27. Capítulo
Siento el retraso, sé que estáis impacientes porque suba el capítulo pero me ha sido imposible hasta ahora.
Os adelanto que solo quedan otros dos capítulos además de éste. Así que, enseguida, llegaremos al final de Zuria.
Un abrazo a todas.
Alyan y Anjana les recibieron en la puerta del palacio con su hijo Lael. Los dos abrazaron a Zuria y la reina hizo lo mismo con Kai, a pesar de la rigidez de éste.
-Venid, vamos dentro, estaréis cansados después del viaje-invitó la reina con una sonrisa.
Comieron en el salón privado. Kai permanecía serio y callado, pero nada podía estropear a Zuria la alegría de estar de vuelta en su tierra.
-Hemos hecho muchos planes para estos días-aseguró Jana-esta noche daremos una fiesta para presentarte. Vendrán hadas de todo el reino. Y también nuestros aliados principales.
Kai puso los ojos en blanco y musitó un "genial" que Anjana ignoró.
-Mañana empezaremos a reunirnos para llegar a acuerdos-intervino Alyan-si es que recuperas el habla, lobo.
Los tres le miraron acusadores y él suspiró.
-No me gustan las fiestas. Y tampoco las reuniones. Y no me gusta negociar. Soy un alfa. Si digo algo se hace.
La reina esbozó una dulce sonrisa cuando le miró directamente.
-Pues fingirás que sí te gusta, Kai. Te pondrás un traje bonito encima de ese cuerpazo que tienes y sonreirás toda la noche. Serás cortés con nuestros aliados y mañana te sentarás a negociar con ellos como si lo hubieras hecho toda la vida. Porque ahora eres parte de esta familia. Y si no te comportas, patearé tu culo hasta que lo hagas.
El lobo miró al hada sin creerse que fuese ella quien hablaba. Zuria también miraba a la reina con asombro y Alyan hacía lo posible por disimular la risa.
- ¿Qué diablos os pasa a las hadas de esta familia? -preguntó Kai.
-Espera a conocer a Breena-el rey ya no pudo evitar reírse a carcajadas.
Esa noche, cuando Zuria se estaba preparando para la fiesta, Kai entró en la habitación. La chica se subió el vestido con rapidez y se volvió de espaldas. Las cosas habían ido muy mal los últimos días. De hecho, no habían vuelto a hablarse después de la noche que él volvió de la cacería. Y él no había intentado nada en la cama con ella. Simplemente dormían uno al lado del otro como dos extraños. Suponía que seguía enfadado por la bofetada. Bien, que hiciese lo que le apeteciera. Se la merecía. Y no iba a disculparse por ello. Estaba cansada de intentar hablar con él. Disfrutaría de la fiesta y de estar con su familia.
- ¿Necesitas ayuda con la cremallera? -ofreció él.
Zuria se dio la vuelta para mirarle.
-Ah, ¿ahora me hablas?
El lobo entrecerró los ojos.
-No me provoques, Zuri-advirtió.
La chica suspiró y se dio la vuelta, dejando que él le abrochara el vestido.
-Estás muy guapa-aseguró el alfa.
-Gracias. Cortesía de Jana.
Kai rozó con el pulgar la espalda de Zuria al subir la cremallera y ella se estremeció. Se volvió con rapidez y, al hacerlo, tropezó con el bajo del vestido. Kai la sujetó y, antes de darse cuenta, estaba en sus brazos y él la besaba con pasión. La chica gimió y se apretó contra él, respondiendo sin poderlo evitar. Después de un momento, Kai se separó de ella jadeando y salió de la habitación con rapidez.
-Vaya, qué prisas-Anjana miró al lobo que bajaba las escaleras de dos en dos.
- ¿Habrán discutido? -preguntó Alyan preocupado.
La reina se encogió de hombros.
-Algo les pasa, eso es seguro. Tendrán que encontrar su camino, como lo hicimos nosotros.
-No quiero que sufra.
-No puedes protegerla de todo, Alyan.
El rey suspiró.
-Lo sé. Pero me gustaría poder.
Anjana lanzó una exclamación de sorpresa cuando él la atrajo contra su cuerpo.
-Por cierto-murmuró besándola el cuello-me debes una explicación acerca de tu frasecita.
Ella le miró sin entender.
-"Ese cuerpazo que tienes"-citó él.
Anjana sonrió.
-Tienes que admitir que es guapo, Alyan. Pero, cariño, esta noche te demostraré que es tu cuerpo el que me pone.
El rey la besó.
- ¿Sabes que cada día estoy más loco por ti? -preguntó.
-Ummm...eso espero, mi rey, eso espero-murmuró ella contra sus labios.
La velada transcurrió según lo previsto, Zuria, muy bella con el vestido verde botella que le había regalado Anjana, fue presentada como hermana del rey y de la princesa Breena. Alyan desveló la parte menos escabrosa de la historia y después presentó a Kai como su compañero.
-Como sabéis, una reina no puede ser líder de otro pueblo. Zuria ha hecho su elección, renuncia al trono para ser la compañera del alfa Kai.
El rey se volvió hacia su hermana mayor y la sonrió con cariño. Ella le abrazó y luego hizo lo mismo con Breena. Con el ambiente ya más relajado, pasaron al salón donde se había servido la cena.
-Venid-pidió Breena a Zuria y Kai-lobo, quiero que conozcas a Damon y Alexia, reyes de los vampiros.
El vampiro y el lobo se analizaron a distancia. Luego, Damon tendió la mano a Kai.
-Espero que nos conozcamos un poco mientras estemos aquí-dijo.
-Hasta hace poco no estaba en mis planes intimar con vampiros-aseguró el lobo saludando a Alexia con la cabeza.
-Hoy lo pasaremos bien-ordenó Breena-mañana empezaremos a trabajar.
-Creo que mi mujercita nos está pidiendo que aparquemos las diferencias y nos dediquemos a bailar-puntualizó André rodeando a Bree con un brazo.
Elise y Jared se acercaron acompañados de Alyan y Anjana y presentaron al lobo al rey de los vamps.
-Supongo que tengo que daros las "gracias" por acoger a Zuria-dijo él con sarcasmo.
Jared entornó los ojos.
-Creo que no me gusta tu tono, lobo. Entraste en mi casa a escondidas y te llevaste a mis invitadas. Si no hubiese sido por tu compañera y mi esposa, habría entrado en tu aldea con todos mis vamps.
-Y te habrías encontrado con que los lobos sabemos haceros frente, vamp.
Las mujeres se miraron entre ellas. La situación se estaba poniendo verdaderamente tensa.
-Se acabó-intervino Alexia-esto es una fiesta, no un concurso de machosterona. Mañana os podéis encerrar los cinco en el despacho de Alyan y pelear durante todo el día si queréis-se volvió hacia Damon- ¿vas a bailar conmigo o prefieres pasar la noche discutiendo con ellos?
El vampiro puso los ojos en blanco.
-Dios, no. Además, para eso está André.
El rey sonrió con maldad a su hermano y siguió a su esposa a la pista.
-Creo que yo también quiero bailar-la dulce voz de Elise contradecía su postura. Se había puesto en jarras y sus ojos echaban chispas mientras miraba a su marido.
-Elise...-el tono de advertencia de él no la amedrentó.
-Quiero bailar, Jared. Si no vienes tendré que buscar alguien que quiera bailar conmigo.
El chico apretó los labios y la cogió de la mano para llevarla a la pista.
André se volvió hacia Breena.
-Lo sé, lo sé. A ti también te apetece bailar de repente.
Ella le sonrió y se puso de puntillas para darle un breve beso en los labios. Luego los dos caminaron hacia la pista.
Alyan intentó decir algo, pero Jana le hizo un gesto.
-Alyan, creo que Zuria quiere bailar contigo.
Él la miró sorprendido, aunque reaccionó con rapidez.
-Sí, claro. ¿Vamos, Zuria?
Ella le miró dudando, pero le dio la mano y se fue con él.
Jana miró a Kai con curiosidad.
-Estoy segura de que prefieres pasear que bailar, lobo. Salgamos al jardín. A mí también me vendrá bien dar un paseo.
La reina caminó hacia el jardín y a Kai no le quedó más remedio que seguirla.
Jana rompió el silencio después de un rato de caminar sin hablar uno al lado del otro.
- ¿Te ha contado Zuria su historia? -preguntó.
-Parte. Zuria y yo no hemos hablado demasiado nunca.
-Lo suponía. Es difícil explicar que su propio padre mató a sus abuelos e intentó violarla, supongo.
El lobo la miró horrorizado.
-Siéntate, Kai-ordenó Jana-hay muchas cosas que no sabes. Y ya es momento.
Los dos hablaron durante mucho rato. Anjana le contó la historia de Zuria y Kai le contó a la reina lo herido que se sintió por ocultarle a su hija.
-No somos tus enemigos, Kai. Es importante que lo entiendas. Queremos que Zuria sea feliz y quiero creer que contigo puede serlo. No vamos a ponernos en contra tuya.
-Gracias-respondió él con sequedad-supongo.
-Pero si descubrimos que sufre, Kai...te aseguro que dejaré que Alyan se haga un abrigo para el invierno con tu piel. Y creo que el rey vamp le ayudará con gusto. Y ahora, ¿vamos a bailar?
El chico la miró sorprendido, pero no le quedó más remedio que acompañarla hasta el salón y bailar con ella hasta que Alyan fue a buscarla. Zuria había ido a alimentar al bebé y los reyes empezaron a despedir a los invitados así que Kai subió a su habitación. Zuria estaba dejando a la pequeña en la cuna en ese momento.
Zuria miró a Kai de reojo. Parecía estar de peor humor que esa tarde cuando la había besado. La chica se preparó para acostarse mientras Kai la observaba.
- ¿Por qué me miras? -preguntó ella cuando salió del baño.
- ¿Por qué nunca me has contado todo lo que te ocurrió?
Zuria se encogió de hombros.
-Nunca hemos hablado demasiado, Kai. Y no podía decirte quién era, ya lo sabes. Pero te lo contaré todo ahora.
Él hizo un gesto de burla.
-Demasiado tarde. Tu cuñada ya me ha puesto al día.
-Kai...
-Déjalo, Zuria. Ya no importa. Acuéstate, es tarde.
El chico entró en el baño y Zuria, suspirando, se acostó.
-Tenemos que hablar, Kai-insistió mientras él se desnudaba cuando volvió a la habitación.
-No quiero hablar.
-Pero...
- ¡He dicho que no!
La chica, enfadada se puso de espaldas, dispuesta a no volver a hablarle nunca.
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