Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

⛓ 16 ⛓

[ ⛓ ]

El lunes por la noche, Tae Hyung llegó completamente emocionado.

Filadelfia era genial.

El partido había sido genial.

Los jugadores eran geniales.

Pero básicamente, todo era gracias a JungKook.

Jeon JungKook era genial.

Estaba completamente enamorado. 

¿Después de cuánto tiempo?

¿Dos semanas?

Era una locura.

Estaba muy contento por él.

Cuando se calmó, le pregunté por la discusión que había tenido con Yoongi.

Él se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja.

– En realidad no fue nada.

– Kim Tae Hyung... –le dije– Mi subconsciente te oyó. Fue algo más que nada.

Él se mordió el labio.

– Sólo estaba sorprendido de que él ya estuviera allí. Yo soy tu mejor amigo. Debería haber llegado antes. Es una estupidez. Ya te lo he dicho, no fue nada.

Intenté recordar.

Me costó mucho, porque los recuerdos eran muy borrosos.

– ¿Cuándo llegaste al hospital?

– Cuando te llevaron a tu habitación. Después de que te hicieran el escáner.

Tenía sentido.

– ¿Y cuándo llegó Yoongi?

Tae Hyung suspiró y se dejó caer en el sofá.

– Él estaba en urgencias contigo. Las enfermeras tuvieron que echarlo a la fuerza.

Arqueó una ceja.

– ¿Por qué no se lo preguntas a él?

Le ignoré.

– ¿Por qué lo llamaste «puto animal»?

– Porque creía que lo era. Para él tú eres como su esclavo sexual o algo así. Satisfaces sus necesidades más básicas y luego viene corriendo al hospital cuando estás herido, como si todo su mundo se estuviera haciendo añicos. Eso me cabreó.

– ¿Y ahora ya te gusta?

– Yo no utilizaría la palabra «gustar», pero sí, lo toleraré.

Se fue hacia la puerta.

La conversación había terminado.

– ¿Vas a ir con él a la Super Bowl?

– Sí. Algo mencionó sobre el tema.

[ ⛓ ]

La tarde del miércoles, alrededor de la una y media, yo estaba trabajando en el mostrador principal.

Estaba de espaldas a la puerta de entrada, catalogando los libros que acababan de llegar.

– Necesito ver la "Colección de Libros Raros".

No soportaba a los imbéciles que no conocían las normas de la biblioteca.

– Lo siento –dije, sin dignarme a mirarlo– La Colección de Libros Raros sólo se puede visitar con cita previa y en este momento estamos escasos de personal. Me temo que esta tarde no podrá ser.

– Eso es muy decepcionante, Jimin.

Como todo el mundo sabe, lo que uno espera que ocurra, entorpece todo lo que ve y oye.

Bueno, pues yo no pensaba que Yoongi fuera a aparecer en mi sección de la biblioteca pública a la una y media de la tarde de un miércoles cualquiera.

Por eso no comprendí quién era hasta que dijo mi nombre.

Me di la vuelta.

Estaba de pie delante de mí, con un abrigo de lana que sólo dejaba entrever una pequeña parte de su corbata por encima del cuello.

Y con una arrogante sonrisa en los labios.

Min Yoongi estaba en mi biblioteca.

Un miércoles.

Ladeé la cabeza.

¿Para ver la "Colección de Libros Raros"?

– ¿De verdad es tan mal momento? –preguntó.

– No –respondí con voz ronca– Pero estoy seguro de que tienes exactamente los mismos libros en tu casa.

– Es probable.

Yo seguía sin comprender lo que pretendía.

– Alguien tendrá que estar contigo todo el rato.

– Eso espero. Me aburriría mucho yo solo y la "Colección de Libros Raros".

Se empezó a quitar los guantes muy lentamente, un dedo tras otro.

– Ya sé que no es fin de semana y, por favor, no tengas reparos en decirme que no. No habrá ninguna consecuencia. ¿Me acompañarías a ver la Colección de Libros Raros?

Oh.

Dios.

Mío.

– S-sí –tartamudeé, observando cómo se quitaba el otro guante.

– Excelente.

Me había quedado de piedra.

– Jimin –dijo, sacándome de mi estupor– Quizá esa señora de allí –señaló por encima de mi hombro– podría sustituirte mientras tú estás ocupado con otras cosas.

...Joder.

– ¿Jimin?

– ¿Martha? –la llamé, mientras me alejaba del mostrador.

– ¿Me podrías sustituir? El señor Min tiene una cita para ver la "Colección de Libros Raros".

Mi compañera me hizo un gesto de afirmación con la mano.

[ ⛓ ]

– Sólo por curiosidad... –habló Yoongi mientras caminábamos– ¿Hay alguna mesa en la sala de la Colección de Libros Raros? ¿Una mesa?

– Sí.

– ¿Y es recia?

– Supongo que sí.

– Bien.

Me siguió escaleras arriba.

– Porque espero que ante mí se abran algo más que libros.

Se me aceleró el corazón.

Me entretuve con las llaves, intentando encontrar la que franqueaba la sala que contenía la "Colección de Libros Raros".

Por fin la encontré, abrí la cerradura y empujé la puerta.

– No, no, no –dijo Yoongi, sujetando la puerta– Después de ti.

Entré en la sala de Libros Raros mirando a mi alrededor.

La estancia estaba vacía y, a menos que ocurriera algo inesperado, así seguiría durante el futuro inmediato.

Yoongi cerró la puerta detrás de mí y echó la llave.

Se quitó el abrigo y lo dejó sobre el respaldo de una silla.

Luego empezó a caminar por la sala, mientras inspeccionaba las muchas estanterías y las mesas.

– Ésta –dijo, señalando la mesa que estaba en medio de la estancia; le llegaba a la altura de la cintura.

– Esto era exactamente lo que tenía en mente.

Estaba a punto de practicar sexo entre la "Colección de Libros Raros".

Con Yoongi...

– Desnúdate de cintura para abajo –me ordenó– Luego siéntate en la mesa.

Ignoré a la parte de mi cerebro que me advertía que no debía hacerlo, me quité los zapatos y las bragas.

Me las bajé junto con las medias hasta dejarlas caer al suelo.

Él me observó mientras me subía a la mesa.

– Muy bien.

Se desabrochó el cinturón.

– Coloca los talones y el culo en el borde de la mesa y separa esas preciosas rodillas para mí.

La temperatura de la sala que albergaba la "Colección de Libros Raros" siempre estaba más baja que la del resto de la biblioteca.

Y, normalmente, yo tenía frío cada vez que entraba allí, pero en ese momento estaba caliente.

Muy caliente.

Y cuando lo vi quitarse los pantalones y los bóxers, aún me calenté más.

Luego deslizó un condón por su polla erecta.

– Muy bien.

Se acercó a la mesa, me abrió más las piernas y luego miró hacia abajo para alinearme con su miembro.

Se movía muy despacio.

Me provocaba.

Me hacía saborear la expectativa.

– Dime, Jimin –dijo– ¿Alguna vez te han follado en la sala de la "Colección de Libros Raros"?

– No.

Levantó la cabeza.

– No, ¿qué?

– No, Señor.

Me penetró sólo un poco.

– Eso está mucho mejor.

Esperó un instante y luego me penetró del todo.

Mis caderas recularon por la mesa, entonces él alargó un brazo para agarrarme y pegarme a su cuerpo.

– Apóyate sobre los codos. Te voy a follar con tanta fuerza que el viernes por la noche aún lo seguirás notando.

No tuvo que decírmelo dos veces.

Me incliné hacia atrás y deslicé las caderas hacia delante para succionarlo un poco más.

Yoongi embistió y se internó en mí una y otra vez, mientras yo aguantaba las arremetidas con toda la fuerza que podía.

Me apoyé sobre los talones para intentar mantenerme quieto donde estaba.

– Eres mío –aseveró, penetrándome de nuevo.

Dejé caer la cabeza hacia atrás.

Estaba tan expuesto en esa postura que todo lo que sentía me parecía mucho más intenso.

«Sí –quería decirle– Soy tuyo, y sólo tuyo»

– Eres mío.

Me agarró con fuerza de las caderas, mientras su polla me embestía.

– Dilo, Jimin.

– Soy tuyo –repetí, mientras me penetraba una y otra vez– Soy tuyo.
Tuyo. Tuyo.

Empecé a gemir cuando noté cómo aumentaba mi clímax.

Sentía un gran placer.

Pero estaba en el trabajo.

Apreté los labios mientras sentía llegar el orgasmo, que fue creciendo cada vez más hasta que la espiral se descontroló y no pude evitar soltar un pequeño grito.

Yoongi inspiró hondo y luego se quedó inmóvil, mientras se corría con fuerza dentro del preservativo.

Luego se inclinó sobre mí con la respiración agitada y dibujó un camino de besos por mi vientre.

– Gracias por acompañarme a ver la "Colección de Libros Raros"

– Cuando quieras –le dije, pasándole los dedos por el pelo.

Me dio un último beso en el vientre y luego nos vestimos.

Me puse los zapatos y entonces comprendí lo que habíamos hecho.

¿Y si nos había oído alguien?

¿Y si había gente esperando fuera? 

Yoongi había cerrado la puerta al entrar, pero yo no era el único empleado que tenía las llaves.

Me miró con la cabeza ladeada.

– ¿Estás bien?

– Sí –contesté, con ganas de salir de aquella sala lo más rápido posible. 

Tomé el condón que él tenía en la mano y me fui hacia el pasillo.

– Yo me ocupo de esto.

Yoongi asintió.

– Te veo el viernes a las seis.

– Sí, Señor.

[ ⛓ ]

Cuando salimos, tomamos direcciones distintas:

Él se marchó y yo fui al servicio.

Me sentía un poco tembloroso y notaba un hormigueo por dentro; lo más probable era que pasara el resto del día sonriendo estúpidamente.

Cuando volví al mostrador principal, había una rosa esperándome sobre el montón de libros que estaba catalogando.

Una rosa blanca con un ligero rubor en las puntas de los pétalos...

La recogí e inspiré su fragancia.

«Cincuenta y dos horas, y descontando»

[ ⛓ ]
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro