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A Cԋɾιʂƚɱαʂ Sƚσɾყ

"Este año en la mesa de Navidad habrá un hueco irremplazable. 

Nadie podrá ocupar esos espacios de alegrías, 

sonrisas y amor que siempre ocupaban cada año. 

Feliz Navidad estén donde estén."

_________________

La primera nevada ha llegado al pequeño pueblo de Zermatt; había caído copos y pequeñas nevadas desde octubre, pero diciembre es cuando comienza a ser espesa y muy blanca, adornando completamente los techos de los chalets.

Esas que comenzaban a adornarse para esperar la llegada de los turistas que visitan el pintoresco pueblo más bonito de Suiza. Vienen a ver el árbol de Navidad, las decoraciones festivas y probar dulces locales.

Zermatt es una ciudad de esquí que se llena de magia durante la Navidad. Las tiendas locales con muchas luces de Navidad y alegría.

Existía en ese pequeño pueblo, en donde se conocían todos, un chalet que no se enciende hace ya 5 años; es de una pequeña familia compuesta de dos hoy en día, pero que era antes de cuatro y donde reinaban las risas, los pequeños piecitos corriendo por la casa y gritos chillones llamando a "mamá". Ahora no se escucha nada, solo sollozos de vez en cuando.

Jungkook y Jimin componen esa familia de dos. Son un alfa y un omega jóvenes que han vivido en este pueblo desde que se casaron y establecieron su vida allí. Son dueños de un hotel y una pastelería, exitosos como empresarios, pero con un triste corazón.

Era comienzo de diciembre del 2024, una mañana difícil para Jungkook y una llena de recuerdos dolorosos para Jimin.

El alfa estaba de lado a lado en la cocina preparando un rico chocolate caliente, unas tostadas con mantequilla y ricos quesos para desayunar. Cuando un aroma amargo a frambuesas le llegó a su nariz, acompañado de sollozos.

Sabía que era su precioso Omega.

Dejó todo lo que estaba haciendo y salió corriendo de la cocina; lo encontró tirado frente a la chimenea en un nido improvisado, hecho bolita y abrazando la misma foto de hace 5 años.

—Ay, amor mío, es muy pronto para agarrar esa foto. —El alfa se hacía fuerte solo para su omega, pero él tampoco podía superar lo que pasó ese fatídico 25 de diciembre del 2019.

Pide permiso para entrar al nido, le quita la fotografía de sus manos y la reemplaza por su pecho, abrazándolo con amor y consuelo.

—Ya, mi amor, no llores así —lo llenaba de feromonas relajantes con su aroma a sándalo para tranquilizarlo—. Ellos están en nuestros corazones, ¿recuerdas? Nos cuidan desde el claro, allá en la luna; como lobitos, están felices, ¿ok?

—No puedo dejar de llorar, Koo-Koo —llora con amargura—. Por más que le explique a mi lobo, no lo entiende. Extrañamos a nuestros cachorros; yo solo quiero que estén aquí, es tan doloroso no verlos. Yo quiero que solo vuelvan una vez, abrazarlos, decirles que mamá los ama y que nunca los va a olvidar, pero no me dejaron decirles, no me dejaron verlos, no me dejaron HACER NADA. —Le daba golpes en el pecho a su alfa con furia y dolor.

—Perdóname, Mimi, pero es que no fue mi culpa, no se podía, tú no podías, comprende, mi amor, para mí es más fácil que los recuerdes así, como en esa última foto, no como los encontré. —Su Omega llora más fuerte aún, que le retumba en los oídos y se encoge en su lugar.

Esta es la misma conversación de siempre, quizás no de cada día o cada mes, pero sí de todos los días de diciembre desde hace 5 años.

¿Qué pasó hace 5 años?

La peor tragedia que unos padres pueden experimentar es la muerte temprana de sus hijos.

Jungkook y Jimin tenían una parejita de cachorros. London, un omega de 3 añitos y una alfita de 5 años llamada Italia.

Era una tarde con cielos despejados, con un azul hermoso y unas nubes que se veían esponjosas. Era normal que salieran a jugar en el patio del chalet mientras mamá hacía la cena.

Zermatt es un pueblo en donde no existen los vehículos de motor y no existen las situaciones delictivas, por lo que es normal que los niños salieran a jugar solos. Igualmente, Jimin les echaba el ojo de vez en cuando.

Mientras, el alfa de la casa reparaba unos trineos para ir a esquiar al día siguiente en Matterhorn, la famosa montaña de Zermatt que es un icono del invierno y la principal atracción de la ciudad. Puedes esquiar en sus pistas, rodearla en una excursión o caminar en raquetas de nieve por sus senderos.

Todo sucedió muy rápido.

Jimin fue a colocar todas las galletas de jengibre en el horno para seguir con el chocolate suizo a la taza con nata montada, uno de los más ricos del mundo.

Al mirar por la ventana, no vio a los niños, su lobo inquieto, y asumió que estaban en la cochera con el alfa. Pasaron más o menos 15 minutos cuando el alfa entró a la cocina por un té, porque estaba literal congelado.

Jimin preparó el té para su alfa y siguió en lo suyo. A todo esto, pensó que los niños estaban en sus habitaciones, aunque sentía una amargura en su lobo y lo tenía ya inquieto.

Pasó una hora más o menos, cuando Jimin llamó a sus cachorros para la merienda, pero ellos nunca contestaron. Su lobo inquieto y desesperado tuvo que alarmar a su humano para que reaccionara.

Fue ahí donde Jimin sale corriendo de la casa, solo con un enterizo de Navidad y medias, gritando el nombre de sus hijos. Jungkook salió detrás de él, gritando al unísono.

Los vecinos salieron y llamaron a servicios de emergencia. Nadie podía parar a Jimin, que estaba corriendo desesperado buscando a sus cachorros. Fueron horas las que buscaron y no lograron dar con ellos. Tuvieron que parar la búsqueda hasta la mañana siguiente.

Jungkook tuvo que llevarse a su omega al hospital; no solo estaba con un ataque de ansiedad, estaba a punto de hipotermia y sus pies habían sufrido quemaduras por congelación, ya que perdió las medias en la búsqueda.

Jimin fue hospitalizado y sedado, mientras que su alfa, junto a los rescatistas, seguía la búsqueda. Parecía que se los había tragado la nieve y... así fue.

3 días después de la desaparición de los cachorros, el propio Jungkook los encontró muertos debajo del hielo del lago congelado detrás de su propia casa. La cuestión era cómo habían llegado ahí. Los rescatistas descubrieron un agujero en el patio que se había abierto de la nada; al parecer, jugando, cayeron ambos. La niña tenía agarrado de la mano a su hermanito.

Los cuerpos estaban conservados por las aguas congeladas. Habían muerto ahogados; aunque eran perfectos nadadores, no pudieron salvarse, ya que quedaron bajo la capa de hielo.

Jungkook fue quien hizo los arreglos fúnebres y decidió mantener los féretros cerrados.

Fueron días difíciles para Jungkook con su Jimin destrozado, pero nunca pensó que a 5 años llorara como el primer día.

No decaer era de valientes, como alfa; debía ser fuerte para él y lo estaba cumpliendo.

A mediados de diciembre.

Jimin estaba en la pastelería, ayudando a su personal con los dulces navideños del pueblo. Mucha gente y turistas vienen por ellos, ya que son muy famosos. Había una gran demanda y debía contribuir para que el inventario fuera suficiente para todas las fiestas.

Al llegar agotado a casa, su alfa lo esperaba con la cena y un lindo calendario de Adviento en el que curiosamente estaban los números del 15 al 25.

—Amor, me trajiste el calendario a medias. —Jimin se echa a reír con todos sus ojitos—. ¿Es para mí?

—Sí, Mimi, es para ti y lo creé yo mismo con la ayuda de la señora Petu —se ríe avergonzado—. Espero que el ser original no haya hecho un desmadre —abraza a su omega fuerte—. Vamos, ábrelo, hoy es el primer día, que lo abra, que lo abra —lo animaba.

—Ay, tengo nervios, ¿mejor no es abrirlos todos? —Se ríe, mientras tomaba la primera cajita; era mediana, las demás tenían diferentes tamaños.

—No seas tramposo, ¡caray! —ríe—. Ábrelo, quiero ver.

—Se supone que ya sabes lo que hay, no me desesperes, alfa tonto —ríe y con manos temblorosas abre la cajita.

—¿Qué es este papel Koo-Koo? —ríe—. ¿Tengo que leer?

