20
Jungkook bajó las escaleras ya completamente vestido, su cabello aún algo húmedo por la ducha. Caminó hacia la mesa, donde Jimin estaba sentado, y tomó asiento frente a la sopa que el mayor había preparado. Sus manos se movieron automáticamente para tomar la cuchara, pero evitó levantar la mirada. La vergüenza lo consumía por completo. ¿Cómo pudo ser tan torpe? Que la toalla se le cayera así… Dios, Jimin ya había visto todo de él, incluso su entrepierna.
Por su parte, Jimin lo observaba en silencio, intentando no parecer incómodo. Pero la verdad era que lo estaba. La imagen de Jungkook cubierto solo por una toalla o más bien, sin ella seguía rondando en su cabeza. Aclaró su garganta para romper el silencio que parecía aplastar la habitación.
—. ¿Te sientes mejor?— preguntó, tratando de que su voz sonara natural.
Jungkook levantó la mirada por un breve instante antes de asentir—. Sí. Gracias por cuidar de mí. Debió ser una molestia para ti...—
—. No lo fue— respondió Jimin rápidamente, negando con la cabeza—. Tú también me ayudaste cuando yo estaba ebrio, ¿Recuerdas? Así que estamos a mano— Le dedicó una leve sonrisa, tratando de aligerar el ambiente.
Jungkook lo miró por unos segundos antes de desviar nuevamente la vista hacia la sopa. Tomó una cucharada y la llevó a su boca, sintiendo el calor reconfortante del platillo—. Gracias… por todo, en serio. Por la comida y por cuidarme— Esta vez, acompañó sus palabras con una tímida sonrisa.
—. No es nada. De verdad— respondió Jimin suavemente, aunque él también sentía la incomodidad en el aire. Después de lo ocurrido, no era raro que ambos se sintieran así.
Un silencio pesado cayó sobre ellos nuevamente, roto únicamente por el suave ruido de la cuchara de Jungkook contra el tazón. Jimin se removió inquieto en su silla, sabiendo que había algo que necesitaba preguntar, aunque no estaba seguro de cómo hacerlo. Finalmente, tomó aire y decidió enfrentar el tema.
—. Jungkook... quiero preguntarte algo— Su voz sonó seria, lo que hizo que el pelinegro alzara ligeramente la vista—. ¿Por qué golpeaste de esa manera a Sa-Kyung?—
El ambiente se tensó de inmediato. Jungkook detuvo el movimiento de la cuchara y la dejó a un lado del tazón. Sus hombros se tensaron y sus manos se entrelazaron sobre la mesa mientras intentaba encontrar las palabras correctas.
—. Lo siento…— dijo al fin, su voz baja y algo ronca—. Es que me enfureció todo lo que dijo—
Jimin arqueó una ceja, esperando más—. ¿Qué dijo exactamente?—
Jungkook bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior. No quería repetir las palabras de Sa-Kyung. No solo porque lo habían enfurecido, sino porque temía cómo reaccionaría Jimin al saber lo que había provocado su arrebato—. Solo… dijo cosas que no debía. Cosas que me provocaron—
Jimin lo miró fijamente, no muy convencido—. ¿Y qué tipo de cosas podrían provocarte tanto como para casi matarlo?—
El pelinegro tragó saliva. Había una delgada línea entre ser honesto y empeorar las cosas. No podía decirle la verdad. O al menos, no toda—. Fue algo personal. Lo siento si te puse en una situación incómoda con él. No debí dejarme llevar de esa manera—
Jimin frunció el ceño, sintiendo que Jungkook le estaba ocultando algo, pero decidió no insistir. En el fondo, sabía que Sa-Kyung podía ser muy provocador cuando quería. Suspiró suavemente, relajando su expresión.
—. Solo… no vuelvas a hacerlo. Por favor. No importa lo que te diga, no vale la pena que te metas en problemas por él—
Jungkook alzó la mirada, sorprendido por la dulzura en el tono de Jimin. Sintió un calor extraño en el pecho, algo que nunca antes había experimentado tan intensamente. Asintió lentamente—. No volverá a pasar. Te lo prometo—
Jimin esbozó una leve sonrisa mientras notaba que, aunque la tensión aún flotaba en el ambiente, se había disipado lo suficiente como para sentirse más cómodo. Jungkook lo observaba de reojo, con cierta duda en la mirada, como si algo rondara en su mente pero no supiera cómo expresarlo. Finalmente, el más joven se levantó de la silla, devolviendo la sonrisa de forma tímida.
—. Gracias por la comida, estaba deliciosa— agradeció, llevándose el plato al fregadero y dejándolo allí con cuidado.
—. No fue nada— respondió Jimin, su tono suave pero sincero.
Jungkook, buscando distraerse de sus propios pensamientos, se dirigió al sillón y se dejó caer con un suspiro, estirándose para relajarse. Jimin lo siguió, sentándose a su lado con naturalidad, pero manteniendo una pequeña distancia.
—. ¿No te incomoda que pase todo el día aquí?— preguntó Jimin de repente, rompiendo el silencio. Su mirada estaba fija en Jungkook, aunque su tono era ligero, como si tratara de minimizar la importancia de la pregunta.
Jungkook giró la cabeza hacia él, claramente sorprendido, y negó rápidamente—. Para nada. Me gusta tu compañía. Me gusta que estés aquí, a mi lado— respondió con honestidad, sin pensarlo demasiado.
Al darse cuenta de lo que había dicho, sus ojos se ensancharon levemente. Sin embargo, se atrevió a extender una mano hacia Jimin, con la intención de acariciar su mejilla, pero se detuvo a medio camino, temiendo que el gesto pudiera incomodarlo. Para su sorpresa, Jimin tomó suavemente su mano y la guió hacia su rostro, presionándola contra su mejilla mientras le dedicaba una sonrisa cálida.
—. Me alegra que te guste que esté aquí— murmuró Jimin, su voz casi un susurro, aunque suficiente para hacer que el corazón de Jungkook latiera con fuerza.
El pelinegro se acomodó en el sillón, quedando aún más cerca de él, y comenzó a acariciar la suave piel de su mejilla con ternura. Durante unos segundos, se quedó en silencio, como si estuviera debatiéndose consigo mismo. Finalmente, inhaló profundamente antes de hablar.
—. Quiero preguntarte algo— dijo en voz baja, casi temeroso de romper el momento.
Jimin lo miró con curiosidad, ladeando ligeramente la cabeza—. ¿Qué cosa?—
Jungkook tomó aire y lo soltó con lentitud antes de continuar—. Tú… ¿De verdad te acostaste con Seo Sa-Kyung?—
La pregunta cayó como una bomba. Jimin se tensó de inmediato, apartando la mirada mientras su expresión cambiaba, tornándose más seria.
—. ¿Por qué lo preguntas? ¿Sa-Kyung te lo dijo?— replicó en voz baja, tratando de mantener la calma, aunque la incomodidad era evidente en su postura.
Jungkook frunció el ceño ante la evasiva y, con cuidado, levantó su mano para tomar la barbilla de Jimin, obligándolo a mirarlo nuevamente.
—. Sí, me lo dijo— respondió Jungkook con firmeza, aunque en su interior luchaba por mantener la compostura. Su lado Myuin rugía de rabia, exigiendo proteger y reclamar a Jimin.
El mayor suspiró profundamente, como si cargar con ese recuerdo fuera más difícil de lo que estaba dispuesto a admitir. —. Es cierto—
La respuesta breve, pero contundente, hizo que la mandíbula de Jungkook se apretara. Sin embargo, decidió no interrumpirlo, dejando que Jimin continuara a su propio ritmo.
Jimin suspiró, tomando unos segundos para encontrar las palabras adecuadas.—. Tenía 17 años y estaba en plena exploración de mi sexualidad. Me preocupaba no sentir atracción por las mujeres, así que decidí compartirlo con Sa-Kyung. Él se ofreció a ayudarme, y, en mi ingenuidad, acepté. Lo que comenzó como una simple conversación terminó en algo más, y acabé teniendo sexo con Sa-Kyung— relató Jimin, su voz cargada de nostalgia.
Jungkook apretó la mandíbula, sintiendo cómo la rabia brotaba en su interior, junto con su instinto más primitivo.
—. ¿Entonces él fue tu primera vez?— preguntó, su tono más intenso de lo que pretendía.
