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¡Jimin, deja de gustarme!


Quiero llorar. Sí, hoy me dieron ganas de llorar.

Sería fácil simplemente dejar ese examen y marcharme a la mierda, pero no, me esforcé mucho para esto. Realmente estudié, (no tiene importancia si fue la noche anterior o no), pero al parecer no estudié una mierda de lo que se encuentra en este examen.

— Maldita sea — susurré, golpeando repetidamente la goma del lápiz contra la mesa.

Todavía se encontraban más de quince personas en el jodido salón, por lo que no me sentía por completo presionado.

Suspiré resignado, queriendo completar la jodida prueba.



...



Mala suerte es poco. Creo que el mundo me odia. Al final apenas pude completar la jodida prueba.

— ¡Hey, Jeon Jungkook! — El grito de Rosé me hizo saltar. Ahora estaba sentado en el césped, sintiendo que mi momento de total autodestrucción se desvanecía.

Ahora qué. Me quejé, mi rostro de desagrado salió a la luz sin poder evitarlo, Rosé debió haberlo visto, porque imitó de muy mala forma mi cara. 

Yo no soy tan feo.

— Park Rosé — murmuré, mirándola de reojo mientras deslizaba mi dedo por la pantalla de mi celular.

— Tan simpático, ¿no? — ironizó 

— Por supuesto. Soy un amor de persona.

Ella me ignoró como usualmente hacía tras mis buenas bromas y, tras un bufido, cambió de tema.

— ¿Crees que podrías ir a buscar a Jimin? — Como si la jodida pregunta no me hubiera dejado lo suficientemente ansioso se sentó a mi lado con aura radiante y una sonrisa boba.

Pude sentir cómo mi celular se deslizaba de mi mano hasta caer sobre mis piernas.

— ¿Qué?

— ¿Por qué siempre que te hablo parece que debo convertirme en una grabadora? ¿Tienes algún problema en el oído? ¿O por qué debo repetir siempre lo que digo?

— ¿Ah?

Rosé rodó los ojos exasperada, como siempre hacía cuando hablábamos. Realmente no entiendo qué hago para que me trate de esa manera. Soy un maldito ángel.

— Te pedí, idiota sordo de mierda, que si podías ir a buscar a Jimin.

Oh, bueno.

— ¿Por qué?

No es que me estuviera quejando, jamás lo haría. Buscar a Jimin se convierte en una oportunidad de por fin convertirnos en esposos o de por fin pedirle su número, supongo.

— Porque está rodeado de tarados sin cerebro y no me apetece hablar con ellos.

Oh, era un buen motivo.

Aunque, para estos casos, si me hubiera dicho que simplemente no quería buscar a Jimin también me parecía un buen motivo. Después de todo, haría cualquier cosa por estar a solas con él.

— Bueno, ¿dónde está?

Rosé me quedó mirando por unos segundos con el ceño fruncido. Me sentí ligeramente pequeño, parecía como si estuviera tratando de entender un libro complicado.

Hola, yo era el libro.

— ¿Qué? — Pregunté imitando sus gestos.

— Aceptaste muy rápido, Jungkook.

— Ah.

No tenía reales excusas para contradecirla, era cierto.

— Y yo que tenía preparado para ti súplicas y discursos de la amistad.

Eh, bueno, no es necesario.

Mhmm, ¿y por qué me hiciste un escándalo cuando te pedí buscar mi sándwich?

Fue hace dos días y tenía buenos motivos.

Me dio pereza, y además, ella tiene dos piernas.

Meh.

— A veces actúas como si-

— ¿Dónde está Jimin? — Interrumpí rápidamente como si alguna especie de interruptor se habría activado.

Estaba seguro hacia donde se dirigía la pregunta.

"¿A veces actúas como si te gustara?" Eso era lo que quería evitar, definitivamente no quería escucharla terminar esa pregunta, porque sabía que las probabilidades de que lo negara eran mínimas.

Rosé levantó una de sus teñidas cejas y luego señaló hacia el edificio del aula.

— Debería estar en el aula 3B.

— Bien.

De inmediato me levanté, dejando mi mochila al cuidado de Rosé. 

Eso... supongo que estuvo cerca.

Mi corazón latía acelerado, casi podía sentir el eco de las palabras que no había pronunciado, pero que sabía que flotaban en el aire.

Jodido dramático eres, Jeon Jungkook.

Lo cierto es que, el que Jimin se enterara de que me gusta era un temor que me perseguía. Jimin y yo todavía no podemos catalogarnos como algo más que amigos y todavía no estoy seguro de si es posible que pueda llegar a gustarle algún día, en todo caso, ¿le gustarán los hombres? 

Además, el hecho de que su hermana siempre esté alrededor es muy decepcionante, porque-

Pausa. Stop. Alto... ¿acabo de admitir que Jimin me gusta?

¿Jimin? ¿Gustarme a mí? ¿De sentimientos románticos y así?

Oh, Dios, no

¡Nunca me ha gustado nadie! ¡No quiero que me guste, eso me haría daño, lo sé, hay muchas historias al respecto!

¿Por qué mi romance adolescente debe empezar justo cuando no soy adolescente y no estoy seguro de siquiera qué tipo de personas le gustan a Jimin?

¡Esto es horrible!

¡Jimin, por favor deja de gustarme! ¡Preferiría mil veces volver a dar ese jodido examen!

Pero mis suplicas, como siempre, son ignoradas, y justamente cuando iba a devolverme para escapar de mi agonía, aparece... Jimin, el chico que aparentemente gusta y quiero que deje de gustarme, con una sonrisa apenada siendo perseguido por un grupo de simios.

No es porque me guste, pero parecía incómodo, debo ayudarlo. Porque, ajá, es mi amigo, mi musa, y no me gusta, es mi musa, bueno... mi musa-amigo, él no me gusta. ¡De verdad no me gusta!

Joder, esto es complicado.

— ¡Jimin, te estaba buscando! — Exclamé por fin, llamándo la atención de los chicos a su alrededor, quienes fruncieron el ceño mirándome con escepticismo —. Tenemos que irnos — y sin más, lo tomé de la muñeca, comenzando a caminar.

Realmente no me importó el hecho de que esos simios comenzaran a preguntar entre gritos que qué era lo que me ocurría y por qué Jimin se iba, solo quería sacarlo de ahí y ver una vez más esa linda sonrisa suya.

— Gracias, Jungkook — dijo mostrándome como sus ojos se volvían medias lunas. 

Yo... de nada, Jimin — susurré.

¿Que mis mejillas se sintieran calientes no significa que me esté sonrojando por él verdad? ¿No por es su sonrisa que me siento un poco más nervioso, verdad? ¿No es porque lo tenga sujetado de la muñeca que mis manos están sudando, verdad? ¡¿No es que me guste, verdad?! 

Oh, no de nuevo.

¡Jimin deja de gustarme, esto es demasiado!




...

seh, jungkook anteriormente había admitido de forma incosciente que le gustaba jimin, pero es ahora que ya abrió los ojos se plantea toda su existencia lskfjsldf. 

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