XIX
El reino vanilla estaba divido en dos secciones, la zona "celestial" por así decirle y la zona "muerta", que en este caso es el hogar de Black Raisin.
Está última zona fue donde vivió la mayor parte de su vida, Pure Vanilla, se sentía tan familiarizado que si subía al pueblo, estaría tan incómodo.
El rubio bajo con cuidado, siendo ayudado por ese moreno, el joven se encontró con Black Raisin que durante mucho tiempo lo había estado protegiendo.
— Nos da gusto que estés de vuelta.
Hablo un chico guerrero de ese sitio, pero al ver el estado del rubio la curiosidad lo invadió, tanto así que las preguntas llegaban, Raisin se dió cuenta de aquello y de manera tranquila termino por cambiar el tema, indicando que el mencionado rubio se encontraba cansando y debía descansar un poco antes de subir al dicho pueblo.
Lo había guiado a una pequeña casa, algo rústica pero acogedora, Black Raisin solo se limito a darle su espacio, estaba contenta de que haya despertado ya que durante mucho tiempo había tenido conocimiento de que no había podido reaccionar, debido a ese ataque.
— Será bueno que descanse, lo más seguro que pronto vendrán a buscarlo si es que vienen.
— Si, puedes hacer que pase Dark Cacao.
— Si.
Tras aquello la mujer salió y a los minutos después entro el monarca, quien al notar como el joven rubio estaba sentando en la orilla de la cama y con una mano en el abdomen le hizo molestar alejo su vista de ese rubio.
— Señor Dark Cacao, venga tome asiento a mi lado. Necesito que usted esté a mi lado.
La pequeña sonrisa de ese joven fue notoria, se veía cansando a decir verdad, el moreno se acercó y de manera cuidadosa le ayudo a recostarse para poder así descansar, el rubio tomo la mano de este, entrelazando sus dedos, mientras sus ojos bicolores demostraban una pesadez lentamente sus ojos se cerraban, aquello fue algo tenso para el moreno, ya que se sintió extraño, temeroso por no ver de nuevo esos hermosos ojos.
— Hmm...
— He he he~ tranquilo mi querido emperador estoy bien, solo necesito descansar un poco.
La mano de ese rubio llegó a tocar la mejilla, mientras esa risita débil le hizo sentir emociones tristes al moreno. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué seguía ahí? Debía, simplemente odiarlo para que fuera libre, pero en cambio, ahí estaba, siendo su fiel caballero como en la infancia.
— Una vez que este recuperado, me iré junto contigo, a dónde tú vayas iré yo.
— No, tienes que quedarte a gobernar es tu reino y como tal...
— Yo no deseo eso, yo solo deseo pasar tiempo contigo, todo ese tiempo que no hemos pasado juntos.
Dark Cacao estaba por reclamarle, pero eso fue imposible, ya que el mismo rubio tomo asiento en la cama, de nuevo tomando las manos de ese hombre.
— Dark Cacao, estuve al punto de morir, durante ese periodo, pude ver todo lo que hiciste, no me di cuenta de tu gran esfuerzo en tu juventud, ahora quiero recompensarte.
El rubio se acercó un poco, beso los labios de este, el moreno estaba sorprendido, no pensó que ese rubio se atreviera, incluso demostró sus pequeños hombros bajando su túnica, una seña de querer entregar también su cuerpo.
— Pure Vanilla, no hagas eso, no es necesario.
Dark Cacao lo detuvo, acomodo el atuendo del rubio, solo para verle de frente.
— Todo paso por algo. Solo quiero que estés bien, una vez que lo estés, yo estaré tranquilo.
— Está bien, cuando me recupere podremos hacerlo, quiero... Agradecerte.
— Mientras que te sanes todo estará bien.
Tras aquellas palabras el moreno lo recostó en la cama, el rubio tomo la mano de este y le brindo una sonrisa llena de amor y sinceridad.
— No voy a defraudarte nunca.
El rubio comenzó a quedarse dormido, su estado no era efectivo para muchas cosas y eso lo sabía el moreno, que incluso lo detuvo antes de que hiciera aquel acto de amor.
Brindo un suave suspiro al mirarlo dormido, le parecía lindo y como no serlo, si ese joven rubio era todo lo contrario. Su mano acaricio la mejilla de este, sintiendo la suavidad y a pesar de que había un mal en ese rubio tenia la esperanzas de verlo feliz, sano, si era posible.
Antes de hacer algo, detuvo sus pensamientos y finalmente regreso su vista hacia la entrada, no quería que hubiera malos entendidos, por ende solo lo cubrió y tomo asiento en un pequeño banquillo, Black Raisin miro aquello con cierta tranquilidad sabía que ambos aun demostraban ese amor y por ende no quería interferir, pero en estos momentos tenia que saber lo que sucedía.
— Tenemos que hablar acerca de un asunto...
Hablo, importándole poco si aquel moreno era miembro de la familia real, pero tras escuchar aquello, salió de la habitación saliendo a las afueras de aquella casa, pero no cerca de ahí, sino en la casa de aquella mujer.
— ¿Qué es lo que quieres hablar?
— Bueno, es acerca de esto.
La mujer lo guio hasta la pequeña habitación en dónde estaba un pequeño joven de hebras blancas con pequeños detalles oscuras.
— ¿Crunchy Chip?
— Su... Su alteza... ¿Qué está haciendo aquí?
La voz de ese chico sonó preocupada y sorprendida, quien al intentar sentarse sintió un fuerte dolor haciendo que cayera de nuevo en la cama. Incluso el moreno quedo con cierta confusión ¿Qué había sucedido? Respondió de manera tranquila, no quería alterar aun mas a ese chico.
— He venido para que salven a Pure Vanilla. ¿Qué sucedió?
Se acerco a este, miro con calma a ese chico, mirando como el cuerpo de este tenia vendas, seña de que habia entrado en un duro combate.
— Hubo algunos mal entendidos, incluso Caramel y Red velvet terminaron prisionero, mientras que el erudito Espresso termino en manos de ese general. Fuero encerrados en prision por dar alta traicion, por mentirle al reino acerca del heredero al trono.
— ¿Que? ¿Cómo pasó eso?
— No lo sabemos, solo llego la orden, el erudito termino muy mal, sus poderes fueron absorvidos o bloqueados. No logro recordar muy bien, estaba en combate intentando ayudar a Caramel de aquellos soldados, pero fueron demasiados.
Aquello no le pareció agradarle al monarca incluso demostró una mirada sombría, no iba a dejar que ese reino tomara las vidas de sus soldados. Camino hasta la salida, no escucho en absoluto el llamado del pequeño guerrero, quien habi salido de la cama a pesar de sus heridas, pero al no poder detener al monarca solo quedo en silencio, al notar como ese monarca miro con rencor a dicha isla flotante.
— Sere yo mismo que destruya este reino de una buena vez.
Dijo, dandole una ultima mirada al duo, quien sintieron un escalofrios recorrer el cuerpo de ambos, incluso Black Raisin intento hacerle ver la realidad, pero habia sido demasiado tarde, el monarca estaba decidido a derribar esa nacion. Finalmente salio de ese pequeño pueblo, saco su espada con la intencion de atentar contra esa isla flotante, solo para asi hacerle reaparecer a los dueños o autoridades de esta. Sus ojos purpuras se iluminaron seña de usar su poder en un solo ataque, alzo su espada, quien lentamente fue envuelta en una energía color purpura y lanzo el primer ataque.
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El erudito se encontraba inconsciente, tras a ver recibido una fuerte herida y de como la energía mágica de ese cuerpo se había desvanecido, aquello si preocupo demasiado al general quien se encontraba ah, intentando aliviar y ayudarlo a abrir sus ojos, pero aquello no era bueno, no había tenido nada de positivo, incluso el ministro miro con celos, de como el general trataba de manera cariñosa a ese traidor.
— No puedo creer que te guste un erudito de otra nación, yo soy tu pareja, es a mi a quien debes querer.
— Usted sabe que no lo quiero, nunca lo he querido.
Madeleine fue sincero y directo, esto hizo molestar al ministro, más no hizo nada, solo miro al paladín quien daba toda esa atención que el nunca había recibido en mucho tiempo, dio un suspiro cansando solo para hablar.
— Nunca he creído que los visitantes de ese reino vengan con buenas intención, los demás han sido encarcelados.
— Pero ellos solo buscan salvar a alguien, no se ha puesto a investigar de quién se trata.
— ¿Al supuestamente gobernante del nuestro reino? Que ironía, nuestra reina a confirmado que la familia real murió en esa guerra.
El paladín no dijo nada, sabía que aquello era una rotunda mentira, por ende se puso de pie y encaro al ministro, no estaba dispuesto a escuchar mas mentiras, incluso ya estaba convencido de todo.
— Sea real o no, seguiré confiando en él, me dio motivos y yo debo proteger a la familia real.
Clotted estaba algo irritado, iba a responderle en absoluto, solo para luego escuchar una voz familiar, Pomegranate. La mujer pelirroja miro con cierta indiferencia a los dos, pero pronto noto al erudito que seguía aun ahí.
— Vaya general, ¿no te has desecho de ese miserable erudito? Acaso quieres que su majestad, la reina, se moleste por tus actos de imprudencia.
— No señorita, pero el aun sigue con vida y por ende debe recuperarse en lo mas mínimo.
La mujer miro con cierta molestia, aquello no le gusto, sabia que ese general no estaba muy seguro, que ya había salido de su hechizo, por ende miro al ministro y de manera cuidadosa, lo envió hacia la zona militar, puesto habían encontrado a nuevos intrusos en la region.
Clotted sin protestar ni nada afirmo, dejando al general y a esa mujer solos, quien no perdió ni un minutos mas, para usar su magia oscura en ese general, a principio Madeleine quiso defenderse, pero aquello no fue muy efectivo y simplemente regreso a ser controlado por la oscuridad y la magia de esa mujer.
— Vamos general, puedes matarlo, él a sido un traidor, sus demás compañeros están sufriendo.
Tras aquellas palabras, el general solo se giro, sus orbes no eran azules como muchos habían visto, eran color rojo, aquella gema en su frente, había cambiado, nuevamente estaba bajo control de esa mujer, de esa tiranía.
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Dark Cacao no podía dejar que sus hombres estén encerrado por cosas que nunca han hecho, incluso les entregaba a su verdadero gobernante en bandeja de plata y aun así se atrevían a atentar contra sus soldados. Los duros ataques llamaron la atención de todos aquellas maquinarias, sin embargo había aparecido una, una maquinaria con una pantalla, en ella se veía a ese ministro quien demostró una sonrisa tranquila.
— ¡Que grata sorpresa! Es el gobernante del reino Cacao. ¿Por qué el repentino ataque?
El moreno no respondió, se sentía como un completo imbécil si le respondía a esa pantalla, de nuevo movió su espada esta vez lanzando un ataque mas fuerte a otra zona de aquella ciudad, la intención era derribarla. Aquel estruendo fue visto por el monitor de Clotted, quien se quejo levemente.
— ¡Tranquilo! ¡No hemos hecho anda malo!
De nuevo Dark Cacao movió su espada, el ministro sintió un escalofríos, si eso pasaba de nuevo todo el pueblo caería definitivamente, sabia que ese monarca tenia un poder caótico y devastador, por ende no sabia como calmarlo.
— ¡ESPERA!
Una voz algo preocupada y a la vez cansada del rubio hizo detener aquel posible ataque atroz, el rubio de ojos bicolor se acercó, era ayudado por Black Raisin su aspecto no era agradable a decir verdad incluso una de sus manos le hacía sostener aquel abdomen con la intención de poder soportar el dolor. El moreno bajo su espada y sin mirarlo le reprendió.
— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás en cama?
La voz molesta del moreno fue feroz, le preocupaba el estado de ese rubio, por ende hacia todo lo posible por tenerlo en cama descansando, pero tal parecía no hacer caso.
— ¿Cómo quieres que lo este si tú no te prestas para estar tranquilo? ¡Ni siquiera te has quedado conmigo y ya quieres destruir una nación!
El moreno no dijo nada, sin verle en absoluto solo sosteniendo su espada, en cambio, Clotted miro con detenimiento el aspecto de ese joven rubio, le pareció asombroso, incluso el mismo tatuaje en la frente era demasiado similar, incluso comenzó a creer que estaba viendo al descendiente de esa pareja de difuntos reyes.
— Usted...
Clotted hablo, esto llamo la atención del rubio, sus ojos bicolores se encaminaron hacia ese ministro que estaba en el monitor. El ministro logro ver esa mirada, podía ver ese poco brillo y la calma que este emanaba, pero el poco brillo le hizo sentirse extraño, algo no andaba bien, pero eso no fue todo, el mismo ministro logro descubrir que en realidad, era él.
— Realmente es usted...
— Soy Pure Vanilla. ¿Quién es usted?
Clotted quedo en rotundo silencio, la pantalla se apago y de un momento a otro se miro a un hombre descender en una plataforma, era ese mismo sujeto que había aparecido en el monitor. No podía creerlo, incluso su voz no salía, miraba con tremenda sorpresa al mencionado heredero, que incluso lo invito al palacio real.
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Tras mucha discusión entre el monarca y el rubio, ahí se encontraba el moreno, siguiendo un rubio que con el pasar de las horas se hacía débil. Cuando llegaron a la sala, miraron a la mujer que estaba a cargo de aquel pueblo.
La reina solo se limito a ver al dúo, quien de un momento a otro, sujeto a ambos reyes, la sonrisa gentil de esa mujer cambio a una maligna, Clotted quedo confundido y antes de que pudiera hacer algo, sus armas, aquellas extensiones, fueron dañadas, todo hechas por ese general, que para esos momentos había aparecido, lo tomo con fuerza, mientras sus orbes rubí miraban hacia la reina, Clotted había ordenado y en cierta parte suplicado por ser liberado, pero no fue posible.
— ¿Qué está sucediendo aquí?
Clotted exigió una respuesta a la presunta reina, sin embargo al intentar zafarse, el paladín logro ser fuerte ante su agarre, haciendo que este solo se quejara, la mujer que tenia enfrente solo parecía divertirse.
— ¡¿Que tipo de broma es está?!
— Tranquilo ministro, es solo que no me gusta este regalo, me sorprende que te hayas equivocado.
— ¿Q-Que?
— Supongo que ahora tienes sospechas de tu reina ¿Verdad?
— Ustedes... Esto se enteraran los demás ministros, ¡Van a ser castigados!
— ¿Qué tonterías dices? Nunca vas a salir de aquí, no dejaremos que pases más allá de la región.
La mujer de cabellos rojos hablo, mientras demostraba una seriedad en su mirada, el ministro quedó confundido, en cambio, ambos reyes estaban en silencio.
— Cacao ¿Qué sucede?
— No lo sé... No te muevas mucho, puede ser malo para ti.
— Me siento sorprendida porque a final de cuenta sigues con vida. Es impresionante. Tal aparece que esa mujer simplemente murió aún defendiendo a la realeza.
La mujer finalmente se acercó, tomo del mentón al mencionado rubio y con cierta firmeza le hizo mirarlo, dando a conocer que realmente era él, era ese joven niño, el hijo de ambos gobernantes.
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Hola debo admitir que este capítulo fue largo, pero aquí ya comienzo a describir lo que ha hecho todo este desastre.
Durante esta tarde estaré escribiendo y corrigiendo errores del siguiente capítulo.
Muchas gracias por leer.
Hasta la proxima
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