»◦ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 46◦«
╭────────╯ʟᴇᴠɪ╰────────╮
«Irina... me duele tanto verte de esta manera. Tienes que ponerte bien para que estemos juntos... vas a salir adelante a disfrutar de la vida. En realidad, jamás me había sentido tan feliz como cuando tú y yo nos casamos. Siempre estaba dispuesto a dar todo por ti, pero jamás pensé que estuvieras dispuesta a dar hasta tu vida por mi. Te amo y nunca dejaré de agradecerte lo que hiciste...»
Fueron las palabras que recuerdo que le dije antes de caer dormido.
Abrí lentamente mis ojos, sintiendo un inmediato dolor en la espalda. Estaba apoyado sobre la cama de Irina. Me levanté con lentitud, notando a Irina con sus ojos completamente cerrados.
Llevaba días en el mismo lugar y no había reacción de su parte. Solo quería que ya todo esto pasara.
No me sorprendía haber despertado así. Llevaba varios días sin poder conciliar el sueño, pero el cansancio fue el ganador esta vez.
Aún en mi puesto, tomé su mano, notando la frialdad de ella. Asustado, me levanté viendo que su rostro estaba completamente pálido, al igual que sus labios.
—I-Irina...—la nombré, llevando mis manos al costado de su rostro, notando que no estaba respirando.
En ese momento, sentí como todo a mi alrededor se detenía, sintiendo como el corazón se rompía en miles de pedazos.
—¡Irina!—alcé mi voz, diciendo su nombre esperando a que reaccionara.
Volví a tomarla de sus mejillas, volviendo a mencionar su nombre sin ver reacción alguna, pero ante mis intentos inútiles por intentar que despertara eran en vano.
Mis lágrimas caían sin parar, manteniendo mis manos en su rostro. Desconsolado, me dejé caer de rodillas al suelo, mientras maldecía en mi interior por no evitar todo esto.
En ese momento, solo quería morir, terminar con mi vida para estar con ella. Ya nada me retenía el estar aquí.
(...)
Abrí los ojos rápidamente, que ante el susto, me puse de pie a la par, intentando asimilar lo que había pasado.
Noté que estaba en la misma habitación y que Irina estaba frente a mi. Sin pensarlo dos veces, me acerqué, acunando mis manos en su rostro, acercándome a ella, validando que estuviera respirando y así fue.
Irina estaba bien. Solo fue una pesadilla.
Me dejé caer en la silla, derrotado ante tal horrible sueño. Cubrí mi rostro intentando a que aquellas imágenes no pasaran por mi cabeza nuevamente pero me fue imposible.
Esta ha sido la peor pesadilla que he tenido jamás.
Me intenté calmar, dejando esos pensamientos de lado mientras me encontraba acariciando su mano, intentando a que entrase en calor. Solo podía observar como sus ojos se mantenían cerrados y verla respirar tranquilamente.
Los días pasaron e Irina seguía sin reaccionar. Nicholas estaba constantemente monitoreandola para ver su progreso. A pesar de eso, no había una mejora de su salud ante los cuidados intensivos, pero lo que nos mantenía relativamente tranquilos era que su salud no decaía. Se mantenía estable dentro de su gravedad.
Louisa había sido dada de alta, pero estuvo con los demás esperando noticias del estado de salud de Irina. Nicholas le solicitó que fuera a casa a descansar al menos un día, pero ella simplemente lo rechazó. No quería moverse hasta saber que Irina por lo menos despierte.
Por otro lado, Nicholas prácticamente no se ha movido del hospital, viendo las condiciones y tratamiento personal para Irina.
Todos, en su tiempo entraron a ver a Irina. Con una pena muy grande salían de la habitación al verla en esas condiciones.
En cuanto a Nate, nos llegó información en cuanto a su detención. La justicia declaró que es culpable por secuestro e intento de homicidio, además de fraudes cometidos en diferente grados, quedando tras las rejas toda su vida. Para nosotros una absoluta tranquilidad.
—Levi...—una voz me despertó de mis pensamientos, girando mi cabeza para ver al padre de Irina en la puerta de la habitación.—¿Todo bien?
Se acercó hasta donde estábamos, desviando su mirada a Irina.
—Si, no pasa nada. Irina no ha reaccionado.—Nicholas suspiró.
—No sé qué más podemos hacer. Estoy comunicándome con algunos colegas de otros hospitales para ver algún otro tratamiento para ella.
—Entiendo...
—Es cierto, venía a decirte que tienes visitas.
Lo miré extrañado, dándole una mirada rápida a Irina para luego levantarme y salir junto a Nicholas. Al llegar al final del pasillo, me encontré a todo el grupo esperando a mi llegada. No los esperaba.
—Chicos...—Al escucharme, todos se giraron al verme.
Mikasa, Jean, Armin, Annie y su bebé, además de Reiner y Connie estaban aquí.
—Hola Capitán...—Jean saludó mientras veía el gesto de los demás para saludarme.
—¿C-Cómo se enteraron de que estábamos aquí?
—Falco nos escribió contándonos lo que pasó. No dudamos en venir y apoyarlo.—respondió Mikasa—¿Cómo sigue Irina?
—No hay progreso. Se ha mantenido igual desde el incidente.
—¿Qué tan grave es su estado?
—Recibió una herida de bala. El problema es que perdió mucha sangre. Afortunadamente llegamos aquí a tiempo o Irina tal vez hubiese fallecido.—respondí cabizbajo.
—¿Y qué sucedió con ese sujeto?—consultó Connie.
—En este momento está detenido, sin posibilidad de libertad.—respondí.—pero por mi, lo hubiese matado.
Y estuve a punto. Si no me lo hubiesen arrebatado, lo habría hecho con mis propias manos.
Nadie respondió ante eso.
—Capitán, ¿Podemos pasar a verla?—Armin habló, manteniendo a su bebé en brazos.
—Si, claro, solo denme un minuto.
Me separé del grupo y me dirigí a la habitación en donde Irina estaba. Allí su padre se mantenía a su lado, mientras la observaba. Yo mejor que nadie podía entender aquel dolor que siente.
—Disculpe si interrumpo...—él levantó la mirada hasta donde estaba.
—No, tranquilo. ¿Qué sucede?
—Mi familia que vive en la Isla acaba de llegar y quieren ver a Irina.—dije resumidamente.
—Claro, no hay problema. Creo que le hará bien. Tal vez si escucha a más personas que conoce, comience a recuperar la conciencia.
—Gracias.
Todos entraron a verla. Salían con el corazón roto al verla en tal situación. La última en entrar fue Mikasa. Me pidió que por favor entrara con ella, a lo que accedí inmediatamente.
Ella se acercó lentamente de un lado de su cama, quedando yo, en el otro extremo. Mikasa por el momento, solo se dedicó a mirarla tristemente, mientras acercó su mano a la suya tomándola dulcemente.
—Irina...—dijo en voz baja, notando lo afectada al verla así.
—Mikasa, trata de no alterarte, recuerda tu estado.—dije al verla de esa manera. No le iba a hacer bien. Ella acarició su pequeña barriga de embarazo.
—No se preocupe capitán. Yo estoy bien. La verdad es que le tomé mucho cariño a Irina y es doloroso verla así. Puedo imaginarme el dolor que siente en estos momentos.
—Es una verdadera pesadilla. Solo quiero que despierte y decirle que todo va a estar bien.
Vi que ella se acercó a mi y con delicadeza, me abrazó por los hombros dándome su apoyo.
—Entiendo como se siente...—no hubo necesidad a una explicación a eso. Sé a lo que se refería con lo que pasó con Eren y no quise decir nada con respecto a ello.
—Gracias por venir y apoyarme.
—Así como usted me apoyó cuando más lo necesité, también quiero hacerlo para usted. No está solo. Todos lo vamos a acompañar en esto.
Le di una media sonrisa ante sus palabras. Estaba muy contento de verlos aquí para acompañarme en todo esto que estábamos pasando.
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Nicholas salio de la habitacion de Irina, dejando a Levi, junto con las visitas que venían a acompañarlo en estos momentos. Mientras caminaba, pensaba en lo preocupado que estaba también de Louisa.
Ella, desde su alta, no se ha movido del hospital. No ha tenido el reposo suficiente después de los hechos. A Nicholas no le quedaba más opción que recurrir a esa persona en estos momentos, ya que no sabía qué más hacer.
Entró a una especie de cubículos donde frente a él tendría un teléfono. Se acercó tomándolo, marcando los números que recordaba mientras un ruido entró a su oído, señalando la conexión y la espera de una respuesta.
—¿Hola?—escuchó al otro lado de la línea, capturando su atención.
—Onyankopon, soy Nicholas.
—Hola Nicholas... ¿Todo bien? ¿Irina despertó?—preguntó de inmediato al no esperar una llamada de él.
—Irina aún no reacciona.
—Lamento escucharlo, pero dime, ¿Necesitas algo? Justo saldré hacia el hospital. Vine por algo de ropa para Levi y un poco de alimento.
—Si, la verdad es que necesito algo. Onyankopon, me gustaría pedirte un favor.
—Por su puesto. Lo que sea.
—Quiero que te lleves a Louisa a la casa. Quiero que descanse y que coma algo. Desde que entró al hospital y lo que ha pasado con Irina no se ha alimentado bien y no ha dormido lo suficiente. No puedo moverme de aquí por Irina, pero no quiero que ella enferme por todo esto.
Hubo un silencio durante unos segundos, hasta que la voz de Onyankopon interrumpió aquel momento.
—De acuerdo, llegaré en unos minutos y hablaré con Louisa, pero trata de hablar con ella. Sabes que no será fácil convencerla de hacerlo.
—Lo sé, hablaré con ella.
—Nicholas, trata de descansar. También tienes que reponer energías o puedes enfermar.
—Gracias por la preocupación, pero no estaré tranquilo hasta que mi hija reaccione.
—Eso lo entiendo, pero no te descuides. Por Irina y Louisa.
—Tranquilo. Yo estaré bien. Te espero aquí.
—Está bien, nos vemos en un rato.
Colgó el telefono soltando un pesado suspiro.
Es verdad. Desde el incidente, él no había descansado como correspondía y se sentía muy agotado, pero hasta que Irina mejorar, no podía irse de allí.
Meditó algunas cosas por unos minutos hasta que comenzó su camino hasta que llegó a su destino, viendo a la chica sentada en la sala de espera general. Al verlo acercarse, se levantó rápidamente.
—Nicholas, ¿Pasó algo?
—No, tranquila. Llegaron visitas. Levi los está atendiendo y pasaron a ver a Irina.—respondió quedando a su lado.
—¿Son los de la isla?
—Si, preferí dejarlos. Tal vez si les escucha, reaccione.
—Tal vez tengas razón.
Louisa, veía la cara de cansancio sobre la de Nicholas, más aun con la preocupación con todo lo de Irina. A pesar de todo, extrañaba poder estar con él en todo momento, pero por las circunstancias, era algo que no se podía controlar.
Louisa se acercó rodeo con sus brazos a quien tenía en frente, apoyando el costado de su rostro sobre su pecho. Este un poco sorprendido, luego de unos segundos respondió aquel gesto, rodeando sus brazos alrededor de ella. Besó su cabello, apoyando su mejilla sobre su cabeza.
—No sabes lo bien que me hacen tus abrazos.—dijo Nicholas en voz baja. Palabras que solo eran para ella.
