»◦ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18◦«
╭────────╯ɪʀɪɴᴀ╰────────╮
Era de madrugada. Tampoco logré pegar un ojo para lograr descansar, ya que estaba muy ansiosa. Le pedí absoluta discreción a Armin y sé que podía contar con eso. Mientras esperaba al rubio, jugaba con mis dedos, hasta que sentí unos pasos desde el pasillo hasta la sala.
—¿Ya estás lista?—dijo colocándose algo más abrigado, ya que las mañanas eran algo frescas.
—Si, estoy lista.
—Vamos entonces.
Al salir de la casa, la bruma y la humedad se sentían junto con el penetrante frío de la mañana, pero no fue impedimento para continuar con nuestro camino. Ambos comenzamos a caminar por una especie de sendero, el cual me explicaba Armin, nos llevaría a una zona en la cual podríamos usar los carruajes y movernos con facilidad.
Yo solo miraba el horizonte donde habían unas eventuales marcas de donde suponía que eran las murallas que cubrían este lugar. Ahora solo ves el hermoso paisaje.
—Armin, ¿Este es el sector más alejado desde el centro?—él asintió.
—Así es, este es el sector de la muralla María, distrito de Shiganshina. Aquí fue donde inició todo. Aquel día descubrimos lo que era vivir bajo el miedo por los titanes y fuimos maldecidos al vivir rodeado de murallas, sintiéndonos apresados como aves en una jaula...
Mientras Armin relataba parte de todo, lograba imaginar el terror de aquellas personas que vivieron tal caos y destrucción. Aquellas a quienes se les fue arrebatada la vida de un momento a otro.
Llegamos a nuestro transporte y nos comenzamos a mover por los alrededores.
—¿Iremos muy lejos?—pregunté al ver que a medida que avanzábamos, la zona rural, comenzaba a ser urbana, llenándose de edificios y calles más estructuradas.
—Si, donde quiero llevarte es muy apartado de donde nos quedamos. Tomaremos un ferri que es lo más rápido para llegar donde queremos. A pesar de que los años pasaron, aún no se han implementado nuevas tecnologías para los viajes mucho más expresos.
—Entiendo, pero ¿Dónde iremos primero?
—Iremos a sus inicios o mejor dicho, sus orígenes. Viajaremos varias de horas, pero como ahora no hay murallas, el viaje es más rápido—yo solo asentí, volviendo a mirar el paisaje por la ventana.
Quería conocer el lugar donde vivió tantos años de su vida y donde se desenvolvió. Este era su tierra, su hogar y tenía esa impresión de que si llegase a conocer un poco más de este lugar, podía comprenderlo y conocerlo mucho mejor.
Algo dentro de mí me pedía no recorrer esto con él. En primer lugar por todos los hechos en los años anteriores y esto generaría tal vez alguna inestabilidad en Levi y es lo que menos quería.
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—Llegamos...—dijo bajando del carruaje, al igual que yo. Me prestó su ayuda al bajar, admirando a mi alrededor.
Habíamos tomado un ferri que nos trajo hasta aquí, luego otro transporte el cual nos dejaría donde estamos en estos instantes. Se podía notar que estaba un poco más apartado de la ciudad pero a simple vista era algo que llamaba mucho la atención.
Eran unas escaleras.
Miré a Armin confundida.
—¿Dónde estamos Armin?
—Antes habían tres murallas que nos rodeaban: María, Rose y Sina. Estamos en lo que era Sina, que fue la muralla más alejada del exterior y es donde te quería traer desde un principio—dirigió su mirada a las escaleras, realizando lo mismo que él.
—¿A donde llevan estas escaleras?
Al verlas sentías un escalofrío en todo el cuerpo y parecía emitir una vibra muy extraña.
—A la ciudad subterránea.
¿Una ciudad bajo tierra? ¿Era posible algo así? Armin nombró los orígenes de Levi... entonces, ¿viene de este lugar?
Armin solo continuó hablando:—Esta ciudad, tenía como objetivo originalmente para la generación de un espacio que fue preparado como un refugio en caso de una emergencia de titanes. Todo esto ante un eventual invasión de parte de los mismos.
—A pesar de que solo era un refugio, ¿las personas vivían de todas maneras aquí?—pregunté asombrada. Armin asintió.
—Si, así como tú mencionas, este lugar tiene ciertas similitudes con los distritos normales, siendo un lugar "habitable", si se le puede decir así. Se dice que las personas que vivían allí, jamás lograban ver el sol, ya que muchos hombres de gran poder tomaban la única entrada y salida, pidiendo cantidades exorbitantes de dinero para salir, siendo algo imposible de pagar, viviendo en una verdadera prisión.
Yo no podía creer todo lo que me decía y ahora podía entender lo que Levi me dijo una vez.
«—Este es uno de mis pasatiempos favoritos.—Levi rompió el silencio de aquel momento.
—¿Salir a ver las estrellas?—pregunté.
—Si, me relaja mucho y me distrae de algunas cosas. Antes no tenía tal privilegio.
—¿Por qué? ¿Alguien te lo prohibía?—lo miré con confusión.
—No, ninguna persona me lo prohibía, pero las circunstancias si lo hacían.
—Me lo dices como si hubieses vivido encerrado casi toda tu vida.—respondí titubeando.
—Digamos que parte de ella si lo fue, pero ahora es lo de menos. Las circunstancias del presente me permiten ver el hermoso cielo cada día...»
No podía creer que vivió una parte de su vida aquí. Eso me hacía sentir una molestia en el pecho, llevando una de mis manos en ella. Mis pies se comenzaron a mover por su cuenta, dirigiéndome a las escaleras y comenzar a bajar. Quería ver con mis propios ojos aquel lugar.
Pero sentí la mano de Armin sobre mi brazo deteniéndome bruscamente. Miré al rubio quien me dirigió una mirada de terror.
—¡¿A dónde vas Irina? No puedes bajar!—dijo un poco alterado.
—¿Por qué?
—A pesar de todo lo ocurrido, esta ciudad aún se mantiene en una zona en la cual ley no rige y aún se trabaja en eso. Aún así, la delincuencia y la mala reputación de este lugar se mantienen. Si bajas, te garantizo que no volverás a subir.
—¿Qué es lo que pasa ahí abajo?—pregunté temeraria, aún sintiendo su mano sobre mi brazo.
Armin se notó incómodo y me soltó. Pasó su mano sobre su cabello, entendiendo el por qué no quería responderme. Con la advertencia que me dió puedo imaginarme las atrocidades que sucedieron y que posiblemente sucedan ahora ahí abajo.
—No me respondas... lo entiendo. Disculpa por actuar sin pensar.
—No te preocupes... créeme que si no regreso contigo, el capitán será el primero en acabar conmigo—soltó una pequeña risa nerviosa—creo que es todo lo que tenía que decirte en cuanto a este lugar. Será mejor que nos vayamos.—yo asentí, mientras le daba una última mirada a las escaleras.
Levi, ¿Qué clase de vida tuviste en este lugar?
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—Así que este fue el uniforme de la legión de Reconocimiento... es increíble—tomé aquella capa con un símbolo bastante particular en la espalda de este. Además de una especie de arnés que se veía bastante difícil de colocar.
Me podía imaginar a Levi vestido con esto.
Nos seguimos moviendo hasta lo que era la muralla Rose. Este lugar donde había una base que pertenecía a la legión de reconocimiento o parte de lo que fue. Armin me relataba todo lo que hizo la legión en los años en que la isla aún permanecía con las murallas. Era increíble todo lo que hacían por descubrir el origen de todo.
—Ese es el antiguo... El último que usábamos era completamente negro, con otras clases de herramientas pero no lo mantenemos en este lugar.
—No te preocupes, con ver esto es suficiente. Además todavía recuerdo ese uniforme. Yo estuve en Liberio el día que los Tybur dieron aquella declaración de guerra—Armin me miró sorprendido.
—¿De verdad?—yo asentí—¿no resultaste lastimada?
—No, yo acompañaba a mi padre por una junta médica y solo ayudé a atender a los heridos que llegaban, pero antes de eso, vi como unas personas vestidas de negro se deslizaban con un equipo muy particular por todo el lugar. Son imágenes que uno no olvida.
—Entiendo...creo que nadie olvidará ese día.
—Tienes razón—le extendí la prenda que sostenía en mis manos, pero me detuvo.
—Llévala contigo, por lo menos hasta cuando terminemos el recorrido.
Armin se levantó y decidimos continuar. Mientras caminábamos por un sendero, me detenía a observar a mi alrededor y donde nos encontrábamos parecía ser una estructura algo así como militar. El patio era gigante, con un comedor y variadas habitaciones.
—Ustedes nombran a Levi como capitán, aún ya pasado los años...—dije entrando nuevamente al tema.
—Si, es la costumbre, pero en esos tiempos, él era un hombre muy popular en todos lados.
—¡¿En serio?!—pregunté impresionada. Por mucho que lo intentaba imaginar, a Levi como un hombre que por su popularidad fuese devoto a sus seguidores, no lo lograba. Me imagino a un Levi que odia las multitudes y que no le guste llamar la atención. La segunda opción era mucho más razonable para mi.
Yo solo sonreí al pensar eso.
—Así es. Era conocido como "el hombre más fuerte de la humanidad".
—Increíble.
—Si, él en solitario, podía matar fácilmente a varios titanes a la vez y era muy hábil en combate. Todo por ser un Ackerman...—mi imaginación comenzó a trabajar y a verlo de esa forma.
Levi con su uniforme, con una postura varonil y de valentía, batallando con su fuerza, fuera de las murallas. Peleando por mejorar su mundo y su vida. Así me imaginaba a Levi Ackerman, "el hombre más fuerte de la humanidad". El sonrojo en mis mejillas no tardó en aparecer imaginándome de esa forma a Levi.
—Irina...—Armin me habló dirigiendo mi mirada hacia él, interrumpiendo mis pensamientos.
—Dime Armin—respondí.
—Esta es nuestra última parada y me hubiese gustado haber realizado un tour mucho más largo, pero espero que con este viaje que realizamos, hayas logrado tu objetivo—me dio una pequeña sonrisa.
—Creo que ha sido más que suficiente. Sin duda me ayudaste a conocer parte de su vida en este lugar y ahora entiendo muchas cosas. Te agradezco de corazón que me ayudaras y me enseñaras parte de la isla.
—El placer fue mío... ahora, acompáñame.
Entramos a un edificio que estaba más apartado del que estábamos anteriormente que era muy llamativo y muy hermoso, viendo diversos detalles en él.
Al continuar nuestro camino, llegamos a una puerta a la que Armin abrió, dándome el paso para que entrara primero. Al entrar vi diversos cuadros en él y muchos elementos que estaban resguardados bajo cajas de cristal para mantenerlos.
—Este lugar es una especie de memorial. Con la reina, decidimos dejar anclada las memorias de los héroes de estas murallas.—Sentí la voz de Armin a mi espalda, acercándose para quedar a mi lado.
Yo miré con asombro el lugar, viendo plasmado tantas personas en cuadros distribuidos por el salón y elementos que se usaron a lo largo de estos años. Ahora me encontraba de pie, en medio de un salón, observando cientos de años de sueños que con los años se fueron apagando por las estrategias de Marley y parte de los titanes.
Una historia en la que Levi era parte y todos aquellos que estaban junto a él.
—Al ver esto... siento... siento que estoy invadiendo este lugar—vi de reojo que Armin me miró confundido.
—¿Por qué dices eso?
—No lo sé... es una sensación extraña. Tal vez es por que una parte de mi es de Marley...mi nación les hizo mucho daño.
Sentía unas ganas de llorar tremendas. El estar aquí y ver todo los sacrificios de tantas personas, se apretaba mi pecho. La angustia la lograba sentir al pensar en tantas personas que luchaban por un mundo libre y sin restricciones.
—No digas eso.—Armin puso una de sus manos sobre mi hombro—En las murallas nacimos, creyendo que los titanes eran nuestros enemigos y con el tiempo, Marley en parte era la causante de tantas desgracias. Lo mismo en tu caso. En Marley creían que los enemigos eran los residentes de esta isla, a quienes llamaban los "demonios de Paradis" y así se vio envuelto muchos años. Nadie es culpable de los actos de otro y ahora debemos seguir demostrando que todos somos personas iguales, con libertad y capaces de convivir los unos con los otros, sea la nación que sea.
Habían tanta razón en sus palabras. Ahora es cuando el cambio debe surgir para tener una mejor convivencia entre países y culturas.
—Tienes razón ...Gracias Armin.
Con timidez seguí recorriendo aquella habitación, deteniéndome en uno de los cuadros más llamativos del lugar.
—Armin, ¿Quién es él?—apunté a un cuadro pintado muy meticulosamente.
En el aparecía un hombre alto y rubio. Sus cejas eran pobladas lo que hacían que su rostro resaltara aún más, junto con sus ojos color cielo. No lo iba a negar, era muy atractivo.
—Él fue el 13° Comandante de la legión de Reconocimiento. Su nombre es Erwin Smith.—el cuadro era un poco más grande que el de los demás, imaginando la importancia de este hombre.
—Al parecer fue un hombre muy importante.
—Si, lo fue. Realizó bastantes cosas que nos ayudaron a descubrir muchas otras. Él fue un símbolo y un líder.
—¿Falleció en batalla?—vi como Armin se tensó ante mi pregunta.
—Si, aunque es una historia algo larga de contar—vi su semblante triste.
—Disculpa, veo que es un tema delicado.
—No, es necesario que todos la conozcan. La historia se resumen en dos vidas en riesgo y un suero de titan...
Armin me contó toda la historia detrás de la muerte de Erwin Smith y no podía creerlo. Levi tomó una decisión muy difícil. Era la vida de su comandante y su amigo o la de un soldado.
—¿Levi era muy cercano a él?—pregunté.
—Siempre andaban juntos y se podría decir que era en la persona en quién más confiaba—volví a mirar el cuadro nuevamente.—al igual que Hange.
—¿Hange? ¿Quién era?
Armin comenzó a caminar al cuadro que venía después que el de Erwin. Vi a una mujer con una especie de parche en el ojo derecho y unas gafas. Su cabello estaba tomado, cayendo un par de mechones por el costado y su frente.
—La sucesora de Erwin. Su vida finalizó antes de llegar a Marley, enfrentándose a los titanes colosales del retumbar. También era muy cercana al capitán. Hange, el comandante y el capitán Levi eran como uno solo.
Me imagino el dolor que tuvo que sentir al perder a tantas personas que él consideraba importantes en su vida. Presioné la capa en mi pecho queriendo abrazar a Levi en estos momentos.
Su vida no fue nada fácil, comprendiendo que detrás de esa coraza, la cual se quiere mostrar firme y fuerte, están esos sentimientos de tristeza y angustia por todo lo que ha tenido que pasar.
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La noche estaba por cubrir los cielos, dejando a la vista la hermosa mezcla de colores que se veían sobre el horizonte.
Armin y yo habíamos llegado sin problemas. Estaba cansada por el viaje tan extenso, pero de cierta forma me sentía feliz al conocer quien es Levi, parte del lugar donde vivió, pero aún así quedan muchas preguntas en mi mente.
Mientras nos aproximábamos a la casa, vi que Levi estaba sentado en la banca al costado de la vivienda. Estaba solo mirando a la lejanía.
Yo me detuve y lo observe. Parecía inserto en sus pensamientos. En eso, Armin me tomó del hombro.
—Iré adentro a ver a Annie y al bebé.
—De acuerdo. Gracias por acompañarme.—me dio una sonrisa y dirigió sus pasos hacia el interior.
A paso lento me fui acercando hasta que lo vi mirarme, sintiendo que había llegado a su lado.
—Llegaste...—dijo al verme de pie frente a él.
—Si, disculpa la demora.
—¿Dónde fuiste?—preguntó mientras posaba su vista sobre mi, poniéndome un poco nerviosa. No quería decirle donde había ido exactamente, me asustaba un poco la manera en que podría reaccionar. Tal vez no era el momento.
—Armin me dio un recorrido por varios lados. Es un hermoso lugar—con algo de timidez me acerqué y me senté a su lado.
—Entiendo. Me preocupé un poco, ya que no sabía donde estabas, pero al enterarme de que ibas con Armin, me quedé un poco más tranquilo.
—Disculpa. Debí haberte dicho.
—No te disculpes... No estas amarrada a mi y no tienes que pedirme permiso.
Llegó a mi una sensación extraña y es parecida al momento en el que estuve con Mikasa. Lo notaba triste.
Tenía la mirada apagada y el desanimo que transmitía era muy fuerte. Tal vez me equivocaba, pero me comencé a preocupar y sentirme un poco culpable de haberme ido así nada más.
—¿Te has sentido bien?—pregunté viendo como giraba su cabeza para verme.
—Si... solo pensaba en varias cosas. Vi el dibujo que hiciste para Mikasa. Te quedó hermoso.
—No es nada.
—No, de verdad gracias. Su semblante cambio sin duda y la alegría que reflejan sus ojos es algo que no había visto. Muchas gracias, en serio.
—Sentí que debía hacerlo y me hubiese gustado haberlo elaborado mucho mejor.
Me hubiese gustado haberle dado un cuadro con un retrato con mayor detalle. Tal vez cuando llegue a casa haga uno y lo traiga nuevamente conmigo.
—La hizo feliz de todas maneras... no la veía muy bien y la ayudaste mucho con eso.—respondió.
Pero yo a él no lo veía bien. Sentía que en cualquier momento colapsaría. No es bueno que solamente sea él quien tome el papel de soporte. Así como dijo Onyankopon, necesitaba a alguien que lo apoyara, así como lo hace con Mikasa.
—¿Y qué hay de ti Levi? Al igual que Mikasa, reprimes mucho tus emociones, sobre todo en este lugar que es donde se generaron tus recuerdos y todo lo que pasó. Ahora no estás bien...Así como tu eres el soporte de Mikasa, quiero serlo para tí...
Su rostro mostró impresión por mis palabras viendo como su pierna la movía constantemente por los nervios del momento.
—He vivido tantas cosas Irina, que posiblemente no imagines y si te las contara, solo me verías como alguien inhumano. Este tiempo solo he querido vivir en paz, pero los recuerdos siempre me atormentan y jamás dejaran de hacerlo... sea el lugar que sea...
Levi dejó de hablar mientras vi como su labio superior comenzó a temblar. Sus orbes grisáceos eran cubiertos por aquellas lágrimas que inundaban su visión, mientras caían y se deslizaban por sus mejillas.
Yo con todo el amor del mundo, me acerqué más a él y pasé mis manos a su rostro, limpiando con mis pulgares las lágrimas que iban cayendo.
—Levi, escúchame.—dije suavemente—nadie tiene una vida perfecta, pero no por eso dejas de ser más humano que los demás. Ante mis ojos y mi corazón, eres una persona asombrosa y lo que ocurrió en el pasado te ayudo a ser quien eres hoy en día. Un hombre valiente que ha logrado llevar sus miedos a pesar de la adversidad.
Al terminar de hablar, Levi dejó caer su cabeza a mi hombro para llorar en él. Mi corazón se rompía al verlo tan frágil y yo solo pude abrazarlo.
Lograba sentir como temblaba en mis brazos y como sollozaba cerca de mi oído. Cuanto dolor podía transmitirme solo teniéndolo de esta manera.
—Tranquilo...—lo atraje más a mi para poder brindarle todo mi cariño en este instante que mostraba como realmente se sentía.
—Después de tantas muertes de las personas más importantes para mi, creí que lo mejor era morir...—expresó con dolor mientras, pasaba sus brazos por mi espalda aferrándose a mi. Seguía sollozando sintiendo como el corazón se me partía en miles de pedazos al verlo de esta manera.
Después de aquel recorrido de hoy, pude comprenderlo y saber cuan doloroso fue perder a las personas más importantes para él.
—No digas eso Levi, jamás lo repitas...—acaricié su cabello con suavidad.
Solo siguió desahogándose junto conmigo, ya pasando lo minutos, sentí que su respiración se regulaba. Se separó de mi, llevando mis manos nuevamente a su rostro, limpiando sus mejillas de aquellas lágrimas que iban cayendo.
—Irina, solo escúchame. Quiero que sepas todo lo que me ha atormentado y todo lo que he pasado. Solo... prométeme que no te alejarás de mi, por favor.—dijo con voz temblorosa mientras se aferraba a mis manos que estaban en su rostro.
—Pero, ¿qué dices? Jamás haría algo así... No podría hacerlo nunca. No te dejaré solo.—él solo besó la palma de mi mano y las tomó para bajarlas y dejarlas junto a él.
Tomó bocanadas de aire para tranquilizarse mientras yo acariciaba con mis pulgares sus tibias manos.
—Hace varios años atrás, una mujer que vivía marginada de un mundo en el cual por su origen y su sangre no era aceptada, obligada a vivir escondida de la sociedad, logrando sobrevivir de lo poco y nada que ganaba vendiendo su cuerpo a cambio de un techo y alimento para un niño que fue concebido por aquel trabajo que por muy miserable que fuese, la mantenía con vida...
Fue el comienzo de su relato.
Yo lo escuché atentamente, mientras nuestras manos estaban unidas y yo las acariciaba.
Cada suceso, cada hecho que salían de sus labios eran cada vez peores. Mi pecho se contrajo al escuchar como tuvo que vivir tantos años de su vida y ser fuerte desde tan corta edad.
Sus manos estaban manchadas con sangre, pero no por gusto, si no que las circunstancias los obligaron a actuar de esa forma. Era su manera de vivir y de defenderse.
Las cosas que contaban calzaban perfectamente con las que Armin me relataba. Nombró a tantas personas y que yo logré ver en algunos cuadros el día de hoy: Erwin y Hange... Farlan e Isabel—mencionando que al ver a Gabi y Falco los recordaba—, su escuadrón y así como su vida en el subterráneo, su estadía en la legión de reconocimiento y lo que restó de la guerra hasta el día de hoy.
—...Llegué a un punto que creí que había perdido sentido de vivir..—esta vez me miró directamente a los ojos—Pero me enseñaste que para poder tenerlo todo, debía conocerte.
Esta vez su semblante cambió, mirándome con absoluta ternura.
—¿A qué te refieres?—pregunté sintiendo mis mejillas arder.
—De qué valió la pena esperar hasta que llegaras a mi vida... nunca había agradecido estar vivo, hasta el momento en que te conocí.
En ese momento, todo mi alrededor desapareció. El ruido ambiente que nos otorgaba la noche, el de la brisa que corría, chocando con las copas de los arboles... todo lo que nos rodeaba había desparecido. En ese instante el tiempo se detuvo, pero mi corazón se comenzó a acelerar como nunca.
No iba a perder tal momento... yo también quería expresar lo que sentía, pero las palabras no salían de mi boca.
Me acerqué, tomándolo de la solapa de su saco, cerrando mis ojos para besar sus labios.
Al tener sus labios sobre los míos, fue cuando todo dentro de mí explotó. Una sensación como si de mí nacieran las más hermosas emociones jamás vividas. Era algo increíble, algo indescriptible y que jamás creí atreverme hacer.
Mis manos se deviaron a los costados de su rostro, al comenzar a mover mis labios con lentitud. No había movimiento de su parte, quedándose absolutamente quieto en su lugar.
Me separé de él lentamente, sintiendo como la vergüenza se apoderaba de mi. Me asustaba abrir los ojos y ver cualquier reacción de su parte, pero tomé el valor necesario, abriendo mis ojos con lentitud, dejando mi vista solo en sus labios que estaban entre abiertos.
—Perdón, yo solo queria...
No logré terminar de hablar, cuando pasó sus manos por detrás de mi cuello, para acercarme nuevamente a su boca, pero esta para sentir como movia sus labios sobre los mios de forma suave y dulce. No había prisa, si no que ambos disfrutabamos del uno al otro.
Todos esos sentimientos que no sabía que eran, los estaba descubriendo en su máxima expresión. Con este beso pude confirmar que estaba enamorada de Levi.
Mi corazon le pertenece a él.
La falta de aire nos hizo separarnos, mostrando cuan agitados estábamos después de tal unión.
—Levi...—susurré sobre sus labios.
—Irina, ¿sientes lo mismo que yo?—dijo mientras rozaba cada rincón de mis labios—ya no puedo ocultarlo más.
Sentía que explotaría en ese momento, todas las emociones posibles pasaban por mi mente y mi corazón dejando una batalla de pensamientos y sentimientos en todo mi cuerpo.
Tome el valor necesario y acorté nuestra distancia, besándolo nuevamente. Desde que toqué sus labios, se habían vuelto de una u otra forma adictivos en un instante.
Pasó sus manos a mi espalda, tocándome de una manera muy delicada, pero con la fuerza necesaria para acercarme más a él.
Mis brazos pasaron alrededor de su cuello, profundizando aun más aquel beso. Era increíble el sentir sus suaves labios sobre los míos, sintiendo un ligero toque de té negro en ellos.
La falta de aire hizo que nos separáramos nuevamente. Al abrir mis ojos, podía notar cuan sonrojado estaba y tal vez yo estaba de la misma manera.
Paso una de sus manos, dejandola al costado de mi rostro para apoyar nuestras frentes.
—Solo contigo, he logrado sentir cosas que no puedo describir—respondí en voz baja a aquella pregunta.—yo también siento algo por ti, Levi.
Esta vez, él tomó mi rostro, dejando un suave beso sobre mi mejilla y mi nariz, sintiendo un cosquilleo en la zona.
—Irina, por favor, no te cases—respondió de la misma manera—yo...quiero estar contigo, solo si tú me lo permites.
Me separé de él y tomé una de sus manos, llevandola al mi pecho, para que sintiera cuan rapido latía mi corazón en este intante.
—Levi, tienes mi corazón en tus manos.
Él tomo una de mi manos, realizando la misma accion, sintiendo como su corazón latía sin frenesí.
—Y tú tienes el mío.
«¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
(...)
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.»
-Gabriela Mistral-
AAAAAAHHHH POR FIN HAY BESOOO BESTIES!!!😭❤️✨
Este poema es uno de mis favoritos de Gabriela Mistral y se los quería compartir y calzaba muy bien con el capítulo✨
¿Qué les pareció? ¿Se esperaban que fuera Irina quien tomara la iniciativa?
La verdad me encanta! Y estoy muy feliz ya de publicarlo. Tardó, pero al fin ya está aquí!✨
¿Que creen que pase desde ahora? ¿Qué pasará con Nate?👀 uhhhh
Espero les haya gustado y nos leemos muuuy pronto!❤️✨
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