4.
OJOS VACÍOS.
Maldita vida de apariencias
.
.
.
Como lo había imaginado, la fiesta era una porquería. Ella jamas imaginó que algo tan especial como una fiesta de compromiso, se transformaría en una maldita y muy aburrida cena de negocios y temas políticos...
Su alma triste, estaba al borde del colapso debido a la falsedad de la situacion. Todo el mundo muy elegante y hablando de negocios. "Su prometido" apenas y la había mirado apesar de estar sentado junto a ella, sin embargo eso era algo que poco le importaba.
El príncipe tenía su atención fija única y totalmente en su padre, Sokka y los otros viejos consejeros.
-Jefe Hakoda quiero agradecerle por todas estas maravillosas atenciones y sobre todo por su hospitalidad- dijo Iroh con una sincera sonrisa en los labios. -Estoy seguro que el señor del fuego esta muy apenado de perderse tan magnifica noche. Le aseguro que todos estamos muy felices por el compromiso. La señorita Katara encontrará en mi sobrino un apoyo incondicional y se desarrollará como persona, como una futura gran señora del fuego y como una maravillosa madre...
Sintió entones la mano agena sobre su cabeza.
¿MADRE?
Todos los colores posibles se apoderaron del rostro de Katara en ese instante. La corta palabra resonó en su cabeza como el grito mas aterrador del planeta. Mientras que con expresion sonriente el anciano hombre la miraba atento, expectante por su reacción...
-Me parece un tema precipitado tío, hoy apenas y estamos celebrando nuestro primer encuentro...
-¡Tonterias Príncipe!- sonrió ampliamente Hakoda. -Confió en que pronto habrán muchos nietos de su parte...
-Mis esfuerzos estarán puestos para que su hija logre ser feliz- Katara podía jurar que sus ojos ambar se habían tornado azules, como el mas crudo y traicionero invierno.
Era obvio que estaba mintiendo respecto a todo. - Nuestra proxima unión a despertado en mi las ganas de mejorar como hombre y como persona. Construiremos un futuro prometedor y con mucho esfuerzo podremos construir nuestra familia cómo ustedes nos han enseñado. Tendremos sumo cuidado para educar a quienes vendrán después de nosotros y que serán el fruto de nuestra unión- con lentitud se colocó de pié y tomó entonces la mano de la dulce chica que apenas y respiraba.
-Es por eso señor, que formalmente le pido el permiso para que su hija pueda ser mi compañera en esta vida.
(pánico) luego sus suaves labios sobre sus nudillos, un acto tan caballeroso que ella jamas había experimentado, por un momento se sintió desfallecer y la situación empeoró al ver la elegante caja que guardaba una hermosa gargantilla de oro blanco con el simbolo del la Nacion del fuego: una joya ostentosa y nada compatible con la humildad de la tribu agua.
Katara no dijo nada y sin mucho esfuerzo se dejó colocar aquella hermosa pieza que en ella lucía simplemente magnifica. -Señorita Katara te pido seas mía...
-¡BASTA!- Gritó la morena de mala gana y poniendo una expresión de asesina. Ella no era un objeto que pudiera pertenecerle a alguien.
-Señorita Kat...
No lo dejó terminar, de un puñetazo lo tiró al suelo.
Katara parecía una muchacha dulce, boba, frágil, pequeña y aveces ingenua. Pero era mera apariencia, ella era una maestra agua más feroz que un hambriento tigre-leon (para mala suerte del Principe )
-¡Lo siento mucho príncipe!- se disculpó más de una vez su padre.
El príncipe estaba muy enojado, se notaba en su cara y en la discreta forma que limpiaba el rastro de sangre que brotaba de sus labios.
Por su parte la chica retrocedió unos pasos, limpió su ropa y algo aturdida se abalanzó a la puerta. -¡NO ME VOY A CASAR CON NADIE!
Eso habría hecho la verdadera Katara, Si tan solo huebiera tenido el valor de enfrentar a todos, aquello hubiera ocurrido, sin embargo la voz le salió solo para decir. -Muchas gracias Príncipe Zuko, prometo honrrar cada día, la promesa de nuestro compromiso- la voz era apenas preseptible. Nada que ver con su feroz personalidad.
-Esta noche no siento que perdemos a mi hija, sino que ganamos un hijo. Te abrimos las puertas de la familia, querido muchacho. Te recibimos con el mismo cariño que le tenemos a nuestros hijos, deseando que en la vida que compartirás con mi hija, haya siempre mucho amor y prosperidad.
Tras un momento triunfal, la noche continuó pero luego todo volvió a ser tan aburrido como el demonio, la chica simplemente se hizo en un rincón y se dedicó a mirar de lejos todo.
-¡Bienvenida al club del aburrimiento señorita Katara! Eso es parte de la aristocracia que suele acompañar a la maravillosa Nación del fuego- intrigada observo al elegante joven de cabello castaño que le dedicaba una muy amable sonrisa. -por cierto, soy Jet. El primo Jet jajajaja.
-Un gusto- dijo ella siendo muy amable.
Conversaron por un rato, a Katara le parecía un tipo con apariencia superficial, pero demasiado cómico y poco formal para pertenecer a la realeza. - Y el anciano del fondo es mi padre Iroh, soy su hijo bastardo. Pero me quiere lo suficiente- acto seguido Iroh sonrió ampliamente a lo lejos. -Eres bastante callada, encajaras bien entre la gente de la Nacion del fuego, ellos gustan de mujeres asi...
Ese comentario la molestó mucho.
Su tribu podía ser considerada algo salvaje, sin embargo las mujeres tenían cierta libertad y debido a eso, ella se consideraba una mujer con ideales diferentes.
Tenía ganas de golpear a Jet, pero entonces este simplemente sonrió y dijo algo que la ganó en ese instante.
-no me pareces una mujer sumisa. Eres una maestra ¿no?-dijo observandola a los ojos.
-¡Si, yo soy maestra agua!
-Eso es genial, una maestra es suficientemente fuerte como para defenderse sola, jamas sería sumiza. La valentía de la mujer es su verdadera belleza, nada mas aburrido que una chica sin voz.
-Joven Jet, su primo solicita su presencia en la mesa- dijo uno de los guardias.
-¿Que? ¿Acaso no puede venir a decirmelo el? ¡Que pereza!- habló exageradamente. -Dejemos esta conversacion para otro momento maestra Katara. De igual manera nos estaremos viendo mas seguido.
Una sonrisa se formó en sus labios al darse cuenta de había una persona con el carácter de Jet.
Asi al menos no se sentiría tan sola...
L
uego de eso la fiesta continuó igual o mas aburrida que al principio.
Dos horas después término con el último bocado de tarta de cereza-azul, las 2 horas mas odiosas de su vida...
Asi que como era adecuado y luego de una hora mas Katara supo que había llegado la hora de dormir.
-Lamento no poder acompañarlos mas tiempo, estoy agotada y necesito descansar, si me disculpan padre subiré a mi habitación, muchas gracias por su compañia- sonrió amablemente, con lo ojos un poco irritados...
-¡Buenas noches señorita Katara, ha sido un gusto compartir con usted esta noche -dijo el príncipe mirándola y sonriendo falsamente.
Al unísono el resto de los invitados que se despidieron de manera educada.
«Maldita vida mentirosa»
renegó con odio, mientras caminaba elegantemente y segura de sí misma, rumbo a su alcoba..
El siguiente día sería una verdadera locura, pues el príncipe y los demas acompañantes conocerían los alrededores de la tribu, ella pasaría tiempo a solas con su prometido, su padre tendría una reunión en solitario con Iroh y el príncipe y luego como toque final viajaria a la Nacion del fuego a preparar todo lo correspondiente al matrimonio...
.
.
.
-Te comportaste tal y como un príncipe debe hacerlo Zuko- lo felicitó su tío luego de dar por terminada la fiesta a las casi 3 de la mañana. -La señorita Katara es una jovencita muy agraciada, muchas felicidades...
-De que sirve tanta gracia en una persona por la que no siento nada.
-No me digas que te importan esas cosas majestad- se burló Jet, descaradamente y siendo reprendido por Iroh casi de inmediato.
-¡Obviamente no me importa!- sonrojado se cruzó de brazos. -Solo creo que sería mas agradable casarme con una chica elegida por mi...
-Mala suerte para realeza- de nuevo se burló el moreno.
-pues al ser hijo del tío también eres de la realeza estupido. ¡Fue a ti, al primero que ofreció padre para casarse con la hija del Jefe!.
Y como veo las cosas seguro ya esta viendo que provecho sacarte y no creo que todas las.buenas opciones de esposas sean tan agraciadas...
-¡¿ES ESO CIERTO ANCIANO?!- Gritó asustado y peor aún al ver la convencida y muy sonriente cara del tío.
-Toma esa imbecil- se burló esta vez el. - buenas noches tio-
y tras un portazo se encerró en la habitación. Sin embargo apenas cerró la puerta tras el, la inseguridad lo rodeó como una hambrienta bestia.
Con seguridad caminó lejos de la puerta hasta encontrarse frente a un ancho ventanal: a sus pies, contempló una inmensa extensión de hielo. Nieve brillante cayendo, tan bella como el mas caro de los diamantes, que en conjunto con el mar en marcaban el paisaje, sin dejar de mencionar lo hermoso de la luna. Y, en el corazón de todo ello, el pueblo vibrante de vida. Edificios blancos, formaban un laberinto de sinuosas calles. el cielo dejaba escapar allí y allá rayos de luz lunar...
«Quisiera escapar» susurró tras
llevarse una mano a la cara, consternado. «Mi padre, no podría escontrarme si escapo ahora » Se le encogió el estómago al escucharse decir aquellas palabras.
Un temblor lo recorrió de los pies a la cabeza. Mientras tuviera vida, el jamas decepcionaría a su padre y mucho menos iría en contra de sus deseos.
(...)
Los acompañantes del príncipe estaban ciertamente muy emocionados y sobre todo cautivados por la belleza de la Tribu agua del sur, tanto que apenas y se habian dado el tiempo para otras cuestiones, en especial Zuko.
El joven parecía evitar con todas sus fuerzas el encuentro con su prometida.
Frente a todos era un total caballero,
pero era totalmente diferente cuando la veia a solas: se portaba frío con ella, era como si conocerla no le importara ni un poquito. Era la primera vez que no sabía como acercarse a una dama, seguramente conquistando a una noble de la nacion del fuego hubiera sido mas sencillo.
«¡Ah, que maldición!» Sin prestarle atención a la conversación de Jet y casi sin atreverse a respirar, se quedó mirando la blanca espuma que se formaba cuando una ola chocaba con su buque. Permaneció en esa misma postura durante cerca de una hora, ese era su ultimo día la tribu agua.
-Príncipe Zuko- la voz del general Zhao lo sacó de su trance, miró de arriba abajo a aquel hombre y de mala gana le presto su atención.
-Deberíamos haber partido hace dos días, así que me temo que lo mejor es que Zarpemos mañana a primera hora de la mañana- rezongó el hombre.
Zuko prefirió ignorarlo. Sabía que el miedo hablaba por la boca de la mascota de su padre, Zhao le tenía miedo al señor del fuego, quien se conviertia en el mismo demonio cuando estaba enojado...
-¿Por qué necesitamos volver tan rápido?-pregunto el peli-negro, frunciendo el ceño. -Yo querría disfrutar de una amante o dos antes de volver a casa- el rostro del general parecía palidecer tras las declaraciones del despreocupado príncipe y ni mencionar a Jet quien básicamente abrió la boca como un tonto.
-Príncipe Zuko, su padre se molestará, sus ordenes eran volver cuanto antes y ya an pasado mas de 2 días, desde su pedida de mano a la señorita Katara.
No debemos hacerlo enojar.
-¿Debemos?- sonrió sinicamente Zuko, sin poder evitarlo. Sin duda alguna los berrinches de Zhao no eran lo que le preocupaban, es mas esa era la menor de sus preocupaciones. Podía recordar como el tipo lo trataba cuando era un desterrado y de ahí su tremendo odio hacia el. Así que como muestra de superioridad simplemente movió la cabeza con esa típica sonrisa suya en los labios.
-Príncipe...
-a mi, me importa muy poco si mi padre se molesta contigo o no. Ese es problema tuyo general Zhao- el joven muchacho se burló de el y luego se apresuró a escapar del aburrido buque...
-Somos hombres muertos!- agregó Zhao al ver salir a el príncipe a toda velocidad, montando a su caballo-avestruz.
-¿Somos?- se burlo esta vez Jet.
-Mi querido Zhao, la muerte sería una forma amable de irse para ti, el señor del fuego te despellejara, si bien te va...
.
.
.
Hacía mas frío de lo pensado y a la orilla de la playa era mucho peor.
Sentado observaba el orizonte, lanzano pequeñas y muy heladas rocas. Eestaba tan inmerso en sus pensamientos que no se percató que una de las rocas habían dado sobre algo mas; al parecer una joven. De inmediato bajó para disculparse, pero su sorpresa fue grande al verla a ella: Katara su mujer inpuesta y vestida como una campesina mas.
Con sopresa alzó una de sus cejas para dedicarle su típica sonrisa fría, inclinando la cabeza un poco -¡Oh, le pido mi más sincera disculpa, señorita!- Habló haciendo un pequeño asentimiento con la cabeza.
Al mirarla mejor, se percató que era muy bonita por lo que reconsideró quedarse más tiempo de lo planeado. Quizás ya habia llegado la hora de al fin romper el hielo.
CONTINUARÁ...
Ando media inspirada, Esperó estén disfrutando la historia...
Muchas gracias por los votos y los comentarios, recuerden que todos son tomados con mucho cariño...
BUENO
Sin mas me despido.
Perdon por las faltas denortografia
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro