23:YOONMIN
»CAPÍTULO CON; contenido sexual y mención de drogas, por favor ser discreto ante la mención de estos aquí. Leer con máxima precaución. (El ship mencionado aquí sera el Yoonmin)
CAPÍTULO 23
Luego de que todos se fueran a dormir Yoongi y Jimin aún estaban despiertos, pero molestos.
El mayor de los dos había armado un berrinche porque un chico estaba coqueteado con Jimin, pero incluso el sabe que su rubio jamás le traicionaría o le mentiría en algo. Así que solo era una boba pelea.
Jimin solo estaba molesto porque se le hacía injusto que su novio armara un berrinche por algo que él sabía de sobra que no haría.
La salida altas horas en la residencia estaba permitida, siempre y cuando no se hiciera escándalo al salir o entrar de esta.
El dueño del establecimiento entiende que los jóvenes tienen mucho más energía que los que ya no lo son tanto, por esa razón lo permite, siempre que no estorben el sueño de los demás.
El azabache miraba a Jimin con seriedad, pero por dentro estaba derritiéndose al verle con ese short de color negro, que el rubio siempre usaba para dormir.. tan corto y una polera que también le quedaba espléndida, de color blanca.
Yoongi apartó la vista y carraspeó su garganta fingiendo interés en el paisaje de afuera, miraba a través de la ventana.
Sintió al rubio moverse hasta estar cerca de él y el olor a frutas del perfume de este le llegó a la nariz.
— Ven, conmigo. —susurró Jimin a su novio mientras le agarraba de la mano.
Yoongi con sorpresa no respondió más le siguió. El rubio con pies descalzos caminaba por la oscuridad del interior y le llevaba a tientas fuera de la caseta. Tratando de caminar con suavidad para no despertar al chico que dormía en el sofá.
Se alejaron lo suficiente, donde nadie podía verles mucho, en un lugar de la residencia pero no tan alejado de su caseta, se quedaron en la oscuridad.
— Ya, —se quejó el pelinegro—, que sigo molesto Jimin. —bramó soltándose del agarre del más pequeño de estatura.
Yoongi vaciló unos segundos antes de mirarlo y cuando lo hizo se sorprendió al ver a su precioso rubio con una mirada molesta y la mandíbula apretada.
— ¿Molesto? Deja ya de ser tan posesivo conmigo Min.somos novios, es verdad pero tú ... —Jimin refunfuñó y Yoongi rodó los ojos.
Odiaba cuando el rubio tenía razón.
— Me iré. —soltó.
— No te comportes así Min.
Yoongi cerró sus ojos, sabía que cuando su novio le llamaba por su apellido estaba más que molesto.
— Es que... —el azabache lo tomó del cuello, no de mala manera, sino con un dejé provocador. Jimin no se exaltó, más bien, sus ojos centellearon de lujuria.
Ah, entonces querías eso. Pensó el de ojos felinos.
— Es que ¿qué?— replicó desafiante.
— ¿Qué no ves que eres mío? —soltó el cuello de su rubio para pegarlo a una pared.
Metió una de sus manos por entre el corto short que Jimin traía y sus bóxers. Con uno de sus dedos tocó la punta del miembro del rubio y entonces el gimió. Lo sacó al interperie y se relamió los labios al sentir el pre-semen en la punta de este.
— Si es lo que querías te lo voy a dar. —susurró en el oído del rubio con exitación.
— Yo..
— Shh, —miró al rubio con egocentrismo. — Si querías follar sin arreglar las cosas conmigo solo tenías que pedirlo.
— Yo no.. —gimió ante el lametazo que Yoongi dio a su cuello y las caricias en su entrepierna.— No quería eso.
El de ojos felinos arrugó el entrecejo y se detuvo para mirarlo.
— ¿Acaso no es lo que siempre haces? —indagó.
— Si..—miró a su azabache a los ojos—, pero esta vez si quería que habláramos las cosas primero. Solamente que tú te adelantaste y supusiste.
— ¿Supuse? —Yoongi levantó una de sus cejas.
Jimin vio tan bonitos y apetecibles sus labios en ese momento que se lanzó para saborearlos.
Mierda. Había extrañado toda la tarde la sensación de sentir la caricia de los belfos de Yoongi acariciar los suyos. Pasó de paso la pastilla que tenía en la boca a la de su novio, él, ya había tomado una antes, mientras salía de la caseta.
