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Prólogo: The Last Of Us

El viento soplaba con fuerza, haciendo un ruido fuerte, como si la Diosa Artemisa soplara con toda su fuerza, haciendo que los cabellos teñidos de rosa se alborotaran en todas direcciones, mientras que los copos de nieve danzaban en el rumbo que soplaba el viento, pareciendo una coreografía no sincronizada, mientras el sol y sus rayos se encontraban ocultos detrás de las enormes y espesas nubes grisáceas. Los copos de nieve y el viento eran los protagonistas de la escena.

Un suspiro se escapó de entre los carnosos labios, y el aliento salió como humo pálido que se mantuvo unos segundos en el aire antes de desaparecer. El frío era tal que incluso el río Nakdong, el más grande y que recorría casi toda Corea del Sur, se había cristalizado.

Sin embargo, él se encontraba allí afuera, esperando a que su amigo saliera de la casa para volver juntos, algo que Jungkook había propuesto y él, como idiota, había aceptado sin siquiera dudar. Tal vez en el trayecto de la escuela hasta allí, el frío había hecho el trabajo de congelar sus neuronas; esa sería la única explicación para no haberse detenido dos segundos a pensar y haber aceptado esa estupidez.

—Ahg... Odio esperarlo cuando hace tanto frío... —Se quejó acomodando su chaqueta y abrazándose a sí mismo en un intento por mantener el calor corporal —Vamos... Jungkook... Apresúrate.

Ya se estaba tardando demasiado; su cuerpo había comenzado a tiritar. El calor se escapaba rápidamente.

Cuando estaba a punto de entrar, Jungkook salió, con varias películas en mano y un semblante sonriente con ojos emocionados que desprendían un brillo inusual, como si una pequeña galaxia estuviera en ellos.

Jimin no pudo evitar soltar una pequeña carcajada al verlo, tapando ese gesto con una mano, aunque ya era demasiado tarde, la acción ya estaba realizada.

El castaño sabía lo que significaba esa risa, y no le gustaba la frase que seguía.

—No se te ocurra decirlo —señaló con el dedo medio, en forma acusatoria, inclinando la cabeza hacia un lado, haciendo que sus cabellos ondulados y algo largos también se movieran.

—Sí, sí. Lo que digas, tan solo espero que esas películas sean las mejores del mundo. O no entiendo por qué te tardaste casi media hora.

Jungkook juntó las manos y se inclinó unos centímetros haciendo una reverencia burlona.

—¡Lo siento, su excelencia! —Se burló sin descaro, ocultándose detrás de una inocente broma, algo común en él —Tardé porque estaba buscando esto.

Mostró una foto de su cumpleaños, hace un año atrás, donde ambos estaban abriendo regalos de los invitados. Ese año no había sido nada fácil para él, ya que ese mismo día sus padres lo habían dejado, pensando que los Park podrían denunciarlos por violencia intrafamiliar. Así que, era mejor dejar los problemas atrás... Y él era ese "problema".

—Lo siento... —Se disculpó abrazando con fuerza al menor, haciendo esfuerzos para no llorar, aunque cada uno lo hacía por razones diferentes —Sabes que siempre te consideré un hermano menor para mí, y ahora lo eres.

Jungkook inhaló con fuerza para contener los mocos que intentaban escaparse de su nariz, ocultando su rostro lleno de lágrimas en el hombro de su amigo.

—Sí, lo sé.

Aunque sonara mal, agradecía eso porque sus padres no eran nada más que unos abusivos, y al abandonarlo lo habían dejado con personas que él consideraba verdadera familia... Aun así, ese tema tocaba una fibra sensible.

—Bueno, da igual —dijo separándose finalmente y limpiando los rastros de lágrimas que aún quedaban —Hoy es día de películas, dejemos el drama para otro día —sonrió nuevamente.

Jimin asintió.

—Pues vamos —concluyó.

Al llegar a la casa, ambos se quitaron los abrigos y los zapatos, colocándolos en el lugar correspondiente.

Jimin se dirigió a la cocina en busca de palomitas mientras Jungkook se apresuró a preparar todo para elegir la primera película que verían ese día.

Cuando volvió con las palomitas en la mano, vio que Jungkook ya se había sentado en el suelo con su espalda apoyada en el enorme sillón que ocupaba gran parte del espacio en la sala. Este último le hizo un lugar y ambos se acomodaron para dar comienzo a la maratón que comenzaba a media tarde y terminaba cuando ambos se quedaban dormidos.

Y así pasó; ambos cayeron profundamente en los brazos de Morfeo poco después de comenzar su maratón. Sin embargo, Jimin se despertó sobresaltado al escuchar un extraño sonido que parecía volverse más fuerte cada segundo.

Un bostezo involuntario humedeció sus ojos, y los restregó suavemente para limpiarlos. Luego enfocó su vista en el enorme cartel rojo que aparecía en la televisión frente a él, de la cual no dejaba de salir un sonido molesto y grave para los oídos.

—¿Qué...? —Se preguntó entrecerrando los ojos para enfocar mejor la vista y leer el cartel que se proyectaba en la televisión: "Ciudadanos de la República de Corea, favor de permanecer en sus casas. Esto no es un simulacro".

Los ojos se abrieron como platos al leer eso. ¿Estaba soñando? No, no era posible; sabía que en los sueños se perdía la capacidad de leer.

—Qu-qué... —tartamudeó sin llegar a comprender lo que estaba sucediendo —Jungkook...

Comenzó a mover a su joven amigo, quien estaba dormido, pero finalmente despertó después de unos segundos de quejas.

Llevó un par de dedos a los ojos y los restregó con algo de fuerza para sacar las

molestas lágrimas que estaban en sus ojos.

—¿Qué quieres...? Déjame dormir.

—Mira lo que dice en la televisión y dime que no estoy loco —señaló el televisor mientras su dedo índice temblaba de terror.

En tan solo un segundo, el rostro de temor de Jimin pareció haberse contagiado y pasado a Jungkook.

—¿Acaso eso significa que...?

—Estamos en guerra —finalizó el mayor.

De pronto, el sonido se detuvo y el presidente apareció en pantalla. Su rostro parecía lúgubre y frío, con los ojos enrojecidos y abiertos de par en par mientras su cuerpo temblaba como una hoja en una tormenta.

Eso no era una buena señal.

—Como presidente, debo informarles que Corea del Sur se encuentra en estado de emergencia debido a una enfermedad altamente contagiosa y peligrosa. Se desconoce su origen, pero se especula que la primera víctima fue un residente de Busan. Los síntomas incluyen agresividad y falta de razonamiento. He ordenado el despliegue de militares en todas las provincias para establecer refugios seguros con personal médico. Deben evacuar a estos refugios asignados y seguir las instrucciones de los oficiales. En breve, se mostrará un mapa con las ubicaciones en sus dispositivos móviles. Mantengan la calma y lleven suministros para el viaje. Están bajo nuestra protección.

Al finalizar el discurso, un mapa se dibujó en la pantalla, indicando el lugar predeterminado como refugio en cada una de las provincias.

Ambos se miraron mutuamente sin decir palabra alguna; no podían creer lo que estaba sucediendo.

¿Una infección contagiosa y altamente peligrosa, personas erráticas y agresivas...? ¿Qué demonios significaba eso...? ¿Acaso se habían olvidado la película que pusieron y estaban viendo una jodida película de zombies...? Eso no podía ser posible; no estaba sucediendo...

¡Hola! Espero se encuentren bien.

Al fin publiqué el primer capítulo re hecho de esta historia que amo tanto, pero de la cual me daba algo de vergüenza por la mala redacción, ortografía etc... Por eso decidí volver a hacerla. Si leyeron la historia vieja sabrán que el capítulo original no era así, era más emocionante, sin embargo creo que este es mejor.

Espero les guste esta versión tanto como la vieja.

Cuídense.

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