Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

»◦ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8◦«


╭────────╯ɪʀɪɴᴀ╰────────╮

Toqué un par de veces la puerta que estaba frente de mi.

—Levi, ¿todo bien adentro?

«claro que no esta bien, algo de quebró ahí adentro»

Insistí nuevamente tocando la puerta en reiteradas ocasiones pero no recibí ninguna aprobación por parte de él para ingresar.

—¿Levi?—sin esperar respuesta de su parte, entre a su habitación. Tal vez no quería verme o no sé, pero me preocupaba de no escuchar nada desde el otro lado de la puerta.

La abrí lentamente, viendo que Levi estaba sentado en su silla de ruedas. Rápidamente me acerqué a ver qué pasaba y el sonido proveniente de aquí era la caída de una taza que se había roto al momento de tocar el suelo, vertiendo lo que parecía ser té a su alrededor.

La escena estaba frente a Levi. Lo miré y tenía sus ojos cerrados y sus mejillas estaban sutilmente rojizas.

—Levi—tomé su hombro para ver si reaccionaba, fijándome mejor, su respiración era más rápida que de costumbre y estaba sudando.

Puse una de mis manos sobre su rostro y ahí fue donde supe el por qué de todo esto.

Estaba ardiendo en fiebre.

—¡Levi!—lo nombré esperando que reaccionara, pero no fue así.

Demonios, si hubiese venido antes, tal vez habría hecho algo al respecto. No podía dejarlo ahí sentado.

Pasé mis manos por debajo de sus brazos para levantarlo y dejarlo sobre la cama. Era una tarea difícil, ya que era algo pesado, pero con todas mis fuerzas pude acomodarlo sobre su cama, dejándolo lo más cómodo posible.

Vi que comenzó a sudar más, quedando sus finos cabellos negros pegados en su frente, al igual que su camisa que se había pegado mucho más a su cuerpo dado el sudor.

Comencé a desabrochar los botones de su camisa, quitándosela delicadamente, dejando expuesto su torso, mientras que lo cubría con una sábana delgada, para evitar que su cuerpo se enfriara de golpe.

Para mi suerte, Falco y Gabi no llegarían hasta mañana junto con Onyankopon. Pero a pesar de estar sola con él, como su doctora, debía hacer algo al respecto.

Fui por agua y paños limpios para poner sobre su cuerpo y bajar la fiebre. Fui a mi cuarto rápidamente a buscar mi maletín con mis implementos básicos para hacer un chequeo general, pero esta vez solo saqué el termómetro.

Le tomé la temperatura y marcaba 39 °. Busqué entre mis cosas para preparar un medicamento especial para estas ocasiones y que mi padre me enseñó a preparar, que era bastante efectivo.

Me demoré 5 minutos en lograr hacerlo y lo puse en una especie de jeringa y lo inyecte como intravenosa en su cuerpo, para que la acción fuese mucho más rápida. En eso comencé a limpiar el sudor de su cuerpo y ver como le provocaba escalofríos.

—Dios, Levi... ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?—solté esperando que me escuchara, pero sabía que no era así.

De la nada, comenzó a quejarse y a mover su cabeza de un lado a otro. Me estaba comenzando a preocupar ya que con la fiebre, al ser tan alta, podría tener algún efecto como los delirios o posibles pesadillas.

Moje un paño con agua fría y lo pasé por su frente. Limpiando las pequeñas gotas de sudor que tenía, también peinando los pequeños cabellos que estaban pegados en su frente dado el sudor.

Decidí limpiar lo que estaba roto sobre el piso, antes de que provocara cualquier accidente. Me agache para recoger los restos que quedaban de aquella taza sobre el suelo, tratando de ser lo más cuidadosa posible, pero un trozo de este, al estar tan filoso, paso a llevar uno de mis dedos haciendo un corte de un extremo al otro. Lo que me faltaba.

Bote todo y limpie el liquido que había en el suelo, para poner una venda sobre mi dedo y seguir con mi trabajo.

Me acerqué al azabache nuevamente para volver a cambiar los trozos de tela por unos nuevos. Volvió a quejarse, pero esta vez comenzó a mover sus labios emitiendo una palabra en especial.

—Ma... Mamá... Quédate conmigo—expresó a duras penas, pero con un tono melancólico.

No pude evitar a que mi corazón se estrujara con lo que acababa de decir. Estaba soñando con su madre.

Vi cómo una lágrima caía de su ojo derecho, acercándome a él para analizarlo mejor.

Alejé unos instantes el paño húmedo que tenía en su frente, poniendo ambas manos sobre los costados de su rostro, y con mis pulgares acariciando sus mejillas, mientras que limpiaba las lágrimas que caían de sus ojos.

—Shhh... Tranquilo, no iré a ningún lado. Me quedaré contigo Levi—susurre con la esperanza de que lo oyera. Sin pensar lo que estaba haciendo, besé su frente delicadamente evitando a que despertara.

Sentí que llevó su mano a mi mano derecha, apretándola como si no me quisiera soltar por ningún motivo y lo dejé que lo hiciera.

Con mi mano libre, acaricie su delgado cabello negro, mientras miraba cada detalle de su rostro. El verlo tan vulnerable, tan delicado solo nacían las ganas de no apartarme de su lado y quedándome hipnotizada ante tal escenario.

Me detuve unos instantes a observarlo con calma, algo que jamás había hecho hasta el día de hoy.

Sus suaves facciones, su piel blanca y su cabello negro. Eso era algo que no podía sacar de mi cabeza.

Con total delicadeza, pase mis dedos suavemente por toda la extensión de su cicatriz, hasta llegar al borde de sus labios.

Eran carnosos y tenían una tonalidad rosa perfecto. En estos momentos estaban algo agrietados, dado la fiebre y una posible deshidratación.

Me percaté que estaba demasiado cerca de su rostro. Que descaro de mi parte, viendo en el estado en el que estaba. ¡Dios mío!

Me quedé esperando y el efecto del medicamento ya estaba comenzando a ser efecto. Ya no temblaba y su cara ya tenía mejor color, pero aun así estaba sudando.

Me quedé cerca de él por varias horas, notando que la fiebre había disminuido considerablemente, encontrándose durmiendo tranquilamente.

Vi el pequeño reloj que había y eran cerca de las 6 am. Ni siquiera me había dado cuenta de que el tiempo había pasado tan rápido.

Acerqué una silla junto a su cama para tenerlo en observación durante un par de hora más. Lo cubrí mejor con la sábana para evitar el cambio brusco de su temperatura.

Después de tantas horas, hasta que me senté, no me había dado cuenta de lo cansada que estaba. Habían sido muchas horas sin detenerme y viendo el estado de Levi.

Vi que su mano estaba a un costado de su cuerpo, acercándome para ver las pequeñas marcas que tenía. Recordé cuando esta tarde, teníamos nuestras manos unidas y necesitaba nuevamente sentir su roce en mi piel.

Tomé su mano izquierda y entrelace mis dedos con los suyos. Necesitaba nuevamente sentir su mano sobre la mía, sintiendo una corriente eléctrica sobre mi mano y comencé a darle pequeñas caricias con mi pulgar.

Solo esperaba a que se lograra mejorar y que no pasara por esto nuevamente.


╭────────╯ʟᴇᴠɪ╰────────╮

Mamá... Mamá...

Miré a mi alrededor encontrándome solo en esa fría y oscura habitación de 3 metros de ancho y largo.

Estaba asustado, no sabía que hacer ya que me encontraba completamente solo. Tenía frío, no me sentía bien y presentía que en cualquier momento algo malo pasaría conmigo.

—Levi, ven... —esa dulce voz la reconocería en todas partes.

