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Capítulo 3: Huida

El cuerpo de Jimin se paralizó, su corazón comenzó a latir rápidamente que pensó que de iba a salir de su pecho, la adrenalina recorrió cada parte de su cuerpo en tan sólo segundos, sus instintos le decía que huyera lo más rápido y lejos posible de esa amenaza, pero el miedo se lo impedía. Así que se mantuvo ahí mismo, con los ojos abiertos de par en par que daban la sensación de estar a punto de salirse de sus cuencas.

Derrepente todo comenzó a pasar de forma más lenta, como si de una escena de slow motion se tratase. Podía ver como, poco a poco el hombre se abalanzaba sobre él; con la boca abierta que hasta le era posible mirar dentro de esta, pedazos de carne yacían atascado en sus muelas y algunas encías. Seguramente se trataba de pedazos de carne que le habían sido arrancado a personas que habían tenido la mala suerte de habérselo cruzado, y ahora él sería su próxima víctima. El bulto de carne que eran los ojos se mantenían firmes como dos rocas, con la vista hacia el frente, incapaz de ver hacia cualquier otra dirección. Las manos estaban carentes de uñas, podía verse la carne al descubierto, en consecuencia la sangre que caía bañaba los dedos y parte de las manos de un rojo vivo, estas intentaban tomarlo mientras que de su boca salían sonidos demasiado finos, que hacía que los oídos le pitaran, sin embargo más que molesto eran horribles que le hacían helar la sangre.

Cerró los ojos ahora húmedos y lleno de lágrimas, deseando que eso fuera solo una horrenda pesadilla, que no fuera más que una consecuencia de las películas de terror que había visto hace unos minutos... Eso no podía ser real, no podía estar pasando.

¿Cómo podía ser posible que tan sólo minutos todo se volviera un infierno?, ¿¡Cómo siquiera algo así podría ser posible, cómo podría estar pasando!? Siquiera en sus peores pesadilla, ni en los más remotos una cosa así habría sido posible... No podía ser real, no debía serlo... Era imposible...

—¡Jimin! —gritó una voz  profunda detrás suya.

Eso lo asustó e hizo que abriera los ojos, viendo nada más que una mano roja a centímetros de su cara, a punto de tomarlo.

Sintió como su corazón dejó de latir por unos segundos y un escalofrío recorrío todo su cuerpo. Como si la misma muerte le diera un último abrazo antes de su final.

¿Acaso esa sería lo último que vería? Una mano ensangrentada y horrible... Acompañado de una muerte aún peor... Sí, seguramente esa sería su muerte... Una patética y sin importancia... No era más que un chico de secundaria, ¿Qué más podía pedir?, ¿Una muerte digna? No, eran reservadas para gente especial, como policías, bomberos y personas importantes... Bueno al menos, si su muerte hacía que al menos Jungkook pudiera salvarse, estaría satisfecho...

Siquiera podría comprender nada de lo que estaba sucediendo, pero estaba pasando... Y sin más, ese sería su final.

«Perdón, Jungkook mi muerte seguramente te traerá pesadillas, pero es mejor eso a morir de forma tan horrible como me está por pasar a mí. Se supone que cuando te llega la hora ves tus recuerdos pasar en tan solo segundos... Por lo visto, no es más que una vil mentira. », pensó para sí mismo suspirando de forma lenta y suave, relajando los hombros.

De pronto pudo sentir algo tomarlo con fuerza de su ropa y jalarlo hacia atrás, logrando moverlo lo suficiente para no ser alcanzado. En consecuencia Jimin tropezó con el pequeño escalón que se encontraba detrás suyo, no obstante fue tomado con fuerza por los hombros. Su cabeza se giró de forma instintiva, viendo el rostro de su padre, el cual se encontraba con un par de rasguños y heridas en la mejilla acompañado de pequeñas gotas de sangre y con el cabello azabache parcialmente teñido de carmín.

—¡Qué haces!, vamos muévete —gritó su padre, que fruncia el ceño mientras que sus  ojos rasgados reflejaban rabia y preocupación por su amado hijo.

Entrelazó ambas manos y pudo notar como la de su padre temblaba, sin embargo el agarré era fuerte, y así comenzó a correr, obligándo a su cuerpo a moverse del lugar, guiandolo por la casa hasta el garaje. Jungkook se encontraba a un par de pasos delante de ellos, este último corría con las tres mochilas detrás de su espalda, pero con un paso firme.

Detrás suyo podía oírse los gritos y alaridos de aquel hombre que le helaban la sangre cada vez que alcanzaban sus oídos.

Los pies iban lo más rápido que podían, aun así parecía haberse convertido en un bucle infinito, cuando pensaban estar más cerca de su destino volvían al inicio, pero no dejaron de correr.

Pasaron por toda la casa, llegando por fin al garaje. El cual no tenía vehículo alguno, ya que el padre era quien se lo había llevado horas antes para hacer las compras.

Este último jaló a Jimin con fuerza hacia adentro de tal forma que este último sintió como su hombro estuvo apunto de salirse de lugar. Apenas y entraron, el mayor se apresuró a colocarse detrás de la puerta estirando sus brazos y manos lo las posible mientras hacía peso y a empujaba en dirección contraria para que la puerta no fuera abierto.

Jimin y Jungkook se quedaron parados, nerviosos, sin saber que hacer.

—Abran la puerta del garaje —ordenó a ambos viendo detrás se su hombro con su ceño aún fruncido —. Salga, yo cerrare la puerta apenas estén afuera, esperaré hasta que casi esté cerrada del todo para correr.

—¡P-pero...! —exclamó Jimin preocupado por las instrucciones que le había pedido, cerrando el puño con fuerza debido a la ira e impotencia.

De pronto comenzaron a escucharse chillidos salir de detrás de la puerta acompañado por golpes que hacían retumbar el suelo debajo de los pies.

—¡No digas nada y sal!

Ambos quedaron estáticos por unos segundos, sin embargo Jungkook tomó las manos de Jimin y lo miró a los ojos, esos que esbozaban fortaleza y constancia estaban vidriosos, igual que los suyos. En cambio su actitud parecía inmueble.

El castaño asintió tomando con más fuerza las manos de su amigo y éste le sonrió en consecuencia pudiendo sentir como le quería dar ánimos y fuerza, aunque las palabras no salían de la boca.

—Abre —dijo, viendo a los ojos a su padre con una actitud cambiada, tomando dos de las mochilas que traía en la espalda Jungkook.

El azabache cambió de posición, ahora su espalda estaba contra la puerta haciendo peso, en un rápido movimiento metió su mano en el bolsillo trasero de el pantalón y sacó el control del garaje y apretó el botón.

La puerta comenzó a abrirse lentamente dejando ver lo que estaba pasando afuera.

Otro capitulo nuevo, espero les gusto y les haya quedado picando lo que está pasando afuera.

¿Qué creen que le pasó al papá de Jimin y por qué está así?

¿Qué creen que esté pasando afuera?

Cuídense mucho.

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