ꦃ ྲྀ🦋◌ᝢ06.
Narrador Omnisciente.
Yuriko habia llegado muy contenta a su hogar, a pesar de saber que ya no veria a su amigo por un largo tiempo, hoy habia sido un día epecial. Shinso le habia pedido que pasaran ese día como si fuera el ultimo
—Un tonto, un tonto. —Escuchó sollozos al momento que abría la puerta de su hogar, quizá sus padres estaban discutiendo nuevamente. Quiso ignorarlos y subir a su habitación, tenía sueño, y deseaba dormir un poco.
Una vida en la que su familia era indicada por malas acciones, una vida en la que era víctima y testigo de malos tratos y discusiones por parte de sus progenitores, una vida en la que se había quedado sola, pues su único amigo ya no volvería.
Ambos mayores seguían discutiendo, o mejor dicho el hombre seguía rogando perdón mientras que la mujer lloraba y gritaba.
"PAM"
Se escuchó callando su conversación, la mujer se exaltó y miró hacia las escaleras, preocupada y ansiosa.
Subió las escaleras con ansias y torpeza, siendo seguida por su esposo.
—¡Yuriko! ¡Yuriko no duermas! —gritaba la madre, golpeando desesperada la puerta—, ¡trae algo! Debemos impedir que duerma —gritó entre lágrimas mirando al hombre.
Del otro lado de la puerta se encontraba la castaña, tarareando, pues llevaba los audífonos nuevos, sintió escuchar golpes, decidió ignorarlo, "que vida de asco" pensó mientras se recostaba en su cama.
—Ojalá y no despertara.
Susurro cubriéndose con sus sabanas.
》—Ten cuidado con lo que deseas, amor mío.
Se escuchó un suave suspiro, aquellos ojos grises la observaron por un largo tiempo, ignorando las inútiles formas que los adultos trataban de abrir aquella puerta.
Y en plena oscuridad una sonrisa acompañó aquella gris mirada, una sonrisa al notar como ella había caído en el mundo de los sueños.
》—Después de mucho tiempo te volveré a ver.
Fue lo último que se escucho antes de que la habitación quedara en oscuridad, siendo la lenta respiración de la chica la única que acompañaba a la soledad.
Yuriko siempre se describió como una chica con mucha imaginación, pero nunca había sido suficiente como para soñar tal cosa.
Se encontraba en pijamas, sobre un gran y hermoso prado de rocas negras, a pesar de que estas estaban, a simple vista, repletas de largas y filosas espinas eran totalmente suaves, parecían algodón puro.
—Lo que parece peligroso puede ser lo mas bueno.
Escucho a alguien, se dio vuelta y a lo lejos pudo ver a un chico, al parecer, de su edad; rubio, ojos grises, y aquel traje negro del que salían pequeñas mariposas negras.
"Wow, si que te la rifaste ahora cerebro"
Felicito mentalmente a sus neuronas por hacer un tan grandioso trabajo en sus sueños.
—Pero lo que parece bueno.... —de un momento a otro aquel chico se encontraba frente a ella, extendiendo una blanca mariposa que posaba en su dedo, la azabache sintió la necesidad de tocarla, dejándose llevar— es lo que más daño te hará...
—¡Auch! —gritó al sentir aquella mordida, pronto su dedo empezó a sangrar. ¿Es qué acaso una mariposa podía morderte?
Y tan rápido como la primer gota de su sangre cayo sobre aquel prado, las rosas de este empezaron a tomar un color blanco, y las espinas s volvieron mas delgadas y pequeñas, sin embargo estas si cortaban, dolía mucho, bastante.
El rubio la miró y soltó una leve risa.
—Bienvenida a casa, cariño~ —dijo antes de esfumarse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro