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💔𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟯💔

Lo que prometía ser un agradable despertar para Milán se convirtió en una pesadilla al escuchar gritos provenir de la sala de estar, suspiró frustrada al saber a quién pertenecían.

Invocar a Satanás nunca había sido tan fácil.

Miró el reloj en la mesita de noche, sus amigos llegarían en un par de horas más.

Louis dormía a su lado sin importarle que en la sala se estuviera desatando un infierno.

―Mierda ―murmuró poniéndose de pie con cuidado de no despertar a Louis―, esa perra.

Milán de algo estaba segura; esa sería la última vez que Audra pisaría su casa.

Llegó a la sala de estar justo en el momento en el que Bill empujaba a Audra lejos de él con la respiración entrecortada y la cabeza dando vueltas. Ella intentó acercarse nuevamente a él.

―Tócalo una vez más y te prometo Audra Phillips que te quebraré la mano ―exclamó de forma agresiva atrayendo la atención de la mujer―. ¿Entendiste?

Bill se acercó a su esposa tambaleante con la cabeza apunto de explotarle.

― ¿En serio crees que te tengo miedo? ―Audra se acercó insolente a ella, Milán sonrió.

―Deberías ―musito tranquila acercándose ―, te convenía tenerme de amiga ¿sabes? Pero quisiste obsesionarte con mi marido.

Audra rio.

― ¿Y?

―Y ahora tendré que destruirte si no te largas de aquí y nos dejas en paz ―no bromeaba, su voz era decidida.

―No puedes hacerlo, querida.

― ¿Estás segura?

La sonrisa burlona del rostro de Audra se borró. Milán giró el rostro con preocupación al ver a Bill caer al suelo sosteniendo su cabeza con sus manos, momento justo que la mayor aprovechó para abalanzarse sobre ella y derribarla en el suelo.

El primer puñetazo lo dio Audra, un rastro de sangre descendió desde la nariz de Milán. El dolor que sintió en el momento desapareció para ser reemplazado por furia, sin pensarlo tomó impulso dándole un cabezazo que hizo a Phillips tambalearse hacia atrás.

Milán la empujó para ponerse de pie, con el dorso de su mano limpió su nariz, lanzó un rápido vistazo a Bill que seguía en el suelo. Dirigió su mirada de nuevo al frente y camino hacia la mujer.

―Déjame dejarte claras las cosas ―escupió agachándose para tomarla de su chaqueta y levantarla del suelo―. No te quiero cerca de mi marido y sí, hablo de William Denbrough por si no te ha quedado claro. No te quiero cerca de mi casa, de mi gato, mis amigos o familia. Nada. Me tienes harta y ya me cansé de ser buena contigo, no me hagas mostrarte el lado oscuro que heredé de mi maldito padre.

Audra la empujó queriendo marcar una distancia.

― ¿Eso es una amenaza?

―Es una advertencia ―su mirada se oscureció―. No me hagas hacer realidad tus pesadillas.

Antes de que alguna pudiera hacer o decir algo más la voz de Bill atrajo su atención.

―Fuiste tú ―murmuró lo suficientemente audible para ser escuchado―. Ahora lo sé.

Audra palideció.

― ¿Cariño? ―sin despegar la mirada de la mujer, Milán se acercó a su esposo para ayudarlo a ponerse de pie.

―Fue ella... ella me empujó por las escaleras.

― ¿De... de qué... hablas? ―una risa nerviosa escapó de los labios de la mujer que lo miraba nerviosa.

―Ya lo recordé, Audra ―su voz desconcertada se transformó en una de enojo ―. ¿Creíste que nunca lo recordaría? Ese maldito día te despedí luego de encontrarme con el correo que le enviaste a Milán, peleamos porque enloqueciste e intentaste lanzarte sobre mí, te mandé al carajo y caminé hacía las escaleras y ahí fue donde me empujaste, maldita loca.

Milán trago grueso, Bill a sabiendas de lo que podría ser capaz no soltó su mano en ningún momento.

Volviendo a tomar su postura del inicio, Audra hablo.

―No puedes demostrar que fui yo, Bill ―sonrió con burla ―. De saber que ibas a volver con esta perra, te habría roto el cuello al ver que seguías respirando.

― ¿En serio crees que no lo puedo demostrar?

―Mira atrás, imbécil ―pronunció con burla Milán.

Haciendo caso a la pareja, Audra se giró hacía la entrada. Su piel volvió a perder color y la sangre abandonó su cuerpo.

―Hola, perra ―musito Richie con burla sin bajar su cámara. A su lado se encontraban los demás. Ninguno tenía la intención de dejarla marchar.

Tal vez por primera vez en mucho tiempo, la suerte estaba de su lado.

Luego de que la policía arrestará a Audra, tomaran la declaración de todos y Daniel quisiera estrangularla por haberle puesto la mano encima a su pequeña, el día siguió con normalidad.

―Hola ―susurró Milán acercándose a Mike―. ¿Puedo sentarme?

―Esa es una pregunta tonta ―el moreno sonrió.

Milán rio dándole la razón.

― ¿Cómo sigue tu nariz? ―preguntó Mike mirándola tomar asiento.

―Bien, por suerte nada grave según Ed y Jess.

Esta vez fue el turno de Mike reír.

―Cierto, Eddie es médico ―negó divertido―. Nunca me esperé lo fuera.

― ¿Por qué? ―lo miró sin entender.

―Pensé se dedicaría a algo de seguros, no lo sé ―se encogió de hombros ―, de niño era demasiado miedoso a las enfermedades y luego cuando visitamos el búnker de Ben... espera, ¿no lo recuerdas? ―preguntó al ver el rostro de desconcierto de su amiga.

―Yo... ―Milán bajó la mirada, rebuscó entre sus recuerdos la visita al búnker que Mike mencionó sin entender nada ―. No lo recuerdo, tal vez ese día no fui.

―Seguro que no ―mintió.

No era el momento.

― ¿No tienes alguna chica esperando en Derry? ―preguntó con la curiosidad en su interior, dejó de ver a Mike para ver a los demás turnarse para lanzar la bola de bowling.

―El amor no fue hecho para mí ―susurró con nostalgia, sin querer evitarlo su mirada se encontró con la de Jess que le sonrió desde su lugar al lado de Ben y Helen.

―No lo creo, Mike ―Milán contestó de forma dulce, una sonrisa se formó en sus labios al notar la mirada de Mike―. Tal vez solo debes dejarte llevar.

Sin esperar una respuesta, Milán se levantó de la silla para correr hacía los demás. Mike sonrió al verlos a todos juntos a excepción de Bev que aún no había aparecido. Deseo poder protegerlos de cualquier mal, deseo con todo su corazón conservar sólo él aquellos horribles recuerdos que se había dado cuento ninguno recordaba, pero sobre todo deseo que el mal nunca volviera.  

Holaaa, por fin salió a la luz lo que todos ya sabíamos.

No sé ustedes, pero yo a esa pelirroja le rezo <3

Posiblemente el siguiente capítulo sea de Bev y Ben.

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