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9.

ENTRE EL CIELO Y EL SUELO
Puede que se vea bien en el exterior, pero necesita tiempo para sanar.

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Sumamente avergonzada se cubrió con las sabanas manchadas y comenzó a caminar lentamente decidida a no mostrar su dolor.
No podría mostrar su debilidad ante nadie ahora menos que nunca, debía mostrarse fuerte.
Escuchó la puerta cerrarse y entonces se desmorono por completo...

Esa noche la pasaría sola, Zuko se había marchando y nisiquiera le había dado una explicación.
¿Tan mal había estado? El no dijo absolutamente nada...

Suspiros de tristeza y de nevios salían de su boca, al mirar la traslucida noche. Su corazón latía aceleradamente, y escuchaba sus pies descalzos golpear el frío suelo de la habitación.
Semidesnuda se colocó frente a el bello ventanal: miraba la luna con un toque de desilusión en sus azulados ojos. El pecho le dolía y no tenía forma de desahogar el frustrante sentimiento que la acompañaba cada vez mas seguido.
¿Como había terminado siendo tan patética? Sintiéndose peor que una camisa que al principio es la favorita pero que luego se vuelve aburrida y gastada...

¡Por que no pudo escuchar a su subconsciente cuando este le advirtió del peligro de involucrarse con un tipo como el!.
No, en ese momento ella solo podía pensar en lo atractivo que el se veia, en el modo tan amable que le había tratado. Se habia dejado llevar, por esos ojos ambar, afilados e inquietantes, tan poderosos que eran capaz de convertirla en su esclava...

Con gran furia lanzó uno de sus zapatos en contra de su espejo de cuerpo completo que adornaba la habitación y sin pena lo destruyó.
«¡Maldita sea, maldita sea, maldita!»
El eco de su propia ira dejo a su subconsciente prácticamente sordo. Lo odiaba, odiaba su vida, odiaba a su destino y también su pasado.
De rodillas suspiró luego de tranquilizar un poco su cuerpo. Caminó hasta su cama y allí suspiró dejando caer la cabeza sobre la suave almohada. Debía superarlo, dejar todo atras, debía aceptarlo, no podía hacer nada.

-¡Ya no mas! Esto no va a volver a ocurrir, no volverá a ponerme un dedo encima, no volvera a hacerme sentir como una basura! no volvera a hacerme llorar- derramó las ultimas lágrimas estaba decidida a todo por defender su dignidad, pelearía por su honor sin importarle nada. Ella no era ninguna maldita esclava.

(...)

Era de amanecer en La nacion del fuego y como si de un Flashback se tratara Katara abrió los ojos.
Una habitación extraña aparecio en su campo de visión, iluminada por los primeros rayos de luz del sol...

Su cuerpo estába unido al de el pelinegro, en un abrazo, sus piernas unidas con las de el. ¿Cuando había regresado a su habitación? Debajo de la sabana, su cabeza sobre el masculino pecho arrullandose con su tranquila respiración, logrando escuchar los fuertes latidos de su corazón resonando en su cabeza...

¿Como se atrevía ese maldito a tocarla después de la humillación de anoche? Katara intentó moverse pero este no la saltaba, hasta que con un sólo movimiento, el chico se removió en la cama. Una vez mas ella intentó levantarse, volteó a su derecha solo para encontrar un cuerpo medió tapado. Al instante se sonrojo pues esa era la primera vez que miraba su espalda desnuda.

El Joven se movia de un lado para otro y suspiraba una y otra vez como si estiviera de verdad agotado.
Intrigada la morena observaba el varonil cuerpo, de su acompañante. "¡Mmm!" fue lo primero que escuchó salir de sus labios.
Katara apenas y asimilaba aquella situación. Fue alli que al fin que las miradas se encontraron.

-¿Que haces aquí? ¡Largate!- exigió ella levantandose inmediatamente, dejando que el muchacho mirara por solo un instante su delgada y desnuda figura, antes de cubrirse con la sabana blanca.

-¿Que estas diciendo?- apenas pudo formular, mientras la miraba como un tonto.

-¡Deja de mirarme asi y vete!- exigió ella avergonzada, mientras que el desviada la mirada sonrojado.
-¡Vete de una buena vez!- lo miró desde la puerta del armario mientras se colocaba una delicada bata.

-Esta tambien es mi habitacion- dijo sin remordimiento, acomodándose en la cama y fijando su mirada descaramente en el cuerpo de la morena. Ese cuerpo que había sido suyo la noche anterior. -No deberias sentir vergüenza de que te vea, digo no es como si no te hubiera visto todo anoche querida esposa- ni siquiera supo de donde saco el valor de hablarle asi.

-¡Desgraciado!- Súper roja la chica intento esconder lo apenada que se sentía en ese instanta e hizo algo había querido hacer desde que lo conoció; Tiró al suelo un enorme florero y con el agua de este, golpeó a Zuko, congelando sus piernas a la cama. -Puedes quedarte si tanto te gusta la habitación. ¡Disfrutala querido esposo!...

-¿Que es lo que te pasa?- le gritó muy enojado.

Katara salió de la habitación triunfante, sin embargo era mera apariencia ya que enserio se sentía muy humillada...

-¡Señora Katara, buenos días!- dijo Leea quien al parecer ya le llevaba el desayuno a la pareja recién casada.

-¡Leea!- Habló apresurada. -Oye por que no me preparas el baño en mi antigua habitación, mi querido esposo esta muy dormido y lo quiero dejar descansar mas...

-claro mi señora, sus deseos son mis ordenes- asintió para después adelantarse hasta la antigua habitación de la muchacha.

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La suave brisa movía su castaña cabellera, su pequeño rostro carecía de emoción en ese momento y su mirada se perdía a traves del inmenso mar que sería compañia de su familia por largo tiempo...

«Apenas y dijeron adios» pensó con dolor, al mirar el buque a lo lejos.
Solo habían podido estar presentes en su maldita boda y nada mas...

Echó para atras la cabeza y por breves segundos maldijo mientras miraba al cielo. Eran casi las 10 de la mañana y su familia de nuevo la había abandonado.
No podía esperar mas asi que desanimada comenzó a caminar de regreso al palacio.
No podía ni respirar sin que la siguieran! 2 guardias y Leea quienes la acompañaban a cualquier parte! Segun ellos como protección, pero ella era capaz de cuidarse sola.)
Ser parte de la realeza la estaba volviendo completamente loca.
Gracias al cielo no había tenido que hablar con Zuko en toda la mañana, asi que al menos estaba tranquila.

-¿Mi señora quiere algo de te?- preguntó Leea con una sonrisa.

-Por ahora solo quiero descansar y...

-No puedes decir que no al te- de la nada, un atractivo hombre le tapó el paso. -Se rumora que mi talento con el te es magnífico maestra Katara. El viejo me a enseñado mucho. ¿Vienes a probar?- Dijo Jet ofreciéndole su brazo.
Sin dudarlo Katara aceptó con gustó y lo siguió hasta la sala privada del tío.
-Algo dulce para una bella y melancólica dama- con cariño le ofreció un delicioso dango.

-No gracias- dijo con tajante cortesía.

-Lo dulce suele alegrar a un corazón lleno de tristeza -
Con una sonrisa el hombre le entregó un dango con los colores rosa, blanco y verde.
Luego con gran cortesía Jet la acompañó y tomó asiento junto a la joven mientras la observaba degustar el dango.
No era común ver a alguien como ella que parecía tan silvestre, pero a la vez refinada. -¿Esta todo bien Katara?- preguntó. Pero no recibió respuesta ya que ella parecía hipnotizada.
Definitivamente la joven no se parecía a nada que el hubiese visto antes.
Las mujeres de su nación eran bellas pero la mujer frente a el estaba en otro nivel. -¿Te esta gustando el dango?- insistió y entonces por primera vez le prestó su intención al hombre que estaba mirándola fijamente.

-Jet- apretó los labios antes de volver a hablar-¿Como es lady Mei?.

-¿Mei?- fue una sorpresa que preguntara algo como eso, asi que por unos segundos Jet se quedo desorbitado. -Mei. Ella es, Bueno la gente de la nación del fuego la compara con la flor de la maleza: "Si la miras detenidamente, es bonita
Si la miras mucho tiempo,
es adorable- los ojos de Katara se quedaron por un momento fijos sobre sus delgadas manos, pensativa, con el ceño fruncido y una incognita en la cabeza, eso hasta que Jet colocó la mano sobre su cabeza.
-Es bella pero no deja de ser una simple y fría flor. Katara recuerda que aunque el cielo y el mar estén muy lejos, de todas maneras pueden estar juntos...

La morena se sorprendió un poco y luego sonrió con dulzura, aquellas palabras habían sido muy amables y tiernas. -¡Gracias!

-¡MIERDA!- se tocó la cabeza con algo de confusión. -¿De donde salió eso? Creo que el viejo me esta pegando lo sentimental. Mejor Tomamos el te querida.

(...)

Como era de esperarse, la pareja de recién casados tendría su luna de miel, sin embargo el señor del fuego nunca daba un paso sin sacar provecho. Cualquiera pensaría que los enviaría a la paradisiaca Isla Ambar, pero no...

El astuto hombre los envió nada mas y nada menos que al reino Tierra, para ser exactos a Ba sing se, donde se celebraria la fantástica fiesta de cumpleaños del rey tierra.
Un personaje al que Ozai consideraba demasiado desagradable y vulgar.
Asi que para escapar de la responsabilida envió a su querido hijo como representante, alegando que
en Ba Sing Se tenían una variedad de actividades recreativas disponibles, incluyendo spas, casas de poesía, tiendas, restaurantes, y un zoológico, algo perfecto para un par de recién casados.

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El Viaje habia sido agotador y durante todo ese tiempo Zuko apenas y le dirigio una mirada a su esposa.
Estaba tan molesto por la forma tan infantil de actuar que ella tenía.
Lo habia dejado prácticamente encadenado a una cama y aún siendo un prodigioso maestro fuego le fue muy difícil poder escapar del poderoso hielo de la maestra agua.

¡Era una completa loca!

El transcurso para atravesar Ba sing se realizaba mediante largos monorrieles que funcionaban a base de Tierra Control, todo esto construido durante el reinado del Rey Tierra Yi Ming...

Todo era demasiado increible y se podia ver la emoción de su esposa mirando el paisaje como una niña pequeña...

Los monorrieles se detenían en grandes estaciones y para su sopresa eran libres para todos los habitantes, ya que tal medio de trasporte era capaz de reducir considerablemente los dos días que llevaría a viajar a pie de un extremo de la ciudad a la otra.

Como era de esperar al pretenecer a la realeza a ellos se les alojaría en el más rico de los tres sectores, el Sector Alto de la ciudad, que contenia a la clase alta de la población, así como militares y funcionarios gubernamentales. Los más importantes ciudadanos de la ciudad estaban allí y eran protegidos contra la actividad delictiva por la presencia de los Dai Li.
El Palacio Real estaba situado en el centro de este sector, dentro de sus propios muros y por supuesto a ellos les asignaron uns hermosa y lujosa casa.

Al llegar y durante esa mañana se limitaron a mirarse, desayunaron separados y apenas y se dirigíeron la palabra.
ella miraba un pergamino de agua control, mientras que el nadaba frenéticamente en la enorme piscina de la casa. Las mujeres que estaban encargadas de la limpieza miraban extrañadas el comportamiento de los recién casados.

Al cabo de las horas los ojos de la castaña no pudieron estar más tiempo abiertos, no había escuchado la voz de Zuko en todo el día, así que aprovechó y se acomodó en el sofá de la estancia principal.
«Si hay algo que quieras proteger, fortalécete. Debes ser fuerte para que puedas luchar por ello»
no sabía cuanto tiempo había pasado desde que cerró los ojos, sin embargo el recuerdo de su madre la hizo despertar.

Su corazón latía muy fuerte, notó un manto azul cubriendo su delgado cuerpo dándole calor, el leve movimiento del viento en las cortinas la hizo reaccionar. Estaba tendida en la cama de la habitación, parpadeo varias veces, recordado donde se había acostado en un principio.
Desconocia como había llegado del Sofá hasta la cama, tampoco habia solicitado ninguna manta a las señoras de la limpieza, es mas ellas ya habían terminado su hora de labores. «Zuko» Alarmada se levantó de la cama, la casa estaba muy obscura a esa hora. Sin embargo la luz de la luna era de gran ayuda.

Llegó hasta la zona de la piscina y fue allí que lo encontró, durmiendo en uno de los sillones. Sus ojos estaban cerrados, la luna iluminaba su rostro mostrando perfectamente su ceño fruncido y sus masculinas facciones lncluso dormido era todo un misterio, un hombre de verdad "Extraño".
La muchacha se acercó un poco y lo observó dormir. Estaba totalmente destapado, mientras que el sillon lucía un poco inclinado hacia atrás, seguro era incómodo dormir ahí, pero a el parecía no molestarle.
"¿Que clase de sujeto eres, tu?"
Tentada a cubrirlo, tomó la lijera sabana en sus manos.
Sin embargo optó por no hacerlo...

Tras un suspiro se levantó en silencio, solo para dirigirse al baño, el corazón le latía demasiado fuerte. Al entrar al enorme lugar, observo su aspecto en el espejo.
Su largo cabello caia en hondas por au espalda, tomo una toalla y la humedecio, quitando cualquier rastro de maquillaje corrido en sus ojos. "Una princesa debe lucir siempre perfecta" se dijo a si misma apesar de lucir pálida, pero no era para menos, habían sucedido muchas cosas últimamente, además no estaba acostumbrada a tanto calor y convivir con su esposo, no era nada sencillo.

Miro el anillo de oro blanco que adornaba su mano y suspiro.
Al salir cerró con delicadeza la puerta, el aire estaba algo frío, asi que de nuevo caminó hacia afuera, se acercó a Zuko quien continúba profundamente dormido.

Katara deseaba decirle que fuera a la cama, pues era bastante grande y a ella no le afectaba en nada compartirla con el. pero el lucia como un niño indefenso, dormido.
"Era realmente precioso". El recuerdo de los votos regresó a su mente, su gruesa voz diciendo una promesa, falsa. De nuevo observó él anillo en su mano izquierda, el sello de su unión era hermoso pero falso como toda su relación.

Mentira.

Su apasionado encuentro, su mano acariciandole la mejilla, su respiración mezclándose con la suya. Todo le dio vueltas en la cabeza, hasta que el recuerdo de el con Mei la invadió.

-Si la miras detenidamente,
es bonita- Pronunció ella sin dejar de mirar al príncipe.

Resignada decido dejar la cómoda cama y sentarse a su lado, sin embargo esta vez el sueño había desaparecido. Se dispuso a observar el cielo pero no logro apreciar nada en la oscuridad de la casa, aún era de madrugada.

Una vez mas miró a Zuko removerse en su lugar.
Desdé que llegaron a la casa no habían hablado más de diez minutos. Su falso esposo y ella solo habian hablado para pelear.
Pero siendo honesta ¿de que podian hablar? No conocia nada de él, pero para el, ella era una completa desconocida.

Con pesadez lo escuchó suspirar, miró de nuevo a la nada y recordo que siempre que los sirvientes del palacio hablaban de el, mencionaban su gran corazón.
Si su corazón era tan grande, significaba que el no era tan mala persona. Mas bien las circunstancias habian convertido sus vidas en una locura.
La castaña decidio usar la manta azul y cubrirse con esta, de reojo observa a Zuko y con Sumó cuidado lo cubrio también con la manta. Y sin más cerró los ojos.

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Un movimiento hizo que su cuerpo temblara, desconcertada abrió los ojos, pero la luz de la mañana la hizo cerrarlos de nuevo.
Katara parpadeo varias veces hasta que pudo acoplar sus ojos a la luz. Adormilada se acomodó en su asiento y observó a su lado.
Zuko la estaba mirando fijamente:
Ese extraño sentimiento la invadió de nuevo, el muchacho la miraba de una manera diferente, con curiosida por encontrala a su lado quizás.

-¿Por que dejaste la cama?- dijo con su ronca voz. Lucía espectacular, sus brillantes ojos, su perfecto cabello negro un poco despeinado.

-Iba a despertarte para que pudieras dormir en la cama, pero parecías mas cómodo durmiendo aqui- contestó ella rápidamente.

-¿Y por qué te quedaste aquí? Pensé que me odiabas-pregunto dudosamente.

-Lo hago, pero sinceramente, no tenía sueño y pensé que ibas a despertar y asi te reclamaría por atreverte a moverme. Pero como no lo hiciste decidí esperer así que cerré mis ojos un momento, pero supongo que igual que tu me quede dormida- Pronunció esto último en un susurro.

-Te vez horrible ¿te sientes bien?- sin permiso posó una de sus manos sobre la frente de la chica, quien inmediatamente se alejó.

-horrible estas tu- dijo indignada.
-debe ser por el calor de este lugar, no estoy acostumbrada a este clima- en realidad, no estaba acostumbrada a estar casada.

-¿desayunaste ya?- Katara no logró gesticular palabra alguna, sólo observo su mirada, sus labios gruesos, y sus perfectos dientes. -¡Katara!- su voz la sacó del trance.

-¡No me grites! Como voy a desayunar, es muy temprano genio- contestó de mala gana alejando la mirada.

-Yo...creo que necesitamos comer. Si te soy sincero la cena no fue muy apetitosa- una discreta sonrisa se hizo presente en sus labios, de un salto se puso de pie, indicándole a la chica que lo siguiera.

El destino, la cosina y como si de un experto se tratara comenzó a preparar el desayuno, incluso cuando Leea y las demás sirvientas se negaron a dejarlo alegando que el era un Príncipe.

-Deberias dejar que Leea haga su trabajo- hablo Katara con las manos en la cintura.

-Cierra la boca, en cuanto termine esto ella podra hacer lo demas. Pon atención tienes que prestar siempre mucha atención al arroz. Un arroz digno debe quedar muy esponjoso, si no es asi entonces no debes comerlo- la chica miraba atenta, el olor era delicioso, y todo lo que el estaba haciendo tenía muy buena pinta y es que la verdad era que en la cosina ella era buena, pero el parecía estar en otro nivel.

Con esfuerzo, Leea lo logró sacar de la cosina. La pareja tomó cada uno su propia ducha y al terminar se sentaron en el enorme comedor a simplemente disfrutar.

-Prueba las brochetas- Katara se le quedó mirando con cara de tonta.
-Solo pruebalas, no te matare...

las brochetas estaban frente a ella y el parecía estar disfrutando tanto, que no pudo mas.
Comía como si de eso dependiera su vida. -¿Tu, por que sabes cocinar?- preguntó de lo mas relajada.

-Siendo exiliado tube que aprender. Jet y el tío solían ponerse melodramáticos cuando no los ayudaba.

-Jet y el tío- Sonrió -Ustedes, son muy cercanos ¿No?.

-En el pasado, lo éramos mucho mas, al principio eramos solo el tío y yo pero luego llegó Jet. Es un completo Imbécil, se metía en tantos problemas pero sabes, no cambiaría nada de esos días. Recupere mi honor, Jet se volvio el hijo bastardo del tío y encontramos un buen lugar. Es una lástima que debido a las obligaciones de todos, ya no nos vemos como a mi
me gustaría- su mirada se torno triste, así que Katara decidió no seguir.

-Comprendo- suspiró. -Algunas veces debes adaptarte a vivir de manera diferente.

-Siento haberme ido esa noche.

Katara de inmediato se sonrojó al recordar esa mencionada noche. -Yo te congele a la cama.

-¡Lo merecia!- dijo igual de sonrojado.

-Tienes razón fuiste un imbécil- lo insulto con satisfacción. -Sin embargo estoy decidida a todo por defender mi dignidad. Peleare por mi honor sin importar nada. No pienso dejarte el poder de hacer conmigo lo que quieras. Pongamos limites.

-Escucha, dejemos todo esto en el pasado. No intentaré nada mas contigo. Para mi seras intocable, es una promesa y no la romperé- sonaba tan convincente que ella apenas y pudo pronunciar algo. -Y por cierto tu tampoco intentes nada estúpido- Contestó el, con un gesto divertido en la cara.

-¿a que te refieres?

-No dejare que vuelvas a sobre pasarte conmigo, no me tocarás ni un pelo, recuerda tengamos limites.

Descarado.

-¿Que?. ¿Propasarme contigo? sigue soñando- gritó molesta y acalorada.
Se levantó de la silla con gran indignación.
Zuko apenas y podía contener la risa, pero lo peor paso cuando con elegancia la castaña regresó por su plato de comida.

Ella era todo un personaje.

CONTINUARÁ...


AL FIN ACTUALIZO.

COMO SIEMPRE ESPERANDO Y LES GUSTE MUCHO.

Por cierto me gustaría que apoyaran a Zutara, compartiendo esta petición.

https://www.change.org/p/make-zutara-and-taang-canon-in-the-netflix-live-action-avatar-the-last-airbender-series?redirect=false

BUENO

Sin mas me despido

Gracias leer y perdón por las faltas de ortografía si les gustó no olviden votar o comentar su opinio es importante❤❤

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