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3.

EN LA PENUMBRA
¿Realmente existirá la felicidad?

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En ese momenta para Katara la felicidad no existía. Con dolor miró sus manos muy bien cuidadas y el estomago se le revolvió...

Si bien era cierto que su pueblo no era tan estricto como su tribu hermana en el plo norte, si conservaban ciertas tradiciones: Las mujeres estaban en edad de contraer matrimonio a la edad de dieciséis años y algunos matrimonios eran arreglados, como en el caso de ella por ser hija del Jefe, tendría que casarse con un completo extraño.
Una lagrima rodó por su mejilla, ¿Como se puede unir a dos personas que nunca se an mirado a los ojos? ¿Como unirse a alguien que no te ama? ¿Que sería de ella en un lugar desconocido?...

Los ojos de Katara se fijaron en la ventana frente a ella, el polo sur tenía una espectacular vista y al menos la belleza de las luces que adornaban el obscuro cielo calmaban un poquito su tristeza.
Con pesadez suspiró, haciéndose esa pregunta recurrente en su cabeza.  «¿Que haría su madre en su lugar?» con algo de nostalgia sonrió, sabía que la respuesta no caería del cielo y no sería para nada sencillo asimilar todo lo que le estaba ocurriendo, tocó esta vez el collar que alguna vez fue de su madre, pues con esta simple acción se lograba sentir mas cerca de ella. Y entonces pensó en como sería su collar de compromiso.
Las mujeres de su tribu llevaban collares de compromiso una vez que el hombre se le promete. Estos collares era gargantillas con colgantes azules tallados en piedra por su prometido. ¿Como seria la suya, si ella no se casaría con un hombre de su tribu? ¿seria roja?...

—¿Katara?— se escuchó la voz de Sokka detras de la puerta.

—No quiero hablar ahora Sokka, vete de una buena vez— Escupió con resentimiento al escuchar a su hermano detras de la Puerta. —¡Vete de una buena vez tonto!— gritó enojada.

Ella nunca había tratado así a su hermano, al contrario desde la muerte de su madre Katara se había convertido en la persona mas cercana a Sokka, algo asi como un símbolo materno. Pero en ese momento, que mas podia hacer. No se sentía con la fuerza suficiente como para mirar a su hermano y sonreir.
Su mundo se rompió, su cielo estaba lleno de nubes grises, no habia sol, ni calidez en su vida, solo un terrible frio que no la dejaba.
La soñadora mirada de sus ojos se había oscurecido debido a la frustración que la invadió en ese momento.
Decidida a ya no sentirse asi. Se escabullo por la ventana hasta el lugar donde practicaba su agua control. (Ella que creia que era afortunada por que su padre la dejo practicar con libertad) la morena imagínaba perfectamente que su padre la regañaria por salir tan tarde, sin embargo seguía sin importarle: se deshizo de su ropa de dormir y con suma delicadeza soltó su castaña cabellera haciendola caer suavemente sobre sus hombros, con lentitud comenzó sus movimientos.
Para ella practicar agua control reflejaba el arte, la belleza y la perfeccion. Algo mágico que activaba cada fibra de su ser.
El agua se apodera de su alma,
Mientras su cuerpo se deja poseer
en un bello vaivén azul...

Sus mas terribles temores la rodearon como una fria niebla que parecía envolver su mente, cerrándola a todo lo demás. «¡Lucha contra esto!» Se ordenó con desesperación. «Escapate ahora Katara, olvida todo y vete» una lucha contra sus mas puros deseos reozonaba en su cabeza. Desterrando de su cerebro imágenes en las que aparecía ella misma dejando a su pueblo en manos de la nación del fuego...

—¡NOOOOOOOOOOOOOH!— gritó con todas sus fuerzas...
Un manto de inseguridad apareció para envolver sus pensamientos. Lagrimas cayeron de sus ojos cuando recordó que perdería su libertad.

Su matrimonio volvia a su pueblo aliado la Nacion del fuego, no un blanco. Un familiar muro de hielo se levantó para encerrar sus emociones, obligándola a concentrarse únicamente en su necesidad de proteger lo que mas amaba.
Se dejó caer al suelo agitada, abriendo al fin los ojos. —Madre, lo haré cunplire con mi deber. Se que eso harías tu en mi lugar — sollozo con dolor.

(...)

Una mañana, como todas las demás, Zuko se levantó a las 5:00 am. Desdé pequeño fue obligado a levantarse a esa hora, para enseñarse a ser disciplinado...

Estaba en cubierta y podía ver apenas el puerto de la Tribu agua a lo lejos...

La nieve era demasiado limpia como la mirada de algunos seres humanos.
Tenía ya días varios días en el mar y de cieto modo lo agredecia, pues había sido una misión casi imposible contarle a Mei la verdad, pues esta casi lo mataba...

Fastidiado el peli-negro cerró un momento los ojos recordando lo difícil que sería convivir con una mujer que no conocía y la cual estaría tan molesta como el.

—¡Que al menos no sea un fenómen asqueroso!— rogó ante los primeros rayos de luz que adornaban el cielo.

(...)

6:30 pm

El lugar era una fortaleza de altos muros de hielo, rodeada de tundra y un inhóspito terreno.
Con solo bajar del buque Jet, de inmediato decidió explorar el extraordinario lugar. «Maldito suertudo» pensó el príncipe, pues encantado miraba todo con asombro, El lugar le parecia simplemente hermoso y pacífico, nada lujubre y mucho menos salvaje.

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Katara estaba asustada por tener contacto con ese desconocido, aun así, no había tenido mas opción que aceptar la fiesta de compromiso.
«Se fuerte Katara» se repetía una y otra vez.

Estaba dando su mejor esfuerzo para ocultar sus emociones, aunque la tarea resultaba difícil, eran casi las siete de la tarde y ella continuaba mirando por su ventana, como las festividades comenzaban, le resultaba encantador mirar tantas luces...
Era la primera vez en toda su vida que veia algo así. Nisiquiera en la fiesta de compromiso de Sokka se había invertido tanto.

—¡Los invitados estan por llegar Katara querida!— Gran-Gran ni siquiera había hecho ruido al entrar a la habitación. —Es momento que empecemos a arreglarte— la anciana caminó con lentitud hasta quedar frente a frente con su amada nieta y de esa forma poder acariciar su joven rostro.

—Tomare un baño— dijo en voz baja, tras emprender el caminó a la ducha.
Al cabo de unos treinta minutos en su relajante baño se envolvió, en una suave bata y decidió esperar a que su Gran-Gran terminara de amodar los últimos detalles en su atuendo azul. Con fastidio miró por la gran ventana de su habitación. ¿Cuando se había hecho de noche? La vista  era espectacular, en especial con todas esas luces en el cielo.

Una Atmósfera perfecta.

—¡Katara querida!— al fin habló su abuela, después de casi 10 minutos retocando el vestido.—Disculpe la demora, pero apenas y e tenido tiempo de terminar con el vestido. Este lugar esta hecho un caos...

—Esta bien, Gran-Gran. Hoy estoy de buen humor— Contestó quitandose el paño de la cabeza.

—hoy es un día muy especial — sonrió la anciana con mas tranquilidad. mientras comenzaba a cepillar la castaña y sedosa cabellera de su amada nieta. Como era costumbre comenzaron a conversar, despues de todo se trataba de su abuela, un muy gran apoyo desde que tenía memoria asi que era justo decir que había algo de confianza entre ellas. —Sin duda, eres  la joven mas bella de toda nuestra tribu. Tan hermosa y gentil como tu madre— decía mayor, mientras colocaba un hermoso prendedor en el cabello de la morena como toque final. —Estas lista. Luces simplemente hermosa, como la primera luna del año— la alago una vez mas.
Katara observó su aspecto en el espejo, lucia totalmente diferente con ese vestido azul ajustado en la cintura que hacia resaltar sus sensuales caderas y un perfecto maquillaje que resalta sus ojos azules.  —¿Necesitas algo mas mi niña?

—No, muchas gracias— con cariño abrazó a su abuela y sonrió aguantando el llanto.

—Las cosas suceden por una razón, todos tenemos nuestros sufrimientos, pero creo que hemos sufrido para hacernos más fuertes para
el presente— con ternura acarició la cabeza se su nieta. —Daría lo que fuera, por estar en tu luga...

