14
—¿Y bien? ¿Te gustó o no?.
MinHo no responde, es más, se toma su tiempo para masticar y saborear la tarta que preparé con mucho esfuerzo. Me tiene de los nervios, sinceramente pienso que sólo quiere molestarme con su tardanza.
Mal por él, sabe que soy una persona de poca paciencia. Por ende, le doy un golpe en su brazo con el fin de que respondiera.
—Oye, eso si que dolió—dijo sobando su brazo, no es mi culpa sino tuya—. Deberías ser un poco menos agresiva.
—Y tú un poco menos idiota—sonreí cruzada de brazos—. Llevas casi diez minutos masticando el mismo pedazo, ya dime de una vez si te gustó o no.
MinHo esboza una sonrisa divertida, cosa que no me gusta porque nuevamente tardará otras mil horas más en decirme su opinión.
—¡Ya!.—chillé hastiada.
—No está mal—menciona realizando una mueca pensante, si me dice que quedó cruda, me retiro oficialmente de la cocina—. ¿Quieres probar?.—pregunta extendiendo un pedacito de tarta.
—Sé sincero, ¿quedó feo, verdad?—un puchero se instaló en mis labios—. ¡Lo sabía! ¡Ya no volveré a cocinar! ¡Soy tan mala para todo!—lloriqué—. Mejor quédate con la bruja de MinJu, yo me iré a tirar de un puente, con permiso...—digo exageradamente.
MinHo sólo ríe de mi dramatismo, no es gracioso, de verdad me iré a tirar de un puente. Iba a levantarme pero él jala de mi brazo deteniendome, mi espalda se pega a su pecho y sus manos rodean mi cintura.
—¿Por qué sacas conclusiones tan aceleradas, eh?—susurra besando mi mejilla—. Te respondí que no está mal y si quería que la probaras, era para que supieras lo deliciosa que te quedó.
—Uh, bueno, sabes como soy...—aludí un tanto avergonzada—. ¿De verdad te pareció deliciosa?.—pregunto con cierta emoción.
MinHo asintiendo, me ofrece un pedacito de tarta y yo siendo obediente, abrí mi boca. Una vez empiezo a masticar, siento como él ataca mis labios con mucho fervor, su lengua ingresa en mi cavidad bucal y absorbe lo que quedaba de tarta. Gemí ante su intromisión desprevenida.
Sólo cuando terminó de extraer todo, inclusive mi alma, cortó el caliente beso.
—Ahora si sabe muchísimo mejor que antes—inevitablemente me sonrojé ante lo atrevido que fue, quise golpearlo de nuevo pero él es más rápido al salir primero de la cama—. Iré a darme una ducha, descansa tesoro.—sonríe burlón.
Quise tirarle una almohada en su estúpida cara, sin embargo, sale corriendo de la habitación, dejándome sola.
—¡Ya verás cuando regreses, Lee!.—grité aún escuchando su preciosa risa.
Ah, eres todo un caso, Honnie...
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Merodeando por internet, hallé una diversa variedad de tatuajes. Algunos llamaron mi completa atención, eran bonitos.
Estoy por cumplir dieciocho años, quiero darle un poco de estilo a mi vida ahora que seré mayor de edad. Me pregunto cuánto costará hacerse uno, no creo poder pagarlos teniendo apenas un sueldo ahorrado de mi último trabajo.
Di un suspiro, mi única opción es pedirle a MinHo un préstamo. O mejor aún, que sea un regalo de cumpleaños. De sólo ver estas bellas pinturas e imaginarlas en mi piel, causa mucha ilusión en mí. Además, él tendrá el privilegio exclusivo de mirarlos y también tocarlos...
Sí... Hoy en la noche se lo voy a sugerir.
Descargo unas cuántas imágenes, las guardo en mi galería y decido darme un baño. Estos días han sido algo agotadores, MinHo parece no querer darme descanso. Cada noche, llega con muchísimas energías siendo yo, su víctima número uno. Exijo un descanso o que, al menos me compré una silla de ruedas porque mis caderas terminan rotas al igual que mi trasero.
Cuando llego finalmente al baño, preparo la tina con agua tibia. Coloco algunas sales aromáticas y pongo mi playlist intentando relajarme. Cierro mis ojos unos minutos, disfrutando el cómodo ambiente. Debo recargar baterías para esta noche, ese hombre es toda una bestia sexual que busca satisfacerse a través de su presa. Odio ser tan sumisa pero también amo lo dominante que MinHo es conmigo.
YiZhuo quedó en venir a dejarme la tarea de la semana, por ende, necesito ocultar las marcas de chupones en mi piel. No me gusta esconderle nada a mi mejor amiga, sin embargo, me toca callar, por lo menos hasta que MinHo hable con MinJu.
Una vez salgo de la tina, voy a mi habitación. Aprovechando que, aún hace frío, busqué un conjunto pijama abrigado que compré en Italia.
Cubri con base, parte de mi cuello. Afortunadamente el resto está cubierto por el pijama de conejitos. Tengo otro de gatitos, ambos animalitos me recuerdan a MinHo. Fue esa la razón de haberlos comprado.
Preparo café, de seguro YiZhuo vendrá con JeongIn, asi que...
Teniendo casi todo listo, oí el timbre y no dudé en ir a recibirlos.
Esbozando una sonrisa, abrí la puerta sin mirar quién era.
—Bienvenid-... ¿SeungMin?.
—¿Sorpresa?.
—Uh, ¿qué te trae por aquí, eh?.—pregunté dándole el paso para que ingresara.
—Vine a dejarte la tarea de la semana y la próxima—explicó—. YiZhuo me pidió el favor de traerla ya que, bueno... Tenía una cita con su ¿novio?.—dijo no muy seguro.
Ya veo...
—¿Gustas tomar un café y de paso, probar una tarta que hice?.—sonreí.
Es lo mínimo que puedo hacer por SeungMin, se tomó la molestia de venir hasta aquí. Seria cruel de mi parte si se va rápidamente.
Él también vino a verte, asi que sé cortés.
—Si, claro. Gracias.
Ambos nos dirigimos a la cocina, el café ya está preparado. Bufé viendo que las tazas se encuentran en la alacena de arriba.
—Sé que eres el invitado pero... ¿podrías alcanzarme dos tazas?... mi estatura no ayuda de mucho.—mencioné apenada.
SeungMin asiente, le indico cuáles debe sacar y con sólo extender su mano, me las pasa.
—Guau, si que eres alto, eh.
—No tanto—que humildad tiene—. Hay chicos más altos que yo.
—Tampoco te desmerites. A tu lado, soy una pitufo.—digo con suma y pura honestidad.
Él ríe ladino y regresa a su puesto, sirvo café y corto dos trozos de tarta. Coloco todo en la mesa para finalmente sentarme frente suyo.
—Espero te guste.
SeungMin comienza a degustar mi tarta, pacientemente aguardo por su devolución. Bebe un poco de café y limpia sus labios como todo un juez de reality.
—¿Qué tal está?.
—Bueno, siendo sincero, jamás probé una tarta tan rica como la tuya.—sonrió.
¡Eso es genial! ¡MinHo y SeungMin aprobaron mi tarta!.
—Ay, harás que me sonroje—bromeo tocando mis mejillas—. Es decir, me alegra saber que te encantó.
—No seré un experto en repostería pero sé cuando está bien hecho.
Sus halagos me llenan de felicidad, él continua degustando mi tarta. Conversamos acerca de lo transcurrido en la semana, supe que MinJu se encuentra grabando una película en Busan, lo que significa que no regresará al menos por un mes o más.
En parte me gusta que sea así pero por otra, no. Eso sólo retrasa los planes míos y de MinHo.
Astuta.
—¿Cómo te sientes? YiZhuo me dijo que te habías engripado.
MinHo, que mentira tan grande dijiste.
Si en verdad supieran...
—Mucho mejor, ya seguramente podré reincorporarme la próxima semana. Es aburrido estar tanto tiempo sola. Extraño a mis amigos, incluyendo a tu hermana y su mánager.
—¿Y a mí no? Te recuerdo que me debes un almuerzo por haberte ido antes de la fiesta.—reclamó ofendido.
¡Cierto!.
—Obviamente a tí también te eché de menos, superestrella—reí—. Y claro que te pagaré el almuerzo, sólo no te sobrepases con lo que vas a pedir.—advertí.
SeungMin alza sus manos en señal de promesa, no me fío, ya veo que me deja en bancarrota.
—Uh, disculpa pero tienes una mancha de crema en el rostro.—dice.
Intento buscarla, sin embargo, él se adelanta y la limpia primero. Tragué secamente, está justo en la comisura de mis labios. SeungMin se toma su tiempo y eso me pone algo inquieta porque MinHo en cualquier momento llega.
—Lamento interrumpir su romántica escena.
Demasiado tarde.
Ahora sí que estoy en serios problemas...
Juju 😈
Nueva actualización<3
Espero les guste mucho el capítulo<3
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