3x09: ᴘᴏʟɪᴄᴇ ᴍᴀɴ.
Desperté al instante, sudando y asustada, pues bien, aquel sueño había sido tan real que me aterraba, y el tener a un Bill Cipher de esa manera tan... sombría y sin bromas, me había perturbado. Y, aunque en un principio agradecía tenerlo de nuevo en mi mente y cerca de mí, me había dejado un mal sabor de boca toda esta experiencia, y ahora, el despertar y tenerlo frente a mí, simulando leer un libro, con un lente frente a su ojo, y con su mano izquierda sosteniendo una taza de café que desprendía humo, la cual, le dio un trago por su ojo, me hizo sentir incómoda, pues aquel Bill que estaba frente a mí en este preciso instante, era muy diferente a Bill que había hecho presencia en mi sueño.
Y tampoco era aquel Bill que me hablaba emocionada sobre la fogata bromista, los ojos flotantes, el hombre polilla, el pulpo de halcón, las trampas dentro del pequeño juego de golf del pueblo, ni de la dimensión bidimensional, ni de la sociedad del ojo cegado. Este Bill tenía otros aires, unos más misteriosos y peligrosos que me aterrorizaban. Y cuando este, levantó su vista de su libro y me miró con aires superiores, desapareciendo los artefactos de nosotros y dándome una sonrisa, me removí incómoda, sin reconocer al demonio que estaba frente a mí, dejándome helada.
─¿Ya me extrañabas, eh? ─soltó el demonio en tono burlón, a lo cual me mordí el labio aun asustada y nerviosa, sin embargo, ahora tenía que actuar como siempre lo había hecho con él: llevada. Y aunque me doliera y me sintiera incómoda, sonreí tratando de dejar atrás mis emociones para mirarme calmada y alegre.
─Como no tienes idea ─mencioné con una enorme sonrisa, demasiado falsa que sabía que Bill se había dado cuenta, pero actúo como si no pasara nada─. Este pueblo sólo es divertido contigo.
─Lo sé, preciosa ─contestó haciéndome fruncir el ceño sorprendida ante el halago del demonio, sin embargo, traté de ignorarlo, pero me fue inevitable, pues era complicado entender la razón por la cual Bill había sido "amable y lindo conmigo", pero, tal vez, ya tenía la respuesta.
─¿Qué tienes planeado, Bill? ─cuestioné entrecerrando los ojos, confundida, haciendo reír al demonio ante mi duda.
─Nada, sólo... ─dijo, haciendo una interrupción larga para verme con los ojos entrecerrados, de la misma manera que yo lo miraba, pero él con una actitud positiva─, lo he pensado mejor y creo que... nos llevamos muy bien. Y tú sueño es un gran reflejo de eso... ─soltó como una bomba, dejándome más helada de lo que estaba, y más peor emocionalmente.
Mi cara lo demostraba, mi boca entreabierta y la sorpresa y la confusión plasmada en mi rostro que hacía reír al demonio con total descaro qué, por mi sorpresa, no pude reclamar al instante, pero después, sin dudar, hablé.
─¿Qué haces en mi mente? ─cuestioné aterrada y con miedo, pues aquel sueño no había sido una imaginación o propia de mí, sino, Bill si había actuado de esa manera en mi mente, y eso... no era bueno, y más ante las actitudes crueles que estaba optando hacer aquel demonio.
─¿Ya no puedo estar en ella? ─cuestionó burlón, haciéndome sentir peor.
─Me abruma...
─Ven ─indicó la criatura estirando su mano hacia mí, ofreciéndomela con una actitud amistosa.
Sonreí levemente y le otorgue mi mano, convirtiendo mi habitación en un escenario completamente diferente; era un patio hermoso y enorme, era elegante, y totalmente blanco, el cielo estaba medio nublado, sin embargo, eso hacía que el ambiente en el lugar sea cálido y fresco a su vez. Había un enorme castillo en el centro del lugar, rodeado de aquel enorme patio.
Era un castillo como en los cuentos de hadas, relucía y brillaba con encanto. Miré asombrada todo esto, sin entender exactamente el propósito de Bill de tenerme aquí, por lo mismo, volteé a verlo confundida, pero sin eliminar mi sonrisa entusiasta.
