cuatro
— ¿Soobin?
El pelinegro se volteó, sorprendiéndose al ver que Yeonjun era quien lo estaba llamando.
— ¿Yeonjun?
—Soobin.
Su mente pasó por muchas teorías, se emocionó al creer que Yeonjun en realidad estaba poniéndose serio para declararse, de todas formas es muy difícil encontrar las palabras correctas, lo entendía perfectamente. Es un omega orgulloso, claramente le sería difícil declararse ante alguien que de hecho ya había rechazado antes.
— ¡Yeonjun! —alzó sus brazos para intentar abrazar al chico pero rápidamente fue golpeado en la cara — ¡Auh!
—Sopenco ¡¿Qué crees que estás haciendo con Taehyun al pedirle a un payaso que cuide de él?! —aquello sacó de su ensoñación al más alto, entendiendo una vez más que Yeonjun no estaba interesado en él en lo más mínimo.
— ¿A qué te refieres? Auch —siguió acariciando su mejilla con tal de disipar el dolor.
— ¡El maldito Zorro! —hizo un puchero al escuchar la manera tan tosca del omega, esto de esconder su identidad ya no le estaba gustando mucho — ¡¿Creíste que usando a un payaso como él vas a encantarle a alguien tan inteligente…?!
— ¡¿Qué tiene de malo?! —Interrumpió el alfa —Beomgyu me pidió que lo hiciera, pero, ni siquiera tenía idea de dónde vive ¡Pensé incluso que sería el Gato quien iría a verlo!
— ¿Gato?
—Sí, Gato.
Entonces, otro golpe cayó en su cabeza.
— ¡Oye!
Eso ocurrió en la salida de la escuela, en frente de muchos y sobre todo, en frente de Seo Beomjune y Taehyun.
Detesta a Beomjune, pero, no fue bonito que su crush lo haya golpeado enfrente de quien tuvo la grandiosa idea de cortejar a su crush.
Y por supuesto, perjudicaba el plan, porque si Taehyun descubre y cree que lo hizo todo para cortejarlo va a ser rechazado y todo habrá salido de la patada. No señor, eso no podía pasar.
Suspiró mirando las clases, ignorando el hecho de que su asiento estaba vacío porque su hermano nuevamente tuvo que ausentarse.
Esto de la presentación de Beomgyu se estaba haciendo un poco más complicado de lo que esperaban, puesto que ya estaban comenzando con la etapa de exámenes y por ende se le haría más difícil ausentarse para cuidarse bien en el celo.
Usualmente el celo llegaba tiempo después de la presentación, debido a que mostraba que su cuerpo ya había alcanzado la maduración sexual, mientras que la presentación es cuando el cachorro inicia la pubertad. Pero, en el caso de Beomgyu la cosa cambia completamente al ser una presentación tardía.
Recordaba que hace solo unos dos años fue su primer celo, tardó en su defecto varios años desde su presentación hasta ese día que su cuerpo se sentía muy afiebrado, sabía lo complicado que era porque se lo explicaron. Beomgyu en realidad no sabía mucho de sus cambios, muy probablemente sólo sabía que su sangre quemaba al pasar por sus venas y que el dolor en sus colmillos era inigualable.
Tal vez brindarle información hará que las cosas sean más ligeras, y darle consejos de cómo puede pasar sus siguientes celos para aminorar el malestar sea una buena opción, tal vez incluso lo haga más cercano a su hermano menor.
Suspiró con su mente sumergida en ello, ni siquiera se dio cuenta que su clase estaba comenzando, y solamente se vió interrumpido en ese hilo al escuchar la puerta del salón abrirse abruptamente.
Miró la puerta, sorprendido de ver entrar al siempre puntual Choi Yeonjun. Curiosamente estaba siendo impuntual.
Lucía malhumorado, su aroma estaba amargado por ese motivo y ni hablar de ese semblante que fácilmente se habría formado por el mismo motivo que lo llevó a llegar tarde, el hecho de llegar tarde y seguramente la mera existencia del joven alfa.
Alzó sus hombros y llevó su mirada a la pizarra, ya que debía comenzar a tomar sus apuntes y todo aquello, sin embargo, la sorpresa fue grande cuando Yeonjun caminó hacia él y se miraron por unos segundos.
Claramente Yeonjun podría no serle nada, biológicamente es más poderoso al ser el hijo de dos alfas, tenía una fuerte genética y un aroma bastante fresco, pero ciertamente como Soobin solamente era un chico torpe y que fácilmente se arrodillará para adular a Yeonjun, socialmente y en términos de actitud, Yeonjun es mucho más dominante que Soobin.
Es por eso que la oscura mirada del chico caló hasta sus huesos y rápidamente agachó la mirada a su libreta.
—Choi Yeonjun, deja de interrumpir mi clase y toma asiento.
No tardó mucho en ponerse más nervioso cuando vio por el rabillo de su ojo cómo Yeonjun tomaba asiento a su lado después de tanto tiempo, hasta se sentía irreal.
No se dijeron ni una sola palabra, al menos hasta que el maestro les habló de un proyecto, el cual sería un tanto importante si querían aprobar.
El hombre fue simple a la hora de hablar, precisando que sería una investigación y en parejas. La cual sería su compañero o compañera de asiento.
El joven alfa tragó saliva y miró de reojo al omega, el cual estaba tan disgustado con la idea que ni siquiera miró a su compañero. Así que sólo tomó aire y se resignó a pensar en que ese proyecto sería una tortura.
Sabía que iba a ser difícil, partiendo por el hecho de que cuando la clase acabó, Soobin estuvo siguiendo al mayor mientras trataba de llamar su atención, sólo con la idea de intentar distribuir el trabajo que sería la investigación.
Fue así hasta que llegaron a los casilleros, donde Yeonjun explotó.
— ¡¿Quieres dejarme en paz?!
—Puedes odiarme lo que quieras, pero después, sólo estoy intentando llegar a un acuerdo contigo —contestó mientras intentaba recuperar el aire ya que Yeonjun tuvo la ocurrencia de pasearse por todo el establecimiento.
—No haré ese trabajo contigo.
— ¡Sé que no quieres! Si fuera por mí lo haría con Beomgyu —contestó mientras el omega se cruzaba de brazos —Escucha, lo que podemos hacer es simple: yo investigo, tú acomodas la información y lo presentamos ¿sí?
El chico guardó silencio, pero luego negó.
— ¡Ay, por favor! Sólo son… —Rápidamente se vio interrumpido, debido a que no notó la reciente presencia de Beomjune.
— ¿Qué demonios crees que haces con mi omega? —Soobin frunció el ceño ante ese comentario.
— ¿Perdón?
—Entiende que cuando te dicen que no es no.
Soobin rodó los ojos y colocando su mano en la cara, sacó a Beomjune del medio.
—Cuando esté hablando contigo me contestas —aconsejó y entonces vio que el omega ya no estaba.
Bufó y comenzó a correr nuevamente detrás del chico, incluso ignorando los llamados del otro alfa.
Taehyun estaba haciendo su tarea, sin esperar a nadie esa noche. Ya se había resignado a no tener nunca más la cercanía de alguien como el Gato.
Suspiró con cierta pena por ello, pero, unos pequeños y delicados golpes se hicieron presentes en su ventana.
Caminó hacia ella y abrió las cortinas, viendo al chico de traje negro, camisa roja como la sangre y botas con ese bien detallado antifaz y una suave sonrisa.
Sus ojos se iluminaron y abrió la ventana, dejando así que el chico pudiera entrar a su cuarto, tal y como solía ser la costumbre.
—Gato…
El chico se reverenció de una manera elegante, luego retomó su postura habitual y le sonrió.
—Pasó mucho tiempo sin vernos, ¿no es así? —el rubio jadeó por el tono de voz que salía del chico, el cual era más grave de lo habitual —Disculpa por no haberte avisado ni nada, pero, fue un percance que escapaba de mis manos.
—Sí —fue lo único que contestó, notaba que el chico físicamente estaba teniendo unos cuantos cambios. El traje lucía un poco más ceñido que lo normal, su quijada lucía más prominente y el perfume está vez estaba un poco más mezclado con otro aroma, no podía deducir cuál era.
