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| Bonus + Agradecimientos |

Tan solo habían pasado algunos meses desde que Peter tuvo que acostumbrarse a no ver el rostro somnoliento de Tony cada que el sol se colaba por su ventana indicándole que un nuevo día se le presentaba, no sentir su cuerpo entre sus brazos y mucho menos batallar para salir de la cama. Ya no tenía quien lo retuviera cinco minutos más para besarlo, abrazarlo y hacerlo sentir el omega más amado de la tierra.

Ya no veía a su Alfa entre los corredores de la universidad, sus visitas —poco ocasionales—, a la cancha de futbol solo traían memorias de su fuerte alfa corriendo por y con la pelota, sonriendo con sus amigos, ya nadie le dedicaba sus victorias. Tampoco una Natasha se acercaba hasta él para charlar.

Todo era tan diferente, y por suerte, ya no sentía triste, solo nostálgico.

Mientras Peter tomó el metro de regreso, pensaba en cómo será al llegar a casa la cual es la misma que compartió con Tony, dado que este le pidió que no se mudase, que era igualmente suya.

Ahora solo se encontraba con la soledad en cada esquina, los recuerdos en cada espacio, todo era tan grande para él solo. Desde la cama tan inmensa con ausencia de la calidez, hasta la cocina tan limpia sin a quien cocinarle más que a sí mismo. Desde la sala que ahora ya no se ocupaba para nada, a la tina de baño donde sentía que podría nadar entre las docenas de memorias.

Suspiró al pararse frente a la puerta, ingresó la llave y la giró.

Su mente se desconectó cuando el olor a comida llegó a sus fosas nasales. Se sintió confuso, con paso lento y nervioso caminó hasta la cocina, que es donde provenía el aroma a... ¿lasaña? Al entrar vio el horno encendido, un desastre sobre la mesa, pero ningún rastro de alguien, se acercó hasta quedar en el centro, aun confundido. Su tía siempre avisaba de sus visitas, la última vez que la había visto, eso semanas atrás, quien había acudido en su ayuda. Sabe que si hubiera llamado, habría tenido a su Alfa para él, pero no quiso molestarlo. Por eso había sido su tía quien había acudido hasta él y ser el apoyo que necesitaba, tal y como fue su vida antes de Tony.

—¿Tía May? —preguntó en voz alta, el titubeo en su voz solo delató lo que en verdad esperaba encontrarse.

—Bueno, arriesgándome a que me mate si se entera. No. Alguien mucho más atractivo que ella. —Soltó una grave voz que hizo estremecer a Peter, una suave sonrisa con la que siempre soñaba, y el familiar y tan anhelado aroma de reconocimiento, provocando que Peter volteará, alegre y emocionado.

—¿Tony?

—Hola, Bambola.

Tony extendió sus brazos, justo a tiempo para recibir a su pequeño Omega entre ellos, el olor a bayas, madreselva, metal y café fusionándose. La calidez acunándose en ambos, habían sido meses separados, meses donde se llamaron constantemente, donde se mandaban mensajes, así no fuese durante mucho tiempo, dado que las obligaciones de cada uno impedían que las llamadas durarán más de una hora, y los mensajes no pasaran de unos cuantos al día.

A ninguno le molestaba eso, ambos sabían que debían luchar cada uno por sus metas. Mientras más lo hicieran, menor seria el tiempo que comenzaría a contar en regresiva para que sus días vuelvan a ser compartidos.

—¿Cómo es que estas aquí? ¿Por qué no avisaste? ¿Estás bien? ¿Todo bien? —Preguntó rápidamente, la lengua enredándose, siendo poco entendible para Tony—. Dios, te extrañe tanto.

—Mi manchi anche tu, Bambola. (También te extraño, Bambola) —Susurró el Alfa, acercándose su nariz sobre el cabello de Peter, respirando su aroma y sintiendo como los meses sin su presencia dejaban de pesar. Un segundo al lado de su Peter lo hacía sentir tan completo.

—¿Todo bien, Alfa? —preguntó, por fin separándose un poco. Aun siendo tomado de la cintura de forma posesiva.

—Ahora lo estoy. —Tony se acurrucó entre el cuello de su omega, volviéndolo a pegar a su cuerpo—. Tu celo está cerca ¿no? No quiero que lo pases solo.

Peter frunció el ceño sin borrar su sonrisa.

—¿No te traerá problemas?