Esta vez Yoongi se separó con aspereza y lo miró con enfado, pero no rechazó la pastilla, porque Jimin lo vio tragar a pesar de la poca iluminación del lugar donde se encontraban.
— Me iré. —repitió la frase.
Tienes que estar bromeando Min Yoongi. Se quejó el rubio en su mente.
— ¿Qué? ¿Así sin más? Mira Min, o hablamos o follamos porque de lo contrario se que el que duerme en el sofá estará encantado de dormir conmigo.
Yoongi se detuvo y miró a Jimin por encima del hombro. Sonrió con sorna y volvió con más rapidez a estar frente a Jimin.
El rubio dio un respingo y sintió el calor que se le subía hasta las mejillas su el cuello, un poco de ese calor se quedó en su entrepierna que ahora estaba ligeramente afuera por el toqueteo del azabache.
— Ven conmigo, resolveremos después el tema. Pero ahora... —bramó Yoongi con un poco de enfado y lujuria a la vez, — quiero follarte.
La pastilla comenzaba a fluir por el sistema de ambos y aumentó la euforia en los dos. Jimin, siguió a Yoongi, o bueno, se dejó arrastrar por él hacia la caseta donde se quedaban.
Entraron tratando de no hacer bulla pero al final Hoseok con la lengua medio pesada les pidió que no siguieran haciendo ruido. El efecto de la droga les había vuelto algo torpes, aunque aún estaban algo lúcidos.
Entraron a la habitación y tras dar un ligero empujo a esta para cerrarla, Yoongi acorraló al rubio contra la puerta. La iluminación era baja en la habitación pero los dos podían verse perfectamente.
El azabache restregó su entrepierna con la de Jimin y este gimió bajito. Las mejillas del rubio estaban rojas, muy rojas.
Min, se fijo en su novio. Y en cómo se removió contra él buscando otro rose parecido. El pelinegro lo besa a los labios demandante, con ímpetu y lujuria.
El short, la polera de Jimin y los bóxers vuelan a algún lugar de la habitación, la ropa del azabache también, hasta que los dos se quedan solamente desnudos.
Jimin puede ver los ojos de su azabache favorito, chispean de exitación, están brillantes.
— Eres mío. Mio.
Dicho eso, le toca las caderas, el pecho, deleitándose un poco más en sus tetillas, la pelvis, todo ello. Yoongi oye la excitada respiración de su chico en el oído mientras el se queda quieto esperando el próximo movimiento del pelinegro.
— Arrodíllate. —bramó Yoongi.
Jimin a pesar de que crispó los ojos en una señal de molestia fingida lo hizo. Y trabajó con su lengua como sabía hacerlo.
Yoongi se sintió en el cielo, siempre pasaba cuando Jimin le daba placer.
Madre de todos los.. este puto Ángel rubio es solo mío. Pensó lujurioso. Le encantaba sentir la cálida lengua del más bajo de estatura enrollarse en toda su extensión.
Los lametazos y besos en todo su miembro me mandaban corrientes a todo su cuerpo y le aceleraban el pulso.
Cuando estuvo satisfecho levantó al rubio para que este enrollara sus piernas alrededor de su cadera, sujetándolo por las nalgas, tras darle otro beso apasionado le dijo:
— Está noche, deberás de morderte la lengua o morder las sábanas porque no tendré piedad, —los ojos de Jimin serpentearon con deseo y su respiración seguía errática—, tendrás que estar bien calladito.
— Yoongi no seas.. —intentó reclamar el rubio pero su novio le cortó.
Lo dejó con suavidad en el suelo.
— Calladito amor, calladito. —susurró en lo labios del otro.— Ahora, de espaldas que quiero ver las lunas en todas sus faces.
Ah si, el pelinegro adoraba ese tatuaje que se extendía por la columna vertebral de su novio.
Amaba verle con la mejilla pegada a la cama mientras su boca se abría ligeramente para gemir debido al placer. Pedirle más y más mientras se fundían los dos cuerpos en uno solo.
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:)
No hay palabras. Solo me queda decirles ¡disfruten! Jajjajajaj. Ya retomamos en el siguiente capítulo a los chicos.
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