—Sí, amor, alguno hay, papel con algo escrito que debes buscar, tarjetas de regalos o los regalos —sonríe—. Está en la habitación el regalo completo; espero que te guste.

Y Jimin salió corriendo a la habitación, como un niño pequeño corre a buscar los regalos debajo del árbol de Navidad. Ellos no tenían decoraciones ni un árbol navideño, pero Jungkook quería que esta Navidad fuera especial.

Cuando Jimin entró, encima de su gran cama matrimonial estaba un pijama color azul, unas pantuflas de felpa del mismo color, maquillaje Dior y unos audífonos que tanto Jimin quería de la Apple. Estaba feliz; Jimin apreció cada cosa que estaba ahí. Jungkook, a juzgar de la sonrisa de su omega, sabía que había hecho lo correcto.

Los días siguientes, Jimin abría sus cajitas del calendario de Adviento junto a su alfa.

Día 16: Tenía una tarjeta de regalo para un árbol de Navidad natural y sus adornos.

Ese mismo día fueron por todo. Jungkook quería ver brillo en los ojos de Jimin, quería verlo sonreír tal como lo hacía antes en cada Navidad. Es su festividad favorita, después de todo.

Día 17: Un día para hacer el muñeco de nieve perfecto.

El lugar perfecto estaba frente a su chalet. Los vecinos se asomaban por sus ventanas con una sonrisa en sus rostros al ver a Jimin sonreír con esa mágica sonrisa. Jungkook paleó toda la noche, pero logró que el muñeco de nieve fuera enorme, como su amor por ese omega que está volviendo a la vida.

Día 18: Hagamos galletas de jengibre.

Una de las cosas que Jungkook quería lograr es que Jimin volviera a hacer sus famosas galletas de jengibre. No las hacen desde hace 5 años, desde que perdieron a los niños, pero fue un triunfo y lograron hacer galletas para todos los vecinos: noche de harina, huevos y mucho jengibre por todos lados; las risas nunca faltaron.

Día 19: Compremos una mascota.

Jungkook tenía un ojalá llenito de fe y esperanza con este día en el calendario de Adviento. Ya tenía la mascota, pero no sabía cómo iba a reaccionar Jimin; no quería ningún ser vivo en la casa, con excepción de su alfa. Pero lo que no se esperó es que, al llegar, el pequeño doberman fuera corriendo a la puerta y comenzara a jugar con el omega. Hicieron un lazo hermoso, ninguno se separó del otro, así que el alfa tenía que compartir cama con un inquilino más, y no pudo estar más aliviado.

Jungkook jamás imaginó que la idea del calendario de Adviento estuviera yendo espectacular. La señora Petu tenía razón: si uno no se arriesga, no gana. Y a 5 días de las fiestas más esperadas, estaba seguro de que esta Navidad iba a ser diferente. Sin olvidar a los niños, pero con su omega de vuelta a la vida, con un brillo en sus ojos y seguir la vida sin más dolor y lágrimas.

Cuando Jimin llegó a casa, tenía el #20, esta vez dentro de una gran canasta, pero no había nada más; eso le extrañó y fue a preguntar a su alfa.

—Amor, ¿hoy no vamos a hacer una actividad, o no hay regalo? —hace puchero—. Ya me gustó, alfa malo.

—Ven, acá, bebé, no estés triste —lo abrazó fuerte—. Hoy vamos a hacer una actividad, pero quiero que me escuches bien, ¿ok? —Le levanta el mentón a Jimin para que lo mire—. Hoy en esa canasta vas a echar todas las cosas que tienes de los niños en nuestra habitación.

—NO, NO me obligues a hacer eso, yo no quiero deshacerme de esas cosas, son los tesoros de mis bebés. Tú NO PUEDES QUITÁRMELOS —comenzó a llorar amargamente—. ¡DÉJAME! —Jungkook trataba de abrazarlo—. NO ME TOQUES —sollozando.

—No llores así, Mimi, ven acá, mi amor —lo abraza llenando de feromonas todo el lugar—. Esos tesoros, ya tienes que guardarlos en el corazón, en un rinconcito que diga London e Italia; siempre serán nuestros bebés, pero la vida se trata de escribir libros nuevos cada año, de seguir adelante, aunque nos duela —Jimin con un mar de lágrimas—. Este año tampoco los tendremos, pero verás que si construimos un nuevo comenzar, todo podrá ser como antes. La Navidad es tu época favorita, disfrutemos, ¿sí? —Le limpia las lágrimas—. En esa canasta vamos a poner la manta de nuestro niño, la muñeca de nuestra niña; además de eso, las ropas de ellos que tienes en tu nido. —El omega solo movía la cabeza de lado a lado en negación—. Sí, solo dejaremos la foto familiar de Navidad y me vas a prometer que la dejarás allí en donde la pongamos, ¿ok?

Jimin, entre lágrimas y sollozos, puso en aquella canasta todo lo que conservaba de los niños en su habitación, en su nido, en su alma. No quería perder a su alfa; entendía que debía hacerlo feliz porque él lo estaba ayudando a serlo.

Esa noche no paró de llorar el omega, pero después de que el alfa llevó todo al sótano, regresó con su omega a consolarlo y decirle que todo iba a mejorar. Hasta Bam, el cachorrito, consoló a Jimin el resto de la noche.

No solo era difícil para Jimin despegarse de las cosas que eran su refugio cuando extrañaba a sus cachorros; a Jungkook también le dolía, y solo quería que su pareja estuviera bien, para él estarlo también.

Faltaban 5 días para Navidad.

El calendario de Adviento del día #21 y #22 se trataba de que los cuartos de los niños iban a vaciarlos, limpiarlos y regalar todo lo que todavía servía a la casa de caridad. Jimin no se negó, aunque lloró mucho. Lo único que Jungkook le permitió fue un pequeño altar en cada habitación con una foto de cada uno y un juguete.

Tampoco fue fácil todo ese proceso, pero la madre luna le había revelado a Jungkook que este era su año, ese en donde la unión traerá esperanza este 25 de diciembre. Así que sabía que era importante para ellos como pareja cerrar ese capítulo y escribir el nuevo a partir de ahora.

Esa misma noche, después de llevarse todo lo de los niños de la casa y dejar ir otras cosas.

Jimin a través de su lobo y sin saber cómo pasó. Despertó en un claro lleno de girasoles, convertido en un lindo pequeño lobo blanco. Pestañeando para tratar de aclarar su vista, vio a lo lejos a dos cachorros lobos de color negro con blanco; su olfato no lo engañaba, eran sus cachorros. Corrieron a su encuentro: muchas lamidas, muchos besos, mucho amor y restriego entre las bolas de pelos.

Al despertar, le contó a su alfa, muy feliz y tranquilo, que había estado en un lugar muy hermoso, parecido al jardín del Edén, en donde se encontró con los cachorros y que estaban tal cual como él le contaba; estaban sanos, bien y como lobitos. Además, por primera vez le dijo que se sentía en paz y con muchas ganas de seguir adelante, ya que eventualmente iban a volver a estar juntos en el cielo de la madre luna algún día.

Jungkook no pudo aguantar las ganas de llorar, porque ese fue el milagro de Navidad que tanto había deseado.

En la noche, entre lágrimas, mirando al cielo, le dio las gracias a la madre luna por esa revelación a Jimin para que pudiera cerrar su capítulo y seguir adelante.

El calendario de Adviento permitió a Jimin tener una razón al día para llegar a su casa y compartir ese momento en que lo abre con su alfa. Ya era el día #23; no sabía qué esperarse. Los dos días anteriores fueron dolorosos y tristes, pero estaban superados y, junto a Bam, ambos estaban siguiendo adelante.

—Kookie, ven rápido, ya me bañé, ya tengo las galletas de jengibre y el chocolate caliente. ¿Dónde te has metido, alfa tonto? Espero que no hayas olvidado mi regalo del día 23, ¡eh! —Jimin se rió por el gruñido de su alfa.

—Ya voyyy, esto está muy pesado. ¿Ya leíste lo que era? ¡Ábrelo! —tratando de bajar las escaleras con el regalo.

Jimin corrió al calendario y comenzó a contar cuántas cajitas quedaban y, revisando la de hoy, tomó el papelito y decía:

«Que la magia de la Navidad te envuelva y te traiga serenidad y alegría.

Busca en el árbol, en frente vas a encontrar uno de los motivos por los que este año será una Navidad diferente; si no te gusta, no hay devolución, así que acéptalo con cariño».

Jimin hizo una cara de confusión y se rasca la cabeza, camina con la nota en sus pequeñas manos al hall de su casa, en donde estaba el árbol navideño.

—Si no me gusta, lo devuelvo, sí, ¿qué se cree, mi alfa? ¡Hum!

Cuando llegó, no pudo evitar abrir los ojos grandes y su boca también se entreabrió.

—Gracias por hacer que mi vida sea tan maravillosa. Mi mayor deseo esta Navidad es seguir viviendo esta historia de amor contigo —sonríe—. Mimi, el mejor regalo que puedo recibir esta Navidad es ver tu sonrisa y sentir tu amor. ¡Te amo!

—¡Oh, Kookie! —Va a dónde él, abrazándolo y dándole muchos besos—. ¿Eres mi regalo? Tramposo, ya estás gastado —ellos estaban entre risas—. No, te voy a devolver —ríe por las cosquillas que le estaba haciendo su amor.

Esa noche fue mágica, como si algo estuviera conspirando a favor de ellos para que fueran felices y siguieran sonriendo.

Una cosa llevó a la otra; entre besos y caricias, el alfa sube al segundo nivel con su omega en brazos como recién casados.

Dentro de la habitación había estrellas brillantes como escarchas; parecía polvo de hadas mientras hacían el amor, como hacía años no pasaba.

Hubo encuentros esporádicos en estos 5 años, pero de esta forma...no... Pasaron la mejor noche entre besos, caricias, pasión que no tuvieron en años.

Aunque una cosa sí es cierta, dormir con la persona que amas es lo más adictivo y hablo dejando a un lado el sexo; sentir la piel, la respiración y el aroma de tu omega y de tu alfa cerca es otro nivel. No hace falta nada más.

Era 24 de diciembre de 2024.

Jungkook pudo convencer a Jimin, mediante el calendario de Adviento, de ir a pasar las fiestas con sus familiares, así que hicieron las mochilas y empacaron cosas para Bam; no podían dejarlo solo en casa.

Todo se planificó a última hora, pero surgió de maravilla. Esto era un acontecimiento en el que todos quisieron cooperar por el bien de Jimin.

La familia de Jimin se encontraba ya en camino desde Zúrich para estar junto a ellos y la familia de Jungkook en Ginebra. Iba a ser la primera Navidad en 5 años que iban a hacer la tradicional fiesta con su intercambio de regalos.

Todos estaban felices. Especialmente Jimin, que todo el camino a Ginebra pasó cantando canciones navideñas y viendo películas de la ocasión. Jungkook no podía ser más feliz y también, porque la noche anterior había olfateado un dulce olor a leche en su omega. No quería hacerse ilusiones, pero estaba sentimental, por eso quería que fuera cierto.

Llegaron a Ginebra, dejaron a Bam en casa de los papás del alfa, en lo que ellos fueron por algunas cosas para la reunión familiar.

Caminando en el centro, una señora, algo mayor, beta y con un abrigo largo, con capucha color morado con estrellas y soles dorados en decoración, y llevaba puesta encima de su cabeza llena de destellos canosos en su cabello. Se le acercó a Jimin, lo toma de su delgada muñeca y lo hace detener.

Jungkook se pone en alerta y en defensa por su omega, pero al ver el rostro de la señora, baja la guardia; sentía que la conocía.

Ve cómo la señora le toca la pancita a Jimin, le sonríe y le dice:

«Siempre ellos estarán para ti, no sientas miedo, tienes dos ángeles lobitos que te cuidan desde el claro, allá en la luna. Disfruta al fin tu vida, y es ahora».

Ambos quedaron perplejos con lo que les dijo la señora y, por su acción, al tocar la pancita, no sintieron miedo o tristeza; extrañamente sintieron paz, tranquilidad y hasta ella les sacó una sonrisa.

Siguieron de paseo en el centro, comprando regalos y ricos postres adicionales a los que Jimin les trajo de su especialidad.

Llegó el 25 de diciembre de 2024.

El alfa, cuando despertó, tenía un poco de temor en cómo su omega se iba a sentir esa mañana, ya que era el día, ese en donde era gris para ellos y las luces de colores brillantes no se veían.

Jimin despertó cantando canciones de Navidad, sacándole una sonrisa a Jungkook mientras se lavaban la boca juntos.

Fue ahí donde se dio cuenta de que habían comenzado a vivir de nuevo y con una esperanza juntos.

En la noche la casa estaba repleta, familiares por todos lados y felices por la presencia de Jimin y Jungkook con otro semblante, decididos a disfrutar.

Era muy cierto eso de que la Navidad es un tiempo para estar agradecidos y para compartir amor.

Después de que Jimin y Jungkook se despidieron para ir a la habitación, ya que el omega no se sentía bien de su estómago, comenzaron los vómitos, desmayos, náuseas y mareos.

Al día siguiente, siguieron esos episodios y se agravaron más con el pasar de las horas. Y Jimin no paraba de llorar; estaba muy asustado.

Decidió llevarlo a la clínica de omegas cerca de casa de sus padres. Lo atendieron rápido, le pusieron una intravenosa para hidratarlo, le dieron medicamentos para detener las náuseas y vómitos, en lo que le hacían los respectivos laboratorios de rutina.

Jungkook tenía a Jimin durmiendo en sus brazos, porque el omega estaba muy nervioso y asustado. Después de unas horas, vinieron a ponerle unos medicamentos.

—Enfermera, disculpe, ¿salieron los análisis de mi omega, Jeon Jimin? No ha comido nada y quiero saber si ya podemos ir a casa; nosotros somos de Zermatt.

—Disculpa —revisaba su expediente—, está en espera de que le hagan una ecografía y otras pruebas. ¿Está vomitando?

—Solo se ha despertado con náuseas, pero no ha vuelto a vomitar. ¿Va a tardar todo esto? Es que estoy muy preocupado, él no se enferma así.

—No se preocupe, voy a preguntar, porque incluso hay que moverlo para otra unidad. ¿Cuánto tiempo tiene de embarazo?

—¿Eh? No, se equivoca, mi omega no está embarazado —mirándola.

—Voy a revisar, pero aquí dice que lo van a mover a la unidad de materno infantil —leyendo el expediente—. Voy a hablar con el médico y le diré que venga a hablar con usted.

Jungkook asintió; la enfermera salió del cubículo en donde tenían a Jimin.

«Materno-infantil»

Esas dos palabras le hacían mucho ruido al alfa, tanto que pegó su nariz a la fuente del aroma de su omega, en donde olfateó otro aroma. Además de frambuesa, estaba el olor dulce particular de la leche; comenzó a llorar abrazándolo más.

—Amor de mi vida, creo que estamos esperando cachorros, mi lobo me lo está diciendo, son muchos —le decía muy suave, para que nadie escuchara.

Lágrimas caen tímidamente por las mejillas del alfa; no eran de tristeza, eran de felicidad, porque su instinto no podía estar equivocado. Si lo mueven a materno-infantil, iba a gritarle al mundo que iba a ser padre.

Poco tiempo después, el acontecimiento se dio; lo trasladaron a la unidad de materno-infantil.

La confusión y la emoción a Jungkook lo tenían con náuseas; bien dicen que los síntomas se pegan.

—¡Buenas tardes! Jeon Jimin, ¿cierto? ¿Es usted su alfa?

Jungkook rápidamente se incorporó en la cama, dejó acostado a Jimin y se levantó, asintiendo y extendiendo la mano a esa persona que había llegado para saludar con educación.

Era un doctor con otra persona que traía una máquina portátil de ecografía.

—Soy el doctor Müller, ginecólogo jefe de esta unidad, y quise atender a Jimin personalmente, porque es el primer omega con un embarazo múltiple en Suiza.

—Es que me disculpa, no logro entender, pero ¿mi omega está realmente embarazado? —mirándolo—. ¿Cómo sabe que es múltiple? Nadie lo ha revisado —tratando de entender.

—Tranquilo, señor Jeon, para eso estoy aquí, para explicarle —mirándolo—. A Jimin le hicimos una prueba de sangre de embarazo como protocolo por los síntomas; salió positiva, pero cuando le hicimos el electrocardiograma, escuchamos varios latidos diferentes que interferían con el real. Cuando hicimos la investigación de qué era lo que estaba pasando con el corazón del omega, según los picos del espectro y la frecuencia, llegamos a la conclusión de que había 4 latidos diferentes. Por lo que entendemos, Jimin debe tener trillizos.

—¿QUÉ? Tri...tri... ¿Usted me está hablando en serio? ¿Cómo mi omega podrá cargar 3 bebés? Es muy pequeño —preocupado.

—Para eso estamos aquí, queremos confirmar cuántos bebés son y cómo llevaremos su embarazo a término. Todo eso debe hacerse aquí en Ginebra; en su ciudad eso sería imposible, por cualquier eventualidad.

El doctor simplemente dejó a Jungkook mudo.

No había problema si había que mudarse mientras Jimin estuviera embarazado.

Él, por su omega, lo llevaría al fin del mundo. Aquí el problema es que quiere saber si es cierto que van a ser papás y si serán 3.

Cuando a Jimin le quitaron el calor de su alfa, de las cobijas, y sintió un gel medio caliente en su vientre, se asustó.

—Alfa, alfa, ¿qué me hacen? ¿Qué pasó? No, no, no, ven —se mueve y hace que toda la preparación se dañara.

—Estoy aquí, mi amor, solo te van a hacer un estudio ecográfico, ¿ok? Tranquilo —lo acomoda de nuevo—, no va a doler —lo agarra de la manito—. Disculpe, doctor, puede proseguir.

Nuevamente, hacen el intento de pegar el transductor al vientre de Jimin para verificar su útero y ver qué es lo que hay allí. No estaban equivocados, había dos bebés creciendo en su vientre, exactamente mellizos.

Jimin, de un momento a otro, cayó en tiempo y espacio, en donde ya se estaba dando cuenta de lo que realmente estaba pasando y que le estaban haciendo.

Miró al monitor y lo que vio allí le estrujó el corazón; pensó que estaba recordando lo de todos los años, el fatídico día de la muerte de sus cachorros.

—Alfa, ¿qué pasa? —mirando a Jungkook con los ojos cristalinos—, son bebés, ¿no? ¿Son míos? Tengo dos bebés, ¿verdad? —comenzó a llorar.

—Sí, Mimi, estás embarazado nuevamente, son nuestros bebés, serán mellizos —se permitió llorar de felicidad—. Hubo un milagro en Navidad, mi amor —lo abraza poniendo su cabeza en el pecho del omega.

—La madre Luna nos regaló dos bebés, alfa, tengo que cuidarlos mucho, son ellos, son London e Italia, quisieron tener hermanitos —llorando—. Quiero proteger mi pancita con la vida, cuidarlos y amarlos tanto, tanto que duela. Gracias, Alfa, por este regalo de Navidad.

Ellos estaban en su burbuja y el doctor Müller los dejó disfrutar de esta gran noticia, que les había devuelto el brillo a sus días.

—Jimin, soy tu doctor, ¡felicidades a ambos! —sonríe—. Quiero decirles que los bebés están creciendo muy bien en bolsitas distintas; son mellizos y seguramente podrían ser dos niñas, dos niños o niño y niña. Eso lo sabremos en dos meses más, ya que ahora mismo tienen exactamente 8 semanas. Debes cuidarte mucho, ya que es la primera vez que en Suiza hay un caso como el tuyo. Normalmente, el cuerpo del omega no está diseñado para embarazos múltiples, aunque se hayan dado antes.

—¿Eso puede tener alguna repercusión, doctor? Quiero cuidar a mi omega y que el embarazo vaya bien. —Jungkook miraba al doctor—. ¿Podemos regresar a Zermatt?

—Podría tener un embarazo más corto de lo habitual. Como también tener uno alfa y otro omega, en el cual uno de los dos podría verse afectado, ya que uno puede nacer en 4 meses, mientras que el otro debe llegar a 6 meses para nacer. Pero todo marcha muy bien y seguramente los dos son de la misma casta. Si no tuvieras algunos síntomas que detecten posibilidades de ser diferentes —piensa—. Sí, pueden irse a Zermatt, pero quiero verlo cada 15 días, a ver cómo va todo, ¿ok?

—Estoy un poco preocupado, yo no los quiero perder, ya están aquí y los amo, doctor, no permitas que se me vayan también —puchero—. Soy una mamá que perdió a sus hijos.

—Mimi, Mimi, tranquilo amor, eso no va a volver a pasar, te lo prometo. Yo por ustedes voy a dar la vida, no dejaré que les pase nada, no pienses esas cosas, por favor —abrazándolo.

—Hey, Jimin, soy tu doctor y yo te prometo que esos bebés los traeré al mundo saludables y con mucha energía para darle felicidad a mamá, ¿ok? Ánimos, Omega, sé feliz —sonríe muy amable.

Jimin y Jungkook, con sus miedos, recuerdos y un pasado triste, decidieron que iban a comenzar a disfrutar desde ahora del embarazo y de cada detalle, entre risas y planificaciones, porque son los bebés más deseados del mundo.

La noticia del embarazo de Jimin les cambió la vida en todo sentido a los Jeon. Después de la pérdida de London e Italia, la llegada de los mellizos es una oportunidad para renovar la alegría en la familia.

Ellos pasaron por una etapa compleja, reconocieron y se apoyaron en el proceso de duelo, se tomaron el tiempo, tomaron tratamiento psicológico. Es natural que el duelo haya sido complicado y que evolucionara, con momentos de calma y otros de dolor intenso.

Ahora están celebrando la llegada de los nuevos miembros de la familia. Mientras que sus hijos mayores siguen teniendo su identidad, sus nombres y sus lugares en la familia.

Son sus cachorros arcoíris, un rayo de luz y esperanza.

Los días pasaban con entusiasmo y regocijo.

El omega Jeon lleva muy bien su embarazo, se le nota mucho su pancita y está ya en sus 16 semanas de embarazo, por lo que fueron a Ginebra para conocer hoy el sexo de los mellizos y a qué casta pertenecen. Están ambos muy felices y ansiosos por saber.

Más tarde, supieron que estaba el embarazo marchando bien.

Su casta: son alfas los cachorros.

Sexo: Niño y niña.

Jungkook y Jimin no podían parar de llorar; estaban felices, sus cachorros arcoíris estaban ya grandes y en poco tiempo ya los tendrían en brazos.

Aprovecharon de hacer una pequeña reunión familiar y revelaron el sexo de los bebés en casa de los padres del alfa, mientras que los del omega celebraban por videollamada.

También escogieron los nombres y seguimos con nombres de países/ciudades, parte 2; les presento a:

Paris & Milán

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Los mellizos nacieron demasiado rápido, más de lo que Jimin y Jungkook esperaban. Eran alfitas; su tiempo de desarrollarse es más corto, así que los recibieron a finales de febrero.

Después de llorar y aceptar la pérdida de sus cachorros, los Jeon pudieron decidir dar la bienvenida a sus cachorros arcoíris, y con toda sinceridad ha sido algo curativo.

Ya existen las estaciones del año, ya esperan las Navidades para celebrarlas con sus mellizos, los días festivos volvieron a tener sentido y eso era todo lo que estaba bien.

Y cuando llegó diciembre, ya Jimin tenía su casa decorada para la primera Navidad de París y Milán. Tenía a ambos en el centro del hall de la casa, acostados en una frazada calientita, y les decía mientras les daba besos en sus naricitas.

—Hoy habrá muchos regalitos en su primera Navidad, llenos de nuestro amor; son nuestros pequeños milagros. Disfruten la magia de la Navidad, mis amores.

Jimin y Jungkook iban a enseñar a ponerle velitas a sus hermanitos el día de Navidad, pero también a disfrutar estas fiestas, que son las más lindas del año y más en Zermatt.

Esto nos hace reflexionar sobre el proceso de duelo tras la pérdida de un hijo y sobre la necesidad de reparar la soledad demoledora que llega ante una circunstancia vital así.

Nunca olvides que existe un mañana y que el sol vuelve a brillar.

FIN

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FELIZ NAVIDAD, FELICES FIESTAS, FELIZ AÑO NUEVO 2025 Y FELIZ COMIENZO DE ETAPA.

Mi experiencia escribiendo este OneShot:

Como siempre, llevo una mochila llena de letras para escribir, pero también una varita mágica para adoptar ciertos temas de la vida real para volverlos reflexión. Así que puedo decir que mi reto #6 y final de este año 2024 fue de aprendizaje y reflexión. Muchas veces no nos podemos a pensar en lo que conlleva perder un hijo y que uno nunca se prepara, porque estamos diseñados para irnos a morar nosotros primero, antes que ellos. Pero la vida se trata de nacer, vivir y morir, por más cruel que se lea. VIVE AL MÁXIMO, nunca sabemos dónde estaremos mañana.

Los quiero, gracias por leer.

Joan❤

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