
💀31💀
El nacimiento de la noche estaba anunciándose a través de la oscuridad que envolvía la oficina. Yoongi apagó el cigarrillo para luego deslizarse en su asiento de cuero, estando a la espera de su segundo al mando para dar inicio con la reunión.
Dentro de esos minutos estuvo revisando el rendimiento que la semana de sangre ha estado dando. Sonrió con arrogancia debido a las altas capacidades mostradas en el campo de batalla, así como también celebró el poder presenciar el momento exacto en el que cada uno de los traidores cayó bajo las habilidades de cada sangriento aspirante.
Todos esos años estuvo en constante equilibrio, lo único nuevo que se había sumado fue la alianza con el presidente, asunto del cual poco a poco se estaba encargando. El hombre resultó ser avaro y muy codicioso, siendo esas las mismas debilidades que el alfa líder tomó para su conveniencia. Ahora que estaba a un paso más de desmantelar toda la organización que le pisaba los talones, es que Yoongi ha decidido sacar una de sus tantas cartas.
Los laboratorios que están bajo su mando han sido invisibles para cada una de las organizaciones enemigas. Según ellos, el triángulo es el líder absoluto del transporte de armamento, omegas y droga, abasteciendo principalmente el continente europeo y gran parte de Estados Unidos.
No están equivocados, pero lo que no imaginaron ni nunca imaginarían era que precisamente tanto movimiento, incluyendo la alianza era para encubrir lo que verdaderamente al triángulo completo le interesaba.
Desde que era un cachorro recuerda con claridad el desarrollo del experimento X03. Un proyecto que inició como algo pequeño, y que debido a las carencias de ese tiempo se quedó como algo pequeño. Su mismo padre solía decirle que el miedo era la mayor debilidad y Yoongi está de acuerdo con él; ese miedo del que tantos hablaban al deshumanizar a los que se sometían al tratamiento, es el mismo causante de que varias muestras se perdieran con el paso del tiempo.
Yoongi siempre quiso llegar más lejos, presionar a la ciencia hasta hacerla rozar puntos genéticamente imposibles que a la larga no le garantizarían un acierto. Toda su familia tenía los recursos para llegar lejos, pero el mismo temor a un fallo los mantenía en una zona segura, pero sin la posibilidad de avanzar.
La decisión que tomó fue la más temeraria que ha hecho. Dejar atrás el sello de la organización que lo vio nacer y la cual algún día lideraría, para crear una desde las sombras que se regiría bajo sus propias reglas. No sin antes haber tomado una pequeña muestra de aquel experimento que seguía sin poder avanzar, al menos como él quería.
Tuvo el éxito esperado cuando sus ojos vieron la destreza que Amox mostró aquella noche que asesinó a Sam en Ignis. Desde ahí, Yoongi pudo notar los genes alterados del viejo experimento, decidiendo tener cuidado para influir poco a poco hasta que el chico quisiera caer en sus garras voluntariamente.
No le tomó mucho tiempo saber que Amox era un prototipo fallido. Toda la información del proyecto original vive en su mente como un recordatorio de lo que tiene que hacer, y hay ciertas incongruencias en las habilidades de Amox que le hace creer saber de donde proviene el fallo.
Ese mismo defecto debió desencadenar sucesos trágicos al chico de mirada bicolor. Yoongi no es imbécil, ha sabido ver y reconocer el rencor profundo que vive en la brillantez de aquellos ojos, así como el tinte de locura que le llena cada vez que se escucha el disparo de un arma.
En medio de su silencio vuelve a sonreír, mientras en su mente se forma la imagen de aquel sello que pudo ver en el cuerpo de su preciado amante, ese mismo que le sirvió de mapa para encontrar al único experimento que ha tenido un noventa y cinco por ciento de éxito en los últimos treinta años.
Petit, la misma niña que su pequeño asesino mantiene oculta de todos. O casi todos.
—Yoongi, ya está todo listo —anunció NamJoon apenas hizo su ingreso a la oficina.
—¿Qué hay de Jimin?
—Salió hace un par de horas —el moreno hizo una mueca—. ¿Confías en él?
—No —el mayor se puso cómodo en su asiento—. Pero sé que obedecerá y sabrá comportarse —afirmó seguro—. ¿Siwon?
El mencionado entró al lugar con una sonrisa galante adornando sus facciones, y con euforia anunció:
—¡Está listo para la diversión!
—Kang asistirá con poca seguridad —informó NamJoon—. Tres hombres le escoltarán y se esparcirán entre los invitados. Jimin debe tener cuidado para no levantar sospechas.
—Sabrá hacerlo bien —aseguró Siwon—. Y en lo que tu manzana trabaja con Kang, yo lo haré con Zella.
Los ojos de Yoongi adquirieron advertencia. —No puedes ser visto con ella, Choi. Tus habilidades de camuflaje serán puestas a prueba esta noche.
—Kila y Taehyung les acompañarán, aunque permanecerán afuera —indicó NamJoon—. Es más para que te sientas protegido, Siwon.
El tono burlón que cubrió cada palabra dicha por Kim, causó que el líder de Xolot riera.
—El que sostendrá mi brazo es Amox —dijo el mencionado con obviedad—. ¿Mejor apoyo que ese? No creo.
—Bien, si no hay dudas pueden retirarse —Yoongi tomó la palabra—. Ve a ponerte tu mejor traje, Choi. Muestra encanto, hombre —chasqueó la lengua—. Y recuerden que no quiero fallos.
Kim fue el primero en salir, seguido de un sonriente Siwon que se emocionaba con la sola mención de fiesta y drogas juntas. Yoongi nuevamente quedó en soledad, siendo ese el momento indicado para hacer una pequeña llamada, antes de irse con Hwasa a la arena de combate para presenciar el desarrollo del quinto día de la semana de sangre.
—¿Algo nuevo? —única pregunta de la cual esperaba una rápida respuesta.
—No ha recibido visitas. ¿Qué ordena, líder?
—Síganla vigilando —la comisura derecha se elevó—. Pronto tendrá una pequeña visita.
—Sí, señor.
Pocos segundos después el móvil sonó anunciando una llamada. El nombre de Jimin brillaba con fuerza en la pantalla, provocando que el alfa ladeara la cabeza al mismo tiempo que volvía a sonreír en una mezcla de malicia y complicidad.
—Ah~ lo que tienes de precioso lo tienes de peligroso, mi fruto prohibido —murmuró, ignorando olímpicamente la llamada—. Pero me has subestimado todo este tiempo, y ya va llegando el momento de que empieces a pagar por ese pequeño error.
Guardó el móvil en el bolsillo derecho de su pantalón para posteriormente salir de la oficina rumbo a la arena de combate. Durante todo el camino sintió la satisfacción de su bestia, al saber que todo estaba a su conveniencia, y los movimientos enemigos en las palmas de sus manos.
El tiempo que le tomó darse un baño fue excesivo, o al menos eso es lo que piensa Jimin al momento de salir y contemplar su habitación en aquel lujoso penthouse.
Lo primero que le recibe es su propia imagen al verse reflejada en el espejo de cuerpo completo de marco dorado. Sus pies descalzos se mueven con lentitud hasta quedar frente a frente con aquella apariencia que ha usado últimamente.
Cabellera negra, piel pálida, labios quebradizos y un par de ojos de diferente color. Cualidades un tanto extrañas según sus pensamientos, pero simples, lo suficiente para ocultar lo que verdaderamente es.
Con sus dedos acaricia con extrema lentitud cada porción de su rostro, mientras sus ojos permanecen fijos en su reflejo. Recuerdos pasados llegan a su mente como potente tormenta, labios que le han besado, manos que le han tocado, así como la fuerza de los azotes, y las torturas que se ocultan tras las cicatrices que con el tiempo se han ido desvaneciendo.
"¡TÚ NO ERES UN SER HUMANO!"
La cordura sin duda es algo que ha llegado a extrañar, los gritos que le quebrantaron la mente han vuelto con más intensidad, recordándole que no puede ni debe fallar.
Rápidamente se mueve a través de la habitación, se seca el cabello y se coloca el spray de pintura marrón hasta darle el color que siempre ha usado. Va hacia la caja fuerte y no tarda mucho en colocar la contraseña para abrirla, de ahí coge un frasco con una jeringa, la cual prepara para posteriormente inyectarla en una de las venas que resalta con fuerza en su antebrazo izquierdo.
El veneno rápidamente se expande por todo el torrente sanguíneo hasta lograr su propósito. Neutralizar desde la base sus potentes aromas que le delatan dentro de la jerarquía.
Toma los lentes de contacto oscuros, y una vez más se contempla en el espejo.
—Eres una máquina, no un ser humano —susurra, mientras se coloca los lentes para ocultar el bicolor de sus ojos.
Se coloca el traje gris con los zapatos a juego, una mirada más en el espejo y sonríe ampliamente por lo que cada curva de su cuerpo grita, así como la profundidad que le ha dado a su mirada tras el maquillaje que le hace lucir delicado y elegante.
Y ahora la diversión está por comenzar, porque la máscara ha sido puesta, y Park Jimin está de regreso.
Jimin conocía el club en el que la fiesta se llevaría a cabo. Un par de trabajos fueron hechos en ese lugar, los recuerda bien porque la paga y la clientela fueron interesantes.
Hace su ingreso colgado del brazo de Siwon, el alfa demuestra seguridad en cada una de sus acciones, mientras que el omega regala la sensualidad natural que posee, así como un comportamiento digno y de clase. Ambos logran convertirse en el centro de atención a los pocos minutos de haber ingresado, y sólo entonces es que sonríen ladinamente.
—Recuerda, lindura —el alfa le susurra a su lado—. Deja que él se acerque a ti, hazte desear.
Los ojos marrones se fijan en la presencia del alfa Kang, descubriendo gratamente que ya ha capturado parte de su atención. Baja la mirada en un gesto tímido, y ese segundo lo aprovecha para responder a su acompañante.
—Sé lo que tengo que hacer, no te preocupes por mí.
Ambos compartieron una mirada significativa para finalmente separarse. Siwon fue a las mesas de billar, y Jimin decidió perderse entre las muchas personas que estaban en la mesa de las bebidas.
—Un Gin tonic, por favor —pidió al barman, bajo la música que sacudía cada rincón del club.
El alfa asintió y con destreza sirvió la bebida solicitada. Cuando Jimin la tuvo entre sus manos la contempló por unos instantes, a la vez que su nariz olfateaba el aroma a libros viejos que se aproximaba con lentitud.
—Un omega tan delicado y hermoso no debería de estar en un lugar como éste —la voz pausada se escuchó claramente a sus espaldas.
Jimin miró atentamente al hombre mayor, escondiendo la sonrisa tras la copa que contenía a su bebida. Los alfas podían ser tan predecibles como ansiosos, y ese era un punto a su favor que no pensaba desaprovechar.
—Busco un poco de diversión, eso es todo —respondió, dirigiendo su atención al frente y degustando de su bebida.
—¿En un club de intercambio?
—¿Tan malo es? —el castaño alzó una ceja, provocando sutilmente al alfa.
SooJong no podía dejar de verlo, no lo hizo desde que el omega hizo su entrada del brazo de Choi Siwon. Ya había escuchado de Park Jimin y de cada uno de sus escándalos, incluso no era la primera vez que lo veía personalmente; sin embargo, las circunstancias en las que estaban ayudaba mucho a que su imaginación volara lejos, incrementando esos deseos que nacieron una vez le miró a los ojos.
