6.
AVE CAUTIVA.
Una sonrisa, blanca pero fría como una nieve.
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Katara se encontraba en la peor de las situaciones. Estaba cansada y con el corazón hecho trizas, mientras miraba como el enorme buque se preparaba para zarpar. Simplemente no quería resignarse a pasar la vida entera en una lujosa y fría prisión...
Todos parecían estar conformes con la vida, mientras ella simplemente quería gritar fuerte y no detenerse por nada, ni nadie...
Todo estaba pasando tan rápido que apenas y había sentido lo demás: su padre despiendola con una sonrisa, Sokka con rostro de preocupación y Gran-Gran llorando amargamente.
-Se siempre muy fuerte, dulce y piadosa Katara - dijo su abuela al despedirse con dolor de su amada y única nieta.
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El buque ya se había adentrado en el mar, el polo Sur era apenas visible desde lo lejos que se encontraba ya.
«Nunca existió un futuro para mi, solo un espejismo que no era mas que sueño de niños» Pensó aguantando las lágrimas...
La Katara real se negaba a aceptar aquella absurda explicación. Aquellas palabras eran una porquería, dos naciones había decidido en lugar de ella y lo peor era que se había quedado sin tiempo para cambiar algo.
-He muerto ahogada del dolor y ahora estoy en el infierno- pronunció en voz baja alzando la barbilla con un gesto testarudo.
-Todo va estar bien- dijo Iroh, quien había estado tras ella por largo rato. -Señorita Katara, ya sea que lo quieras, e incluso si no lo quieres, las cosas están destinadas a pasar. La gente lo llama destino- el anciano se había atrevido a acercarse a la chica tras ver el semblante desconcertado que esta mostraba.
-¡El destino es injusto, incluso para una mujer simple como yo, me esta demostrando que la libertad que pense tener no existía. Ahora veo que en adelanté tendré que enfrentarme a todo estando sola- la primera lagrima se derramó.
-¡Te doy mi promesa de que en la Nación del fuego encontraras un hogar calido y te aseguro que tendras a un tío, el cual velara por ti! - con una fina y confiada sonrisa acarició la cabeza de la chica.
-¡señor Iroh!- dijo con hilo de voz.
-Siempre estaré disponible para hablar señorita Katara...
Ella simplemente sonrió.
Pasó un día agradable con el anciano, conversaron sobre tradiciones, música, comida y te.
Iroh incluso cantó para ella una hermosa canción sobre las estaciones del año.
Luego simplemente la acompañó a lo que en sus palabras era su camarote, deseandole buenas noches...
-¡Buenas noches señorita Katara!
-¡Buenas noches!- se despidió con una sonrisa y miró al viejo caminar lejos del pasillo.
Katara dejó escapar un suspiro y después dejó caer la cabeza sobre la puerta. Se quitó los zapatos y amarró su largo cabello en una alta coleta, estaba apunto de entrar a su habitación cuando una extraña voz le habló.
-¡Buenas noches!- con suavidad volteó y observó un hombre blanco, alto y con abundante barba. -¡Oh disculpe si le asuste, bienvenida soy el comandante Tai y estoy a sus ordenes mi lady- dijo el amable hombre.
-¡Gracias, pero todavía no soy esposa del príncipe asi que dime solo
Katara- dijo haciendo una corta reverencia. Sin embargo la cara del comandante se puso rígida y su calida sonrisa se borró de inmediato.
-¿Que estas haciendo Katara?- Zuko se acercó con extrema autoridad y tomó el brazo de la chica discreta, pero bruscamente, alejandola del amable hombre. -Me parece que no es momento de una presentación - dijo el príncipe dirigiendo una mirada asesina a Tai.
-¡Disculpe mi señor!- y tras una reverencia dejó a solas a los prometidos.
-me estás lastimando- dijo la morena soltándose y observando sus ojos molestos. -¿Estas loco?
-La loca eres tu. ¿Que estabas haciendo con el comandante?- dijo furioso mirandola de cerca.
-Solo me estaba presentando con el amable señor que estaba...
Pero el muchacho no la dejo terminar y con poca delicadeza la pegó a la puerta.-eres una mujer exótica, resultas atractiva para los hombres y te puede suceder algo- con fuerza golpeó la pared de su costado derecho. -Te lo diré una vez, por que no creo que seas tan estúpida. Mantente cerca de Jet, de mi tío o de mi- dijo fríamente mirandola con desaprobación.
