»◦ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 24◦«
╭────────╯ʟᴇᴠɪ╰────────╮
—¡Levi!—escuché un grito femenino alertándome enseguida. Inmediatamente me adentré por la casa, dirigiéndome donde había escuchado mi nombre.
Pero apenas entré en el pasillo, sentí que todo a mi alrededor se detuvo de golpe. Lo más rapido que pude, avancé hasta llegar a su lado. Como pude, me arrodille hasta acercarme a ella y ver su estado.
Miles de preguntas invadieron mi mente, pero no era el momento de responderlas, si no de ayudarla.
Sus ojos estaban completamente cerrados, sus mejillas se mantenían rojas cubiertas de lágrimas y estaba completamente desvanecida junto con el teléfono de la casa en su mano.
Irina estaba desmayada.
Sobre el suelo, la tomé, acomodando a Irina en mis brazos y viendo que aún mantenía sus ojos cerrados. Puse una mano en su mejilla validando que estaba ardiendo en fiebre. Maldecía en mi interior por no haberme preocupado más por ella al verla de esa manera.
¿Por qué? ¿Por qué estaba llorando y con el teléfono en mano?
Tomé el aparato, llevándolo a mi oído escuchando que la linea estaba cortada.
—¡Irina!—Gabi la nombró pero no reaccionó.
—¡Gabi, ¿Qué fue lo que pasó?!—pregunté con desesperación. Irina había quedado en su habitación sin ningún problema.
—N-No sé, cuando aparecí aquí, ella estaba hablando por teléfono, le pregunté qué le pasaba y por qué estaba llorando cuando se desvaneció.
Volví a poner mi mano sobre su mejilla, limpiando el resto de lágrimas que tenía en su rostro. Tenía demasiada fiebre y esto podía ser muy grave. Su salud podía seguir decayendo.
—¡Irina, despierta!—dije esperando alguna respuesta, pero era imposible. Estaba totalmente inconsciente.—Tiene mucha fiebre...
¡Maldición! No podía levantarme, ni siquiera dejarla recostada en un sitio más cómodo para ella.
—Irina... abre los ojos...—dijo Gabi casi al borde del llanto.
La puerta de entrada sonó, reaccionando para pedir auxilio en este momento.
—¡Señor Levi! ¿Ya está en casa?—sentí el llamado de Falco a lo lejos.
—¡Falco! ¡Onyankopon!—alcé la voz esperando respuesta. Sentí varios pasos aproximarse hasta donde estábamos.
—¡Levi, ¿Qué sucedió?!—exclamó el moreno al ver la escena.
—¡Irina!—preocupado, Falco la nombró sin recibir respuesta. Ambos se arrodillaron a mi lado al ver el estado de Irina.
—¡Onyankopon, ayúdame. Llévala a mi habitación!—solicité, sin responder a su pregunta.
—¡P-Pero, ¿qué fue lo que le paso?!
—Se desmayó y tiene fiebre.—respondió Gabi a su lado.
El moreno se acercó para hacer lo que le pedí. No podíamos dejarla así.
—Tómala con cuidado.—solicité mientras la acomodaba.
Onyankopon la comenzó a acomodar en sus brazos para alzarla, llevarla a mi cuarto y atenderla lo antes posible.
—¡Maldición, con cuidado!
—¡Levi, cálmate por favor! ¡Lo hago con el mayor cuidado posible!—me regañó al verme tan alterado.
Falco me ayudó a ponerme de pié mientras nos dirigimos a mi dormitorio, donde Onyankopon llevaría a Irina. Al llegar vimos como la terminaba de acomodar en la cama. Yo sin pensarlo me acerqué a ella volviendo a tomar su rostro, sintiendo como la fiebre la tenía convaleciente.
—Falco, ayúdame.—Gabi tomó la mano de Falco para salir de la habitación.
—De acuerdo—ambos salieron rápidamente, dejándonos a Onyankopon y a mi junto a ella.
—Debemos llamar a un médico—sentí la voz de Onyankopon a mi espalda—No podemos dejarla así nada más.
—Antes de que llames a cualquier persona, llama a su padre. Dile que Irina está enferma. Tal vez sea mejor que él mismo la vea. No podemos sacarla de la casa en su estado.
Onyankopon no respondió pero salió de la habitación rápidamente, dejándome a solas con ella. Me iba morir de la preocupación. Prefería mil veces tomar yo su lugar y evitar verla de esta manera.
Mi vista se desvió a su mano al verla lastimada. La tomé para analizar su herida y la inflamación que tenía. ¿Como demonios se hizo esto?
Noté que su respiración se comenzó a acelerar viendo como de a poco comenzaba a sudar, mientras la noté agitada. La fiebre estaba subiendo.
Unos pasos se sintieron, viendo a Gabi entrar. Se puso a mi lado notando que Irina estaba algo inquieta.
—Levi, ayúdame—la miré confundido.
—¿A qué?—pregunté nervioso.
—A quitarle su ropa, si no lo hacemos la fiebre no bajará.
Estaba abrigada y eso no ayudaba a que la fiebre bajara. Mis manos se comenzaron a acercar a su cuerpo, deteniéndome al inicio de los broches de su vestido en la parte delantera. Pero no pude seguir... no sé qué demonios me pasaba, quedándome petrificado en mi lugar.
—No puedo, no puedo hacerlo.—Boté un suspiro rendido. No estaba consciente, y tal vez eso me detenía, pero estaba enferma y se debía hacer de todas maneras.
—¡Levi, si vas a estar así, mejor vete y después entras. Yo lo haré!—dijo con molestia la castaña y tenía razón. Solo sería un estorbo si me quedaba todo nervioso dentro.
La miré antes de salir, esperando a que Gabi terminara rápidamente. Sentí unos paso acercarse, notando que Onyankopon estaba casi a mi lado.
—Llamé a su padre. Viene lo más pronto posible.
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Había pasado al menos una hora. Yo estaba a su lado, tomando su mano mientras que Onyankopon intentó bajar la fiebre con trapos fríos, pero no estaba funcionando. Gabi la había cambiado de ropa por una más fresca para que la fiebre bajara.
Esto me estaba poniendo histérico. No había mejora y me asustaba que la fiebre hiciera de las suyas. No quería que siguiera con este malestar y se siguiera debilitando.
Nervioso, movía mi pierna derecha con rapidez.
—Levi, ¿Por qué te viniste antes y no nos esperaste?—Onyankopon estaba a mi lado, acomodando algunas cosas. No habíamos hablado de que no los había esperado para regresar juntos, además de que no les avisé, pero ese tal Elías que apenas lo conocía, ya me sacaba de quicio y fue responsable de aquello.—¿Acaso fue por Irina?
—Si, en la mañana me dijo que no se sentía muy bien y no quería dejarla sola. Insistió tanto a que hiciera lo que tenía pendiente, además de que no pensé que estaría así...—la observé mientras sus ojos estaban completamente cerrados, notando su respiración algo rápida.
—Levi, sé como eres. No te sientas culpable de haberla dejado aquí.
—Pero es que... estaba enferma y la dejé sola.—respondí en voz baja.
—Tú mismo lo dijiste. Nadie sabía que llegaría a estar de esta forma. Así que tienes que calmarte, ya que eso no le ayuda a Irina.
De cierta manera, tenía razón. No me servía lamentarme cuando ya las cosas estaban así, pero era inevitable sentir esta angustia y preocupación.
Mi vista se volvió a dirigir a su mano. Tenía los nudillos inflamados, con un tono rojizo y un poco lastimados. Aún no puedo entender cómo se hizo esto. Estas heridas son parecidas a cuando golpeas algo o alguien...
Notando su mano izquierda, me di cuenta de que no llevaba aquel anillo de compromiso que Nate le dio. Mi mente inmediatamente comenzó a trabajar, pensando en varias posibilidades del por qué no la tenía. ¿Lo fue a ver? ¿Se encontraron? ¿O tal vez vino a verla?
Un ruido interrumpió mis pensamientos, haciéndonos mirar la puerta. Su padre, junto con Falco, entraron a la habitación, dejando sus cosas a un costado.
—Irina... cariño...—Su padre se acercó rápidamente y le comenzó a hablar para ver si había respuesta de su parte.—¿Han visto algún otro síntoma aparte de la fiebre?
Nos alejamos para darle espacio mientras él se acercó a revisarla de inmediato.
—N-no, solo se desmayo.—respondí.
—¿Pueden salir un instante, por favor? La voy revisar.
Onyankopon me tomó del brazo al igual que Falco. Entendiendo la señal, mientras comenzamos a salir de la habitación para que la revisara. De cierta forma me dejaba un poco más tranquilo el hecho de que sea su padre quien se encargue de verla y asegurarnos que no tenga nada más, pero aun así la preocupación persistía.
—Levi, tranquilo, ahora él se encargará de todo.—ya afuera, Onyankopon tomó mi hombro para tranquilizarme.—está en buenas manos.
—Lo sé, pero... me asusta que le pase algo más.—dije en voz baja.
—Irina se va a mejorar, ya verá—Falco, en su intento de animarme también me regaló una sonrisa.
Al salir del pasillo, vimos a una joven, que podía decir que es de la edad de Irina junto a Gabi, quien la tenía abrazada de los hombros. Ella se mostraba angustiada y casi al borde de las lágrimas.
Tal vez, ella sea Louisa, su amiga. Al vernos se levantó de donde estaba y se acercó a nosotros.
—¡¿Cómo está Irina?!—preguntó rápidamente.
—Sigue igual. La fiebre no ha bajado.—contestó Onyankopon. Su rostro generó preocupación al igual que todos.
—No sé qué demonios habrá pasado, pero todo esto es culpa de Nate.—dijo entre dientes.
Con solo escuchar ese nombre no dude en acercarme a ella y preguntar todo lo que supiera. Al pensarlo mejor, lo más seguro es que Irina haya ido a verlo mientras nosotros no estábamos y ese desgraciado pudo haberle hecho cualquier cosa.
—¿Culpa de Nate? ¿Sabes si le hizo algo? Entonces es por él que ella está así, ¿estoy en lo correcto?
—Levi, calmate—Onyankopon interfirio.
—¡No me puedo calmar si cabe la posibilidad de que ese bastardo le haya hecho algo a Irina!—dirigí mi mirada a la chica—tú eres Louisa, ¿no es así?—ella asintió.—¿Sabes si le hizo algo? Por favor, necesito saberlo.
—Irina me llamó cerca del medio día y estaba llorando. Asustada le pregunté que había ocurrido y solo me nombro a Nate. No me dijo nada más porque lloraba mucho. Fue lo único que me dijo, y por lo mismo, decidí venir a verla. Me encontré con Nicholas en el camino y me dijo que Irina estaba mal y me asusté. Tampoco sé qué más pudo hacerle...—terminó casi llorando ante tal preocupación.
—Louisa me contó eso y tal vez algo malo debió ocurrir—Gabi fue la que comentó esta vez.
—¿Por qué dices eso?—cuestioné.
—Cuando desperté, Irina había dejado una nota diciéndome que iba a salir y volvería pronto a la casa. Al cambiarla de ropa, tenía moretones en sus brazos...
—¡Gabi, ¿Por qué no me dijiste eso antes?!—pregunté exaltado.
—N-No te lo dije porque me daba miedo que salieras a hacer alguna locura Levi—dijo mientras en sus ojos se acumulaban lágrimas. Falco sin pensarlo se acercó a ella.—estaba segura que irías a buscarlo.
Ahora calzaban varias cosas. El que quisiera quedarse aquí en casa era para en realidad ir a ver a Nate. Llevé mis manos a mi cabello, frustrado por no haberme dado cuenta antes. Habíamos discutido esto solo una vez, pero aún así, se mantenía en esa insistencia de ir sola a hablar con él.
—¡Maldición!—le di una patada a una silla que había a mi costado al no darme cuenta de esto y evitar tal situación.
—Levi...—Gabi en su intento de calmarme se quiso acercar a mi, pero la detuve levantando la mano. Estaba con la rabia a tope por el simple hecho de que ese sujeto haya hecho sufrir a Irina.
Me senté frustrado en el sillón que había a un costado, tomando mi cabeza con ambas manos.
Nadie más hablo por la incomodidad del momento y todo lo narrado. Quería dejarlo de lado y preocuparme por la salud de Irina, pero no podía dejar de pensar en miles de escenarios de lo que pudo haberle hecho Nate y yo sin poder hacer absolutamente nada.
El silencio reinó la sala por bastante tiempo. Nadie se movió de su lugar, hasta que un ruido me hizo despertar de mis pensamientos. Alguien estaba llamando a la puerta.
Me levanté y lo más rapido que pude, fui a la entrada abriendo y encontrandome a quien quería ver.
Nate.
Esa rabia que tenía acumulada volvió a cada rincón de mi cuerpo, apretando los puños. Creo que después de muchos años, no había sentido tanta ira, hasta el punto de hervirme la sangre.
Estaba de pie frente a la puerta, abriendo aun más sus ojos al verme a mi recibirlo, para después cambiar a un semblante serio, además de notar que tenía una herida al costado del labio.
Uniendo las piezas del rompecabezas, Irina tal vez lo golpeó por intentar defenderse, dejando una marca que ya tenía tonalidad morada por el costado del labio.
—Contigo quería hablar... —fue lo primero que dijo—pero primero necesito ver a Irin...
Fue lo unico que le permití decir antes de golpearlo en el rostro, haciendo que cayera al suelo. Me acerqué y lo tomé del saco para levantarlo y volver a darle un golpe, viendo como comenzaba a sangrar. Este era el momento que tenía de ponerlo en su lugar por todo lo que le hizo.
Me detuve unos segundos, tomándolo de la camisa.
—¡¿Qué demonios fue lo que le hiciste?!—lo había golpeado tan fuerte que quedó aturdido, para después abrir sus ojos y verme—¡Habla!
—Yo no le hice nada... pero si te puedo decir que ya sé que Irina me puso el cuerno contigo...—sobre él volví a golpearlo, manchando mis manos con sangre.
—¡Levi!—El grito de Onyankopon se escuchó a mi espalda, sintiendo como me separaba de Nate.
—¡No quiero que de tu apestosa boca salga su nombre, ¿me oiste?! ¡Te acercas a Irina o a esta casa, soy capaz de matarte!
—¡Levi, basta!—Onyankopong me separó de él, sintiendo como me arrastraba hacia el interior de la casa, pero puse resistencia.
Vi como Louisa salió y puso una postura firme ante él, una completamente diferente que mostró ante la preocupación por Irina.
—¡Eres un desgraciado Nate! ¡Poco hombre! ¡¿Cómo es que fuiste capaz de dañarla?! Bueno, no es extraño de alguien como tú, jamás te tuve confianza y siempre supe que eras un infeliz y que no la querías.
Nate se levantó a duras penas, limpiando su rostro.
—Tú no tienes ni siquiera por qué entrometerte. Siempre fuiste un estorbo e influenciaste a Irina para que no confiara en mi y jamás te funcionó— respondió en tono burlón mientras se ponía de pie y se estaba acercando a ella.—¿crees que no las escuché cuando hablaban de este imbécil?—me apuntó directamente—todo esto es tú culpa.
Me intenté zafar del agarre de Onyankopon para volver a golpearlo, pero no logré liberarme.
—¡¿Nos estabas escuchando?!—preguntó Louisa con asombro.—¡Eres un...!
Sin darnos cuenta, el padre de Irina había salido de la casa, viendo como a paso rápido se acercaba a Nate. Tomó el brazo de Louisa, dejándola detrás de él al ver que se estaba acercando a ella.
Nate, un poco temerario ante la postura del padre de Irina, dio un paso hacia atrás. Creo que ni siquiera pensó que estaba aquí.
Él sin pensarlo, se acercó rápidamente dándole un fuerte golpe donde yo también apliqué varios puñetazos, pero esta vez nadie interfirió. Todos quedamos petrificados viendo como Nate se quejaba en el piso. Nicholas lo tomó y lo enfrentó.
—Te confié la felicidad de mi hija e hiciste con ella lo que quisiste. Eres un maldito y lamento que tu padre, un hombre tan bueno haya tenido a un desgraciado como tú—lo empujó, haciendo que se tambaleara—te acercas a Irina, eres hombre muerto. Vete de aquí.
Él con dificultad intentó mantener el equilibrio y nos observó a todos.
—Esto no se quedará así—esta vez me miró a mi—me las vas a pagar Ackerman. Arruinaste todo.
Onyankopon me sostuvo para evitar que lo volviera a acercarme a él ante su amenaza. Me arrastro hacia el interior de la casa, llegando a la sala en la cual nos encontrábamos con anterioridad.
—¡Onyankopon, ya suéltame!
—¡Primero cálmate!
—¡No me voy a calmar después de esto, pero no iré a ningún lado. Solo suéltame!—rendido me soltó hasta liberarme.
—Levi, estás lleno de sangre—Gabi se acercó a mi a ver mis manos.
—Iré a limpiarme...—me di la vuelta para ver al padre de Irina.
—Yo... les pido una disculpa por las molestias ocasionadas y por esto que acaba de pasar.—dijo acercándose a nosotros.
—No tienes por qué disculparte. ¿Irina como sigue?—Consultó el moreno.
—Logre bajar un poco la fiebre. Le inyecté un medicamento y ahora hay que mantenerla en observación.
—Pero... ¿Estará bien?—pregunté con preocupación.
—Aún es difícil saberlo, pero esperemos que la fiebre baje aunque sea un poco.
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—Dios santo... te dejó heridas muy feas—la pelirroja se mantuvo al lado de Nate, mientras limpiaba sus heridas.
—Ese sujeto me las va a pagar... todo esto es su culpa—dio un gemido de dolor al ser atendido por la chica.
—Perdón...—se disculpó.
—No sé qué tan difícil es el trabajo de Elías. Los tenía que mantener vigilados y avisarme cualquier cosa. Debió haberme dicho que Irina venía hacia acá.
—Tal vez algo debió pasar...—Él se puso de pie bruscamente.
—¡No, lo que pasa es que es un imbécil. No sabe hacer su trabajo...!—la pelirroja se levantó pero el toque de la puerta hizo detenerse. Ella sin dudar fue abrir, entrando rápidamente de quien estaban hablando.
—¿Qué pasó Janett? ¿Por qué tienes esa cara larga...?—se detuvo al ver a Nate en la habitación todo lastimado.—Nate... ¿Qué te sucedió?
Quien estaba lastimado, se acercó sin dudar, tomándolo de la camisa mientras lo aprisionaba a la pared, evitando a que se escapara.
—¡Nate, déjalo!—el grito de Janett entró a los oídos de este, pero la ignoró.—¡No le hagas nada!
—¡¿Qué demonios te pasa?!—Elias lo empujó, alejándolo de él.
—¡¿Sabes lo que me pasa?! ¡Pasa que no haces tu estúpido trabajo bien!—respondió con furia.—¡Janett, tu hermano no sirve para nada!
—¡Fui a buscar información que necesitaba por si no lo sabías! ¡Además me encontré con ese Ackerman...!—Nate lo interrumpió de golpe.
—¡Eso ya no es importante! ¡Irina vino aquí y descubrió todo! ¡Todo tu "trabajo" se fue a la basura!
—¿Qué?—Elías preguntó confundido.
—Como escuchas... ahora no se como diablos arreglaremos esto.
Nate solo se comenzó a pasear por la habitación, mientras ambos pelirrojos lo observaban.
—Nate... creo que... ya es suficiente...—Nate se acercó a Janett y bruscamente la tomó de los hombros.
—¡No, no me voy a detener! ¡Lo sabes!—Elías se acercó alejando a Janett de Nate.
—¡Cuidado como tratas a mi hermana! ¡Mira que me importa muy poco si se trata de ti!
—Lo único que quiero es que soluciones y busques qué hacer. También te conviene.
—Lo sé, pero cuidado. Si veo que sigues tratando así a mi hermana, te las verás conmigo.
Nate se alejó frustrado, mientras Elías se aseguraba de que su hermana estuviera bien. El pelirrojo se acercó quedando a las espaldas de Nate.
—Dices que mi trabajo se fue a la basura... pero no es así... la información que tengo es importante y tienes que saberlo—Nate se giró su cabeza para mirarlo.
—¿Qué se supone que debo saber?
—Tu padre falleció al finalizar el discurso de Willy Tybur, ¿cierto?
—Si, pero ¿eso qué tiene que ver?—se levantó mirándolo confundido.
—A que no adivinas quien participó en el ataque a Liberio hace 5 años atrás...
¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!
Cada vez la cosa se pone más interesante...
¡Hola! ¿Como están?❤️ ya no podía aguantar más y les subí este capítulo!
Mientras escribía este cap, me reía sola y no pude evitar acordarme de este meme... literalmente es Onyankopon y Levi jajjajajj🤣 perdonen mi estupidez😂
Ahora vamos a ver qué hará Nate ahora... o si es que se atreve a aparecer otra vez👀
En cuanto a Levi e Irina, ¿que creen que pase?
Ya estoy redactando lo que sigue y espero les gustee👀✨❤️
Bueno, creo que eso es todo lo que les tenía que decir... gracias y nos leemos pronto✨❤️
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