—¿Cuándo no hay problemas en mi vida? —Le guiño un ojo, soltándolo y encaminándose hasta el horno cuando este por fin sonó finalizando—. Pero para calmar tu preocupación; hable con mi padre, le dije que quería viajar a Cambrige por un asunto del trabajo, me miro durante algunos segundos, y dijo "Mándale mis saludos a Peter".

—Evidentemente no te creyó que era asunto del trabajo. —Sonrió.

—No, no lo hizo. —También sonrió, meciendo el cuerpo de Peter entre sus brazos—. Mi madre también te envía saludos. Dice que espera que May y tú la pasen con nosotros en Navidad.

—Solo si vuelves a vestirte de Santa para mí.

—¿Ho, ho, ho, Bambola?

—Sí, algo así. —Peter giró su cuello y lamio el de Tony, haciendo que este rompiera el abrazo—. Tenías un poco de sala —susurró y sonrió y la mira de Stark se volvió penetrante, y comenzó a acercarse al Omega lentamente, quien con las mejillas ruborizadas se dejó guiar hasta que topó contra la mesa, preso entre esta y el cuerpo de Tony. El aliento cálido de su alfa golpeándole el rostro, pero molesto por la lentitud subió sus manos hasta el cuello del mayor y lo jaló hacia sí, cortando la distancia y besándolo necesitadamente.

El beso lejos de ser lento o suave, era rápido y apasionado. Ambos soltando jadeos a la par que el Alfa lo tomaba de sus glúteos y lo subía sobre la mesa, siendo rodeado por las piernas de Peter en esa posición, soltó un gruñido cuando este rozó su miembro creciente dentro de sus pantalones.

—Peter...

—¿Sí?

El omega bajó sus manos por el pecho del alfa, no teniendo consideración, no pensando en nada, no le importó cuando escuchó como los botones de la camisa de su alfa caían al piso al romper su camisa, Tony volvió a gruñir al oler el aroma excitado de su omega, él estaba en las mismas condiciones.

—No traje maleta de ropa. —Soltó sin alejarse, comenzando a bajar por el cuello de Peter—. Debes estar hambriento, deberíamos comer. —Sugirió, sin ganas y fuerzas para parar en ese momento.

—Oh, vaya que estoy hambriento. —Le susurró su Omega presionando su erección. Quien no aguantó más y comenzó a deshacerse de la ropa que su Peter portaba, siendo más cuidadoso que este.

La mente de ambos empezaba a nublarse, el calor en sus cuerpos de elevaba y para cuando ambos se encontraban desnudos en la cocina, la lasaña solo quedó dentro del horno olvidada.

º º º

Al día siguiente, Peter fue el primero en despertar, esta vez siendo diferente, sintiéndose cálido, sintiendo el peso de la cabeza de su alfa sobre su pecho, sus cabellos castaños hechos un desastre. Subió su mano, acariciándolo con delicadeza, no sabía cuánto tiempo tendría a su Alfa con él, pero mientras lo tuviera, aprovecharía cualquier segundo.

Aun se sentía agotado, la noche fue muy cansada para ambos, Tony liberó todo lo que llevaba cargando consigo durante meses, su Alfa lejos de volverse más tranquilo y menos hormonal, le demostró lo contrario, que tenía mucho más para darle.

Peter no se quejaba en absoluto, estaba dispuesto a tomar lo que viniera de su Alfa.

—¿Despierto? —susurró en pregunta Tony, aun con los ojos cerrados mientras sentía los dedos de Peter meterse entre las hebras de su cabello.

—Lo estoy —respondió, deteniendo su mano, alejándola, ganándose un gruñido en protesta de su alfa apenas lo hizo.

—Sigue haciéndolo.

Peter sonrió, volviendo a acariciarlo. Su alfa estaba muy mal consentido, pero le gustaba. Siempre pensó que los alfas siempre iban a querer ser los que dieran esas muestras de cariño, el ver que el suyo le gusta recibirlas... le encantaba.

—¿Cómo han sido estos meses?

—Ocupados, lentos, tristes, solos...

Omega sonríe, entendiendo a que se refiere.

—¿Cómo están Howard y Maria?

—Mamá estuvo encantada cuando le dije que vendría a verte. Ella está bien, incluso descubrí que charla frecuentemente con May. —Peter alzó las cejas, sorprendido por el dato—. Papá...pues es él, como siempre, sin embargo, creo que trata de cambiar.

—Eso es bueno, ¿no?

