❀˖°「 Ꮯa̤̮℘ḭtʊʆꪮ 1 」°˖❀
[Narrador/a POV]
Second caminaba por el bosque, buscando un momento de tranquilidad para aliviar el estrés. Ser el líder y cuidar de sus amigos le demandaba una energía constante. Siempre se aseguraba de que todos estuvieran bien, de que tuvieran una razón para sonreír, aunque a veces él mismo no se sintiera igual. Mientras avanzaba, llegó a un pequeño estanque. Observó su reflejo y, por un instante, sus ojos mostraron una tristeza que rara vez dejaba salir. Cerró los ojos, suspiró, y después de unos segundos dejó que una sonrisa suave reapareciera en su rostro antes de alejarse.
Continuó caminando hasta llegar a su rincón secreto, un lugar escondido que pocos conocían. La entrada de la cueva estaba cubierta de lianas verdes, tan espesas que la ocultaban por completo, haciéndola casi invisible. Dentro de la cueva, un estanque cristalino reflejaba la luz suave que se filtraba desde afuera, y a su alrededor crecían flores de lavanda, llenando el aire con su aroma fresco y calmante.
—Uff… al fin llegué —susurró, dejando escapar un suspiro cansado mientras avanzaba hacia una zona más cómoda de la cueva.
Se sentó en el suelo y se recostó contra una roca. Finalmente, permitiéndose relajarse por completo, cerró los ojos y se quedó profundamente dormido, disfrutando de la paz de saber que nadie lo despertaría.
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Mientras tanto, en otra parte…
[Purple's POV]
Me encontraba sentado, observando a mis amigos jugar al baloncesto: Blue, Red, Yellow y Green. Fue Green quien me convenció de venir a pasar un buen rato, aunque estar aquí todavía me daba escalofríos. No podía evitar recordar la primera vez que vine, cuando intenté robar el cubo de Minecraft. Todos los errores que había cometido parecían resonar en mi mente.
Bajé la mirada por un momento, distraído, y al hacerlo, noté que Green se acercaba a mí.
—¡Oye, Purps! ¿No quieres unirte al juego? Te ves algo solo ahí sentado —me dijo Green con su habitual sonrisa de oreja a oreja.
—No, gracias. Me gusta solo observar… —respondí, forzando una sonrisa. En realidad, me habría gustado unirme, pero no quería incomodarlos.
—¡Ay, vamos, Purple! Ven a divertirte —insistió Green, tirando de mi brazo con algo más de fuerza.
—¡Te dije que estoy bien! —exclamé, sintiendo una ráfaga de enojo que me hizo empujarlo instintivamente. Apenas lo hice, sentí las miradas de todos sobre mí.
Después de ese empujón incómodo, solo escuché el silencio que se extendía. Green me miraba con sorpresa, mientras los demás observaban en silencio, y la tensión creció aún más cuando Red dejó de rebotar la pelota.
—Y-yo… G-Green… —intenté decir algo, pero él me interrumpió con calma.
—Oye, perdón, Purple. Fue mi culpa. No debí jalarte así si estaba claro que no querías jugar con nosotros —se disculpó Green con suavidad.
—No, no, no, es mi culpa. Perdón, Green, en serio. No quería empujarte, solo que… —mi voz comenzó a quebrarse y sentí el nudo en mi garganta. No quería empezar a llorar frente a ellos, así que desvié la mirada. —Lo siento, tengo que irme.
Salí rápidamente de la casa, que me llevo afuera. Me encontré en un bosque silencioso, donde comencé a caminar a un ritmo lento, abrazándome a mí mismo, intentando calmarme.
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Caminé y caminé, sintiendo los rayos del sol que caían pesados sobre mí. Después de un rato, el cansancio me venció, y solo quería sentarme. Me dirigí hacia la roca más grande que encontré y me dejé caer allí, abrazando mis piernas y escondiendo la cabeza entre ellas. No sé cuántos minutos estuve así, llorando en silencio, pero algo me hizo detenerme de golpe. Una voz familiar rompió el silencio.
Levanté un poco la mirada, y ahí estaba él, observándome con una mezcla de confusión y preocupación en sus ojos.
—¿Purple?… —me llamó Second con suavidad.
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[Continuará...♡]
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