❀˖°「 Ꮯa̤̮℘ḭtʊʆꪮ 6 」°˖❀
[Narrador/a POV]
Second llegó a su casa suspirando con cansancio, pero en cuanto abrió la puerta, lo primero que vio fue a Yellow y Red sentados juntos en la mesa, compartiendo un tazón de palomitas, mientras hablaban en voz baja y reían de vez en cuando. Más allá, Green y Blue estaban en la cocina, preparando algo juntos, demasiado cerca para que pareciera casual. Second frunció el ceño al instante.
La casa estaba completamente hecha en parejas, y el ambiente tenía una vibra… romántica que no podía ignorar. Second puso una cara de disgusto y dejó escapar un sonido exagerado de desagrado.
—¡Dios mío, qué asco! ¿Por qué todo el mundo aquí está en "modo pareja"? —murmuró mientras caminaba hacia el sofá y se dejaba caer de golpe, cruzando los brazos.
Yellow, que había escuchado el comentario, giró hacia él con una sonrisa burlona.
—¿Y tú qué? —preguntó, apoyando un brazo sobre el respaldo de su silla—. ¿Con quién andabas?
—Sí, Second, cuéntanos —añadió Red con una risita, claramente encantado de unirse a la burla—. ¿A dónde fuiste? ¿Qué hicieron?
Second levantó una ceja, mirándolos con evidente irritación.
—No es lo que piensan. Solo fui a darle una vuelta a Purple, ¿ok?
Blue, que acababa de entrar desde la cocina con una taza en la mano, se unió al interrogatorio con una sonrisa traviesa.
—¿"Solo"? —repitió, alzando las cejas como si no le creyera ni una palabra—. Vamos, Second, no somos tontos.
Green asomó la cabeza detrás de Blue, sosteniendo un plato lleno de galletas.
—¿Purple, eh? ¿Así que ahora lo estás llevando de paseo? Eso suena… interesante.
Second rodó los ojos, fastidiado por el aluvión de comentarios.
—¡No fue nada raro! —protestó, sentándose más derecho en el sofá—. Solo quería que saliera un rato, ¿ok? Nada más.
—¿Y te aseguras de que coma helado también? —preguntó Yellow con una sonrisa burlona, mientras Red contenía la risa junto a él.
—Por favor, seguro que hasta lo alimentó con la cuchara —añadió Blue, haciendo que Green soltara una carcajada.
—¡Cállense! —gritó Second, tomando un cojín del sofá y lanzándoselo a Blue, que lo atrapó con facilidad.
—Ay, tranquilo, Second —dijo Red, tratando de sonar inocente mientras escondía una sonrisa—. Solo nos preocupa que te estés poniendo sentimental.
—Pues no deberían preocuparse —respondió Second, dejándose caer de nuevo en el sofá y cerrando los ojos—. No soy como ustedes, montones de tortolitos cursis.
Los demás rieron por su reacción, pero dejaron de molestarlo… al menos por un rato. Second suspiró, intentando ignorarlos, pero sabía que esos comentarios no terminarían ahí.
---
Mientras Second trataba de ignorar los comentarios de sus amigos desde el sofá, Blue se fijó en algo que le llamó la atención. Su mirada se detuvo en el brazo de Second, donde había un rasguño que, aunque no era grave, parecía algo reciente.
—Oye, Second… —dijo Blue, acercándose con curiosidad—. ¿Qué te pasó ahí? ¿Ese rasguño?
Second abrió un ojo, algo desconcertado por la pregunta, y luego miró su brazo como si acabara de recordarlo.
—Ah, esto… —murmuró, incorporándose un poco en el sofá—. Fue una tontería. Me caí cuando intentaba… bueno, algo.
Green, que estaba cerca, dejó escapar una risa burlona.
—"Algo", ¿eh? —repitió, alzando una ceja con diversión—. Déjame adivinar… ¿intentaste patinar con Purple?
Second lo miró con fastidio.
—¿Cómo sabes eso?
—Por cómo lo cuentas, obvio. Además, tú no eres exactamente el más coordinado cuando se trata de patines, ¿no? —bromeó Green, soltando una carcajada mientras Second suspiraba, claramente arrepentido de haber dicho algo.
Blue, sin embargo, no parecía interesado en las bromas. Su expresión cambió a preocupación mientras examinaba el rasguño.
—Second, deberías limpiar esto antes de que se infecte —dijo con seriedad—. No parece grave, pero no es bueno que lo dejes así.
—Bah, no es para tanto —respondió Second, intentando restarle importancia—. Apenas es un rasguño.
—Igual, no cuesta nada cuidarlo —insistió Blue, levantándose rápidamente—. Espera aquí, voy por vendas.
Mientras Blue salía hacia la cocina, Green se sentó en el brazo del sofá, mirando a Second con una sonrisa traviesa.
—Entonces… ¿cuáles son tus planes? —preguntó, cruzándose de brazos.
—¿Planes? —repitió Second, confundido.
—Ya sabes… con Purple —dijo Green, inclinándose un poco hacia él—. ¿Vas a tratar de conquistarlo o qué?
Second puso los ojos en blanco, suspirando con exasperación.
—No estoy interesado en Purple de esa manera, ¿ok?
—Claro que no… —respondió Green, claramente sin creerle mientras seguía sonriendo con burla.
—No lo digo en broma. Solo lo estoy ayudando un poco. Eso es todo —añadió Second, cruzándose de brazos como si quisiera dar por terminado el tema.
Antes de que Green pudiera seguir molestándolo, Blue regresó con un pequeño botiquín y se sentó junto a Second.
—Deja de discutir con Green y dame tu brazo —dijo Blue con tono serio, ignorando la mirada que Green le lanzó.
Second, aunque algo reacio, extendió el brazo mientras Blue comenzaba a limpiar cuidadosamente el rasguño.
—Eres peor que una mamá —murmuró Second, aunque no pudo evitar sonreír un poco.
—Y tú eres peor que un niño pequeño que no se cuida —respondió Blue sin levantar la vista, mientras envolvía la herida con una venda limpia.
Green observaba la escena con una mezcla de diversión y curiosidad, pero decidió no decir nada más… por ahora.
---
Blue terminó de ajustar la venda en el brazo de Second, asegurándose de que estuviera bien colocada. Luego se inclinó hacia atrás y lo miró con una expresión algo seria, aunque en sus labios se dibujaba una pequeña sonrisa.
—Para la próxima, usa protección antes de patinar —dijo con calma, mientras guardaba las cosas del botiquín.
Second levantó una ceja, confundido por el comentario.
—¿Protección? ¿Para patinar? ¿Qué se supone que…?
Antes de que pudiera terminar, Green no perdió la oportunidad de meter su cuchara, soltando una carcajada.
—Sí, Second. Y no olvides usar protección antes de c0g3r, ¿eh? Nunca se sabe… —dijo con un tono burlón, inclinándose hacia él con una sonrisa traviesa.
El comentario fue tan inesperado que Second se quedó sin palabras por un momento, mientras su cara adquiría un leve tono rojizo.
—¡Green, cállate! —exclamó Blue, claramente harto de las estupideces, mientras le daba un golpe rápido en la cabeza con la palma de la mano.
—¡Ay! —se quejó Green, sobándose el lugar del impacto—. ¡Era una broma, tranquilo!
Blue lo fulminó con la mirada, claramente molesto.
—Deja de decir idioteces —le regañó con firmeza—. No le hagas caso, Second. Eso ya es demasiada estupidez incluso para él.
Second dejó escapar un suspiro, llevándose una mano al rostro.
—¿Por qué sigo juntándome con ustedes? —murmuró, aunque no pudo evitar una pequeña sonrisa al ver cómo Blue y Green seguían discutiendo.
Blue recogió el botiquín y lanzó una última mirada de advertencia a Green antes de regresar al sofá.
—Bueno, Second —dijo, cambiando el tema mientras ignoraba a Green—, ahora que estás curado, mejor ten más cuidado la próxima vez, ¿vale?
—Sí, sí… —respondió Second con un tono resignado, mientras Green seguía murmurando entre dientes, claramente planeando su próximo comentario sarcástico.
---
Mientras tanto, Purple estaba en el patio trasero de su casa, en su pequeño jardín que había cuidado con esmero. Sus manos acariciaban con delicadeza los pétalos de unas flores rosadas, las favoritas de su madre, Orchid. Cada planta que cuidaba llevaba el recuerdo de ella, un intento de mantener viva su presencia en su vida.
Suspiró, dejando que la brisa fresca del atardecer le acariciara el rostro. A pesar de la paz que sentía en ese lugar, no podía evitar que una sombra de tristeza lo invadiera. Recordar a Orchid siempre venía acompañado de una mezcla de amor y dolor. Pensó en todo lo que había tenido que pasar desde que ella ya no estaba: el vacío que dejó su partida y, sobre todo, el abandono de su padre.
Apretó los labios, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con caer. Había aprendido a vivir con la ausencia, a guardar el dolor en un rincón profundo de su corazón, pero a veces no podía evitar que esos recuerdos regresaran con fuerza.
—Si tan solo estuvieras aquí, mamá... —murmuró en voz baja, dejando que sus dedos jugaran con las hojas de las flores.
Purple alzó la vista hacia el cielo, donde los últimos rayos de sol iluminaban el horizonte. Por un momento, pensó en Second y en cómo parecía decidido a involucrarse en su vida. Aunque al principio le había molestado su insistencia, ahora, en medio de su melancolía, no podía evitar sentirse un poco agradecido. Tal vez, solo tal vez, tener a alguien cerca no sería tan malo.
Se sacudió los pensamientos y volvió a enfocarse en las flores. Este jardín era su refugio, el único lugar donde podía reconectarse con los recuerdos felices de su madre, lejos de todo lo que dolía.
---
Mientras Purple seguía acomodando las flores, escuchó pasos detrás de él. No necesitó girarse para saber quién era. La voz grave de Orange rompió el silencio del jardín.
—¿Sigues pensando en él? —preguntó con firmeza, cruzándose de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta que daba al patio.
Purple dejó de mover las manos entre las flores y se giró lentamente para mirarlo. Sabía exactamente a quién se refería.
—No sé de qué hablas —respondió Purple con calma, aunque su tono reflejaba un leve cansancio.
Orange soltó un suspiro, acercándose unos pasos. Su mirada era dura, pero había algo más detrás de sus ojos, quizás preocupación.
—Hablas en serio, ¿no? Ese chico, Second. Se nota que quiere estar contigo, y no estoy seguro de que eso sea bueno para ti.
Purple se tensó. No esperaba que Orange fuera tan directo.
—Second no tiene malas intenciones —replicó con un tono más defensivo del que pretendía—. Solo intenta... no sé, ser amable.
Orange negó con la cabeza, frunciendo el ceño.
—Ser amable no siempre es suficiente. ¿Y si termina lastimándote? ¿Y si termina siendo como los demás?
Purple sintió que la frustración comenzaba a burbujear en su interior.
—No todos son como tú piensas, Orange. Second no es perfecto, pero al menos intenta entenderme, intenta ayudarme.
Orange lo miró en silencio durante unos segundos, como si intentara medir sus palabras.
—No digo que sea un mal chico, pero tú ya has pasado por suficiente. No quiero que te hagas ilusiones solo para que te rompan el corazón.
Purple apretó los puños, volviendo la vista hacia las flores.
—No necesito que me protejas todo el tiempo. Puedo cuidar de mí mismo.
Orange suspiró nuevamente, esta vez con un aire resignado.
—Solo quiero lo mejor para ti, Purple. No es que no confíe en ti, es que no confío en él.
Purple no respondió de inmediato. Sabía que Orange tenía buenas intenciones, pero también sabía que no podía vivir su vida siempre bajo su sombra. Después de un momento, habló sin mirarlo.
—Second no es el problema, Orange. Quizás deberías preocuparte menos por lo que pueda pasar y más por dejarme tomar mis propias decisiones.
Orange lo observó un instante más antes de asentir lentamente.
—Está bien. Solo... ten cuidado. Eso es todo lo que pido.
Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y regresó a la casa, dejando a Purple solo en el jardín. Purple cerró los ojos, tomando una bocanada de aire, y se obligó a calmarse. Aunque las palabras de Orange lo habían irritado, no podía evitar que una pequeña parte de él temiera que tuviera razón.
---
[Continuará...♡]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro