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⊰⊹ฺ ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ 2 ⊰⊹ฺ

Taehyung no sabía qué atuendo colocarse; ciertamente Jungkook ya lo había visto varias veces y no existía una razón para avergonzarse, o eso pensaba. Aun así, no quería parecer provocativo o descarado con su vestimenta.

No quería parecer que se le estuviera regalando en bandeja de plata.

Aunque no le parecía mala idea para dar el primer paso.

Cargaba mucha tensión encima y tener sexo después de muchísimo sin haberlo practicado, sería un buen desahogo.

Sacudió su cabeza y alejó todo pensamiento carnal “No todo es sexo, Taehyung” se reprochó internamente.

Optó por una camisa holgada, le llegaba hasta la mitad de los muslos, acompañado de unas medias de red vinotinto. Se observó en el espejo “No es provocativo, pero, tampoco conservador, es sencillo” una repasada de arriba abajo y sonrió “Me gusta”

Salió de la habitación y se encontró con Jungkook en franelilla, las tiras negras contrastaban su perfecta tez blanca, en su brazo izquierdo resaltaban los tres tatuajes que se había hecho.

Taehyung tuvo que tragar en seco y respirar profundo.

— ¿Tienes hambre? — preguntó tratando de sonar normal, apoyando su codo en la pila de libros que por la torpeza, cayeron al suelo. Tristemente, no pudo recogerlo porque, cuando Jungkook lo observó con esa mirada brillante y penetrante, sintió que se desfallecería y caería de largo a largo en el suelo de la sala.

Jungkook tuvo que reprimir las ganas de observarlo descaradamente, por lo que prefirió sonreír y asentir.

— Te ayudo — lo siguió hasta la cocina, donde platicaron por un largo rato, olvidándose de los libros, moviéndose de un lado a otro —aprovechando algunos movimientos para rozar sus manos—, lavando y cortando ingredientes para la cena.

Mientras esperaban que estuviera listo, un abrazo de improvisto rodeó a Taehyung; este sonrió y se recostó el hombro contrario, reposando su cabellera hacia atrás y disfrutando de la estadía.

Eran situaciones y gestos que revelaban todo lo que sentían, delataban los sentimientos escondidos, aun así, eran muy tímidos para formularlo en palabras.

Por ello, luego del abrazo sonrieron y sirvieron la cena, para seguir hablando como si nada hubiera pasado.

Como si en ese abrazo, nada hubieran sentido y cómo si no sintieran nada el uno por el otro.

El destino estaba francamente enojado.

Entendía que habían personas con más dificultad de captar indirectas, de entender o conectar un suceso con el otro, pero, que todos los gestos y todos a su alrededor se den de cuentan y delaten sus sentimientos y con todo y eso, ¿no darse cuenta? Y lo peor ¿no hacer algo?

No, eso al destino le molestaba.

Pero se las ingeniaría, después de todo, nadie sabe lo que va a suceder después de un imprevisto.

Ambos se sentían agotados, por lo que apenas Jungkook se acostó en la cama, cayó rendido en un solo sueño.

Sin embargo, Taehyung tenía una pequeña incomodidad en su entrepierna.

Podían considerarlo pervertido, incluso, él mismo lo hacía. Sin embargo, no pudo dejar de sentirse tentado mientras veía los músculos de Jungkook tensarse al estirar y tomar algo o, cuando parte de las tiras de la franelilla dejaban descubierto el piercing en su pezón.

Se preguntaba ¿Cuándo había cambiado tanto, Jungkook? Recordaba cuando llegó a la empresa, su apariencia era inocente al igual que su mirada cargada de ternura.

Ahora, la ternura de sus expresiones no encajaba con su atuendo y si mal no recordaba, tampoco lo hacía con la mirada que en ocasiones le regalaba.

Pasó con delicadeza su mano por el bulto en su entrepierna y gruñó bajito “Mierda, mierda, mierda, así no” reprochó, respiró profundamente y salió de su habitación hacia la de Jungkook revisando si estaba despierto.

Se asomó con cautela en la puerta entreabierta y lo vio con las sabanas enrolladas en sus piernas, dejando a la vista su ropa interior y al descubierto, de su torso hacia arriba.

“Santa María Purísima, perdóname por esto” casi corriendo salió hacia su habitación y con el sigilo que sus torpes manos le permitía, buscó en su closet cierto juguetito que se había abstenido de usar.

Taehyung había tenido su primera experiencia sexual que a su parecer, fue bastante nula y decepcionante debido a la cantidad de restricciones que había, pero a pesar de eso, se tomó el tiempo de educarse investigando y preguntando con prudencia sobre el tema. Era bastante atrevido al respecto, por lo que cuando Jimin le dijo sobre las tiendas sex shop, no dudó en ir y orientarse, comprando así su primer vibrador.

Llevaba aproximadamente un mes con el aparato guardado en su closet. Más de una vez había querido usarlo, pero se sentía extraño y se arrepentía al tenerlo en sus manos, prefería usar sus manos para bajar la erección o acariciarse.

Al final de cuentas, no había tenido una tensión fuerte que lo obligara a usarlo.

Hasta ahora.

Algo que Taehyung se había cuestionado era que, al tener otra experiencia sexual, se convertiría en un adicto al sexo.

Lo encontraba placentero con tan solo leerlo.

Y con lo poco que podía hacerse, lo saciaba, temporal pero lo saciaba.

Se imaginaba una gran polla atravesando su trasero y haciéndole experimentar todas las sensaciones que seguramente, quedaban cortas a su imaginación.

Específicamente, se imaginaba a Jungkook haciéndolo pedazos en todos los sentidos sexuales posibles.

Se sentía culpable a veces, pero mientras esos pensamientos no salieran de su cabeza, no había peligro.

Se sentó al borde de la cama con el falo rosa en sus manos “Su textura me sigue pareciendo extraña” pensaba mientras mordía su labio inferior.

Sentía su pecho subir y bajar, su respiración estaba acelerada y podía sentir caliente su piel sin haberla tocado, sólo por haberse imaginado a Jungkook tocándolo.

Acarició la punta del falo y llevó su mano a su miembro, jadeando ante la sensibilidad. Su puerta sonó y se asustó dejando caer el aparato al suelo.

Su mirada chocó con la de Jungkook quién estaba avergonzado, pero no podía negar que ver a Taehyung con el vibrador en la mano, lo había excitado.

Se había levantado por el ruido en la habitación y no estaba dormido del todo, por curiosidad se levantó y le llamó la atención ver a Taehyung desesperado, buscando algo que al principio no distinguió.

Se sentía avergonzado por interrumpir su momento, pero, era tarde para arrepentimientos.

Taehyung no podía formular palabras, su rostro estaba rojo, sus ojos brillosos y sus piernas temblaban de miedo y excitación.

Jungkook se acercó sin ocultar la erección entre sus piernas, detalle que no pasó desapercibido para Taehyung lo que provocó, que se relamiera sus labios y los entreabriera.

Al pie de la cama, Taehyung alzaba su mentón para poder mirar a Jungkook. Por un momento, sus neuronas reaccionaron, su impulso de cumplir sus deseos carnales sin importar lo que pasara mañana le acechaba.

No quería pensar de más la situación.

Con descaro, subió sus piernas dejándole ver a Jungkook su propia erección, el roce de la ropa íntima le hizo escapar un gemido, que ayudó a las pupilas de Jungkook a dilatarse, ventilando que quería colarse debajo de esas húmedas ropas tanto, como Taehyung quería que él se colara en ellas.

Desvió su mirada hacia el suelo y se agachó tomando el aparto del suelo. Lo observó y sintió una pizca de celos por tan siquiera haber sido considerado un material.

Con una sonrisa ladina, miró a los ojos del castaño y le extendió el vibrador. Taehyung, dudoso, lo tomó en sus manos, rozando apenas la piel caliente del mayor.

“Debe ser ahora, Taehyung” se dijo, y justo cuando Jungkook se levantó para irse, lo detuvo.

Jungkook respiró profundo “Si viene lo que creo que vendrá, no me contendré pensó y cuando miró sobre su hombro, Taehyung desviaba su mirada.

— H-hyung — Jungkook cerró sus ojos, deleitándose con la voz sutil y rasposa — Hyung… ¿cómo lo uso? — subió su mirada inocente, atrapando a un incontenible Jungkook.

El mayor cerró la puerta y se arrodilló frente a Taehyung "A la mierda lo demás"

— ¿Tienes lubricante? — preguntó con un tono de voz que a Taehyung, revolcó su razonamiento común. Asintió y se arrastró hacia la mesita de noche, sacando un bote pequeño color rojo y extendiéndoselo.

Jungkook lo tomó y dejó a cada lado de Taehyung, sin despegar su mirada, acarició las piernas ajenas por encima de las medias de red. Taehyung suspiró audiblemente y rodeó con sus piernas el torso del mayor.

Sus manos se movieron hasta la cintura y se colaron debajo de la camisa, tocando todo lo que estaba a su alcance; hasta que cayó en cuenta que no se trataba de él y abandonó los pezones torturados y tiró de las medias de red hacia abajo.

— Se te ven hermosas — comentó sin mirarle — pero, si quieres aprender cómo usarlo — señaló el falo ignorado — deben desalojar tus piernas — Jungkook aprovechó y desnudó a Tae por completo, gimiendo ante la vista — Dios, Tae…

El menor gimió con escuchar su nombre y sin poder evitarlo, atrajo al mayor y lo besó sin premura. Poco le importaba si se avergonzaba de lo que hacía, Jungkook estaba correspondiendo a su beso, a su cuerpo, y eso era lo que importaba.

— J-Jungkook — gemía al sentir la caricia en su pene.

— Voltéate — Taehyung reprochó haciendo sonreír al mayor — ¿No quiere probarlo? — le señaló el aparato en sus manos.

— Ahora lo que quiero es ser follado por ti — contestó sin vergüenza, Jungkook lo miró enarcando una ceja.

— Créeme que después de esto, tendremos más tiempo para eso — contestó, palmeando el trasero ajeno — En cuatro.

Con la promesa grabada en su mente y la adrenalina recorriendo sus venas, tomó la posición que le ordenaba; colocó su pecho pegado al colchón lo más que su flexibilidad le permitía.

En su mente, anticipaba expectante los siguientes sucesos. En todos, el placer era el anfitrión. Estaba ensimismado en sus pensamientos que sintió algo cálido moverse en su entrada y mojar su piel.

— Jungkook… no — susurró avergonzado al reconocer el órgano — Jungkook…

— Sshhh, quiero hacerlo.

— Pero — trató de girarse pero, el mayor no se lo permitió y dejó un beso en su espalda.

— Tranquilo, quiero hacerlo. Además, servirá para dilatarte — Taehyung no muy convencido, movía su trasero de un lado a otro. Juego que se acabó cuando su miembro fue apretado y gimió — No te muevas.

Y nuevamente, Taehyung se dejó hacer y deshacer en gemidos y jadeos. Sus manos apretaban las sábanas con tan solo la lengua del mayor.

Su imaginación se había quedado corta.

Cuando el mayor lo movió y abrió sus piernas, Taehyung aún no se recuperaba; sentía sus piernas flaquear y todavía faltaba. Jungkook lo colocó encima de unas almohadas, tratando de dejar un espacio para insertar el vibrador.

Sus dedos toquetearon la zona primero, acompañado del lubricante, luego, el falo ajeno irrumpió la entrada y Taehyung solo pudo gruñir y apoyarse en Jungkook, quien sostenía el vibrador y la cintura del menor.

— N-necesito apoyarme — susurró débilmente y con el sudor bañando su cuerpo. Jungkook lo acomodó en el colchón, subió las piernas a sus hombros y esperó a que Taehyung se estabilizara — M-mueve.

Él obedeció, movía de adentro hacia afuera, adaptando a la abertura a cerrarse y estirarse conforme el falo interrumpía. Taehyung empezó a gemir y jadear, y lo hizo más fuerte, cuando las vibraciones comenzaron a sentirse por su cavidad anal.

Jungkook jadeaba al escuchar al menor gemir su nombre. Deseaba adentrarse en el menor, pero, no lo haría en ese estado vulnerable, sumido por la lujuria.

Aún conservaba su autocontrol, pero, éste no pudo hacer nada en cuanto Taehyung gritaba y se tensaba al tener doble estimulación.

La vibración en su entrada y la boca alrededor de su extensión.

— Ah ¡Jungkook! — gritó antes de explotar y elevarse al clímax. Su cuerpo se sacudía en espasmos y su respiración era en demasía errática.

Jungkook bebió de todo lo que Taehyung dispuso para él, no desperdició nada del menor.

Sacó el vibrador de él y se levantó para dejarlo en el baño, acomodó el desastre de sábanas y el bote de lubricante tirado en el suelo.

— Jungkook — El mayor lo miró — ¿A dónde vas?

— Voy a mi habitación — contestó no muy seguro.

— Prometiste follarme — se levantó de la cama aun inestable, cosa que hizo que Jungkook se acercara rápidamente a él — Debes hacerlo.

— ¿Es enserio?

— ¿No quieres? — contraatacó.

— Sí — asintió muy seguro y mirándolo fijamente. Como prueba para convencer al menor, dejó un casto beso en sus labios — pero ¿no estás agotado?

Taehyung rió y atrajo a Jungkook a las sábanas, enrollando sus piernas alrededor y volteándolo para quedar encima de él. Lo observó victorioso, con “inocencia” y sutileza, se movía lentamente encima de la polla erecta de Jungkook, quién maldecía en voz alta.

— He estado esperando para que me folles — se acercó a su cuello — Aunque lo tenía pensado luego de declararme pero, no resultó así.

Jungkook detuvo al menor y lo observó, escarbando si había una chispa de burla o broma en su expresión.

Pero no encontró.

— ¿Qué dijiste? — preguntó en voz baja.

— Tenía pensado decirte que me gustas, Jungkook — y en un abrir y cerrar de ojos, había regresado ese tímido Taehyung —  Antes de… esto.

— ¿Esto? — Jungkook enarcó una ceja, divertido.

— Agh, tú sabes… antes de — el menor movía sus manos tratando de explicar y sonrojándose en el proceso.
Jungkook sonrió y se acercó a besarlo, esta vez, sin lujuria de por medio y como siempre había imaginado.

— Tú también me gustas, Tae — éste lo miró sorprendido — y prometo declararme con estilo, pero primero, prometí follarte, así que una promesa a la vez.

Taehyung sonrió con picardía — No te vas a librar hasta que no cumplas tu promesa.

Jungkook sonrió — Trato hecho.

Y de forma extraña y al revés, ambos saciaron sus deseos y salieron de dudas.

El destino por primera vez, no sintió vergüenza en observar cada detalle importante de ambos despistados y atrevidos. Ansiaba tanto eso que intervino de la manera más abrupta posible, pero, cuando ya hay fuego, no hay mucho que hacer que echarle más leña.

END

ᴍᴜᴄʜᴀs ɢʀᴀᴄɪᴀs ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ, ɢʀᴀᴄɪᴀs ᴘᴏʀ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ.

ᴇsᴘᴇʀᴏ ʟᴇs ʜᴀʏᴀ ɢᴜsᴛᴀᴅᴏ ʏ ʜᴀʏᴀɴ ᴅɪsғʀᴜᴛᴀᴅᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ʟᴇᴄᴛᴜʀᴀ.

ᴄᴜɪ́ᴅᴇɴsᴇ ᴍᴜᴄʜᴏ. ♡
ɴᴏs ʟᴇᴇᴍᴏs ᴘʀᴏɴᴛᴏ 🌻

ᵍᵉᵍᵉ

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