—Supongo que sí. Hace unos días dio a entender que habría un partido de futbol el siguiente mes, y que estaría libre, creo que fue su forma de decirme que podríamos ir. Es más de lo que tuve durante toda mi vida, supongo.

—Me alegra escuchar eso. —dijo sincero.

—Todo gracias a ti.

Tony se alejó del pecho de Peter, y colocó sus manos al lado de sus hombros, quedando encima de este, sonriéndole se acercó para besarlo, siendo suave.

—¿Solo me agradecerás con un beso y ya? —preguntó Parker, fingiendo molestia, picándole con su dedo el pecho.

—Puedo darte uno más.

Peter lo empujo después de recibir el segundo beso.

—Creo que merezco más.

—Eres un glotón, Bambola.

Peter lo volvió a picar en el pecho, sintiendo lo firme que estaba. Sus ganas de darle una ligera mordida se incrementaron cuando noto que Tony tenía una erección que comenzaba a rozar contra su vientre.

—¿Lo quieres?

—¿Tú lo quieres?

—Creo que ninguno tuvo suficiente a noche.

Peter jaló a Tony haciendo que lo besara, aprovechando el descuido, este lo giró para esta vez quedar encima. Sentándose sobre el regazo de su alfa. Sintiendo entre su trasero la erección de Tony rozarlo.

—Creo que es mejor que vayamos a desayunar... —dijo Peter, fingiendo pararse, alejándose del Alfa, claramente no esperó que su alfa lo sostuviera por la cintura y le diese la vuelta— Tony no-

Ambos soltaron un quejido cuando aterrizaron en el suelo.

—Eres un tonto. —Soltó riéndose.

Tony fue el primero en ponerse de pie, ayudando a su Omega a pararse igualmente, al hacerlo le dio un beso rápido y lo tomó de la mano.

—Muchos otros dicen que soy brillante.

Omega frunció el ceño, volviendo a picarle el pecho.

—¿Quiénes otros?

Tony sonrió, rodando los ojos.

—No seas celoso.

—Vamos a ducharnos —le cortó, dándose la vuelta—, y después desayunamos.

—Creí que tenías ganas de algo más.

—Quiero que entiendas... —Comenzó mientras lo encaminó a la ducha—. Que no precisamente vamos a ducharnos.

º º º

Ambos habían decido salir al centro comercial, Tony tenía mucha energía, más que antes incluso, se veía tan animado y energético, Peter se dejaba guiar por él, pasaban de local a local, Tony ya había comprado bastantes cosas innecesarias y otras no tan innecesarias que se veían divertidas, curiosas o lindas. Peter terminó con unas gafas negras en forma de corazón, una gorra purpura que decía I Love Nueva York, pese a que estaban en Cambridge, y no estaba seguro, pero sabía que entre las muchas bolsas que llevaban, Tony había escogido ropa para Peter en base a su gusto propio.

Lo que no esperaba es que Alfa comprara dos lindas pulseras que combinaban, siendo un sol y una luna, algo cliché, pensó Peter. Sin embargo, le gustaban, la forma en que su Alfa se la colocó con una gran sonrisa, solo le causo una extrema sensación de aleteos dentro de su estómago.

—¿Te gusta, Bambola? —preguntó, Peter lo miro y asintió, abrazándolo.

—Me encanta. —dijo sincero, con el rubor en sus mejillas—. No estoy acostumbrado a salir con tantas bolsas de un centro comercial. Pero espera, creí que no te gustaba cargar. —Dijo Peter, tratando de ayudar a su alfa.

—No es algo que me agrade, pero quise que pasáramos el rato juntos, y no puedo dejar que cargues todo, sería muy abusivo de mi parte. —Dijo, y añadió—. Soy todo un caballero.

—Aunque no lo fueras, créeme que no cargaría todo esto, cariño. Pero agradezco que seas un caballero de cualquier forma.

Tony rodó los ojos sonriendo. Y dejó un beso rápido en la mejilla de su omega.

—¿Quieres algo? ¿Helado, algodón, crepa dulce?

—Todo suena bien, ¿Por qué no eliges tú? —preguntó Peter, tomando de las mejillas a su alfa.

—Un helado —dijo y tomó la mano de su Omega, las bolsas siendo un impedimento para abrazarlo de la cintura como le gustaría, sin embargo, la simple sensación de tenerlo a su lado, tomándolo, le bastaba. Cada día desde su partida en los últimos meses extraño a su Peter, pero ahora que volvía a tenerlo a su lado, hacía que se diera cuenta de lo solo que llegó a sentirse.

Ambos caminaron hasta una heladería cercana, pasaron al fondo, una mesa decorada con superhéroes en cada esquina eran lo que ahora los rodeaba. Peter levantó el menú de sabores, sonrió ante la extrañeza de los sabores de helado. Ninguno normal.

—¿Hulk caramelo explosivo o IronMango? —preguntó Peter, riéndose.

—Esa franquicia de superhéroes de cine le mete bastante marketing. —Dijo Tony aun mirando el menú—. ¿Qué tal un Thor-nado de vainilla?

—Pediré un Iron Mango. —Decidió Peter.

—Yo el... Choco-Spidey. —Sonrió, dejando el menú sobre el que ya había depositado el otro.

El resto del tiempo que su helado duró, la pasaron conversando, Tony puso al corriente a Peter sobre su avance con la energía limpia, seguía haciendo pruebas tras pruebas, antes de avanzar a una fase más comercial, hasta ahora todo marchaba acorde a lo que Tony tenía contemplado. Peter miraba con orgullo y admiración a su Alfa, quien cada que hablaba tenía una sonrisa, un tinte de "lo he logrado" se vislumbraba en cada parte de su ser.

Peter no hizo mención cuando a Tony se le salió decir que se sentía bien de que su Padre se viese igualmente asombrado y que se ofreciese a ayudarlo frecuentemente. Su alfa aún tenía mucho que sanar, pero al parecer iba por buen camino. Howard siendo de piedra aprendía a ablandarse un poco, por el bien de su relación con su hijo, y eso a Peter le hacía feliz.

—¿Nos vamos? —preguntó Peter al salir de la heladería.

—¿Tan rápido? Pensé en que podríamos ir al cine.

—En realidad preferiría pasarlo en casa, hoy fue un gran día, pero estoy realmente agotado. —Sonrió como disculpa. A lo que su Alfa solo asintió, para Peter no pasó desapercibido el semblante triste que se esforzó por ocultar, pero prefirió no decir nada.

Solo se acercó y beso la barbilla de Tony.

º º º

Peter con la pijama puesta, yacía recostado en la cama, debía ponerse a estudiar o algo, su semana de exámenes estaba cerca, por lo cual leer sus apuntes no le haría ningún mal, sin embargo, en verdad se sentía agotado, había tenido uno de sus mejores días desde hace mucho tiempo. Todo eso se lo debía a su Alfa, quien ahora se encontraba en alguna tienda cercana buscando algo para comer ahora que ya era de noche, dado que el plan de ir al cine no se llevó acabo, Peter optó porque mejor vieran alguna película en casa.

Se sorprendió cuando escuchó un móvil que no era el suyo, hace tiempo que no escuchaba esa canción de AC/DC de tono de llamada, se estiró hasta el, en la mesa de noche del lado donde dormía Tony, y lo tomó, el nombre de Howard se leyó en la pantalla. Sin dudarlo, y esperando que Howard no tomara de mala manera que sea Peter quien se escuchara, respondió.

—Tony. —Escucha la voz seria (como siempre) del Sr. Howard.

—Eh, buena noche, soy Peter, Señor —contestó.

Se hizo silencio durante unos segundos al otro lado de la llamada y escuchó como carraspeo.

—Hola, Peter. —Saludó, por el tono ahora utilizado, Peter supo que estaba tratando de sonar más amable con él—. ¿No esta Tony por allí?

—Salió a comprar algunas cosas. No tarda en venir, supongo.

—Bien, solo llamaba para avisarle que... necesito su presencia lo más pronto posible, inversionistas importantes vendrán en tres días, ellos serán de gran apoyo para la fuente de energía limpia, harán todo más fácil, si deja pasar esta oportunidad será difícil conseguir otra. —Soltó, tratando de explicar. Algo le dijo que no deseaba decirle tal información, pero sin embargo, lo hizo—. Sé que Tony necesitaba verte, Peter. Y espero no te molestes, pero Tony debe estar aquí pronto. ¿Podrías hablar con él? —pidió.

Peter meditó las palabras, y lo entendió, por supuesto que lo hizo. Sería un estúpido si no hubiera logrado comprender lo que Howard había dicho, sin embargo, algo en su interior le dolió en pensar que Tony volverá a irse en solo cuestión de horas.

—Claro, Señor. No tengo ningún problema. —Peter se silenció durante algunos segundos, pero añadió—. ¿Sabe por qué Tony decidió venir tan de repente?

—No quiso decirme que iría contigo, pero claramente lo supe. Para serte sincero, no me sorprendió, y no quise impedírselo, ha estado trabajando muy duro, incluso descansa poco, y pese a que soy de la idea que nunca es suficiente cuando se trata del trabajo, y ah... —Peter notó que Howard busca palabras— no conocerlo como debería, tiene algo de mí, y es que cuando algo no está del todo bien, tiende a refugiarse en el trabajo. Entonces entendí que unos días contigo era lo que necesitaba.

La voz fue tan firme, que si Peter no hubiese conocido a Howard con anterioridad no podría ver que entre cada palabra tan seca en su voz, habría un tinte de importancia hacia la situación de Tony.

—Lo entiendo. Le agradezco Señor. —Suspiró—. Hablaré con Tony, lo tendrá allá. No se preocupe.

—Gracias, Peter.

Se despidió y cortó la llamada, volviendo a colocar el celular en su sitio. Ahora sentado en la cama, pensando en Tony, le enterneció el corazón. La creencia más popular es que los Omegas sufren la ausencia de sus alfas, ¿Pero qué hay de ellos? Un alfa también extraña a su omega.

No le hacía feliz saber que Tony se siente mal al punto de obsesionarse con el trabajo, pero el saber que lo extraña tanto, le hizo sentir algo en el pecho.

—¡He vuelto! —anunció la ronca voz de Tony acercándose.

Sacudió su cabeza, tratando de desaparecer su semblante pensativo, y lo recibió con una sonrisa.

—Traje más helado, refresco para mí, jugo para ti, palomitas, y algunas donas.

Peter miró las bolsas que Stark dejó sobre la mesa de noche donde yacía su móvil, el cual Tony tomó y guardó en la bolsa de su pantalón.

—No venden donas cerca, Tony.

Tony alzo sus hombros y sonrió. Ambos se recostaron en la cama, pusieron una película desde la pantalla frente a ellos, y observaron, la película escogida, había sido Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Por la mente de ambos llegó el mismo recuerdo al ver a Snape durante el filme; el profesor que casi descubría a Tony y Peter haciendo trampa, o parecido, dado que solo se estaba permitiendo algún tiempo extra para terminar de responder su examen.

El resultado había sido con Peter ileso de castigo, pero Tony no tuve la misma suerte, dado que se sacrificó por él. El lado positivo de eso fue que hubo una excusa para poder iniciar una conversación vía Instagram durante las vacaciones, y que la madre de Tony se enterrara que existía alguien en la vida de su hijo. Su Rumpelstiltskin.

Junto a ese recuerdo, una oleada de otros tantos invadieron a Peter, mientras debajo de su mejilla sentía los latidos serenos de su alfa, quien ahora le daba cariños en sus rulos a Peter, inevitablemente las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, tantos recuerdos uno tras el otro atravesaban como balas el fino muro que levantó durante los últimos meses, el muro que creo para que no se sintiera así, triste, melancólico y necesitado de Tony.

Stark se percató del estado de Peter cuando este escuchó el primer sollozo proveniente, se puso rápidamente sentado sobre la cama, y tomó a Peter con cuidado, abrazándolo. No preguntó nada hasta que los sollozos cesaron poco tiempo después.

—¿Bambola? —Susurro—. ¿Estás bien?

Peter asintió aun sin emitir palabra alguna, trataba de ordenar su mente, de aclararla y saber que decirle a su alfa a continuación.

—Tu padre llamó. —Comenzó, ganándose una mirada confusa de Tony, quien aunque notó quiso decir algo, calló—. No me dijo nada malo, tranquilo. Es solo que, dijo que necesitas estar allá pronto-

—Tonterías, puedo tomarme un tiempo. He trabajado duro, no creo que irme unos días le afecte en algo —dijo, y notando el tono molesto de Tony, quiso interrumpir, pero no lo dejó—. No, Peter. No justifiques a mi padre, creí que estaba mejorando, pero apenas tiene la oportunidad y ya quiere molestarme de nuevo.

—Tony, Tony... Alfa. —pidió—. Escucha. Al parecer inversionistas se presentaran en tres días, para hablar sobre la fuente de energía limpia. —Tony se puso serio, sorprendido—. Tu padre me contó que estas muy centrado en el trabajo, que pasas mayormente tú tiempo en eso, dijo que por eso no puso objeciones cuando decidiste venir aquí. El realmente parecía preocupado y culpable por tener que hacerte volver, pero sabes que es necesario que estés presente.

—Habrá más inversionistas...

—¿Y si no?

—Los habrá. En verdad —aseguró.

—Recuerda lo que hablamos. Ambos creceríamos, ninguno interferiría en el camino del otro, nos apoyaríamos y estaríamos el uno para el otro.

—No estas interfiriendo, quiero estar aquí para ti. Tu celo-

—Mi celo fue hace algunas semanas. —Soltó—. No te dije nada, tomé supresores. May estuvo conmigo.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Justo me contaste que estabas teniendo avances favorables en tus proyectos. No quise interrumpir eso.

—Debiste decírmelo.

—Lo siento.

Tony negó.

—Aun así, no quiero irme.

Peter se movió, sentándose sobre sus piernas e inclinándose para besar a Tony.

—Debes ir, quiero que vayas. También te extraño, bastante. Y me gustaría tenerte siempre a mi lado, que despiertes conmigo, que todos mis días sean como hoy. Felices y cálidos, Tony. —Susurraba, mientras acariciaba la mejilla de su alfa, sintiendo los vellos crecientes de la barba de su alfa—. Y algún día eso pasará, tendremos esos días. Viviremos esa vida. Pero primero quiero que luches por tus sueños.

Tony sonrió con un semblante triste y agachó la mirada. Peter lo tomó de la barbilla y la volvió a subir para que lo mirara.

—Te amo, Alfa. —pronuncio, volviendo a besarlo. Quien siguió el beso, tomándolo de la cintura y posicionándolo sobre él. Ambos subieron la intensidad del beso, al igual que sus jadeos entre cortados acompañados de suaves gemidos se hacían presentes en la habitación.

Ambos sentían que una sensación triste los recorría, pero el amor los hacia sanar. Solo querían ver la noche pasar, entre la oscuridad perderse esa noche, sentirse dentro del otro, sintiéndose uno solo por esa noche.

Se amaban, y por eso mismo sabían que debían esperar. Hace meses había sido Peter quien tuvo que aceptarlo, quien tuvo que hacerse sentir que todo estaría bien cuando su Alfa se fuera. Ahora era su Alfa quien quería sentir que su Peter siempre lo amaría, que volvería a él.

Ya sin prendas cubriendo sus cuerpos, mientas los besos y caricias los abrazaban, comenzaban a sentirse mejor.

—¿Iras a verme cuando termine tu curso? —preguntó Tony, esperanzando.

—Creí que eso sería un hecho. —Sonrió.

Y Tony volvió a girarlo como esa misma mañana, esta vez con resultado exitoso, posicionándose entre las piernas de Peter, mirándolo con el amor que cada día crecía, tocándolo como lo más preciado de su vida.

El futuro fijado en la mente de ambos, un futuro lleno de amor. Uno donde ambos con sus sueños realizados puedan compartir los frutos.

Donde la familia que algún día formen sea el resultado de aquel tan intenso amor juvenil.

Aquellos días por los corredores de la universidad, en la cancha de futbol, en el albergue de omegas y betas, los vestidores, las aulas, el armario del conserje, esa casa, cada sitio, cada vivencia desde el día de Halloween hasta su tarde helado de ese mismo día, representarían solo su historia de origen.

En Ruso, inglés, español o italiano, tantos idiomas y no podrían representar en palabras lo grande del amor que Tony Stark sentía hacia su Bambola...

Bueno, con esto ahora sí me despido de está historia. Fue muy agradable traducir esto y traerlo a ustedes. ❤️

Este extra ha sido escrito totalmente por mi. Así que espero haya sido de su agrado. ✨

Agradezco a sunlsh que además de haber contribuido con la portada, fue quien me ayudó a revisar cada capítulo de esta historia, para asegurarse que la traducción era entendible. 🙈❤️

Y muy importante, un mensaje de la autora de está historia. Quién desde primer momento se emociono por saber que algunas personas de este lado del mundo la leerian.  👀

"Seré breve para no atormentar al primer traductor que tradujo mi historia... Por lo cual muchas gracias desde el cielo hasta la tierra. Y gracias a todos los que leyeron, espero que hayan disfrutado la historia y se hayan impregnado de cuanto amo a Starker y al fandom Marvel. Con amor desde Rusia 3000 veces" ❤️





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