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                 ENTRÉGATE
   El corazón también es una puerta.


De pronto había comenzado a llover a mares. La cálida habitación era iluminada solamente por la luz de la chimenea. Dentro todo era tranquilidad mientras fuera se había soltado una tempestad.

—No habrá represaría en tu contra, eres la princesa. Deberías estar muy feliz tu título odiado te salvó.

—¿El chico?

—Esta herido pero vivo — habló Zuko tras mirar a la chica con algunas lágrimas tras sentir la culpa de sus propios actos.

Sin embargo ella no contestó,  mas bien se  dirigió hasta la ventana por la que horas antes había escapado, echo un vistazo y de nuevo unas lágrimas rodaron por su mejilla. —Yo no quería nada de esto —de pronto se dejó caer para colocarse en cuclillas y cubrir su rostro.

—la persona que lleva la corona puesta, debe soportar su peso sin rechinar.

—Yo no quería ser una princesa, yo solo quería ser libre y ahora alguien está herido por mi causa.  Estoy yendo contra todo lo que soy. Estoy atrapada, no puedo luchar por mis propios sueños, nada es suficiente no puedo permitirme gritar alto, claro y limpio, ¿porque tenía que ser mi obligación esto? Ya ni siquiera sé que soy.

De forma seria el príncipe se colocó a su lado y colocó la mano sobre su cabeza.
—eres un caracol-oruga

—¿Qué?—alzó la mirada con algo de indignación y parando por un momento el llanto.

—no me mires así, antes te creía una ardilla-carpintero —Sonrió de forma cálida —pero descubrí que te pareces mucho a un caracol-oruga porque eres lenta, pero aún así no te rindes y sigues caminando hasta llegar a tu destino.

Los labios de Katara quedaron entre abiertos por un momento. —tu...

—Lo que pasó anoche fue muy tonto, casi un suicidio —con delicadeza le invitó  a ponerse de pie y limpió sus lágrimas —Si en algún momento pierdes tu rumbo, créate otro nuevo. No saltes de un puente o intentes huir de tu desgracia, eso no va solucionar nada. 

—Zuko —Lo miró directamente a los ojos

—Katara, nuestro pacto de no querer tocarte —Desvió la vista y algo sonrojado suspiró —No he podido cumplir mi promesa, así que no es totalmente tu culpa. Yo...

Con asombro lo miraba a los ojos. El sonido de la lluvia la hacía sentir como si el tiempo se hubiera defendido. sin duda alguna era más fuerte ella. Un hombre que guardaba dolor en su interior. Su rostro era enmarcado por unas bellas facciones, rasgos varoniles, piel clara, ojos ámbar inquietantes como los de un depredador hambriento, tan eróticamente seductores que la inocente muchacha sintió la intensidad de su mirada hasta en los huesos. —Zuko, si te atreves yo...
advirtió con la voz entre cortada.

—¡Voy a correr el riesgo!—Contestó con una bella sonrisa. En aquel momento estaban tan cerca que podía distinguir cada expresión. —No me gusta verte llorar. Incluso que quieras pegarme es mil veces mejor que un rostro lloroso.

—Zuko— pronunció desviando la mirada.

—Compartiremos la culpa. No es algo que elegimos pero ahora estamos juntos. Somos como un equipo ahora.  Intentemos tener un buen matrimonio.

El mágico momento, termino y la chica se apartó al fin de su cercania. El príncipe solo la miró a los ojos y suspiró al ver la molestia que mostraba en su rostro, se sentó a su lado y después de varios segundos en silencio al fin el joven preguntó: —¿por qué ese chico me atacó ?

esa pregunta lo tomó por sorpresa, frunció el ceño y pestañeo tres veces. —pensó que eras uno de los rebeldes que se infiltró en los aposentos del rey Tierra.

—¡Así que por eso tanto misterio!— desvío su mirada hacia el fuego, evitando los ojos de Zuko. —Así que hasta en un lugar como este pasan estas cosas.

—Parece que si — suspiró profundamente. —Me gustaba más cuando viajaba con mi tío y jet — agregó con melancolía —Estaba desterrado pero juntos conseguimos un hogar. Pero no podía a un lado mi honor es por eso que soporto el peso de ser un príncipe, es mi destino—Las palabras de ese chico alcanzaron el corazón de la chica quien de inmediato se sintió Identificada, pero no dijo nada y solo recargó la cabeza sobre el varonil hombro. —Las cosas se ponen cada vez mas difíciles, el regreso a la Nación del fuego está cada vez mas cerca y ahí no se que mas podría pasar— la pequeña chica se acomodó todavía mas sobre el hombro de Zuko, entrelazó sus brazos y con maternal cariño se abrazó a este, todo casi sin que ella se diera cuenta.
Al chico se le encogió el estómago y cada músculo de su cuerpo se tensó. No podía apartar los ojos de ella.

—Como la culpa, compartiremos el peso de la corona ya que somos un equipo —habló calmada como intentando hacer que el príncipe se despejara un poco de todos sus problemas. —Intentemos ser un matrimonio.

—Así que eso si lo tomaste bien—Sonrió mientras se dejaba arrullar con el sonido de la lluvia y ella permanecía a su lado en silencio.

Durante un buen rato no dijo nada. Luego inconscientemente él muchacho puso su mano sobre la de su acompañante. Sus dedos se entrelazaron en un encaje perfecto.  Entonces el ya no lo resistió mas y por primera vez la besó sin ninguna pizca de lujuria y para ella no fue nada indiferente...

—Katara— el príncipe la tomó del mentón, besó su frente y luego la abrazo.

—¿Que? —Sonrojada la castaña clavó sus ojos azules en él, con una mirada indescifrable. — Sé que no dejarías que cualquier hombre te tocara como lo hize yo y tambien se que aunque lo ocultes te gusta cuando pongo las manos sobre ti— katara seguía imperturbable. No se había movido ni un ápice, y aquello descolocó a Zuko. No era alguien a quien le salieran las palabras con facilidad, y mucho menos unas tan fuertes. Sin embargo, sentía que debía hacer que ella se diera cuenta que el estaba allí.

Un beso

La muchacha desea darle otro golpe y apartarse de su contacto, pero sus palabras la convencieron y aquel beso había logrado sacarla de si. Lo que provocó que siguiera su ritmo hasta el punto de quedarse sin aire y verlo a los ojos. Logrando percatarse de aquella mirada sincera que no hacía mas que reflejar ese deseo que también la invadía a ella.
—Zuko

—No digas nada —Continuó besando sus labios, tan dulces como un malvavisco, y suaves como el mismo. Involuntariamente la cargó sobre sus brazos y la llevo hasta la cama, sin parar dándose besos acelerados y lentos, jugando con sus labios que poco a poco ganaban terreno en sus cuerpos, llegando al cuello, orejas e incluso las manos que por ratos acariciaban lo prohibido. —Katara.— Como si de una muñeca se tratará la reina dejo que aquel hombre que le robaba suspiros siempre, hiciera todo con ella. Aunque claro lo disfrutaba y con suma torpeza trataba de hacerlo sentir bien. Pero el le ganaba por mucho.

—Zuko— Decía su nombre entre jadeos, mientras sentía como sus manos recorrían debajo de su abultado vestido, además de los besos en el cuello que la hacían suspirar incontables veces.
El buscaba desesperadamente sentir sus pechos, sentir sus labios, sentirla toda. No le bastaba con solo eso, el escuchar sus jadeos mientras repetía su nombre encendía más y más su cuerpo, que estaba buscando mas calor. Sin darse cuenta ya se había quitado la camisa, y en otro movimiento retiró algunas prendas de ella. Se dispuso a besar su cuello bajando lentamente hasta sus pechos, acariciando sus pezones con los dedos, sintiendo la dureza de estos, por consiguiente comenzó a lamerlos también. Desprendían un sabor dulce y femenino.
Katara permanecía inmóvil, con los ojos cerrados y cubriéndose la boca para que el no escuchara sus gemidos. Pero este se acercó a su oído y le susurró —Déjame escuchar tu voz— ella obedeció y comenzó a soltar pequeños y adorables gemidos, que reflejan placer, excitación y deseo. Gritaba su nombre incontables veces, mientras lo tomaba del cabello, para pegarlo más a ella...

El hecho de saber que la hacia sentir tan bien y escuchar esos lascivos sonidos lo dejaban mal. Ella movió un poco sus piernas, sintiendo fuertes punzadas en la zona baja así como una inminente corriente eléctrica que recorría su cuerpo.  Trataba de hablar pero le era verdaderamente imposible, sus gemidos le ganaban y aumentaron aún más, gracias a que su mano bajó a la parte mas íntima que poseía haciendo presión en varias ocasiones.

—¿Te gusta?.

—Si— Con solo mirarla a los ojos el príncipe se dio cuenta de lo que ella quería. lo sabía; deseaba ser penetrada lentamente, nunca antes la había visto así.

—Eres tan impaciente—Susurró.

—callate —podía sentir sus delicados dedos recorriendo su espalda.
Bajó de nuevo hasta su entrepierna, acariciando el suave camino para luego meter sutilmente la mano por debajo de la última pieza de ropa interior. Estaba empapada, sabía que no resistiría mucho, al igual que el, pues lo había excitado tanto que le dolía usar pantalones. Sin pensarlo dos veces se los quito. Se colocó encima de la delgada dama y con ambas manos comenzó a bajar la poca ropa que le queda, todo hasta dejarla desnuda totalmente.

—Princesa, hoy quiero intentar algo, por favor confíe en mi— solo alcanzó a ver su mirada extasiada y algo confundida. Prosiguió a acariciar los labios de su vagina, lentamente. Ella daba pequeños saltos con cada contacto que hacían los dedos con su zona mas sensible, poco a poco se fue acercando a su clítoris, el cual comenzó a estimular con la yema de los dedos, ella se movía más aun. De verdad deseaba seguir experimentando con su cuerpo. Introdujo los dedos índice y medio en su vagina, sintiendo el calor de esta, además de estar muy húmedo, demasiado húmedo. Era una sensación nueva y que peligrosamente se podía volver adictiva. Katara lanzaba gemidos un poco mas subidos de tono, no podía mas cerro los ojos por un momento su respiración se entrecorto y gimió. Los movimientos en su intimidad y pechos eran tan perfectos que la estaban enloqueciendo...

—¡No puedo mas, hazlo ya!— Al mirar sus ojos comprobó, que el también estaba explotando por el deseo de tenerla. Así que la sujetó por las caderas preparando ambos cuerpos. Podía sentir como el calor en su interior crecía mas y mas, llegando al punto de no poderse controlar.

—Lo haré ahora— habló con firmeza el príncipe.

Apresurado había dejado los movimientos suaves atrás y había pasado a embestir con rudeza. La chica quería ahogar sus gemidos para que nadie los escuchara, pero simplemente se volvió imposible. El placer que ese hombre le causaba la estaba enloqueciendo mas y mas.

Con cada segundo juntos, sus cuerpos se volvían más calientes y los gemidos se convertían en gritos de placer. Haciendo que la habitación se llenará de ellos...
Zuko suspiraba pesadamente, tratando de mantener un ritmo normal en su respiración y no gemir como perro en celo. Las manecillas del reloj marcaban que había pasado ya un tiempo determinado y ahora se podría apreciar perfectamente la lujuria en los ojos de aquel joven, quien ahora no paraba de gemir el nombre de su esposa y podía ver directamente el rostro de la bella mujer, podía besarla y seguir dejando marcas en sus hombros al igual que su cuello y espalda. Cada quejido y gemido hacía que se excitara más y más queriendo penetrarla con más pasión.
Aprisiono los brazos de Katara con sólo una mano, imponiendo fuerza y recorriendo el cuello de esta con su lengua, sus caderas deseaban moverse sobre ella y así lo hizo. Con su mano libre elevó las caderas de la fémina para tenerla más de cerca y crear nuevamente movimientos que invitan a cierta actividad. —Katara, estoy por llegar a mi limite— Sin detenerse tomó las caderas de su pareja y la movió para poder hacer mejor su embestida final, con pasión y amor, dando a entender cuánto deseaba a la joven. —¡Voy a hacerlo! ¡LO HARÉ!

—¡Espera!— Ignorando a su amada no se detuvo y soltó su semilla en el interior de ella. No le importaba embarazarla al fin y al cabo era su esposa. Los delicados brazos de la princesa lo rodeaban con fuerza, cansado cayó sobre su cuerpo jadeando y empapado en sudor.

—Ven aquí— dio un suspiro y se recostó a su lado igual de agotada. El chico se acercó para darle un suave y cálido beso, para culminar con aquel acto romántico pero desenfrenado. con fuerza la abrazó y besó su frente.

— ¿Desaparecerás de nuevo después de esto?

—Cierra la boca —la abrazó a su cuerpo —Vamos a dormir...

CONTINUARÁ...
Hola este es el capítulo esperando que les gusté mucho.

Bueno.
Sin mas me despido. Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gustó no olviden votar o comentar. Como siempre su opinión es importante❤❤

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