Katara al fin pudo llorar, en brazos de su Gran-Gran.

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8:39 pm

—¡No pareces tu!— dijo Sokka colocando cómodamente el brazo al rededor del cuello de su hermana.
—erea casi tan elegante como un foca-pingüino— se burló vilmente de ella.

—Pues tu pareces un anciano con ese atuendo— intento calmar sus nervios pegandole un pequeño zape a su hermano...

—¡Oye no me culpes por ser elegante! No todos en la familia lo somos.

Comenzaron a reír, eran muy felices pues finalmente compartían un tiempo juntos, incluso oler el aroma de las ciruelas dulces les resultaba divertido y aunque Katara disfrutba de ella misma y un tiempo de calidad con Sokka, se vio interrumpienda por su padre.

¡Los invitados llegaron!

eso hizo que ella regresará a su penosa realidad y con todo el dolor de su corazón y de mala gana rechazó el deseo de su hermano de tomar su mano.
De nuevo entre los hermanos reinó el silencio, Katara estaba apunto de llorar y Fue en ese instante que Bato apareció encabezando la entrada de los importantes invitados...

—¡Hermanos de la tribu agua del sur! Estamos reunidos esta noche para dar pié a un maravilloso
acontecimiento!— dijo su padre tras caminar junto a los invitados y quedar frente a todos.

— ¡Muchas gracias Jefe Hakoda!— sonrió amablemente Iroh, quien como siempre habia tomado el papel de padre del Príncipe. —Por mucho tiempo hemos sido testigo del crecimiento de nuestro amistad como naciónes y tengo la certeza de que con esta unión cosas mucho mejores vendran Y que esta relación durará toda la vida. No se mide la grandeza de un amor en términos de tiempo, sino en la transformación que produce. A veces las conexiones más largas nos hacen crecer muy poco, mientras que un encuentro muy breve lo cambia todo— Como siempre Iroh mostraba su sabiduría ante todos los presentes, quienes muy complacidos dieron paso a la maravillosa fiesta.

Como la tradición lo dictaba el consejo y los invitados se reunieron en un lugar mucho mas discreto.
—Katara hija— dijo el jefe con una sonrisa mientras la guiaba suavemente hasta su destino.
—¡Te presento al príncipe Zuko!...

Y fue entonces que al fin Zuko pudo verla: la mujer con la que se uniría para siempre.
Sin duda alguna la mujer que en ese momento tenia enfrente era la mas hermosa que habia contemplado.
Era alta y esbelta, de cuerpo muy bien formado, vientre plano, caderas ligeramente redondondas…
Su rostro angelical parecía enorgullecerse de su pequeña y sensual barbilla, de sus sonrosadas mejillas eran apenas visibles en su calido rostro, su nariz levemente respingada. Tenía los ojos grandes, de un tono Azul turquesa que hablaba a la vez de vulnerabilidad y determinación, enmarcados por sus largas pestañas. Nunca había visto una piel bronceada como la suya. Tan radiante como lo son los primeros rayos del sol en la mañana.

Sin embaro el asombro de su belleza duro muy poco, pues ella no dejaba de ser un compromiso obligando.
Ella nunca seria lo que el esperaba.

vio que entre abría ligeramente los labios, como si no supiera si contener el aliento o contestar. —un placer— al Fin habló mostrando su educación.
Mientras que los demas presentes no hacian mas que sonreírles.

—Lo mismo digo mi lady—contestó igual de educado que ella

CONTINÚARA...

No se mide la grandeza de un amor en términos de tiempo, sino en la transformación que produce. A veces las conexiones más largas nos hacen crecer muy poco, mientras que un encuentro muy breve lo cambia todo. El corazón no mira el reloj. Para el corazón no existe el tiempo; no le importa por cuánto tiempo conoces a alguien ni que hayas cumplido 40 años de casado. Lo que al corazón le importa es la resonancia. La resonancia que lo abre y que lo reanima, la resonancia que lo hace volver a casa. Cuando el corazón se encuentra con todo eso, comienza su transformación…

☆☆☆-
 

(Jeff Brown).

Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gusto no olviden votar o comentar como siempre su opinión es importante.❤❤

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