Sin contestar Katara se separó de el y se adentró a la habitación, sin embargo la privacidad duró muy poco al verlo entrar tras ella y cerrar la puerta.
-¿Que haces en mi habitación?- gritó Katara muy sorprendida.
-Vamos a ser esposos, asi que vete acostumbrando.
-¿estas bromeando?, no dormiré en tu cama- dijo bruscamente la morena.
-No quiero discutir, estoy cansado y creo que deberías saber que no me gusta que cuestiones mis decisiones- con cuidado comenzó a deshacerse de su armadura.
-Pues me niego, no dormiré contigo nunca- dijo nerviosa tras verlo tan tranquilo quitandose la ropa.
Zuko sería su esposo pero no por su decisión, asi por el momento sus exigencias no significaban nada para ella.
-Señorita Katara, debería evitar decir nunca- pronunció, mirandola y sonriendo malévolamente. -En algún momento en nuestro matrimonio, el contacto entre nosotros será inevitable y no podras hacer nada para cambiarlo...
Ocultando su temor Katara alzó la mirada y se planto frente a el. -¡Tal vez no podre evitarlo, pero por ahora si me tocas, gritare como loca...
Con una sonrisa de burla Zuko abrió la puerta. -Esta es mi habitación, el tío se equivocó. La tuya es la que esta alado- dijo deteniéndose antes de cruzar la puerta. -Pero puedes quedarte aqui si tu quieres- de forma sería la miro recorriendola de píes a cabeza. -Tocarte es una de las cosas que menos me interesa, pero en la nación del fuego va a ser muy distinto ahí si dormirás como mi esposa. Será real ante los ojos de mi familia y por tu bien obedecerás mis decisiones- término alejándose dejando la puerta abierta.
Katara con un nudo en el estomago apenas logró cerrar la puerta fuertemente, las lagrimas habían brotado de nuevo, estaba cansada y ni siquiera habían llegado a su destino.
¿Que tan fuerte tendré que ser?
(...)
La llegada a la Nación del fuego, se volvió realidad.
Para Zuko fue rapido y demasiado corto, el príncipe no podia ocultar el nerviosismo que le invadía mientras contemplaba el enorme palacio a lo lejos.
Pensar en Katara frente a su padre, su madre y su hermana le desagradaba mucho. Ella era un mujer imponente pero a la vez tan agena a sus tradiciones, que quizas lo podía dejar en ridículo. Tenía miedo a perder su honor...
-¿Estas bien Zuko? Te vez bastante incomodo- sin darse cuenta Jet colocó la mano sobre su hombro.
-Si, solo estoy algo cansado, fue un largo viaje.
Jet lo miró con cierta duda. -Te conozco desde hace mucho. Incluso te considero un hermano por quien debo ver- la voz de Jet lo hizo sobresaltarse, mas eso no significaba que le prestaría mucha atención. -Se de tu fama de mujeriego, ¡jamas tomas nada enserio y siempre sueles meterte en lios de faldas-los ojos de Zuko se entre cerraron, de cierto modo le molestaba mucho que su amigo dijera todo aquello sobre el y su vida amorosa. Pero aun así decidió no contestar nada, nisiquiera tenía animo de pelear. -¿Te asusta tu proximo matrimonio?...
-¿Que?. No- contesto tajante el príncipe. Las emociones repletas de furia cubrían todo el luagar.
-Tu padre te obliga a atarte con alguine que no quieres. Seguramente deseas seguir jugando con el corazón de cada doncella que se cruza en tu camino. Seguir usandolas a tu conveniencia y después deshecharlas, Katara sera solo tu esposa ¿por que te afliges tanto por esta mujer en particular? Podras tener las concubinas que quieras, incluso a Mei y si te aburre solo consiges a otra. ¿por que te pones tan mal?...
La paciencia del príncipe llegó a su límite, con furia tomó a Jet por la camisa y con gran fuerza lo atrajo hasta el. -¿Piensas que para mi es mas importante tener Sexo? Si esa mujer se comporta como una salvaje entonces va a ser mi fin. ¡Adios al trono!- gritó fuerte.
-Veo que no quieres hablar por ahora- Zuko apenas y comprendía lo que pasaba. La penetrante mirada de Jet no abandono en ningún momento el rostro del príncipe y eso lo confundió. -Cuando estes listo para decir la verdad seguiré estando aquí.
Zuko se llenó de irá, tenía ganas de golpear a Jet por estupido y hubiera sido asi de no ser por que al fin habian llegado a tierra firme...
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Junto a Katara y su tío subieron a un carruaje que ya los esperaba y que por supuesto los llevaria hasta el palacio
-¿Que te parece la nacion del fuego Katara?- pregunto Iroh intentano volver menos pesado el ambiente.
-Este lugar es hermoso- sonrió ella gentilmente.
El rostro de Zuko, se ponía mas tenso cada vez que se acercaban al palacio y al llegar, todo empeoró.
-¿Estas lista?- como un caballero Iroh le ofrecio, la mano a la señorita para bajar.
-Su majestad, bienvenido- Saludó el hombre que habia abierto las enormes puertas del palacio. -Su padre los espera ancioso.
Cada paso que Zuko daba le advertía que algo malo pasaría y entonces llegaron hasta una enorme puerta, miró de reojo a Katara y esta con preocupación tomó la mano que el amablemente le ofreció..
Su tio ya se había adelantado y con pasiencia esperaba adentro.
Justo en ese momento la puerta se abrió dejando ver al fin que sucedia.
-¡SU MAGESTAD SEÑOR DEL FUEGO OZAI!- ambos hicieron reverencia al oir mencionar al soberano. -ANTE USTED EL PRINCIPE HEREDERO, ACOMPAÑANDO DE SU PROMETIDA LADY KATARA DEL POLO SUR- después del anuncio del anciano hombre las puertas tras ellos se cerraron dejándolos a solas con la familia y con los consejeros de confianza.
-¡Hermanito, bienvenido!- la primera en acercase por su puesto que fue Azula, sonriendo con descarada hipocresía.
-Maestra Katara, veo que no exageraron al describir su belleza- Un imponente hombre sostuvo la mano de Katara para después mirarla como analizándola, ese era el esposo de Azula.
Pero su cercanía duró muy poco pues Zuko intervino colocandose frente a ellos. De inmediato el príncipe vio a una mujer caminar hasta ellos, a lo que respondió rápido con una reverencia ciertamente apropiada.
-¡Buen día madre!- Katara de inmediato siguió él ejemplo de su prometido, dandole una apropiada reverencia a su suegra quien la miraba dulcemente. Mientras, el señor del fuego se acercaba también...
-Ya veo que los rumores respecto a su exótica belleza son ciertos - el sarcasmo en su voz la golpeó de manera brutal.
-¡Buen dia padre!- Contesto Zuko mirándo a su padre de forma docil y colocándose frente a Katara como brindadole su protección.
-¡Claro que mi cuñada es hermosa!- dijo Azula quien como una serpiente se movía alrededor de la bella mujer.
-Que afortunado es Zuzu- Escupió la princesa mirándo a su hermano con burla y odio.
-Yo no lo llamaría fortuna princesa Azula, la palabra correcta a esta unión es destino- discretamente Iroh intentó alejar a su sobrina.
-¡Vamos, tio! ¿destino? Zuzu es un tipo de lo mas suertudo al unirse con una bella desconocida- se burlo Azula. -Quizás solo deberíamos advertirle de la poca paciencia que tiene el pequeño Zuzu- concluyó la chica con su voz áspera, mirándo a Katara atentamente.
-Mi poca paciencia aplica meramente para los asuntos desagradables, en mi futura esposa jamas, deja de comparar esos asuntos con ella- Molesta ante la respuesta de Zuko, la princesa Intentó atacar a su hermano, pero como era de esperase el señor del fuego la detuvo.
-No eres nadie para acercarte de esa manera al futuro señor del fuego...¡princesa Azula, deja de avergonzar a la familia de una buena vez!- un atisbo de sonrisa se formó en el perfecto rostro del príncipe. Quién rápidamente se volteó, para hablar con su padre. Así que Tomó asiento junto a su hermosa prometida.
-¡Bienvenida a la familia real, soy Ursa. Madre de Zuko-La morena observó a la elegante mujer. Tenia el cabello recogido en una coleta, joyas adornan su cuello y manos, era una dama atractiva, digna de la Nación del fuego.
-le agradesco mucho mi señora- contestó Katara sonriendo.
-¡Vamos, te presentaré!- y tras decir eso Katara la siguió. -¿Vez a los dos hombres del fondo? Son los consejeros del señor del Fuego.
Pin y Lot.
-Es un gusto lady Katara bienvenida a la nación del fuego-dijo el más sonriente quien cabe mencionar le faltaba un ojo, mientras que el otro hombre lleno de cicatrices a su lado la miraba extraño..
-un gusto- Indicó el otro hombre que estába mirándola malignamente. La verdad ellos mas que nobles lucían como 2 malhechores. Así que para evitar problemas Ursa se alejo junto a Katara, llevandola a conocer a otras personas para al final volver junto a su esposo.
-Como puedes ver Katara la familia no es numerosa, pero no puedo decir lo mismo de de la corte del señor del fuego. Aún faltan algunos miembros que conocer pero no pudieron presentarse a la reunión, debido a los preparativos de su viaje- sonrió de manaera adorable Ursa.
-Ya casi eres un miembro de la familia real, querida - sonrió falsamente Ozai.
Katara no respondió y se limitó a sonreír. Observaba como su prometido la miraba ansioso por su reacción pero ella simplemente actuó tranquila.
-¿Cuéntanos cómo ocurrio el flechazo querido cuñado?-Lung interrumpio el silencio incómodo, Katara apenada se sonrojo rápidamente.
-Ocurrió en el momento que la vi. No hay mucho mas que decir- contestó Zuko tomando un gran sorbo de agua de la copa en sus manos, sin mirar a nadie
-¡Vaya Señor del fuego Ozai! Usted fue el culpable de esta hermosa historia de amor, Aún que toda esta unión fue demasiado pronta ¿no Zuko?- agregó Azula sonriendo maliciosamente, al ver llegar a Mei. (ella misma la había obligado a asistir)
-Sí que lo fue, apenas y se conocen- contestó Lung observando la reacción de Mei.
Sin embargo y con suma frialdad Zuko tomó la mano de Katara y fingiendo felicidad la miró a los ojos. -¡Tengo la vida entera para conocerla, asi que creo que lo demás sobra...
Sin poder evitarlo un nudo en la garganta se formó en Katara.
No cabía duda, ya no estaba en su mundo.
Extrañaba a su padres y a su hermano, ellos eran su única familia y en ese momento necesitaba de ellos.
Lo demás fue historia, se dedicó ha lucir perfecta ante todos. Habló poco y sólo respondía si le preguntaban algo...
Después de todo Jet tenía razón.
La nación del fuego gustaba de mujeres calladas.
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Habían pasado todo el santo día en compañía de la familia real. Katara estaba agotada, necesitaba descansar.
-Me gustaria ir a mi habitación- dijo suavemente mirando lo ojos ambar que lucian un poco irritados
-¡Te llevaré!- dijo apresurado el principe -disculpen nos retiramos Katara necesita descansar- interrumpio la animada charla de la familia.
-Buenas noches Katara querida, ha sido un gusto- dijo Ursa sonriendo dulcemente.
-Igualmente-contesto la castaña con la misma dulzura en su voz.
El resto de los presentes se despidieron rápido, así que la pareja se alejó de la mesa, pero aún logron escuchar sus voces
-Wow vaya, de espaldas también luce guapa- el esposo de Azula había hablado y solamente un "¡auch!" Terminó la oración. Su esposa lo ha golpeado.
Ambos jovenes caminaron elegantemente y seguros de sí mismos y al llegar a lo que parecía un largo pasillo este se detuvo.
-Sobre viviste- sus ojos no se apartaban de los de su prometida e inevitablemente esta se sonrojo. -son horribles, lo se- agregó tomando a Katara de la mano y guiandola por el gran pasillo de regreso.
-Ya estamos solos- sus propias palabras aceleraron más el corazón de la morena...
Para su fortuna, Zuko parecía ignorarla y la dejó en la entrada de su habitación.
Al entrar notó como el ventanal amplio alumbraba la habitación y el olor dulce invadio su nariz.
En serio había sido horrible...
CONTINUARÁ...
Queridos amigos ya estoy devuelta, para proseguir la história la verdad.
Bueno
Sin mas me despido
Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gustó no olviden votar o comentar. Como siempre su opinion es lo mas impotante❤❤.
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