12
Desperté cerca de las diez de la mañana. Mi cuerpo duele a montones, sobre todo mis caderas y mi espalda baja. MinHo fue una bestia salvaje, no paró hasta dejarme casi inconsciente.
Oh Dios, que noche tan inolvidable. Tuve mi primera vez con el hombre que amo. No puedo estar más feliz.
Me remuevo un poco, encontrando al dueño de mis pensamientos dormir como un ángel. Se ve demasiado guapo incluso estando así.
Coloqué una de mis manos sobre su castaño cabello y aparté algunos mechones de su perfecto rostro. Sonreí de lado, no me cansaría nunca de admirar su belleza.
—¿Cuánto tiempo llevas observandome?.
—¿Ah? ¿Estabas despierto?.
Él asintió abriendo poco a poco sus ojos.
—Hace diez minutos.—responde esbozando una sonrisa.
Justo el tiempo que llevo viéndolo. Mis mejillas se calentaron inevitablemente y no evité ocultarme bajo las sábanas debido a la vergüenza.
MinHo idiota.
—¿Por qué te escondes, eh?—dice apartando de un sólo tirón, la sábana de mí—. Ya te vi todo anoche, no necesitas taparte de nuevo.
Como siempre, siendo un tonto. Le di un golpe en el brazo y le saqué la sábana, atrevido. Iba a volver a taparme pero él muy cabron no me lo permitió. Tragué secamente ante esa oscura mirada. MinHo estaba encima mío y no evité sonrojarme debido a que siento su erección justo en mi estómago.
No estará pensando en...
—Oye, me duele todo—digo pero parece que a él no le importa—. MinHo, hablo en serio.
—Lo sé, sin embargo me quedé con ganas de otra ronda—maldito, ni siquiera consideró mi estado físico—. ¿Tú no?.
No digo nada, él toma esa respuesta como un "sí, claro que sí". Separa mis piernas, dejándome expuesta ahí abajo, lista para que su bien dotado falo ingrese nuevamente en mí. Con razón me dolió la intromisión anoche, el desgraciado tiene lo suyo y demonios, no puedo quejarme porque justo ahora estoy excitada.
—H-hazlo de una vez...—susurro.
MinHo lo hace, hundiéndose completo. Gemí tan fuerte que seguro toda Corea del Sur está enterada de que fui partida a la mitad. Mi espalda se arquea y mis piernas rodean sus caderas, ayudándole con el movimiento. Vuelve a embestirme de nuevo, siendo igual de duro que la anterior.
—Más te vale tener energías porque hoy pienso desgastar las mías follandote.—murmuró en mi oído.
—¿Q-qué-... ¡Ah!.—grité.
MinHo empezó a penetrarme seguido y sin nada de delicadeza. Acalla mis gemidos al besarme suciamente. Su lengua explora mi boca a su antojo. Araño su espalda con el objetivo de aferrarme a algo, lo hace tan bien y tan rico, definitivamente superó mis fantasías sexuales más íntimas.
—M-más d-despacio...MinHo...
Parece que mi voz es inexistente para él porque hace todo lo contrario. Me penetra como un salvaje. El chasquido de nuestras pieles chocarse, el rechinido de la cama y el olor a sexo se puede sentir en toda mi habitación.
—Dios, espero tengas pastillas para después—jadea ronco sin dejar de embestirme, está más excitado que anoche—. Se siente demasiado bien sin condón...
Y no es mentira.
MinHo tiene el control, sin embargo, por unos momentos quiero ser yo quién lo tenga. Giro como puedo, quedándome encima suyo. Siempre quise saber la sensación de montarlo. Él me ve expectante al próximo movimiento, sonrío y tomo su erección en mi mano, alineo esta en mi entrada y logro hundirla del todo. Dios, es mucho mejor de lo que pensé.
Toma mis caderas con firmeza, ayudándome a moverme. Salto como una ninfómana desquiciada sobre su pene, es tan grueso y largo, incluso puedo ver un pequeño bulto formándose en mi abdomen. Eso prueba lo profundo que llegó y sigue llegando, este hombre me hace delirar del placer. Lo amo tanto.
Continuo siendo rápida, mi trasero choca contra sus testículos y su pene se clava en mí sin oportunidad de darme un respiro. El sexo mañanero es definitivamente mil veces mejor.
No paré de gemir su nombre, mis paredes apretaron su delicioso falo, causando que ambos llegáramos al orgasmo a la vez. Dejé un chupón notorio en su cuello mientras no deja de llenarme.
Estamos exhaustos por la tremenda ronda que tuvimos, iba a salir despacio ya que mis piernas están temblando, no obstante, MinHo cambia de posición otra vez y quedo boca abajo, dejando mi trasero empinado.
—Te dije que iba a desgastar mis energías follandote, pequeña—sonríe, siento la punta de su pene rozar mi entrada—. Es mejor que resistas porque hoy tengo demasiadas.
Está dicho, necesitaré una silla de ruedas lo antes posible. Desde ya, pido colaboración.
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MinHo no mintió en decir que iba a follarme todo el día, nuestra última ronda la tuvimos sobre la isla de la cocina y ahora mismo nos encontramos acostados en su cama. Desde luego, me ayudó a ducharme, ambos estamos abrazados mientras vemos la era de hielo.
Quedé sin chance de caminar, por lo menos unos días no podré hacerlo correctamente. Tanto mis caderas como mi trasero están destrozados.
—Creo que no iré a clases por esta semana, debo recuperarme bien o van a sospechar.
—De todas formas lo harán, no eres conocida por faltar a clases—dice acariciando mi cabello con suavidad—. Puedes decirles que entraste en un cuadro de gripe. Suena más convincente que mantenerte aislada.
Asiento de acuerdo, apoyo mi cabeza en su pecho y cierro mis ojos sintiéndome exhausta. MinHo deposita un beso en mi cabello y apaga el televisor. Me aferra un poco más a él, nos damos calor debido al frío que está haciendo.
—Duerme bien, Chae-ssi.
—Igualmente Honnie...—susurro antes de caer profundamente dormida pero sin borrar mi estúpida sonrisa.
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A la mañana siguiente, despierto encontrandome sola. Veo la hora y aún es temprano, MinHo ingresa despacito a la habitación y sonríe trayendo consigo una bandeja con el desayuno hecho.
—Buen día, bella durmiente.—dice colocando la bandeja sobre la cama.
—Buenos días, amor de mi vida.—mencioné.
Él ríe ladino y se dispone a servirme una taza de café. Le agradezco mucho su gentileza. Está listo para irse a trabajar, lleva una camisa negra de cuello alto. Obviamente para cubrir el chupón que le hice ayer.
—Ya llamé a tu institución y les avisé que no asistirás por esta semana a clases—explica mientras unta mantequilla en mi pan tostado—. Puedes pedirle a YiZhuo que te pase los apuntes.
—Desde luego que eso haré, no me gusta estar retrasada con mis tareas—digo dándole una mordida a mi pan tostado con mantequilla—. ¿Ya te vas a la empresa?.
—Sí, tengo varias reuniones que atender hoy. Probablemente llegue a la hora de la cena—suspira con flojera—. Te traeré algo de comer, ¿bien?. Soyeon vendrá a verte más tarde y te cuidará unas horas.
No me quejo, después de todo necesito de alguien que me ayude a caminar. Mis piernas aún están frágiles.
—Oye...—menciono dejando mi taza sobre la bandeja—. L-lo que hicimos ayer, uh, bueno... ¿Qué significó? Digo...
—Hablaremos de nosotros cuando llegue, ¿bien?—sonrió—. Te prometo que esta noche te daré una respuesta sincera.
Mi corazoncito latió ferozmente con sólo oír aquello, MinHo besó mis labios y se despidió de mí.
Muerdo mi labio intentando no gritar de la emoción. ¿Será que finalmente se dió cuenta?.
Ruego para que sea así.
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ChangBin me platicaba acerca de cómo casi se quedó en abstinencia debido a que olvidó recoger a Soyeon. Quise reírme de lo pálido que estaba cuando los vi ingresar juntos.
—Hoy tus ojos están brillosos, hyung. ¿Algo que quieras contarme?.
—Si, y quiero que me aconsejes en la decisión que voy a tomar.—expresé seriamente.
—Soy todo oídos.
Bien, ya no quiero seguir engañandome más con lo que siento. Lo he estado pensando bastante en los últimos días, en haberme acostado con Chaeyoung, hizo que me diera cuenta de lo mucho que me atrae como mujer.
Sé que lo negué muchas veces pero tal vez sólo era una muralla que creaba mi mente para alejarla. Fui un tonto, lo sé. Acepto mis errores y aprendo de ellos.
—Voy a romper mi compromiso con MinJu.—solté sin ninguna pizca de duda.
—¿Qué? ¿Cómo dijiste, hyung?.
—Lo que escuchaste, ChangBin. Ya no quiero casarme con ella.
Nueva actualización<3
Juju, se nos viene lo shido gente 🤭🤭🤭
Espero les guste mucho el capítulo<3
Lxs amodoro musho mis poshuelitos lindxs!!!!!! 🐥🐥🐥🐥🐥🐥🐥
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