2.
CONTIGO A LA DISTANCIA
El poder tiene un costo alto.
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Habían pasado 3 semanas desdé aquella conversación con su padre y eso lo tenía de muy mal humor.
Lo siguiente que recordó era la ridícula boda de su hermana.
Una aburrida ceremonia, miles de flores blancas sacadas del infinierno y sobre todo miles de invitados siendo testigos de la unión.
Una boda celebrada bajo un mágico crepúsculo de tonos dorados y una deliciosa brisa calida, digna de la nacion del fuego. Pétalos de tulipanes-colibrí blancos salpicaban el recorrido que daba la novia a los brazos de su "amado". La pareja pronunciaba en aquel momento sus sagrados votos mirándose fijamente a los ojos, con las manos entrelazadas y los labios entreabiertos a la espera del inminente beso. ¿Había algo más ridiculo? Azula era una loca y su matrimonio estaba mas arreglado que una tela barata llena de parches.
El fastidiado Príncipe soltó un suspiro de frustración y bajó la mirada a su pesado uniforme de general.
—¡Maldita Azula!— Chasqueo los dientes molesto. Mientras seguía de pié, fue cuando una nueva idea surcó su mente, deberia castigar a su hermana. «Lanzarle un relampago a Azula» pensó con una risa macabra mientras la contemplaba.
Aunque en realidad ella no se veía tan complacida, mas bien parecía una infeliz novia. Su ahora esposo Lung no era ningun galan, mas bien era muy gordo, la melena castaña le llegaba hasta los hombros, mimetizándose perfectamente con su alargada y rellena cara. Demasiado alto, y ese lunar en la barbilla no le ayudaba en nada.
—La espalda erguida Jet— escuchó a su tio reprender a su hijo ficticio. —Y tu príncipe cambia un poco tu semblante—Pero como siempre, los dos muchachos optaron por ignorar aquellas sabias órdenes, que siempre eran por su bien y concentró su atención en la ceremonia.
—¿General Lung, Prometes amar, honrar y respetar a la princesa...
Zuko no tardó en volver a distraerse y dejar de escuchar completamente sus palabras "AMOR". «En la vida de un noble el amor no existe» pensó tras posar su vista hasta la fría presencia de Mei.
Ninguna imagen de amor romántico lo perturbaria, el jamás sería afectado por el ridiculo AMOR. ¿Amaba a Mei? No lo sabía pero de lo que si estaba seguro, era que ella era esencial en su vida. Tanto como el aire que respiraba y odiaba la complicada idea de explicarle que no la tomaría como su esposa...
En medio del aplauso general, el novio plantó un sonoro beso en la boca de su pareja. —¡Somos libres!— Escuchó decir a Jet quien lucía tan abrumado como el.
El muy imbécil pensaba que su aventura con Azula era secreta.
Lung pobre diablo, que sorpresa se llevaría al descubrir que otro hombre ya había disfrutado la virtud de su amada.
Los recién casados empezaron a alejarse del altar acompañados por los acordes de un arpa. Zuko por su parte, se alejó disimuladamente...
Deseaba alejarse de las masas.
Acariciando la idea de escapar ahora que todo el mundo parecía dirigirse hacia el banquete. Había vuelto a cumplir con su deber de Príncipe, y no había razón alguna para que se quedara.
—¿Se puede saber adónde vas Zuko?- le espetó Mei agarrándolo de un brazo con sorprendente fuerza. —¿Por que me as estado evadiendo todo este tiempo?...
—Lo siento Mei, estos días an estado muy ocupados— mintió para disimular, mientras inesperadamente la muchacha se pegaba de su brazo y lo guiaba hasta uno de los jardines del palacio, dónde después de hablar mínimamente, el principe al final renunció al continuo intento de sonreír y fingir que la pasaba bien.
—¿Cuándo terminará esto? Quiero irme a dormir...
—¿Tanto te aburro?— la chica era un mar de furia. —¿Que diablos pasa contigo Zuko? Primero me evitas como si fuera una pesta y ahora sínicamente dices que quieres dormir apesar de que no hemos estado juntos por casi un mes ¿Quien te crees?— lo empujó alejandolo de ella bruscamente.
—¡Solo estoy cansado! ¿Tanto te cuesta creerlo? ¡Maldición Mei!...
La chica estampó una de sus delicadas manos sobre el rostro de Zuko y luego simplemente se marcho indignada. Ella no merecía la canallada de no cumplir con la promesa de matrimonio que le había hecho.
Mei era una mujer fuerte y digna.
Una persona asi, no merece sufrir por una traición «Dicen que la traición trae tristeza, decepción y dolor a aquellos que la sufren» al menos eso era lo que pensaba aquel joven, quien sin expresión alguna miraba el cielo.
La luz de la luna era intensa, casi tan intensa como la pena que se albergaba en el interior de su ser.
Resignado, volvió hasta el salon donde se encontró mirando como la gente no dejaba de bailar, prologando su tormento. De nuevo gruño para sus adentros y alzó la mirada.
—¡Zuzu, Zuzu, una vez mas hiciste enojar a la neurótica de Mei!— su burlona voz lo hizo voltear lenta y tortuosamente...
—¡Hola Azula!— saludó con amargura, puesto que conocía lo molesta que Azula llegaba a ser.
—¿Que quieres? ¿No debería la bella novia estar con su nuevo esposo?— el joven trato de escapar. Pero tal y como había esperado, su hermana no lo permitió.
