"El cielo estaba completamente rojo con ciertas chispas de negro. Las nubes en el cielo bajaban a la tierra, convirtiéndose en remolinos que recorrían el pueblo con la única finalidad de capturar a las personas y dejarles quemaduras interiores en su cuerpo, convirtiendo todo en un total desastre.

Criaturas extrañas volaban en el exterior de Gravity Falls, mostrando el caos que era todo. Reflejos de recuerdos se plasmaba en el cielo, mostrando un escondite/guarida debajo de un árbol, como también recuerdos de Bill en forma de piedra...

La tierra en mis pies crujía, y debía tener más cuidado en donde mis pies pisaban, pues, en cualquier momento, el piso estaría dispuesto a romperse y devorarte.

La sangre que caía del cielo era espesa y caliente, ardía al sentirla en mí, pero, a pesar de todos esos inconvenientes, de todas esas luchas, aún seguía de pie, buscando un refugio, tratando de buscar un techo en donde resguardarme ante esta locura, o tal vez, para esconderme de alguien.

No sabía a qué le temía, pero era cuidadosa.

Entonces, como un llamado o una alerta, Bill Cipher apareció frente a mí, con aquella singular presencia que tanto lo caracterizaba, pero ahora, con su mano estirada y fuego azul saliendo de esta.

Me miraba victorioso, como si hubiera cumplido lo que quería, como si no le faltara más, y eso me asustó, dándome cuenta qué, temía de Bill Cipher.

─¡Vamos humana! ¡No tengo todo el día! ─exclamó molesto, haciéndome tragar saliva y verlo consternada, sin saber que decir.

Él estaba impaciente, y yo... era un manojo de nervios que sólo quería gritar y huir, por desgracia, no podía, y ante eso y la desesperación, sólo pensé en estrechar mi mano con la del demonio, pero antes de eso, cuando estaba a un milímetro de hacerlo, la voz de un chico se hizo presente, una voz desconocida para mí, me pidió que parara.

Lo obedecí.

Y aquel demonio se convirtió en rojo, aumento de tamaño, haciendo su mano un puño con el cual, quiso aplastarme."

Abrí los ojos al instante, confundida y miedosa, viendo a mi alrededor y contemplando mi cuerpo extrañada, dándome cuenta que estaba completo. Me levanté de la cama y corrí hacia la ventana, encontrándome con un ardiente sol digno del mes de junio, y toda una paz y tranquilidad dentro de las calles de Gravity Falls. Con una media sonrisa, proseguí con mi día. Almorcé waffles con miel, me di una ducha, me arreglé un poco el rostro agregando un sutil maquillaje, peiné mi larga cabellera rubia y me coloque una diadema que hacía que todo mi cabello se mantuviera hacia atrás, mientras vestía unos jeans ajustados negros, y una blusa de tirantes blancas, con detalles floreados, mientras salía de casa y me dirigía a la cafetería de Linda Susan, qué, a pesar de mi pésima responsabilidad y haber sido despedida, decidió darme una oportunidad de trabajar, después de insistirle y hablarle de mi pobreza extrema. Así qué, eso me alegraba.

Cuando llegué allá, el día fue tranquilo, ni Gideon ni Bill hicieron presencia, dándome paz por todo ese día, conociendo un poco más del pueblo y como todos ansiaban que fuera el verano pronto, pues bien, en tan sólo unos pocos días, la familia Pines venía, se acercaba el Super Halloween ─una celebración de Halloween, pero en verano, prácticamente el pueblo amaba tanto Halloween, que celebraban dos veces al año aquello─, y el cumpleaños de Dipper y Mabel Pines, pues resulta que desde el 2012 todo el pueblo celebra el cumpleaños de los gemelos, y ese mismo día, los despiden del pueblo, pues se acaba el verano.

Al terminar mi jornada laboral, llegué a mi casa y me quité mis jeans y mi blusa, colocándome ahora una simple blusa de tirantes de color roja, y permaneciendo en calzones, quitándome el maquillaje y haciéndome una cola de cabello mientras ordenaba los diarios de los Pines, los diferentes que había, mientras registraba unos cuantos datos que había descubierto en mi diario, tanto por entrevista como también, al entender ciertas claves en los diarios de los Pines.

El día era perfecto, claro que lo era, hasta qué, un demonio triangular apareció detrás de mí, de repente, poniéndome los pelos de punta y haciéndome sentir muy nerviosa e incómoda ante su penetrante mirada bajo cada una de mis acciones, sin embargo, lo que más me molestaba, era que no decía nada, entorpeciendo mis acciones.

Mis manos templaban y sudaban, provocando que el lápiz resbalara de estás, sacándole una risa burlona de los labios del demonio, haciéndome avergonzar.

Vamos Bernadette, nunca lograras descubrir lo que quieres, chica. Ríndete ─comentó de repente el demonio, mas, sin embargo, lo ignoré, y eso era algo que le molestaba mucho a Bill: el ser ignorado.

Provocando que, desde ese punto, el demonio no parara de hablar, insinuándome que todo se solucionaría haciendo un trato con él, pero al ignorarlo, ahora insistía que todo mejoraría si tan sólo le hiciera caso, pero no me dejaría controlar. Para empezar, no podía aceptar un trato con él, pues sabía que era riesgoso, además, mi sueño me había dejado muchas dudas, y ante la duda, lo mejor era esperar, y eso hice, pero poco a poco mi paciencia terminaba, haciéndome estallar.

─¡No! ─grité, molesta, dando un golpe en el escritorio, haciendo que el demonio me mirara extrañado, sin creer mi actitud.

─¿Qué dije? ─cuestionó con repentina inocencia que hizo que el estrés me albergara, y lo mirara fastidiada.

─No haré un trato, Bill ─dije, remarcando cada palabra, para hacer un énfasis y dejarle claro aquello, sin embargo, el demonio se molestó, aumentando su tamaño, cambiando su piel a una de color guindo y su ojo se puso negro, sacándome un escalofrío y haciéndome retroceder.

Ante el miedo, caí al suelo, y aunque me dolió el golpe, no le tomé importancia, pues mi mirada era fija al demonio que me miraba de una forma tan extraña, que temía de mi vida, pero al ver mi labio tembloroso, mis ojos llenos de lágrimas, el demonio se calmó volviendo hacer el de antes, aunque eso no quito su tono de voz escalofriante y grave.

─¡Bien! ─soltó Bill con toda la furia que podía existir, estremeciendo mi piel mientras por un breve momento, volvía a lucir escalofriante─. ¡No perderé más mi tiempo con una estúpida humana!

─¿A dónde vas? ─cuestioné gritando, levantándome del piso, molesta ante sus palabras, pero antes de recibir alguna respuesta, él se desvaneció, dejándome sola y confundida.

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Bill ya no apareció por un buen tiempo y aunque el demonio no fuera alguien que me sacara suspiros o fuera alguien que me apreciara demasiado, él era mi única compañía en Gravity Falls, así que sí me preocupo que no hiciera presencia, además de que me aburría y me frustraba no tenerlo presente, aun así, me facilitaba el trabajo de mi investigación, así que, sin esperar más, seguí investigando y seguí avanzando en mis conocimientos.

Descubrí por otras fuentes más sobre el pueblo, me adentré al bosque, y miré a pie grande, también descubrí de un gigante disfrazado de árbol, al cual le tomé fotos y las imprimí y pegué en mi diario. Encontré unas hadas vomitadoras, y un pequeño gusano que escupía fuego, también encontré el árbol que tenía el poder de hacerte crecer o hacer que estés más pequeño, eso fue una enorme ventaja y me hacía feliz estar rodeada de aquellas criaturas, sin embargo, aquella criatura geométrica no salía de mi mente y cuando trataba de llamarla, esta no aparecía y eso me preocupaba.

Por lo mismo, a la hora de dormir, esperaba que él apareciera en mis sueños, o quizá que no me dejara dormir porque aparecería de repente para fastidiarme y desvelarme, por desgracia, ocurrió la primera y eso fue algo... bueno y malo a su vez.

"Bill dentro de mi mente me sacaba de quicio, pues bien, ahora en mis sueños, la criatura riéndose, pero riéndose sin hacer presencia, era frustrante, demasiado, sin embargo, me alegraba que el demonio apareciera ahora.

Lo buscaba con la mirada como podía, escuchando su risa en todas partes, pero sin verlo. Todo era blanco y no había nada ni nadie, sólo la risa de Bill y yo, haciéndome enloquecer mientras corría de un lado a otro, buscando a la persona, y, cuando dos "Bills" aparecieron frente a mí, la cara de sorpresa no fue difícil de aparecer mientras miraba todo extrañada. Prácticamente eran idénticos aquellos Bills, pero no hacían los mismos movimientos para que pensara que era uno un reflejo, confundiéndome sin obtener ninguna respuesta de ellos.

─¿Quién es el verdadero Bill? ─cuestioné extrañada, contemplando a los dos, mientras estos reían y me... "guiñaban" su ojo, burlones.

─¿Harás esas preguntas tontas en un momento como este? ─cuestionó Bill, siendo su voz un eco por todo el lugar, dejándome más confundida de donde provenía su voz.

Y lo peor de todo, es cuando más Bills aparecieron, rodeándome y haciéndome dar una vuelta sobre mi propio eje, consternada ante todos esos triángulos que estaban rodeándome, pero entonces, todos desaparecieron, y sólo quedo uno frente a mí, el cual apareció su bastón y me señaló con este con su mano derecha y con la izquierda se acomodó de su moño y me miró entrecerrando su ojo, con una actitud extrañamente feliz que me hizo que los vellos de mis brazos se erizaran ante esto, pues sentía internamente que algo malo vendría con aquella mirada extraña del triángulo demoniaco.

─¡Vamos, niña! ¿En serio estás asustada? ─soltó Bill en tono de burla, sin embargo, para mí era justificable mi miedo, pues Bill, aunque se mirara igual, tenía un aura poderosa que me hacía estremecer y me hacía creer que las cosas no andaban bien, y por lo mismo, mis ojos comenzaron a llenarse de poco a poco de lágrimas.

Mientras, a la distancia, las suplicas, gritos y llantos de diversas criaturas se escuchaban pidiendo auxilio, mientras el ambiente cambiaba a uno rojizo con negro, y poco a poco el calor aumentaba en el lugar, como si fuera el infierno, o el concepto que tanto conocíamos de aquel espantoso lugar.

Los gritos aumentaron de volumen, inquietándome, y haciéndome sentir incapaz de continuar en este lugar con vibras tan sombrías.

─Bill, por favor... ─rogué esperando que entendiera, pues bien, según él, el demonio sabía todo y esperaba que fuera comprensible y me dejara en paz por un momento, pero al parecer, eso no estaba en sus planes, pues se rio burlón y dio vueltas a su bastón con su mano, como un truco, viéndome de una forma tan penetrante que me hizo tener escalofríos.

─¿Por favor qué?

─Déjame ir...

Pero Bill estaba serio, siendo cruel, una vez más.

─¡Oh, cariño! ¿No querías que fuéramos los reyes del apocalipsis? ¿No lo recuerdas? ─soltó con burla y descaro, haciéndome llorar nuevamente, siendo todo un caos.

─No era enserio... ─sollocé intranquila, esperando que me diera paz, que terminara con aquel espectáculo, pero, al parecer, no estaba en sus planes─. No quiero esto, Bill, es muy cruel.

─La vida nunca ha sido justa, pequeña.

─¡Yo creí que sí!

─¡Pues no!

Y ante aquello, sin darme cuenta, el pueblo se volvió un caos y cerré los ojos esperanzada que todo esto fuera una maldita pesadilla. Pero al abrirlos, estaba sentada en un trono de huesos, mientras Bill reía y yo me sentía asqueada."

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En un verano de misterios, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