—También a mi. Extraño... que estemos así.
—Lamento dejarte sola tanto tiempo...—aquella frase hizo que Louisa rompiera aquel abrazo.
—No tienes por qué disculparte. Irina es quien importa ahora. Tienes que poner toda tu atención en ella.
Bajó unos instantes la mirada, notando de igual manera la preocupación en sus gestos corporales. Con una de sus manos, las dirigió a su mentón para levantar su mirada y verla a los ojos.
—Te amo Louisa.
—Y yo a ti.—respondió.
Nicholas se acercó, juntando sus labios con los de Louisa. Su corazón se acelero, así como cada vez que lo tocaba o con el simple hecho de estar a su lado.
Ambos movían sus labios al compás del otro, mientras que ambos se acercaban aún más en aquel beso.
Lamentablemente, aquel momento se vería interrumpido, por la presencia de cierta persona. Ambos, al saber que estaba allí, se separaron de inmediato.
—Lo... lo lamento, no quería interrumpir—dijo el moreno, entrando en aquella escena, sintiéndose algo incómodo.
—No te preocupes. De hecho, llegas en justo a tiempo.—respondió Nicholas. Onyankpon sabía a lo que se refería. Louisa, confundida, se acercó a ambos.
—Nicholas, ¿Qué sucede?—preguntó sin entender las palabras de su prometido. Él se acercó y tomó sus manos.
—Louisa, ¿Por qué no vas a casa y descansas?
Nicholas sabía la postura de la chica y la respuesta que ella le daría.
—No, no quiero moverme de aquí y lo sabes.
—Aún estas delicada y quiero que comas. Has perdido peso por no comer bien. No quiero que enfermes. Por favor.
—Pero...—fue interrumpida.
—Si Irina despierta, prometo comunicarme a la brevedad. No te preocupes. Solo quiero que no te enfermes.—respondió presionando sus manos.
Ella aun mantenía su mirada fija hacia él esperando que cediera ante tal petición, pero fue todo lo contrario. En sus ojos persistía que fuera a casa a descansar.
—Louisa, vamos, haz lo que Nicholas te pide. —La voz de Onyankopon interrumpió aquel momento.—yo te acompañaré a casa.
—Por favor Louisa...—volvió a suplicar.
Después de unos minutos, Luisa accedió ante la insistencia de Nicholas. Antes de marcharse, Onyankopon le dejó las cosas que traía para que se les diera a Levi, ya que él acompañaría a Louisa a casa.
Luego de despedirse, ambos, caminaron hacia la salida, dandole la última mirada al padre de Irina.
Al verla desaparecer, se dio la vuelta, volviendo su camino de regreso a la habitación de su hija. De un momento a otro, vio como una enfermera corría en su dirección.
Al llegar a él, le comunicó aquel mensaje que traía. Al escuchar el nombre de su hija, Nicholas abrió lo ojos y no dudó en acelerar sus pasos a aquel destino. Sintió su respiración acelerar y nada más que querer llegar allí a escuchar a la auxiliar.
Al llegar, su sorpresa fue aun mayor.
Levi estaba con ella y que de él, caían lágrimas sin parar, mientras besaba su mano.
Nicholas se acercó aún sin creerlo.
Y de su rostro, al igual que Levi, también caían un centenar de lágrimas...
SE QUE MEREZCO QUE ME EJECUTEN POR NO ACTUALIZAR POR TANTO TIEMPO, ADEMÁS DE DEJARLOS ASÍ😭 PIDO MIL DISCULPAS
¿Cómo están? Ya los extrañaba mucho✨ pero ya estamos de vuelta, escribiendo lo que para muchos temen, los últimos capítulos de este fic y unos especiales adicionales😭 a nadie le gustan los finales, pero espero que con lo que estoy redactando queden felices... o no?😱
Dentro de unos días seguiré con la actualización y espero les guste.
Nos leemos pronto❤️
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