—¡hermanito, querido!— le dijo en aquel momento su hermana en tono ligero. —No me gusta que Mei y tu discutan, sueño con la idea de ver a sus engendritos correr por todo el palacio— se burlo Azula.
—Claro hermana, van a ser hermosos engendros, casi tan hermosos como lo es tu esposo. No quiero imaginar los monstruitos que nacerán de ustedes— aquellas palabras cabrearon mucho a la princesa recién casada.
—¡Maldito idiota, tu destino no es mas bello que el mio!. Yo al menos me despose con un general, pero tu hermanito, tu estarás unido a una mugrosa campesina— las palabras de Azula no reflejaban otra cosa mas que verdad, Zuko, no sabía nada de su prometida y mucho menos sentía alguna clase de emoción. —Estaras bien Zuzu—le dijo a su hermano, como para suavizar la dureza de sus palabras anteriores. Ambos príncipes se miraron retadoramente, justamente la orquesta escogió aquel momento para entonar una romántica pieza. —Te va a pegar los piojo— era el fin, Zuko podia llegar a ser muy paciente, pero en ese momento la ultima pizaca de paciencia había desaparecido por completo...
—¿Por qué no te vas con tu flamante esposo para que te tranquilice un poco? Y bebe mucho para tolerar su noche de bodas, que estaras encerrada con Lung y no con Jet— enojada su hermana dio un pisotón en el suelo, gruñendo.
—Miserable, puedes decir lo que quieras. Eres un perdedor, sigues sin ser nadie, sigues siendo invisible para todos— sin mas la molesta mujer se marchó.
Por su parte el joven príncipe, al fin encontró un pacífico sitio donde pensar. «¡Oh, vaya!» suspiró masajeandose la sien, tratando de liberar el estres.
En cierta forma Azula tenía razón: No tenía idea de como era la mujer de la tribu agua. ¿Como iba a ser una vida junto a ella?.
Con desesperación le dio un sorbo a su bebida. Tenía que pensar con la mente fría, el era un hombre con una fuerte determinación por alcanzar su objetivo, hasta el punto de renunciar a la posibilidad de tener una vida plena y tranquila. Siempre había recelado de los caminos que tendría que transitar para conseguir la famosa atención de su padre.
«Su padre»
Pensó tras posar los dedos sobre su maldita cicatriz. Quedó en silencio abruptamente pues las imagenes de ese maldito día le destrozo el corazón en un instante. ¿Como podía querer sacrificar todo, por una persona que no se había tocado el corazón al lastimarlo? ¿Como se podía amar a alguien tan cruel? una sonrisa sincera se escapó de sus labios al recordarse a el mismo mal herido.
Se quedo mirando en silencio total y con expresion indescifrable...
—Zuko— dijo Jet interrumpiendo sus recuerdos y sacándolo de sus pensamientos...
La noche estaba nublada y algo fresca aun así él calor que el sentía era insoportable, había pasado largo rato simplemente observando a su alrededor y había perdido la noción del tiempo simplemente observando a la gente pasar. —Jet, ¿Como eran tus padres? ¿Tu piensas en ellos?
Serio el castaño acomodó su alborotado cabello —¡Quien no podria pensar en sus padres!— sonrió, pero apesar de esa nostalgica sonrisa, no pudo ocultar el semblante cansado y debil en su cara.
—¿No te molesta saber que estas
solo?—
Al no recibir respuesta Zuko volteó a ver a su amigo, levantó una ceja y sonrió levemente al ver a Jet sacar beber de un solo trago su bebida.
— respecto a la soledad.
—Esta bien, no debí nombrar a tu familia...
—Esta bien— Fijó la vista sobre una de sus manos. —Desde la muerte de mis padres siempre he estado solo, salía y volvía a casa solo, hacía mis cosas solo, y no dependí de nadie ¿qué tiene de malo eso? no necesitaba a nadie para poder ser feliz, estaba acostumbrado a eso. Me sentía cómodo estando solo, pero ahora los tengo a ustedes así estoy bien. Yo confió en que donde quiera que mis padres esten estaran con bien— sonrio de nuevo. —Sin embargo existen diferentes tipos de soledad y al parecer alguno de esos te a dejado intranquilo. ¿No?
—No lo se...
El chico no era el mismo que Jet conoció. Ya no sonreía como antes y muchos aspectos de vida se habían vuelto melancólicos, llenos de tristeza y sobre todo soledad.
Jet sonrió y seguido a el Zuko que no comprendía muy bien a su amigo.
—Seguro la chica de la tribu agua es muy ardiente, una morena de fuego...
—¡¿Que dices?!— el rostro del muchacho se enrojecio ante el picaro comentario de su amigo, quien moria de risa al par que se dejaba caer mas cómodamente en su hombro. —Eso no me da risa.
—¡A mi si!— no paraba de reir.
—Es Azula, quien tiene gusto por los morenos.
El chico de cabello castaño dejó de reir. —¡¿Que dices?! ¿Quieres morirte?— Zuko no paraba de reir.
—¡Oye eso no me da risa!.
—¡A mi si!— y esta vez fue el quien no podia dejar de reir. Jet, lo miró con reproche pero después se le unió, al menos debia esperar a que la vida le dejara mirar a su desconocida prometida, ya después crearia sus propios juicios...
CONTINUARÁ...
FIN DEL CAPITULO, ESPERO LES GUSTE.
Gracias por sus comentarios me motivan a seguir.
Sin mas me despido
Gracias leer y perdon por las faltas denortografia si les gusto no olviden votar o comentar su opinio es importan❤❤
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