─¿Qué es esto?
─Tu mente.
Cuando dijo aquello, mi sonrisa aumentó y miré todo ilusionada. Y como si una fuerza me envolviera, corrí por el lugar para entrar al castillo.
Dentro del castillo, había un montón de escaleras que parecían un laberinto, pero cada una de ellas tenía un letrero que decía cosas como: sueños, esperanzas, pesadillas, debilidades, amistades, romances, entre otros. No sabía qué hacer, eran tantas cosas que me emocionaban. Inclusive olvidé que venía con Bill y fui corriendo a cada una de las puertas.
Recorrí levemente de ellas, observando recuerdos muy profundos de mi mente: la mayoría de lo que estaba aquí, había sucedido cuando yo era una niña, eran contados los recuerdos de mi adolescencia o de mi adultez, aun así, me sentía en un sueño o en una fantasía el estar aquí, por lo mismo, al sentir que recorrí lo suficiente, fijé mi vista a Bill y le sonreí, observando su mirada neutra y para nada simpática.
─Gracias, Bill —murmuré con timidez, y él fijo su ojo hacia mí, recorriéndome con la mirada, aun mostrándose cansado.
─De nada.
Pese a su mala actitud, aun así, seguí calmada viendo todo con rapidez: cuando intenté aprender karate, cuando di mi pésimo primer beso, cuando comencé mi vida sexual... ─en ese recuerdo, de inmediato cerré la puerta avergonzada, pero al parecer, a Bill no le importo ver aquello─. Además, entre las puertas también estaban regalos por parte de mis padres, reconocimientos de la escuela, tiempos estando sola en la escuela, cuando me compré mis primeros lentes, cuando preferí dejarlos porque me hacían bullying, entre otros recuerdos abrumadores, mientras Bill me seguía, haciéndome feliz, aunque a él pareciera no importarle todo aquello.
Por eso, después de que sentí que había visto lo suficiente, volteé a verlo una vez más, con una sonrisa.
─Ver toda mi vida, es... wow. Gracias.
Repetí realmente agradecida, observándolo con un breve temblor de labios ante la admiración que sentí y con duda, me aventé a él dispuesta a darle un fuerte abrazo, pero al instante caí al suelo ante Bill que retrocedió a mis afectos.
─Tampoco hay que ser tan cercanos, eh ─comentó burlón, haciéndome sonrojar ante él—. Sé que somos muy amigos y todo, pero aún estoy dispuesto a utilizarte.
Reí levemente ante su comentario, pues era cierto, pero, aun así, no lo lograría. Así que una vez más, me hundí en el castillo con una enorme emoción.
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Desperté después de una mágica noche llena de memorias y momentos vividos, buenos y malos, había despertado con mucho entusiasmo y felicidad, después de todo, había tenido una buena experiencia, una de varias, aunque me costara admitirlo, quizá el triángulo no era de todo malo. Quizá un villano incomprendido.
Sabía entonces que él había hecho mucho daño para estar en donde estaba, pero eso no me limitaba a tenerle un aprecio a él y a los momentos bellos que estaban pasando, aun así, no podía bajar la guardia. No aún. Por ese motivo, decidí seguir con mi plan principal: investigar más sobre este pueblo y conocer más de este, para darme una idea de lo que me ocultan estos libros y lo que me oculta Bill. Y aprovechando que Bill no estaba ni en mi mente ni alrededor, decidí salir.
Salir y seguir mi destino, seguir conociendo y recorriendo, hasta qué, después de arreglarme y salir del pueblo, me encontré con lo que nunca imaginé. A Gideon con hombres con trajes, y estos buscaban con desesperación los diarios.
Lo sabía, pues le mostraban unas fotos de estos mismos, parecían molestos y Gideon con sus hombres se mostraba relajado, y cuando atraje la mirada de todos, retrocedí mis pasos y salí huyendo asustada y alarmada.
¿Estaba en problemas por meterme con los diarios? ¿Era malo lo que estaba viviendo?
Desesperada me adentré y encerré en mi casa, tapada y asustada, tapé cada una de las ventanas y encerré cada una de ellas y las puertas. Parecía que estaba a punto de ir a prisión, y, por ende, quería disfrutar lo más que podía y mantenerme alerta de lo que podía pasar, además creía qué, Bill podría ayudarme.
Con desesperación y cansancio, grité y grité por él, para que este diera una razón y se hiciera presente.
─¡Bill! ¡Aparece!
Lo busqué por todos los rincones de la casa, pero no lo encontraba físicamente, pero las risas en mi mente me comenzaron a invadir. No sabía si eran parte de mi imaginación o si de verdad Bill estaba en ella, pero ante la desesperación que quizá hoy mismo iría a la cárcel, seguí insistiendo.
─¡Sal de mi mente, ahora mismo! —ordené furiosa, provocando otra risa divertida de mi mente.
Y cuando menos lo esperé, mientras buscaba en mi armario, Bill apareció frente a mí soltando un "¡Bú!" divertido, haciéndome soltar un leve grito mientras retrocedía. Sacándole tantas risas.
—¡Oh, vamos! Ese susto es de los más predecibles en las películas de terror, no puedo creer que hayas caído.
—Hey, recuerda que no me gustan las películas de terror.
—Lo sé —soltó cruzando sus brazos en su pecho y cerrando levemente su ojo, mirando directamente a mis ojos, dándose cuenta de mi terror—. ¿Ahora que tienes? —cuestionó preocupado, pero a su vez, con aires desinteresados.
Lo que no sabía, era porque no sabía, si él podía leer mi mente, pero, aun así, lo dejé pasar.
─¿Quiénes eran esos hombres?
─No puedo decírtelo.
─¿Por qué no?
Y ante aquello, Bill me miró bromista, haciéndome enfurecer por su actitud burlona y por parecer que no piensa ayudarme.
─¡Bill, es la maldita policía! —solté desesperada y con terror, mientras Bill fingía sentarse en el aire, sacando un periódico del aire y una copa de vino, bebiéndola mientras fingía leer aquel periódico con desinterés a todo lo del exterior.
─No te harán nada.
─¿Acaso tienes relación con la policía? —solté molesta, lo cual atrajo la mirada calmada de Bill.
─Oye, soy un demonio, no me relaciono con la ley —murmuró con una total tranquilidad, estresándome más y provocando que mi ansiedad aumentara mientras mordía mis labios sin cesar.
Lo miré con la súplica latente, pero Bill estaba tan enfocado en aquel periódico que me desesperaba. Intenté arrancárselo de las manos y cuando intenté hacerlo, él lo desapareció junto a su copa, viéndome cansado.
─Bill...
─Chica —soltó con burla, con aquella mirada dominante que conocía, haciendo que todos los pelos de mi cuerpo se pararan y comenzara a morderme las uñas de las manos con desesperación provocando que el demonio me mirara con asco—. No hagas eso. Es asqueroso, humana.
─Tú cállate —ordené cansada, dejando de ver al demonio, pasándolo a segundo plano por mi desesperación.
─¿Qué?
─Siempre que te necesito, no hablas, así que guarda silencio, mierda.
Y al terminar de decir aquello, lo miré de reojo, dándome cuenta que lo había molestado, pero no me importó, pues mi mente estaba concentrada en qué hacer con los policías. Ni me importaba ni mi trabajo ni mis padres, ni Bill. Sólo quería una solución.
14-16 3-16-14-6-9-5-20 5-14 14-1-3-9-5-14.
Nota: Sólo quiero aclarar que realicé unos pequeños cambios a la historia. Claramente sí, Bernadette llega a Gravity Falls por el Diario 3, y cuando llega a la biblioteca dije que ella llega y agarra un libro hecho por Ford que habla de Bill. Bueno, ahora ella consigue El libro de Bill y este tiene la piedra en forma triangular. De esta manera justificaría más la personalidad de la protagonista. Además, bueno, esta historia la cree creo que en el 2021 o 2022, así que me sorprende mucho que ahora que la resubo tiene mucho sentido o se mira muy relacionado a lo que presenta en El libro de Bill. La verdad es que cada vez me encariñó más a esta historia y la quiero casi igual a lo que quiero a mi fic de Piratas del Caribe que es mi favorita de las que he hecho xd
Otro aspecto es que tenemos cambio de portada y me gustaría que me ayudarían a escoger la perfecta 💗💗
En un verano de misterios, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧
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