quieres verme, pero no estoy dispuesto a irme sin que me hayas escuchado. —ataco.

El parece pensarse las cosas y con una mirada enfurecida me dice:

— Entonces habla rápido porque tu tiempo se está agotando.

Durante unos segundos me quedo congelado ante él. ¿Qué digo? ¿Qué puedo decir para que deje de
mirarme así? Para que por lo menos me de una segunda oportunidad.

Y, tras meditarlo, apunto:

—Jungkook, tienes toda la razón del mundo para estar enfadado conmigo por lo que hice y te oculté. Pero créeme que lo que hice porque no quería que tú murieras si Ho Baek se moría, no iba a soportar verte en ese estado. No podía permitírmelo, tampoco sabía que te iban a dar ataques de ansiedad, solo.. solo consideré que una ruptura era mejor que ver morir a alguien a quien amabas.

Él, me miraba sin decir nada, y yo me sentía morir. Mi cuerpo estaba débil, pero consiguiera una tregua o no, tenía que seguir adelante. Había perdido a Yoongi por completo, no podía permitir que eso mismo pasara con Jungkook.

— ¿Has terminado ya? —mi entrecejo se arruga.

¿CÓMO? Entonces.. ¿mande a volar mi orgullo por esto? Por una mierda.. para que Jungkook ni siquiera se detuviera a escucharme.

Si es que algún pedazo de ADN tienen que compartir estos dos como para no quererme escuchar.

No pude evitar soltar las lágrimas, pero con dureza las sequé con el dorso de mi mano.

— Si, —respondo con rabia. —Y que sepas que quedó con gusto de haberme explicado, de haberlo intentado por lo menos, de haber reconocido mi error, pero no solo he venido para eso. He venido a decirte que me largo de aquí, me largo dentro de dos semanas del país. Ya no tengo nada en este pueblo. Y aunque no me siento contento de eso, estoy bien con haberme explicado al fin.

Mi noticia le toma por sorpresa, lo noto en su cara pero rápidamente su rostro se endurece otra vez.

— Está bien, que tengas un buen viaje.

Su maldita indiferencia me golpea el pecho, pero no me rebajo más, así que con el alma hecha pedazos por haber perdido a mi mejor amigo, recojo los pedacitos que aún quedan de mi corazón y evitando las llamadas que Taehyun me hace salgo de allí.

Corro, corro y corro hasta que debo detenerme porque los pulmones me arden debido al esfuerzo.

He perdido tanto.. tanto. Mi mejor amigo. Mi novio.. Yoongi, Jungkook...

Me siento tan solo aquí.

Necesito irme, dejar todo atrás. Le hará bien a mi corazón el cambiar de ambiente.

Si. Lo mejor es que me largue cuanto antes a Seúl para poder descansar de tanto dolor, esperar allí hasta que llegue el día de mi vuelo a Londres.

Caminé después de llorar para calmarme, seguramente la hinchazón en el rostro no se iba a quitar de un momento a otro, pero por lo menos evitaría llegar a casa y que mamá me viera tan destrozado.

Me distraje en serpenteando por las calles del pueblo y me detuve frente a una tienda. En una de las de conveniencia compré un café y unas galletas de vainilla, me senté en una banca para seguir trabajando en calmarme, y aún con la tristeza arrebujándome por completo me permití parar con las lágrimas que lentamente se deslizaban por los mejillas.

Así que, caminé sin rumbo por las calles del pueblo. No podía desgastarme más en pensar en mi pérdida y tirarme al abandono.

Ya bastaba de seguir llorando.

Si, había cometido un error, y también lo había ocultado a mi pareja y mi mejor amigo. Pero ninguno de los dos quiso darme una segunda oportunidad aún cuando pisoteé mi orgullo para intentar arreglar las cosas.

Se hicieron de oídos sordos y no empatizaron ante mi situación. Por esa razón no me merezco seguir llorando.

Ya había pasado bastante tiempo como para que solamente quedaran vagos rastros de mi desesperado llanto tiempo atrás, así que podía tomarme la libertad de volver a casa.

Con las llaves de la casa en la mano me adentré a mi querido y acogedor hogar. La hora de cenar estaba en punta así que al entrar el olor de la comida de mamá me pego en la nariz.

— ¡Mamá, he llegado! —anuncié mientras cerraba la puerta.

Ella contestó diciendo que se encontraba en la cocina y caminé hasta allá con pasos parsimoniosos hasta donde ella estaba.

Y ahí la observé terminando de servir la mesa.

— Hijo, siéntate. —agregó con un tono amable pero al notar mi cara no tan alegre arrugó su entrecejo.

Era la primera vez que llegaba a casa después de haber llorado, casi siempre escogía lugares fuera de casa o en la madrugada para llorar, por ende, ella desconocía de lo que estaba sucediendo. Se lo había ocultado desde el día en el que sucedió.

Mi excusa más barata para cuando preguntaba por Yoongi era que estaba liado con su trabajo pero aún seguíamos viéndonos, y que Jungkook estaba ocupado de igual modo.

Agradezco que mamá no sea tan atenta a los cambios bruscos así puedo evitar hablar de los temas.

— Jimin, ¿has peleado con Yoongi? —No mamá, Yoongi y yo terminamos. Pensé, pero me contuve.— ¿O fue con Jungkook esta vez? — Si supieras lo que ha pasado este último mes..

Suspiré, negué mientras intentaba darle la mejor sonrisa a mi madre para que no se preocupara.

Yo podía solo con esto, yo lo arruiné, yo puedo entonces aguantar las consecuencias de mis actos.

— Estoy bien mamá. Solo tengo hambre. —Ella asintió.

— Mira, he preparado Bulgogi, se como te encanta y también Tteokbokki. —comentó enérgica.

Asentí y miré con entusiasmo la comida. Realmente no quería desanimar a mamá, pero mucha hambre no tenía. Así que me esforcé bastante como para que no notara que en vez de hambre tenía retorcijones en la barriga y ganas de vomitar.

A pesar de haber calmado mi llanto aún estaba con ellas emociones a flor de piel y mi cabeza no dejaba de atormentarme.

— Jimin. —llamó en una suave advertencia— Se que algo más te sucede, soy tu mamá, viviste nueve meses en mi, te conozco cuando algo te pasa. —señaló con sus palillos mi comida casi intacta— No te has comido casi nada del bulogi, y adoras ese platillo.

No se me escapa ni una eh.

Estaba entre sí le decía o no. Pero, pensándolo bien, ¿quien mejor que mi progenitora para recibir apoyo? Exacto, nadie, nadie mejor que ella podría orientarme, y darme fuerzas para seguir adelante, decirme que hice mal aunque ya lo sepa, si actúe bien al ir a disculparme, aunque también lo sepa, necesito un abrazo y un "todo estará bien".

Respiré hondo. Bien. Era momento de decirle que me iba de Corea, era ahora o nunca.

— Necesito.. irme, por lo menos durante un tiempo de aquí. He estado reuniendo, y he hablado con papá.

Ella levantó una ceja y yo la miré con tristeza. Papá vive en Londres, ellos estaba divorciados desde hace mucho, se llevan bien para mi suerte, y sabe que cuando le estoy contando esto es porque de verdad algo malo paso y quiero alejarme de todo al irme por un tiempo del país.

— Es por algún asunto con Yoongi ¿verdad? —sopesó.

Noté su mirada escrutándome completamente. Revolví con una mano mis cabellos dorados y después me metí a la boca un poco de comida.

Tras masticar lentamente saboreando la comida, ignorando la presión e intentando calmarme para no volver a llorar y romperme delante de mi madre dije:

— En parte. —respondí asintiendo— También tiene que ver con Jungkook.

Agarré con mis palillos otro bocado.

— ¿Quieres contarme? —preguntó.

Solté aire por la nariz.

— Terminemos de comer, la historia es un poco larga mamá, y aunque no tenga mucho apetito, quiero disfrutar de tu comida.

Daban las cinco de la mañana y a pesar de mi rostro adormilado ya estaba completamente listo para mi destino a Seúl. Mamá se brindó a llevarme a la estación de autobús per me negué, en cambio, le dije que un amigo me llevaría.

Cosa que no era mentira ya que Namjoon se había aparecido en casa tras saber por Taehyun lo que había pasado. Había insistido en estar conmigo hasta que me fuera a Seúl, no podía moverse de Ilsang por el momento, así que por eso no podía llevarme el mismo hasta Seúl, por esa razón decidió despedirme el mismo hoy.