Me di la vuelta y pude reconocer a mi madre dentro de esa oscuridad. Como si mi vida dependiera de ello, corrí a sus brazos que me esperaban con ansias abiertos para recibirme.

—Mamá—dije, apenas llegué a sus brazos. Oh, cuanto la extrañaba.

—Mi pequeño... Mira cuanto has crecido—se separó de mi para observarme mejor.

Estaba de la misma forma en la cual yo la recordaba. Para mi, era una de las mujeres más lindas de todo lo que me rodeaba. Era mi mundo. Mi soporte y mi hogar.

—Mamá, ¿Dónde estabas? No sabes cuanto te he extrañado y la falta que me has hecho durante tanto tiempo...como deseo que estés a mi lado.—dije al borde de las lagrimas.

—Me siento culpable por haberte dejado solo desde que eras tan solo un niño, no sabes lo arrepentida que estoy. Perdóname—vi  como una lagrima se deslizaba por su fino rostro, haciendo que la limpiara al con mi pulgar, acariciando su rostro.

—No tienes que pedirme perdón por nada—la abracé sintiendo su característico olor a lavanda suave.—No sabes cuanto daría por que estés junto a mi. Mamá, quédate conmigo

—Siempre he estado aquí—me separó de ella, y puso una de sus delicadas manos en mi pecho señalando mi corazón.— "Tranquilo, no iré a ningún lado. Me quedaré contigo Levi"

Finalizo, dándome un suave beso en mi frente.

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Desperté, sintiéndome mis párpados algo pesados. Imágenes vinieron a mi mente cuando tomaba mi té y todo a mi alrededor se volvió oscuro. Abrí mis ojos, vi el techo de color blanco perfecto.

Hace años no soñaba con mi madre. Fue algo maravilloso poder por lo menos sentir que a pesar no estar con vida, saber que está siempre junto a mi. La extraño demasiado.

Me sentía un poco mareado y la cabeza la tenía adolorida. Lo único que recuerdo es que me vine a mi cuarto y me comencé a sentir mal, cuando todo a mi alrededor se fue a negro.

¿Cómo carajos llegué a la cama?

Sentí algo pesado en mi cabeza, levantando mi mano para sacar lo que tuviera ahí.

Era un paño húmedo . Pero ¿Qué pasa? Tal vez me dio fiebre.

Mire a mi alrededor y vi cómo los rayos del sol entraban en la habitación, miré el reloj que estaba en el costado y vi que eran las 7:15 am.

Giré mi cabeza hacia mi izquierda, viendo como la pelinegra estaba recostada, apoyando sus manos sobre la mía, mientras que veía como respiraba tranquilamente, inundaba en un sueño bastante profundo.

Tal vez me estuvo cuidando toda la noche y no durmió absolutamente nada.

Suavemente retire mi mano, y comencé a analizarla detenidamente. Su pelo estaba ligeramente desordenado. Se veía algo pálida, probablemente por que no ha descansado lo suficiente, pero realmente parecía un ángel el verla de esa forma.

Recordé lo que paso con ese sujeto. Las ganas de romperle la mano todavía estaban presentes y desde ahí no hemos hablado para nada.

Tomé unos mechones de cabello, pasándolos por detrás de su orejas, evitando despertarla.

—Tsk, eres demasiado bonita y dulce para estar con alguien como él—expresé en voz baja, aun con la fe de que no me haya escuchado.

Vi que comenzó a moverse, comenzando a despertar. Alejé mi mano, acomodándome y haciéndome el dormido para evitar cualquier mal entendido.

Escuche el sonido de la silla siendo removida y ella poniéndose de pie.

—Dios mío, me quedé dormida—expresó preocupada y con voz somnolienta. Reía internamente al imaginarme tal escena.

Sentí su presencia y al inhalar, al sentirla tan cerca, oliendo una fragancia muy parecida al que tenía mi madre. Lavanda suave.

Sus manos pasaron a mi rostro, posicionándolas a los costados de esta. Comencé a sentir como con sus pulgares acariciaba mis mejillas.

—Ya no tienes fiebre.—dijo rápidamente. Sentí que posó una de sus manos, peinando los cabellos de mi frente—para la próxima vez, espero no me des estos sustos y me digas que no te sientes bien. Me preocupe mucho por ti.

Esta vez no pude evitarlo. Necesitaba verla nuevamente. Abrí mis ojos y vi que estaba cerca de mi rostro, comenzando a ponerme un poco nervioso.

Mis manos se empezaron a moverse por su cuenta, llevando una de estas, tomando un mechón de su cabello, llevándolo detrás de su oreja.

Ella, al verme despierto y al realizar tal acción, abrió sus ojos sorprendida, viendo como el color rojo inundaba sus mejillas.

—Tranquila, ya estoy mejor—fue lo primero que salió de mis labios al escucharla tan angustiada.


╭────────╯ɪʀɪɴᴀ╰────────╮

Comencé a abrir mis ojos, sintiendo un dolor en la espalda, ya que la posición en la que estaba no era la mejor para poder descansar.

Asustada me puse de pie, al ver que de la nada me había dormido al tener en observación a Levi. Maldecía internamente al ser tan descuidada.

—Dios mío, me quedé dormida—aun me sentía algo somnolienta. Me fijé en la hora, ya que el sol entraba por la ventana.

Había dormido apenas una hora.

Dirigí mi mirada nuevamente hacia Levi y aún seguía dormido. Su semblante se veía mucho mejor que en la noche, dejándome un poco más tranquila.

Me acerqué a él y acune mis manos en su rostro, notando que la temperatura había bajado un montón y ya estaba bien.

—Ya no tienes fiebre—llevé una de mis manos hacia su frente, retirando nuevamente los finos cabellos que caían—para la próxima vez, espero no me des estos sustos y me digas que no te sientes bien. Me preocupe mucho por ti.

Susurre mientras me di cuenta que estaba cerca de su rostro. De la nada, vi como abrió los ojos, chocando con los míos.

Vi que llevo su mano a los mechones que tenía cerca de mi rostro llevándolos detrás de mi oreja, poniendo finalmente su mano al costado de mi rostro.

Mi corazón empezó a latir rápidamente ante tal gesto y estaba segura que mi cara debía estar roja.

—Tranquila, ya estoy mejor—fue la frase que salió en voz baja de su boca apenas despertó.

Me estuvo escuchando todo lo que le dije. Agradecí no haber dicho cualquier estupidez. Me alejé de él, ya que me asustó al despertar así de la nada.

—Di-disculpa Levi, ¿Te desperté?—pregunté al verlo ahí, sin moverse al momento de separarme de él.

—No, no te preocupes—se intento sentar, pero aun lo notaba un poco débil.

Lo ayude a que se sentara y acomodé unas almohadas, para que apoyara su espalda y descansara sin problemas.

—¿Cómo te sientes ahora?

—Creo que mejor. Solo un poco mareado y la cabeza la siento un poco adolorida.

—Debe ser por el medicamento que te inyecte, además de que ayer no comiste nada. Espera un momento.

Me levanté de mi lugar y tomé mis implementos, para ser exactos mi estetoscopio. Lo acomodé para comenzar a chequearlo y estar seguros de que no sea nada grave.

Comencé a tantear sus latidos cardíacos y se escuchaban más rápidos de lo normal, pero nada de qué preocuparse. Después fueron el turno de sus pulmones y estaba todo en orden.

Volví a tomar su temperatura y estaba en los rangos normales.

—¿Tienes algún otro malestar?—pregunté guardando mi estetoscopio.

—No, solo el dolor de cabeza.

—¿Es primera vez que sucede?

—No, hace mucho tiempo no me sucedía.

—¿Fuiste a algún doctor para verificar cual era el diagnostico?

—No, me opuse a ir a cualquier doctor u hospital.

—Levi, te pudo haber pasado cualquier cosa. Debiste haberte preocupado un poco más por tu salud. —insistí preocupada.

—En ese tiempo no me importaba absolutamente nada, ni siquiera mi bienestar o mi salud. Me daba igual si moría o no.

Agachó su cabeza, como si se hubiese arrepentido de lo que dijo. Yo solo comencé a jugar con mis dedos notando un poco de tensión por sus palabras.

—Bueno, ahora estoy yo para eso y esta vez si estaremos más pendientes de tu bienestar. Iré a buscar agua para que bebas, vuelvo en seguida.

Me puse de pie y partí a la cocina a buscar lo que necesitaba. Preparé en una jarra el agua suficiente y en un plato, corte varias frutas para que comiera algo fresco y comenzara a reponer energías.

Llegué nuevamente a su cuarto y dejé todo sobre el mueble que tenía a un costado de la cama. Él solo me observaba cada cosa que hacía.

Vertí un poco de agua en un vaso y se lo extendí para que se hidratara. Me lo recibió, pero antes de que comenzara a beber, me tomó la mano,  notando la pequeña venda que tenía en mi dedo.

—¿Qué te paso en el dedo?—preguntó viendo con detención mi mano.

—Al parecer ayer estabas tomando té cuando te desvaneciste y soltaste la taza de tus manos y al caer se rompió. Limpie los trozos que habían en el suelo y me corte, pero no es nada grave, así que no te preocupes.—Me miró no muy convencido, soltando mi mano, bebiendo el agua que le extendí.—ahora debes beber mucha agua para mantenerte hidratado y que la fiebre no vuelva.

Esta vez le di el plato de frutas para que comiera.

—Gracias, pero no tengo hambre.

No alejé el plato, ya que debía comer algo.

—Levi, no has comido nada desde ayer y debes recobrar energías. Lo más seguro es que tus defensas estén bajas y necesitas comer bien para evitar este tipo de situaciones. Por favor, aun que sea un poco.

Me recibió el alimento y lentamente comenzó a comer, dejándome más tranquila.

—Tu tampoco has comido nada—me miró mientras llevaba un trozo de manzana a su boca.

—Más tarde comeré algo.

—Deberías ir a descansar.—dijo mientras dejaba el plato sobre el mueble.

—No puedo dejarte solo si aun estás bajo los efectos del medicamento. Prefiero esperar a que los demás vuelvan y así no dejarte solo.

—No me moveré de aquí si eso es lo que te preocupa—dijo en una mezcla de ironía y gracia, ya que aun le costaba caminar.—además su hora de llegada es incierta.

—No es eso, si algo se te ofrece y no estoy aquí...—me interrumpió.

—Esta bien, tampoco es que me moleste que permanezcas aquí, pero insisto en que debes descansar. Si lo deseas puedes recostarte y dormir, no me pasara nada—lo último lo dijo en voz baja, desviando la mirada, notando sus mejillas sutilmente rosadas.

Sentí mis mejillas arder. Sabía que sus intenciones eran las mejores al saber que no había descansado, pero el único lugar que podía recostarme era en su cama.

A pesar de que era bastante grande, me ponía nerviosa pensar que si aceptaba, estaría bastante cerca de él.

El cansancio me estaba venciendo, pero, no debía hacerlo. Sería muy incómodo para ambos el quedarme a descansar en su habitación y para rematar, junto a él.


¡HOLA! ¿cómo están?
Espero tengan una hermosa semana y una feliz navidad! ✨🎄🎅🏻 Este es uno de mis regalitos para ustedes.

Bueno, como ven en esta historia hubo un cambio importante, en el cual, la protagonista ya no es ______ o t/n, si no que un OC, llamada Irina.

Llevaba pensado hacerlo así hace bastante y quise llevarlo a cabo.

Les deseo un buen termino de este año 2021✨

Gracias y nos leemos pronto (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro