𝗖𝗮𝘁𝗼𝗿𝗰𝗲
El sol brillaba alto en el cielo azul, de a ratos algunas nubes lo cubrían. YoonGi dejó de observar hacia arriba, volviendo su mirada a sus acompañantes.
Moonbyul, Solar, y un chico llamado SeokJin estaba con él, sentados en las gradas del estadio a la espera de presenciar el partido de fútbol. El equipo de su escuela competiría contra la escuela Nacional de Busan, eran las semifinales y por ello se jugaban en aquel estadio y no en las canchas de la escuela. Lo más seguro es que ganaran, aunque el otro equipo claramente también era bueno.
Cuando los jugadores salieron a la cancha, toda la hinchada que lo rodeaba comenzó a gritar y hacer ruido con sus cornetas con los colores del equipo. YoonGi al principio se sentía observado, tenía la sensación de que por cualquier cosa que hiciera los demás le iban a juzgar.
—YoonGi—Moonbyul a su lado le tomó la mano, con cariño, para llamar su atención. La observó, con duda—, quiero que observes a tu alrededor y me digas que hacen los demás.
Un poco confundido, hizo lo pedido por su amiga. Todos, incluso SeokJin a su lado, cantaban a coro una canción mirando a ambos equipos entrar en calor.
—Miran al frente y cantan—le respondió, acercándose para que ella pudiera escucharle.
—¿Y porqué crees que van a decirte algo malo si también cantas y saltas como ellos?
Moonbyul lo conocía a la perfección, por ende, con solo observarlo podía tener una idea de lo que pasaba por sus pensamientos. Era la unica persona que lo había visto deshacerse en lágrimas y sentir la ansiedad en cada parte de su cuerpo hasta el punto de provocarle náuseas. Y en momentos como ese, donde YoonGi dejaba que las voces de su cabeza fueran más fuertes, agradecía tenerla como amiga.
—E-está bien, Byul—asintió despacio, sonriéndole.
YoonGi le quitó a su amiga la corneta plástica, dejándose envolver por el ambiente futbolero que en realidad, no le gustaba demasiado. Pero Jimin lo había invitado, y en un arranque de extraño nerviosismo que no supo controlar, no había podido negarse.
Su relación con Jimin era mejor que al principio, por supuesto. Sin embargo, cuando se trataba de contacto físico era diferente: Jimin lo tocaba solo si YoonGi lo buscaba o le pedía directamente algo, lo más recurrente eran los abrazos o que lo cargara en su espalda.
Jimin sabía que ellos estarían en la tercer fila de asientos, por lo que cuando tuvo que acercarse a esperar que alguno de la hinchada le devolviera la pelota que había cruzado la tela, buscó a sus amigos. Los saludó a los cuatro, empero, sus ojos se clavaron en cierto peli-negro.
No fue por mucho tiempo, pero YoonGi sintió algo extraño arriba de su abdomen. Eran como... Bichos. Bichos que movían sus alas dentro de su estómago. Y solo pudo sonreírle, antes de ver cómo sujetaba la pelota que le era devuelta y continuaba con el juego.
El corazón de YoonGi latía rápido, quizá se debía al calor.
—¿Quieres que te traigamos algo de comer, Yoon?
El peli-negro se volteó con duda, no le había prestado demasiada atención a sus palabras pero la sola mención de comida y el hecho de que Byul y Solar estaban de pie, hizo a su cabeza atar cabos con rapidez.
—Claro, c-cualquier cosa está bien.
Moonbyul y Solar sonrieron antes de marcharse. YoonGi paseó su vista por el campo de juego y las gradas contrarias, hasta que cayó en su único compañero presente.
Seokjin era un tipo tranquilo, el mejor en varios clubes que la escuela ofrecía como teatro, poesía y canto. YoonGi nunca había mantenido una relación estrecha con el, pero algunas veces se saludaban y hasta hablaban en los pasillos. Nada que ver con su primo, que además de popular era bastante extrovertido.
—¿Siempre vienes a los partidos, hyung?—preguntó, aclarandose la garganta.
Seokjin lo miró, asintiendo con la cabeza.
—Por lo general sí, y cuando no quiero, Jimin me obliga.
—Ya lo creo—se rió—. Tiene algo, que termina por convencerte.
—¿Y aún así no logra convencerte a ti?—preguntó, aguantandose la risa que le provocaban las mejillas repentinamente rojas del menor—, todos saben que Jimin anda tras de tí.
YoonGi guardó silencio, negando por la cabeza. A Jimin solo le gustaba molestarlo.
O era lo que se estaba obligando a creer.
Cómo era de esperarse el equipo de Jimim había obtenido la victoria, y por ello, los cuatro amigos habían decidido salir a festejar junto a un par de chicos más.
Solo irían a cenar y a un salón lleno de juegos como máquinas tragamonedas y videojuegos, luego de que Jimin al igual que Félix y Taehyun usaran las duchas para cambiarse la ropa.
—Ya se están tardando mucho—se quejó moonbyul, mirando de soslayo al guardia que se mantenía observando a los chicos desde una esquina, pues en realidad ellos no podían quedarse—, YoonGi, ¿podrías ir y hacer que salgan?
—¡¿Y porque yo?!—se quejó, moviendo las manos para darle más énfasis a sus palabras.
Después de horas fuera de su zona de confort, YoonGi se volvía sencible a todo y, a vista de otros, bastante dramático.
Solar le sonrió, acercándose a él.
—Seokjin está esperándonos fuera y eres el único hombre aquí, oppa—explicó con dulzura.
—¡Agradece que es ella quien lo dice, por que yo te hubiera golpeado para que reacciones!
YoonGi le enseñó el dedo del medio a Moonbyul, y antes de que pudiera hacerle algo, se adentró en un pasillo que iba directamente a las duchas y vestidores. Aun no dejaba de sonreír pensando en lo tanto que amaba a su amiga loca.
Prestó atención a los sonidos, parecía ser que alguien continuaba bañándose y otra persona se encontraba en la parte de vestidores.
—Fue un buen juego, capitán.
—Lo sé. Todo el equipo jugó bien hoy, me sorprendieron.
Oh, si esos dos eran Felix y Jimin entonces Taehyun estaba bañándose aún.
—¿Y yo, hyung? ¿Qué te pareció?
El peli-negro iba a entrar, sin embargo, la voz de Félix sonaba más melosa de lo común y no pudo mover ninguno de sus pies por un par de segundos hasta que volvió en sí.
—Tú eres de los mejores, Félix. Te lo he dicho varias veces—su voz a penas se oyó por sobre el agua cayendo.
YoonGi se asomó a penas, evitando hacer ruido alguno, para lograr espiar. Estaba muy mal, calor que lo sabía, pero algo le hacía no querer perderse lo que pudiera pasar.
En un principio nada era raro, Jimin estaba sentado junto a Félix amarrando sus cordones, mientras que el rubio con las extensiones solo lo observaba. Pero cuando Jimin volvió a enderezar su espalda, en un rápido movimiento, Félix lo besó.
Lee Félix besó a un Park Jimin que a sus ojos no se apartó, y YoonGi sintió como si algo dentro de su pecho se rompiera y doliera tanto que sus ojos se llenaron de lágrimas.
Sentía decepción, pero no comprendía porqué. ¿Decepción porque eran amigos y él no se había atrevido a contarle que le gustaba Félix? ¿Decepción porque Jimin se la pasaba coqueteandole mientras en realidad le gustaba otro?
Retrocedió sus pasos, chocando con el pequeño Taehyun que salía de las duchas envuelto en un enorme toallón verde.
—Dime que puedo confiar en tí, Taehyun—susurró, acercándose a él.
—Claro, ¿qué pasa?
—No les digas que estuve aquí, ¿si? Por favor, Tae. Y salgan rápido o nos van a echar.
El pequeño asintió, ingresando a los vestidores como si no acabará de vivir el suceso más raro de la semana. Taehyun supuso que YoonGi había visto a los chicos con poca ropa y estaba avergonzado, por lo que no les comentó nada
Y así, cuando finalmente los tres muchachos estuvieron listos y salieron, para Taehyun no fue extraño que YoonGi hubiera prácticamente desaparecido con la excusa de que su madre lo necesitaba en casa.
Jimin le dejó varios mensajes, pero el mayor no respondió a ninguno. Solo esperaba que estuviera bien.
Antes que nada, no es Taehyung de Bangtan, es Taehyun de Txt 😅
Díganle bienvenido al señor drama 😌
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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