ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1

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sᴡᴇʟʟᴠɪᴇᴡ, 03 ᴅᴇ ғᴇʙʀᴇʀᴏ.

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.

Observaba detenidamente el par de hojas que me había entregado varios segundos atrás Piper, quién se encontraba dando vueltas alrededor de la mesa.

——¡No lo entiendo!—exclamó alterada, agarrándose el cabello.— ¡Creí que estaba todo bien!

Su alteración llamo mi atención un par de segundos, se la veía tan molesta que parecía que iba a explotar en cualquier momento.

En su último exámen de matemática, había sacado un cinco. Ese había sido el total de respuestas correctas que tuvo de los doce ejercicios planteados.

—¿Cómo es posible qué tus clases no me funcionen?—se sentó bruscamente enfrente de mí. Y en un santiamén, me arrebato el exámen de las manos— Te pago lo suficiente semanalmente para que me ayudes con esto.

Dios, aún me sorprendía que en un momento así, podía seguir siendo tan cínica.

—Primero, son tus padres quién me pagan por darte clases. Y segundo, comenzamos hace menos de diez días a dar las clases.—le dije con molestia, mientras la miraba— En tus últimos exámenes sacabas uno o dos Piper.

La rubia suavizó sus facciones al darse cuenta de mi molestia. Pero aún así, sabía que no dejaría de descargar su enojo conmigo.

—Creí que sí aceptaba tus clases me iría mejor, pero no.

—Algo mejoraste, ¿No crees? Es un cinco Piper,  no esperes que haga magia contigo en siete días.

—¿Estás segura qué no compras tus calificaciones?—hizo aquella pregunta enfurecida, mientras se levantaba y se iba de la cocina— Es eso o eres terrible enseñando.

—¿Por qué compraría mis calificaciones? Yo soy lo suficientemente inteligente para sacar diez en todo.—con desesperación, decidí seguirla. Sin dejar de hablar—

—Eres una Hartman, antisocial y aburrida. Pero eres una al final de todo.—dijo, dándose vuelta para verme a mitad de la sala—

Hartman, mi patético apellido otra vez.

En el preciso instante que me decidí a contestarle, cerré la boca. No porque una niña de trece años me diera miedo, si no porque atrás de ella. En los sillones de la sala, estaba su hermano mayor con sus dos mejores amigos; Charlotte y Jasper.

Charlotte estaba en un sofá individual leyendo un libro de física, Jasper comía palomitas mientras miraba televisión y Henry, él solamente estaba acostado en la parte larga del sillón. Mientras utilizaba su celular.

Dios, se veía demasiado lindo así.

Su cabello rubio estaba bastantes alborotado, y la vestimenta que traía en la mañana en la secundaria, había sido removida por algo más cómodo.

¿Me vería infantil si me ve peleando por tonterías con su hermana? Seguramente sí.

—Lo mejor que podríamos hacer ahora mismo Piper, es seguir con las clases.—indiqué sin alzar tanto la voz, llamar la atención del rubio en esos momentos me pondría nerviosa—

—Por hoy no, estoy muy molesta. Y lo último que quiero es estudiar, déjalo para el fin de semana.—dictaminó, agarrando su celular del bolsillo—.

—Pero mañana y el viernes, tengo que venir a darte clases.—fruncí mi entrecejo mientras le hablaba, aunque parecía que estuviera hablando con la pared—

—Mañana no. Y el viernes mucho menos, es la fiesta de tú hermana y lógicamente, yo estaré ahí.

—Es mi prima, además, ¿Chloe te invito?—le pregunté sorprendida—

¿Chloe aún se llevaba con los Hart luego de lo último que sucedió?

—No, llevo meses sin verla. Desde que el idiota y inepto de mi hermano decidió terminar con ella.—reclamó fastidiada, dirigiéndose a su hermano—

Henry no tardó en mirarla cuándo hablo del tema, y solamente le dirigió una mirada fría y escalofriante.

—Creo que ese no es asunto tuyo, Piper.—le respondió levantándose del sillón, y acercándose a nosotras— De ninguna de las dos.

—Chloe Hartman es la chica más perfecta de Swellview, hermosa, brillante, talentosa, famosa. ¿Lo entiendes no? ¡Es famosa! Con millones de seguidores.—en la mirada de Piper, se notaba la desesperación—.

Henry bufó.

—Y yo sí asistiré a esa fiesta.—nos señaló a ambos con su dedo índice, mientras retrocedía lentamente.—

—Se necesita invitación para ir Piper, no te dejarán entrar.—indico Charlotte, acercándose a nosotros.—

—Será la fiesta del año, entraré de la forma que sea.

—¿Por qué es tan importante esa fiesta? Es su cumpleaños solamente.—se cruzó de brazos Charlotte, mientras hablaba—

—¿No han visto sus redes sociales los últimos días? Regreso de Inglaterra con un novio francés.—explico Jasper, uniéndose a la conversación.—

¿Cómo llegamos a tal punto de hablar de matemáticas a la vida de un par de adolescentes famosos?

Aunque ni siquiera miramos a Henry, oír eso seguramente le cambio todo.

—¿Qué nos sorprende de eso? Chloe cambia bastante seguido de novio.—Henry con un tono notable de enojo al hablar, se decidió ir a la cocina—

Aunque vivía hace años con Chloe—por desgracia—, nunca supe muy bien de que trato la relación con Henry. Cuándo me fui un par de temporadas con mi madre, al volver hace un par de meses descubrí que estaban totalmente distanciados.

¿Por qué?

Aún no lo sé, con Chloe me llevo mal para averiguarlo y con Henry, lo conozco desde que entramos a secundaria. Lo conocí antes yo que Chloe, igual él se fijó en ella para hacerse amigos.

Y conmigo nunca tuvo trato, siempre fui alguien invisible para él. Y recién en estos días que accedí el trabajo de tutora de Piper, he comenzó a verlo más seguido. Pero aún así sigo sin llamar su atención.

¿Y los demás? Bueno, nadie quiere contarme la verdad del tema de ellos dos. Es cómo si fuera algo sumamente terrible y yo no lo pudiera saber.

Lo único que sé, fue algo gravísimo.

Cuándo me fui de Swellview, había un Henry Hart amable, respetuoso, amoroso, gentil y un par de actitudes espléndidas que llamaban mí atención, ahora, parece algo similar a un chico malo que solamente quiere destrozar todo a su alrededor.

Aún así, me seguía gustando.

¿Era malo eso? Sí.

¿Podría traerme consecuencias a futuro? Oh, vaya que me las iba a traer.

Sin darme cuenta, yo sería otra cosa que Henry Hart destrozaría a medida que pasarán los meses.

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26/05/22