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XV

Hola gente.

He venido a dejarle el siguiente capítulo, debo decir que si hay errores, pueden decirme, ya que lo he corregido, pero debido que mi móvil no me marca los errores me es complejo estarlos buscando. Aún así le he dado la repasadas por si eso sucede, pero he visto que no.

Posiblemente en estos días vuelva a actualizar este libro, solo voy a decir que se han incluído nuevas cookies y posiblemente algunos romances con otros ships.

Debo admitir que en los capítulos más adelante odiara demasiado a algunas cookie, a menos, en esta historia. En fin, me retiro y espero les haya gustado esta historia, sin más que decir, me retiro.

Les agradezco por esperar, en serio. Son un amor, todos en general. ^^

Mucha suerte y hasta la próxima.

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Tras lo ocurrido, Dark Cacao solo se dedico a cuidar a ese rubio, quien seguía bajo el sueño profundo, muchos curanderos y médicos de la nacion se presentaron, pero ninguno tuvo la suerte de hacerle quitar esa "maldición", Dark Cacao se estaba desesperando, mas cuando venia el mismo Herb a revisarlo con la intención de calmar o retener aquel veneno. Pero no era posible. 

Dark Choco por su parte había ordenado el retiro de las tropas en la frontera, incluso aquellos pequeños grupos de soldados que ya estaban en tierras vecinas, solo para centrarse en su propio dominio y nada mas. El palacio estaba sumido en tensión, la construcción era seguida, debido a los sucesos anteriores y la preocupación de Dark Cacao cada vez era peor. 

Una chica de cabellos oscuros y un atuendo de soldados de esa nacion, camino por los pasillos húmedos y oscuros de aquella prisión, solo para detenerse enfrente de una celda, miro con cuidado y sin ningún gesto alguno al viviente de esa celda, pudo notar la sonrisa pequeña de ese hombre, mientras seguía sentando al fondo de aquella pequeña y húmeda celda. 

— La comandante Caramel Arrow, ¿ha que se debe la visita? 

La pregunta fue tranquila, demostrando una sonrisa y un gusto por ver aquella mujer, aun tenia sentimientos por ella, a pesar de todo lo que le hizo, le agradecía a ella su siguientes horas de vida, incluso si era posible sus futuros años, incluso le rogaba a los dragones oreo que la cuidaran cuando entraban en guerra y en estos tiempos era evidente que habría guerras. 

— El príncipe Dark Choco desea saber con que motivos fueron aquellos atentados contra la familia real. 

Affogato abrió sus ojos, realmente había pasado demasiados años cuando eso sucedió, incluso comenzaba a olvidarlos en absoluto, solamente para dar una pequeña sonrisa y finalmente hablar. 

— Recuerdas que te dije acerca de Pomegranate, ella me condujo hacia la misma gobernante del reino Vanilla, ella me dijo todos lo que tenia que saber el destino de todos nosotros de como las divinidades solo se burlaban de nosotros y ahora los nuevos dioses son aquellos que nos protege, ella menciono que esta nacion es poderosa que solo la utilizaría para darle sus palabras y todos le apoyemos en contra de las antiguas divinidades, porque ellos son los malvados en esta historia, en esta vida, la familia real del reino Vanilla sabia esto. 

— Pero... 

— Caramel, por lo  que mas quieras, tienes que pensar bien las cosas, la persona que se encuentra gobernando el reino vecino son alguien maligno, porque crees que le pedí al emperador que llevara sus soldados. 

— ¿Tu... estabas siendo bueno?

— Me entere de todo tiempo después, quise hacer las cosas bien, se que estuvo mal todo lo que hice, es cierto, pero a ultimo momento me arrepentí. Sin embargo no podía detener o demostrar mis intenciones, porque en esos momentos estaba siendo vigilado. 

— ¿Vigilado? 

— Posiblemente ellos ya tengan conocimiento que el verdadero gobernante del reino vecino esta con vida. Para que ellos puedan decir que las antiguas divinidades eran un problema y ahora lo son. 

Caramel quedo confundida, que era todo esto, sin decir mas solo se fue, dejando a Affogato en aquella celda, realmente le dolía, sin embargo esto era mejor que la muerte que le daría el emperador. En esos momentos el emperador estaba tan sumido en la preocupación que dejo de lado los deberes del palacio y la nacion, solo para dedicarse a cuidar a Pure Vanilla, quien seguía bajo aquellos efectos. 

Un albino toco y abrió con cuidado aquella puerta, el mismo albino de piel blanca sabia que no era buena idea molestar al mencionado gobernante, pero a menos podía ayudarle  también. 

— Alteza, lamento si estoy interrumpiendo, pero he llamado a una amiga que puede ser útil, bueno a dos personitas. 

Su voz fue algo suave y temerosa, solo para ver como el emperador que le daba la espalda se ponía de pie y se giraba hacia el mencionado visitante. 

— Hazlos pasar. 

Hablo con cuidado, solo para abrir la puerta dejando ver que se trataba de Parfait y Cotton quien miraron al joven rubio. Caminaron con cuidado hasta llegar al mencionado joven, quien seguía sumido en ese sueño, en cambio el mismo emperador solo esperaba algo que llamara sus esperanzas de nuevo. 

— ¿Puedo ver la herida su majestad? 

Hablo la pequeña Cotton quien recibió una afirmación del moreno, solo para que pudieron notar la herida, no era una herida en si, era un golpe extraño, quien demostraba una severa coloración de color oscuro con detalles purpuras. 

— Impresionante es el poder del emperador. 

Halago Parfait quien miro con atención aquella marca, ambas chicas comenzaron a usar su habilidad, pero en ves de alejar aquella mala energía simplemente era retenida, mismo caso que había sucedido con los demás, siguieron así por un buen rato hasta que finalmente se rindieron. 

— Lo siento su majestad, no hemos hecho mucho, el veneno es demasiado poderoso, usted no tiene alguna cura contra esto. 

Cotton fue valiente, ya que su suave hablar no parecía tenerle miedo al monarca mas despiadado de la nación, en cambio, el moreno se negó, ya que realmente no había nada que podía detener aquello. 

— No se preocupe, váyanse quiero estar con él por ahora. 

Dijo el moreno, quien hizo que las mujeres y el mismo albino dejaran la habitación, el monarca se acerco de nuevo a este, tomo su mano y la apretó entre sus manos con la intención de verle abrir sus ojos, por primera vez en  bastante tiempo le rogo a los dragones oreo, quien le suplicaba con todo su ser el regreso de su amado. 

Lentamente una pequeña lagrima salió de sus ojos, solo para seguir recordando todo esos momentos que había tenido durante su juventud, la primera vez que lo había conocido y como ese niño que parecía inocente era cambiado, torturado y ahora solo era un cuerpo sin deseos de despertar.

— Pure Vanilla, lamento todo lo que he hecho, me merezco morir en todo este caso. 

Susurro, solo para darle un suave beso en los labios se sentía un miserable, sintió un ardor inmenso solo para ver borroso y como lagrimas fluían por todas sus mejillas, era un peor de lo que se sentía, esto mismo había sentido cuando el mismo había asesinado a su antigua esposa y que ahora le dio un tributo decente, todo aquello se sintió tan extraño, era como si su ex esposa le había dado una maldición para que no fuera feliz nunca mas. 

-

La casa de Espresso a menos en la capital se encontraba repletos de libros, sin embargo el que mas atención tenia era el mismo libro que había llevado y anotado algunos detalles de aquellos libros que ese general le había otorgado, durante su lectura recordó aquel general, pensando que todo aquello habría terminado y que ese general estaría mas que tranquilo, pero aquello rápidamente se desvaneció cuando recordó aquella gema sobre su frente, si a principio se notaba de unos tonalidades rubí, era extraño, solo para cuando regreso, ese día que se despidió logro notar la diferencia, la gema había cambia a una purpura. 

Dejo su lectura, sacando deducciones, pensando en miles de cosas que pudieran provocar aquello, solo para recordar que Black Raisin, había afirmado que algunos soldados de alto mando seguían ordenes de manera obligatoria, acaso ¿ese rubio era uno de esos soldados?

No le quedo de otra, tal vez Black Raisin tuviera conocimiento de algo relacionado con la familia real, ya que esa mujer provenía de dicha nacion y por lo menos pensaba que seria de buena ayuda. La mujer se había quedado en el palacio, ya que debía proteger al rubio, quien de manera corta lograba verlo. 

Si, lo miraba cuando el monarca no se encontraba, usualmente la mujer pasaba cerca de los jardines, que quedaban enfrente de la habitación del rubio, ahí pasaba sus días enteros, el frio no era mucho debido que usaba ropa abrigadora que la misma servidumbre le dio, ordenes del Dark Choco. 

Espresso decidió que debía visitarla, preguntarle por ciertas cosas, esperando obtener una respuesta que le ayudara, para cuando llego que fueron horas mas tarde, la encontró sentada mirando hacia la ventana, esperando que todas esas personas que se encontraban ahí le brindaran una esperanza y le dijera, no, que el mismo rubio se asomara por la ventana. 

— Black Raisin. 

La llamo, no obtuvo una mirada, pero sabia que tenia la atención de aquella mujer, así que de manera tranquila y formulando palabras que no fueran inofensivas hablo. 

— ¿Qué sabes de la situación de la capital de tu nacion? 

— La gente no sabe que la gobernante no es quien es, se hace pasar por una mujer buena, teniendo a otros como defensores, incluso se menciona que la familia real fue destruida, eliminada. 

— ¿La familia real? 

— Si, la guerra provoco muchas perdidas, pero se bien que para salvar a príncipe Pure Vanilla, debe de ser llevado al reino. 

— ¿Por que? Ellos lo van a matar. 

— Puede ser de utilidad, ellos pueden tentarse el corazón, ahora que el tiene el bastón a dado mas vida al reino, es evidente que el es el gobernante legitimo. 

Espresso solamente se limito a guardar silencio, aquello era de ayuda, tal vez la situación que estaba pasando el reino vecino era la misma que sucedía en este reino, le agradeció a la mujer y camino hasta encontrar a Dark Choco, tenia que hablar de algunos asuntos.

Semanas antes.

Madeleine había visto a Espresso marcharse, no comprendía porque le dolía su pecho y es que si sentía emociones, pero no podía describirla o nombrarlas como tal, sin embargo, no le gustaba la idea de que ese erudito se fuera y lo dejara ahí. En una de las siguientes días, pudo notar como el gran ejercito del reino vecino se había establecido, admitía que era demasiado, debía guardar la calma y no lanzarse a la guerra, ya que era evidente que iba a salir perdiendo. 

Durante las horas de las tarde, cuando el ocaso era notorio, le daba unos minutos de vista hacia aquella zona de posible guerra, en donde podía notar el ejercito, pero aquello no era suficiente, ya que esperaba que ese erudito estuviera ahí. 

Pero no, no estaba y lo sabia. 

No fue cuando en un día de ocaso mientras observaba aquel horizonte, fue encontrado por alguien. Esto lo asusto y aunque no lo demostró se alejo de aquella orilla, solo para llevarlo a esta persona al interior y es que de la persona que se trataba era alguien de categoría superior a lo que es Madeleine.

—¿Qué sucede General? Acaso se ira tan pronto, la noche es fresca y el pueblo esta seguro venga y tomemos un momento de descanso. 

La voz de esa persona le sacaba cierta irritación, sin embargo no podía negarle nada, buscaba alguna alternativa, sobre todo cuando ese sujeto utilizo aquellas extensiones haciendo que no se alejara y lo siguiera hasta acercarse a la orilla que momentos antes estaba el general. 

El mencionado logro ver el panorama, sus ojos se abrieron, aunque pronto se relajo, solo para darle una pequeña sonrisa y darle la espalda aquel paisaje, solo para mirar al General. 

— General parece nervioso, no deberías temer, la situación es algo tranquila ¿No? Usted a demostrado tanto empeño que no pudiera estar agradecido. 

— Le agradezco todo señor, pero deberíamos ir adentro, ya es tarde y la noche es fresca. 

— No sea modesto Madeleine. Ven quédate un poco mas de tiempo. 

Aquellas extrañas extensiones rodearon el cuerpo del mas alto, solo para acercarlo a el y de manera tranquila el mencionado joven acomodo la capa delantera, para que lentamente rodeara el cuello, la diferencia era notoria, ya que el general era mas alto que ese joven. 

— Señor, esto puede ser algo malo para su reputación.

— No digas tontearías, mucho afirman y confirman estos lindos momentos. 

Dice de cierta manera tierna y a la vez coqueta, solo para apegarse y tratar de darle un beso, sin embargo la mano del general lo detiene, colocándola sobre los labios de este, alejándolo un poco. 

— Disculpe, pero no es bueno eso. 

— Esta bien, supongo que tienes toda la razón, he sido muy descortés, pero dígame general, porque ha dejado solo su puesto, acaso ya no le agrado, recuerde que usted y mi querido asistente son lo mas allegados a mi, recuerde que la gobernante y al familia real no quiere que haya, traidores. 

Aquello ultimo lo dijo con cierto toque de inocencia a pesar que su mirada era tan acusadora, Madeleine se sintió acorralado, de por si estaba a merced del mencionado joven que tenia enfrente. 

— No es lo que parece, solo estoy ideando una estrategia. 

— ¿En serio? ¿Por que no se reunión conmigo para eso?

Esta vez fue sincero acercándose a un mas, Madeleine tenia que pensar en algo, antes de que fuera descubierto, así que con cierto temor, toco las pequeña cintura de este, haciendo sorprender al joven que le hizo ruborizarse a pesar de que su rostro no era visto por el general. 

— General, usted seria tan capaz de... ser mi acompañante en la cama esta noche. 

— ¡¿Que?! 

Exclamo, alejándose un poco, sorprendido por aquella petición, su rostro se lleno de un color rosado, intentando de procesar lo que había mencionado ese joven.

— Pero señor. 

— Por favor, no me llames así, puedes decirme por mi nombre Clotted Cream. 

La sonrisa nació, una sonrisa llena de ternura y ambiciones, haciendo que Madeleine pensara mejor la situación, ya que a base de ese pequeño agarre había provocado aquello otro, sin mucho que decir y para alejarlo de aquel lugar le afirmo, el cielo estrellado fue notorio ya que habían pasado ya varios minutos ahi afuera, así que el dúo entro, no sin ver a Clotted darle una mirada de indiferencia aquel campamento enemigo. 

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