— Llámame cuando llegues por favor hijo. —asentí.

No quería romperme delante de ella, no otra vez. Así que tras recibir un fuerte abrazo de su parte y de la mía corresponderlo también, recibo un beso cargado de calidez en la frente, una leve despedida con sus manos y sus ojos inundados en lágrimas que se van volviendo pequeños a medida que me alejo de casa.

— Estaré en un año aquí mamá.. —suspiró diciéndole eso, cuando estoy algo alejado de ella y me subo al auto zarandeo mi mano para despedirme.

El viaje en auto fue relajado, pero con el ambiente cargado de tristeza. Namjoon de vez en cuando tocaba mi mano y la apretaba levemente en lo que manejaba, realmente estaba agradecido por su aporto en estos momentos.

La salida de mi autobús era a las siete de la mañana, sobre las dos de la tarde estaría llegando a Seúl, así que tendría tiempo de sobra para reponer las horas de sueño que no aproveche anoche.

Ya comenzaba a amanecer, en la terminal de autobuses, el cielo se pintaba lentamente de los colores anaranjados detonantes del crepúsculo.

Mi moreno y esbelto amigo se preocupaba por distraerme y hablar ciertos temas conmigo que no involucraran a Yoon o Kook. Si me distraje muchísimo con el a mi lado, tanto que solo quedaban veinte minutos para que mi autobús saliera.

Namjoon me dio un largo abrazo y aguantándome las ganas de llorar me subí al vehículo que me llevaría lejos de Ilsang para un nuevo comienzo.

Conseguí dormir durante el viaje algunas horas, me hicieron bien y aunque no me sentía el chico más alegre del mundo por lo menos pude descansar y alejar de mi mente todos los recuerdos en Ilsang que la asechaban.

Tras bajarme del bus que me trajo a Seúl aún siento que me tiemblan los labios. Con mis audífonos en los oídos camino hacia la estación Dogang, donde Hoseok espera por mi para llevarme en su casa donde me voy a quedar mientras espero el día de mi vuelo.

Una llamada de celular me saca del ensimismamiento. Me siento desmayar al ver el nombre de la pantalla. Descuelgo el celular y contesto:

— ¿Jungkook? —trago con fuerza.

H-Hyun..—su llanto me hizo estremecer.

— ¿Jungkook? —repetí. —¿Qué sucede?

Perdóname, perdóname—dijo con desespero. —Se que venías para Seúl.. y.. y yo vine porque..—lloró con más fuerza y tras una pausa siguió— quería disculparme contigo Hyun... no puedo estar más moles..

¿Dónde estas? —pregunté con desespero.

No lo sé. —lloro más.— Quiero.. quiero verte, no quiero que te vayas.

— Okey, respira, esta bien, ahora hablaremos eso. Colgaré para que me mandes tu ubicación y así ir a recogerte.

En un par de minutos tenía la ubicación de el en mi celular, así que tras pedirle que se quedara a esperarme en donde estaba corrí para encontrarme con Hoseok que ya debería estar esperándome.

— ¡Jimin-ah! —gritó.

Yo le abracé con cariño y sujetándole los hombros dije:

— Necesito que me lleves a Changko, Jungkook no recordaba la dirección de tu casa y está medio perdido.

— Pero..—me miró con desconcierto.

— ¡Rápido Hobi! —dije.

— Si, si, si—contestó—. Vamos, súbete al auto.

Después de cargar mi equipaje y montarme con presura al auto casi mordiendo las uñas de las manos me dediqué a esperar a llegar al lugar donde marcaba la ubicación de mi celular.

Las lágrimas salían de mis ojos por si sola, quizás solo sube de tener más esperanza en nuestra amistad. Porque si había algo de lo que Jungkook tenía en abundancia era la terquedad más pocas veces era orgulloso.

Lo divisé sentado en una banca, cuando Hoseok aparcó el auto salí de inmediato para caminar apresuradamente hacia el. Me vio a unos metros de distancia h se levantó de la banca para correr hacia mi, sus mejillas estaban sonrojadas, y también sus nariz, la cara inundada en lágrimas y sus labios estaban siendo mordidos seguramente por la impaciencia de esperarme.

El choque de nuestros cuerpos fue un poco abrupto, Jungkook a pesar de ser más esbelto que yo enterró la cabeza en mi cuello.

— Perdóname Hyun... —sollozó mojándome el hueco del cuello con sus lágrimas.

Las mías no tardaron en salir.

— Shh.. esta bien, esta bien.

— No debí hablarte así.. yo me arrepiento tanto.. —se arrebujo contra mi y me abrazó la cintura.

Dando palmaditas en su espalda con suavidad y llorando también le dije:

— Jungkookie, tranquilo, está bien. Perdóname igualmente a mi. —el negó.— Si, yo cometí el error.

— Chicos.. —llamó Hoseok— Hablemos en casa.

Mirando a los ojos llorosos de Jungkook y separándome de su anatomía un poco para observarle, le bese la frente calmándolo y tratando de yo hacerlo en el proceso.

— Vamos, allá podremos hablar.

— ¿Pero te irás de Seúl? —preguntó con desespero.

Suspiré.

— Hablemos con más calma. —respondí.

— Te quedaras, por suerte sobran las camas. —secundó Hoseok poniendo una mano en la hombros de Jungkook.

El asintió con un poco de tristeza, aún hipando. Y con alegría en mi corazón por lo que había pasado con Jungkook caminamos hasta el carro del mayor para ir a su casa.

Mi decisión en irme estaba firme, necesitaba cambiar de aire, porque no solo por Jungkook me iba del pueblo, aunque en estos momentos ya eso era pasado... porque lo tenía de regreso y eso traía regocijo en mi corazón.

De cierto modo, me estaba haciendo feliz, porque la cosa también reside en que mi adorado azabache no quería verme y no podía estar sin llorar en el pueblo, cada rincón me recordaba a él y a lo que vivimos y yo no podía seguir de la manera en la que me estaba desgastando.

Necesitaba esto para mi, necesitaba sanar, y agradecí que por lo menos había recuperado a mi mejor amigo en estos instantes, la carga era menos y llegar a Londres no se iba a sentir tan mal porque a pesar de que iba a ser lejos, tenía a mi Jungkook y podíamos comunicarnos mediante videollamadas.

Necesitábamos hablar el y yo, volver a pedirnos perdón y hacer nuestra amistad más fuerte.



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Faltan solamente dos capítulos para terminar con esta hermosura de libro, cuando acabe pasaré a corregirlo ya que evidentemente tiene errores gramaticales y de puntuación. Estoy en un colapso mental que no me deja desarrollarme bien con las letras. No sé, si es por la carga de terminar el año pasado, o la peda que me pegué el último día del 2024 o porque me reencontré con ¿el amor de mi vida? Ok, no, Jejejeje. Solo es un chico especial en mi vida, porque mi amorcito se llama Namjoon de apellido Kim. Jajaja.

El momento de reencuentro de los chicos hace referencia a: no se si recuerdan que Jimin contó una historia de Jungkook y él cuando eran más jóvenes, esa vez que discutieron mientras practicaban, Jungkook lo llamo pidiendo perdón al cabo de un rato porque enojado se largo de la empresa (siempre con el mal genio arriba 😂) y no sabía donde estaba así a Jimin fue en su búsqueda y se abrazaron llorando y se perdonaron cuando se reencontraron.
Jajajajjaja. Esto Jimin lo cuenta en uno de los aniversarios de Bangtan creo, no se si es en un Bangtan Boom, o un run, o un festa. Pero lo cuenta.

Y si, aquí estoy. De regreso luego de un corto periodo de Hiatus. Para informarles también que este capítulo hace referencia al libro dedicado al Yoonmin, al segundo libro, (que ya tiene nombre pero aún no lo comienzo), porque habrá un libro aparte de esta pareja, si señor. Por eso no queda solucionado el tema de Jimin y Yoongi. Se me hace que quiero escribir drama, y esta ruptura me hará llenar el segundo libro de lagrimitas. :( Es que quiero sufrir escribiendo.

Me encanta eso y después los reencuentros. Así como sucedió aquí.

Pero bueno en fin ya me voy a comer algo asi que ¡Disfruten!

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