Jimin asintió, su mirada baja, como si cada palabra le pesara—. Sí, lo fue— respondió, con un aire de resignación.
Jungkook lo observó, luchando contra el impulso de dejar escapar un gruñido, su mente llena de emociones contradictorias.
—. ¿Y te gustó?— inquirió, la tensión palpable entre ellos.
—. No, fue doloroso como el infierno. Me cogió como a un animal; ni siquiera fue dulce. Para mí, esa primera vez fue horrible— confesó, su voz temblando con la carga de ese recuerdo.
Jungkook sintió que la rabia crecía dentro de él, una necesidad casi visceral de hacerle daño a Sa-Kyung. La idea de llevarlo de nuevo a Zeytharion lo llenaba de una oscura satisfacción; allí podría hacerle lo que quisiera, y no dudaría en acabar con su vida, disfrutando cada instante de su venganza.
Jungkook acarició la mejilla de Jimin con aún más suavidad, como si quisiera borrar con su toque cualquier recuerdo doloroso. Su voz salió en un murmullo, cargada de empatía.
—. Debió ser horrible para ti…—
Jimin cerró los ojos por un momento, disfrutando del gesto cálido de Jungkook. La ternura de sus movimientos lo hacía sentir protegido. Sin embargo, mientras lo observaba, un pensamiento se instaló en su mente: Jungkook, tan popular, tan atractivo, seguramente había tenido muchas experiencias románticas… o sexuales. La idea lo incomodó más de lo que habría querido admitir.
—. Jungkook, ¿Tú te has acostado con muchas personas?— preguntó, intentando sonar casual, aunque la curiosidad le pesaba.
La pregunta sorprendió a Jungkook, quien se quedó completamente inmóvil. Su rostro adquirió un matiz de incomodidad, y las orejas le ardieron de vergüenza. La pregunta lo hizo recordar las tradiciones de Zeytharion, donde era costumbre mantenerse virgen hasta encontrar a la persona amada o casarse.
—. Yo…— trató de evitar su mirada, notando cómo la tensión se acumulaba en el ambiente—. Me da un poco de vergüenza decirlo, pero… yo nunca he hecho eso con nadie— El rubor en sus mejillas se intensificó al confesarlo.
Jimin lo miró fijamente, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Sus ojos se agrandaron por la sorpresa.
—. ¡¿Qué?!— exclamó, levantando un poco la voz sin darse cuenta—. ¿Tú? ¿Quieres decir que… todavía eres virgen?— preguntó, incrédulo.
Jungkook se llevó ambas manos al rostro, completamente avergonzado, y asintió con un pequeño movimiento de cabeza, incapaz de enfrentar la expresión de Jimin.
Jimin lo observó en silencio por unos segundos, todavía sorprendido por la revelación, hasta que otra pregunta se formó en su mente.
—. Entonces… ¿Cómo es que besas tan bien?— preguntó con curiosidad genuina, aunque con un leve tinte de picardía en su tono.
Jungkook apartó las manos de su rostro, sorprendido por el comentario. Sus ojos brillaron ligeramente, como si aquello fuera un cumplido inesperado.
—. ¿De verdad crees que beso bien?— preguntó, emocionado, olvidando momentáneamente su vergüenza.
Jimin sintió un extraño calor en su pecho al verlo tan entusiasmado, pero también una especie de vergüenza propia. Un pensamiento lo golpeó de lleno, y su voz salió casi temblorosa.
—. Espera… entonces… ¿Ese fue tu primer beso?—
Jungkook bajó la mirada, algo nervioso, pero asintió con un ligero movimiento de cabeza.
—Sí, lo fue…— admitió, todavía ruborizado.
Jimin lo miró, aún procesando lo que acababa de escuchar. Una mezcla de incredulidad y algo más una especie de alivió se apoderó de él. Por alguna razón, aquello hacía que Jungkook le pareciera aún más especial. De verdad Jungkook siempre lo sorprendía por lo que decía y hacia, era la primera vez que conocía a alguien como él y le gustaba, enserió lo hacía.
Otro capitulo más, hoy también me dieron ganas de subir otro y mejor ¿No? Jajaja
Espero que les guste, y espero que tengan un gran día, gracias por leer 😆
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