Un cuerpo perfecto y un rostro que parece ser hecho por los mismos ángeles, atributos físicos envidiables que él mismo se está encargando de disfrutar. Y si Jimin está en un lugar como aquel, es porque sin duda busca el mismo tipo de diversión que él.
—No es un lugar para un omega como tú —resumió, relamiéndose los labios cuando fue espectador directo de la lengua rosada del menor acariciando el cristal húmedo de la copa.
—¿Un omega como yo? —Jimin ni siquiera le veía.
—Refinado y de alta sociedad —contestó, los ojos clavados en el perfil del menor.
Finalmente el menor lo encaró, luciendo una mueca entre divertida e incrédula. Una vez más SooJong detalló en las facciones cargadas de tentación que tenía a menos de un metro de distancia.
—Podría decir lo mismo de usted —el omega soltó una risa baja, y se inclinó lo necesario para poder susurrar con travesura—. Señor presidente.
El alfa tomó una profunda inhalación de la suave fragancia de orquídeas que adornaba el cuello descubierto. Las manos le hormigueaban en una inquietud constante que poco a poco iba desestabilizando la tranquilidad al respirar. Ambos pares de ojos hicieron contacto, y sólo entonces fue que SooJong pudo hablar.
—Este lugar mantiene en el anonimato tu verdadera identidad —comentó, su voz ronca delatando aquello que quería—. Lo que haces aquí, se queda aquí.
—Creo que debería cuidar ese tono, señor —el omega dejó la copa vacía en la mesa y añadió—. Cualquiera que lograra escucharle pensaría que es una clase de invitación.
—¿Y si así lo fuera? —indagó el alfa—. ¿Habría algún problema?
Jimin lo miró en silencio, las luces del lugar jugaban con las facciones del alfa, quien atentamente esperaba por una respuesta. Frunció levemente el ceño como si tuviera que pensarlo detalladamente, sin embargo, aquello no era más que un sutil juego impuesto para poner a prueba la paciencia del mayor.
—Depende del tipo de persona a la que se lo diga —resolvió.
—¿Y si esa persona fueras tú?
—Entonces tendría un problema, señor —los ojos marrones quemaron en el rostro del alfa—. A diferencia de muchos aquí, mi concepto de diversión es diferente.
SooJong se puso cómodo en su lugar. Aquel chico le resultaba enigmático y difícil de convencer, le hacía verlo como un reto. Él amaba los retos y todo aquello que tuviera grabado con creces la palabra "imposible".
—¿Hay algo más divertido que el sexo, Jimin?
El mencionado apoyó el codo en la madera pulida y dejó descansar su rostro en la palma abierta de su mano. Lamió sus labios por reflejo, sin perder detalle en la oscuridad que la mirada contraria le estaba dando.
—Hay muchas cosas más divertidas que el sexo —respondió con tranquilidad—. Sin embargo, las personas suelen conformarse con el sencillo acto carnal, y es así como se pierden de mucho.
—¿Es así? —inquirió, mirando al omega asentir—. ¿Y cuáles son esas cosas?
—Jamás se cuentan, señor —informó—. Tan sólo se disfrutan.
Luego de esa respuesta, SooJong perdió la completa noción del tiempo. Los encantos de Jimin lograron envolverlo, su elocuencia al hablar, sus gestos, su encantadora sonrisa, el misterio en sus ojos, la delicadeza en sus movimientos. Absolutamente todos esos detalles le encantaron, y se encontró admirando cada uno de ellos.
Los temas fueron diversos: arte, política, música, historia; cada uno de ellos resultando interesante y difícil de concluir. SooJong no tuvo que dejar pasar tanto tiempo para saber que aquel omega le había encantado en todos los ámbitos posibles, y se encontró deseando que aquella noche no acabara jamás.
—Ha sido realmente agradable su compañía, señor presidente —comunicó Jimin con la misma sonrisa agradable que mostró en un principio.
—Lo mismo digo —afirmó el mayor—. Puedo decir con confianza que soy el alfa más afortunado de este lugar, porque estoy contigo.
—Ambos fuimos afortunados —dijo el menor.
Pocos minutos, y finalmente SooJong le dio a Jimin lo que tanto estuvo esperando.
—Quisiera que siguiéramos viéndonos.
—¿No habría problema con ello? —cuestionó el castaño.
SooJong negó, del saco negro sacó una pequeña tarjeta y al barman le pidió un bolígrafo. Rápidamente anotó unos números bajo la mirada atenta de su acompañante.
—Mi número personal —informó, a la vez que le ofrecía la tarjeta.
Jimin la tomó con una mueca satisfecha que sí era real. Nunca pensó que obtendría información tan valiosa en una misma noche, pero claramente se equivocó. Con aquel número basta y sobra para poder rastrear al hombre y saber cada una de sus influencias y comunicaciones.
—Le llamaré —prometió, luego de haber guardado la tarjeta.
El alfa se fue minutos después, y Jimin volvió a pedir otro Gin tonic para poder relajarse y disfrutar del ambiente que se había desarrollado en el lugar. La música, las luces, el baile, todo creando una atmósfera que le tenía de buen ánimo, el suficiente para esperar con tranquilidad a Choi.
<<Misión cumplida>> y levantó la copa para celebrar.
Pocas personas sabían que en aquel club existía una sala subterránea. Muchas negociaciones importantes se llevaron a cabo en aquel lugar, así como firmas de contrato y tratados que hasta hoy en día se mantienen intactos.
Choi Siwon arregló el fino traje negro que estaba usando, y revolvió sus cabellos. Caminaba de un lado a otro, mirando con curiosidad las diversas pinturas en blanco y negro de dibujos animados que adornaban las cuatro paredes de la pequeña sala. El ruido exterior era tenue, y la luminosidad era suficiente para mantener una conversación importante y tranquila.
—Alfa Choi —el acento ruso adornó cada palabra dicha a sus espaldas.
El alfa giró sobre sus talones para encontrar a una mujer de facciones duras. Los ojos astutos le veían con desconfianza, y las cicatrices que adornaban el rostro de la alfa le daban la ferocidad suficiente para que Siwon supiera elegir las palabras adecuadas.
—Zella —hizo una pequeña venia que no fue correspondida.
—Espero que lo que tengas para decir valga la pena.
Choi sonrió. —No me gusta perder el tiempo en mis negociaciones, lo que tengo para decir le conviene a tu jefe y a mis socios.
—Morlov no hace alianzas —ella compuso una sonrisa torcida—. Es de conocimiento público.
—Ni a Yoongi, Hwasa o a mí nos interesa obtener una alianza con tu jefe —aseguró con aplastante sinceridad—. Ese punto de Rusia no está dentro de nuestros intereses.
La alfa se cruzó de brazos. —¿Cuáles son sus intereses?
Siwon acarició una de las pinturas con dedicación, la yema de los dedos sentían cada textura, mientras sus pensamientos volvían a la conversación que tuvo con Yoongi y Hwasa antes de decidir dar ese paso.
—Un intercambio —habló, luego de varios minutos en silencio.
La rusa prestó más interés. —¿Intercambio dices?
—Nosotros tenemos algo que Morlov quiere, y estamos dispuestos a canjearlo —hizo una pausa en lo que sus ojos se adherían con fuerza a los contrarios—. Es una negociación que no volveremos a ofrecer.
—Si te refieres a Amox, déjame decirte que tu propuesta me resulta patética —Zella trató de sonar neutral, pero Siwon fácilmente pudo detectar la ligera ansiedad que se iba formando en la alfa.
Rió un poco y se rascó la nariz. —Amox no es canjeable —informó, y rápidamente añadió—. Pero Petit sí lo es.
La reacción en la rusa fue evidente. Apretó la mandíbula y las manos adquirieron un pequeño temblor que no pudo disimular. Todo el cuerpo estaba tenso como la cuerda de un arco, mientras que la mirada quedó estática en el líder de Xolot.
—¿Qué has dicho?
—Sabemos que Petit es lo que Morlov tanto quiere, pero que desgraciadamente no ha podido tener —Siwon inició a caminar con tranquilidad—. Los sentimentalismos siempre son un arma de doble filo y tú mi querida Zella lo has visto con tu jefe —se detuvo frente a la alfa y continuó—. No puede tomar a la niña por sus propios medios, pero nosotros sí.
Ella estrechó la mirada. —¿Qué pasará con Amox?
—Seguirá perteneciendo a nosotros. Hasta cierto punto sería beneficioso para ustedes.
Zella lo sabía. Con Amox fuera del mapa, Morlov se concentraría en asuntos de mayor importancia. Petit era el arma faltante que Rusia necesitaba para continuar con el experimento, si no lo han hecho es por la misma terquedad que el líder del núcleo ha creado para consentir a su juguete. Sin embargo, la alfa está bastante segura que esta vez el trato será aceptado.
—¿Qué es lo que piden a cambio? —sea lo que sea lo tendrían. Siwon tenía razón al decir que aquella oportunidad sería única.
Una sonrisa diferente marcó las facciones del alfa. En ella iba reflejados sus deseos de consumir todo a su paso, el hambre del poder absoluto y demostrar una vez más quienes eran los que realmente mandaban en el lugar.
—La cabeza de Min DongYul servida en bandeja de oro.
Zella alzó una ceja con incredulidad. —¿Matar al líder del circuito por Petit?
—Esos son nuestros intereses —se encogió de hombros—. Ahora mira si los tuyos tienen el mismo peso y toma una decisión.
Una guerra interna a cambio de obtener el dominio absoluto sobre el experimento que lleva años en pausa. Zella no tiene que pensarlo mucho para llegar a una conclusión, y sabe que Morlov estaría más que encantado de eliminar a aquella escoria que ha pasado bajo su sombra por los últimos quince años.
—Min Yoongi tiene que ser bastante despiadado para querer a su padre muerto —comentó con más confianza.
—Simplemente reclamará lo que por derecho le pertenece, y nosotros como buenos amigos le ayudaremos —comunicó Choi.
—Se tiene que ser demasiado temerario para buscarnos y proponernos un intercambio —ella le miró—. Debo admitir que estoy sorprendida, teniendo en cuenta de su conocimiento acerca de nuestros tratos con el circuito.
—No nos gusta escondernos, y cuando algo nos interesa simplemente lo tomamos —comunicó el alfa con ferocidad—. Dices que el núcleo no hace alianzas, de ser así no tiene favores para proteger —luego se inclinó para susurrar—. Nosotros queremos al circuito y ustedes lo tienen, tu organización quiere a Petit y nosotros la tenemos. ¿Hay algo más para pensar?
La mano que la alfa le ofreció fue la respuesta que Siwon estaba esperando. Ambos estrecharon sus manos, sin despegar la mirada del otro, creando así un pacto silencioso y mortal que desencadenaría un inminente caos.
—No hay nada para pensar —informó Zella—. Choi Siwon, el núcleo acepta el intercambio.
Por supuesto que ambos sabían las consecuencias de aquel intercambio, más eso jamás los detendría en su camino al poder. Dos grandes imperios que sembraban el terror con la sola mención de sus nombres, los cuales no necesitaban destruir al otro para aumentar su territorio e influencias.
Y entre medio de tanto caos, el nombre de Min Yoongi sería escrito con la sangre prometida, pues él era quien ya había empezado a mover las piezas a su absoluta conveniencia.
Les deseo una feliz noche. ✨
YOONGLH💀
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