Las promesas susurradas, las noches que nos quedábamos despiertos.
Espero que los recuerdes hoy.
No lo olvides.
Por favor no me olvides.
No nos olvides.
No olvides todo sobre mi.

Después de lo ocurrido aquel día no pude volver ahí, temía volver a encontrarte y yo... Yo no quería arruinar tu vida, sabía que ahora eras feliz, sabía que a pesar de haberme olvidado tu si habías sido feliz y yo, simplemente no quería arruinar esa felicidad.

Una semana exactamente había pasado desde aquel día, y por fin me arme de valor para ir a aquella cafetería, aquella cafetería donde pasábamos juntos cada mañana, comiendo panecillos y tomando café.

Tomé asiento en nuestra mesa. Desde que tu te habías ido, siempre pedía esa mesa, era especial para mí, demasiado.

Después de pedir el panecillo que tanto te gustaba y pedir un café americano para mí, me concentre en el panecillo, observe el dibujo en el y sonreí, sonreir al ver aquel dibujito que tanto te gustaba.

Kumamon se encontraba dibujado en el centro del panecillo y yo solo podía recordar lo feliz que te ponías al ver aquel dibujito. Tu sonrisa y tu risa resonaban en mis recuerdos, y una risita escapo de mis labios al recordar aquel día cuando fuimos a una feria y ahí estaba una botarga de kumamon. Aún recuerdo tus gritos y tu sonrisa cuando corriste como niño pequeño a abrazar a aquella botarga.

Estaba tan perdido en mis recuerdos que no note cuando alguien tomó asiento frente a mi, hasta que esa persona tomo el panecillo, haciéndome levantar la vista.

—Kumamon —dijiste con una sonrisa en tu rostro y después me miraste—. A mi también me gusta mucho este monito.

Las palabras no salían de mis labios y simplemente te observe, aún en shock al verte sentado frente a mi.

—Yo Uh.. realmente no soy fanatico de kumamon —tu mirada mostró cierta diversión.

—¿No?

—No —negué levemente—. Realmente a quien le gustaba kumamon era mi novio, él realmente era fanático.

Apunte hacia el pastelillo y pude ver cómo tú mirada se tornaba sería al igual que tu rostro.

—Oh, ya veo —asentiste y volviste a mirarme —¿Y tu novio?

—Bueno, el mm, el no esta aqui —baje mi vista y pase saliva.

—Cuentame de él —levante mi visita de golpe y te mire con los ojos muy abiertos—. Oh, es decir, si tu quieres —rascaste tu nuca nervioso—. Yo, se que no nos conocemos pero bueno... Yo simplemente no se que me sucede, hay algo en tu, que... Lamento si te incomode.

—El era muy serio —dije después de varios minutos—. Pero conmigo era diferente, conmigo era el mismo. Su sonrisa, sus ojos, sus labios —te mire mientras tú mirada se volvía una tormenta como aquel día —. Todo el era hermoso, yo... Yo realmente lo amaba. Aun recuerdo las promesas que nos hicimos. Aquella promesa de estar siempre juntos, de casarnos, la promesa de nunca olvidarnos del otro si por algún motivo se interponga la distancia... —te mire directamente a los ojos y tu solo apartaste la mirada —Aun recuerdo las noches estrelladas cuando nos quedábamos recostados en el pasto frente a casa observando las estrellas, o las ocasiones el las que nos recostabamos en nuestra cama y nos quedábamos abrazados, conversando y bromeando, terminando en un enredo de cuerpos, besos y caricias. Pero eso... eso no podra ser nunca más. Ahora sólo quedan recuerdos. —no sabía descifrar tu mirada, había tantas emociones entremezcladas en ella que no logré comprenderla. Te pusiste de pie de manera torpe, me miraste por última vez y te alejaste sin decir una palabra.

Observé tu figura alejándose de mi y simplemente volví a mirar aquel panecillo que se encontraba frente donde habías estado sentado.

Las promesas susurradas, las noches que nos quedábamos despiertos.
Espero que los recuerdes hoy.

~Solo espero que mis palabras hayan hecho que algunos de tus recuerdos volvieran, sólo espero que me recuerdes~

✿Kim☆Palomita✿