—Escucha, siento que hayas sentido que te quería ignorar o algo por el esti… —Taehyun posó un dedo en los labios de Beomgyu, haciendo que este se pusiera algo nervioso.
—Viniste a verme, eso es lo que importa —susurró el omega y las mejillas del ahora alfa se tornaron rojas. No se esperaba para nada que un gesto así de pequeño logrará hacerlo sentir así.
La nariz de Beomgyu era bastante aguda, ya sea para su gracia o desgracia, ya que aquello le permitió sentir el aroma de áloe verá y manzanilla, tan relajante y fresco que incluso iba acorde con el ordenado cuarto del chico.
—Supe que el Zorro vino a verte, ¿qué te pareció? —preguntó mientras tomaba asiento al lado del chico y se quitaba el sombrero, dejando ver su cabello con una liga sosteniendo una pequeña parte de su cabello en una coleta, dándole un aire juvenil a su elegancia.
—Uh, pues no fue la gran cosa —contestó —. Me di cuenta que Soobin es realmente cercano al Zorro.
Beomgyu guardó silencio, su lobo sintiendo lástima por el desconocimiento del chico.
Realmente se preguntaba si era buena idea seguir con esto, Soobin parecía haber superado lo ocurrido con Yeonjun, ya que esa era la principal razón por la cual el pelinegro habría decidido iniciar una estupidez tan grande y por supuesto, no sólo involucrar la seguridad de una ciudadanía entera, sino, que también los sentimientos de una persona.
Soobin no era consciente de que mientras más ilusionaba a Taehyun, más grande sería la caída.
Ahora que lo pensaba, no. No era buena idea seguir con esa tontería, las cosas podrían salir mal en muchos aspectos y aquello no le daba buena espina.
Necesita proteger a Taehyun de esta estupidez.
— ¿Gato? —el chico miró al omega, quien lucía ciertamente preocupado — ¿Pasa algo?
《Sí, ocurre que todo esto es una farsa en la que puedan herirte.》
Su hermano no estaba siendo compasivo con esto, sabe que tal y como Casandra, él no lo escuchará, y aunque se tratara de la buena onda con su hermano o la seguridad emocional de alguien, definitivamente prefería la seguridad emocional.
Tal vez, si cambiaba un poco las cosas, podría salvar a Taehyun.
Es por ello, que sin decir mayor cosa, le dijo que ya no podría verlo tan seguido, puesto que habían cosas en su vida de civil que le impedían un poco esa cosas, pero que haría lo posible por cuidarlo desde las sombras.
O a través de alguien, y quién mejor que un alfa llamado Choi Beomgyu.
Al día siguiente, se encargó de despertarse un poco temprano y sugerirle por mensaje ir juntos a la institución, a lo cual el omega aceptó sin mayores problemas.
Afortunadamente, su celo ya había pasado y para ese rato, las aguas con su lobo se habían calmado, sólo debía mantener la misma postura con el chico y las cosas saldrían bien.
Se encargaría de cuidar a Taehyun, darle su espacio y hacerle cambiar su idea de estar tan apegado a la presencia de Zorro y Gato.
—Creí que estabas enfadado conmigo.
Nicolás miró confundido a su hermano por las penosas palabras del omega, y Lucía prefirió ignorar el problema de su hermano mayor y hablar con sus amigas por mensaje.
A pesar de haber intentado salir más temprano para evitarlo, su madre se apresuró en levantar y preparar a sus hermanos como un rayo para que siguiera la rutina y fuera a dejarlos en la escuela. Afortunadamente, Taehyun no lo vió como un problema, y en realidad se vio más tranquilo al ir con ambos cachorros.
— ¿Y eso? —Taehyun alzó sus hombros, mientras que Beomgyu solo sonrió, en realidad sabiendo el trasfondo de las palabras que salieron —Lo siento por eso, yo…
— ¡Sé comportó como una bestia! —el pequeño Nicolás, soltó la mano de su hermano mayor y corrió para ponerse en frente del omega con esa tierna exageración de un niño de siete años —Luego dormía, y cuando despertaba era para comer o ir al baño, luego se quejaba por algo, aullaba un rato y volvía a dormir, ¡Hasta gruñía y mostraba sus colmillos!
Las mejillas de Beomgyu enrojecieron por cómo lo estaba pintando el cachorro y se apresuró en taparle la boca.
— ¡Cállate, sapo! —regañó al niño, pero se detuvo al oír la risa del omega.
—Seguramente fue un infierno para tu hermano, en especial por no tener a alguien que lo ayude.
—Como un omega —intervino Lucía —. ¿No?
El omega asintió.
—Exacto, eres muy atenta, Lucía —contestó el omega y la chica sonrió, entonces siguieron el camino hacia la escuela de los cachorros, el alfa habló con la maestra de su hermano menor y luego de que los niños entraran, finalmente quedaron Kang y Choi a solas.
Entonces una idea llegó a la mente del alfa.
—Taehyun, ¿qué dices si el sábado damos un paseo o algo por el estilo? —el rubio lo miró, confundido por la propuesta tan repentina.
— ¿Y a dónde iríamos?
—Mm, hace una semana supe que se inauguró una arcade, o también ir a otro lado que tú quieras.
—Oh, la arcade suena bien —contestó y sonrió —Entonces creo que está bien, de todas formas no tengo planes para el sábado.
Así, formaron una conversación que los mantuvo entretenidos y conectando entre ellos mientras seguían el camino hasta la preparatoria, tan ensimismados que incluso olvidaron por un momento de saludar a sus amigos, haciendo que por primera vez Soobin se olvide de suplicarle a Yeonjun por su ayuda en lo que era el proyecto, ya que se había dado cuenta de ese minúsculo pero interesante detalle.
Ambos, confundidos por la más absoluta ignorada que recibieron por parte de Kang y Choi.
Si bien había aprendido que la paciencia es una virtud, y según su padre goza con creces de ella, realmente no podía esperarse un segundo a que las cosas ocurran.
Es por ello que se decidió a intentar descubrir por qué se dieron tan extraños sucesos en la preparatoria.
Desde el hecho de que su hermano lo había ignorado por completo sin razón aparente hasta que pudo congeniar con Yeonjun de que algo extraño había ahí.
Bienvenidos a Zorros y Gatos.
Suspiró mientras miraba el edificio donde vivía el omega, ciertamente no había nada fuera de lo común, así que, algo desganado por eso optó por irse y mientras se balanceaba entre los edificios, se planteaba la idea de preguntarle a Beomgyu o a Taehyun, y saber si es que había ocurrido algo.
— ¡Suéltame, pedazo de mierda! —debido al grito, perdió un poco la noción de en donde caería y terminó cayendo y rodando en la azotea de un edificio no tan alto.
Era la voz de Yeonjun, y de hecho el amargo aroma del omega no se había tardado en llegar a su nariz, por lo que rápidamente comenzó a buscarlo hasta que encontró el callejón en el cual se encontraba.
La escena no era tan convencional, puesto que un grupo de matones lo estaban reteniendo y el omega parecía muy molesto.
Estaba en cierta medida sorprendido, podía ver que sólo estaba el líder y dos matones más que estaban intentando reducir a Yeonjun, pero este les hacía el trabajo al resto completamente difícil.
—Escúchame, recesivo —Soobin frunció el ceño, por lo que notó le encantaba a la gente tratar con esa estupidez de apodo al omega —. Vas a pagar por lo que tu padre y tú le hicieron a nuestra familia.
Había oído suficiente.
Apretó el gatillo de su gancho y en una maniobra arriesgada se lanzó hacia el suelo, algo que pudo haber sido una grandiosa entrada que incluso hubiera deslumbrado a Yeonjun en realidad fue darle una razón a su idea de que es un payaso, puesto que una vez aterrizó, no sólo tuvo problemas con su capa, sino que el gancho quedó atorado en el tubo que le sirvió para hacer su maniobra.
— ¿Y este parásito? —una vez tomó una postura heroica y recuperó la parte importante del gancho, fue que el líder de los matones habló —Parece que alguien se te quiere unir, Yeonjun.
El omega lo miró, claramente molesto.
—Sólo si no caes en el bote, pedazo de idiota —insultó, con su voz siendo un poco más grave y a su vez más ronca.
—Mira, no tenemos todo el tiempo del mundo, así que lárgate y no te ma… —un puño golpeó el rostro de uno de los matones, a lo cuál tres de ellos intentaron lanzarse en su contra.
Si había golpeado a uno, el líder seguía parado y sólo habían dos inmovilizando a Yeonjun, entonces había logrado básicamente que lo suelten.
— ¡Vas a ver, hijo de puta! —Soobin respondió ante los ataques, intentaban tumbarlo y así dejarlo indefenso.
En cierto momento intentaron tirarlo con patadas en sus piernas, pero el alfa era ágil, le encantaba dance dance revolution y practicaba el shuffle dance, por lo que sus pies eran bastante escurridizos y no lograban más que patearse entre ellos. Yeonjun admiraba el extraño espectáculo mientras intentaba librarse de los últimos dos matones que apretaban sus brazos, aquello con tal de mantenerlo inmóvil.
— ¡La capa! —cuando la neurona de uno de los matones funcionó, otro jaló de la capa, causando que Soobin cayera de espaldas y la tela se rasgara.
Antes de que pudieran comenzar, Yeonjun atacó por las espaldas al líder, el cual gruñó y ordenó a los que les encantaba seguirlo para que volvieran a inmovilizarlo.
Dos de ellos soltaron al alfa, pero el que quedaba realmente no estaba dispuesto a la oportunidad de marcar el rostro de quien ha estado truncado los planes del grupo por su "actuar de bienhechor" fue el líder.
Hubieron varios golpes, y por supuesto que el matón planeaba sobrepasarse
Su voz, casi en un gruñido anormal, nació desde su pecho y su voz de mando finalmente nació de forma casi voluntaria pero también desesperada.
— ¡Deja de golpear! —el matón se quedó paralizado ante la voz de mando dando tan aterradora orden y no pudo ejecutar el golpe que seguramente habría causado un fuerte sangrado de nariz o incluso acabado con la consciencia del alfa.
Yeonjun, aprovechó que aquella orden también afectó a los otros cuatro matones, puesto que las intenciones de lastimarlo eran bastante claras desde el inicio. Se escapó del agarre y cayó al suelo por la fuerza con la que ejerció, entonces miró lo que estaba a su lado, era una un palo lo suficientemente largo para asemejarse a un florete, lo tomó y cuando levantó la cabeza vió que el líder se le estaba acercando, pero entonces retrocedió y el Zorro se interpuso.
— ¿No te cansas de provocar problemas, pequeña zorrita?
El alfa no sintió su orgullo herido, era bastante inteligente para entender que aquello era una provocación y que era bastante patético.
—No lo sé, ¿qué dices tú, alfa de quinta? —Yeonjun frunció el ceño al escuchar aquél insulto.
En cierto modo, todos los matones eran unos alfas que muy probablemente hubieran aprovechado su voz de mando para hacer atrocidades con él, pero, aquella frase no era un insulto usual.
Solo conoce a una persona que lo utiliza.
—Maldita Zorra —Soobin rodó los ojos y entonces el líder se abalanzó sobre él, en un intento de continuar lo que su secuaz no pudo.
Yeonjun se levantó en silencio y se aferró al palo, asustado en cierta medida por lo que podía pasar. No esperó que el chico lo mirara y, como si le hubiera hablado, dejó el palo en el suelo y lo deslizó lo más fuerte que se permitió a él, rápidamente fue tomado y fue utilizado para hacer una separación entre el líder y Soobin, para luego empujarlo con sus piernas y entonces corrió hacia el omega.
Se quitó el saco, el cual estaba con la capa rota y sabía que sería un peligro para el siguiente paso.
Estaban rodeados, literalmente eran siete contra dos, lo más sensato que podría hacer es irse y dejar al omega en un lugar seguro.
—Aférrate lo que más puedas y nunca mires abajo —aconsejó mientras tomaba de la cintura al omega y disparó su gancho, Yeonjun palideció y se aferró al cuello del alfa, cerrando los ojos fuerte y entonces comenzó a sentir el viento golpeando su cuerpo y cómo caía, pero volvía a elevarse.
Soobin finalmente llegó a la azotea de otro edificio, un tanto alejado de la pandilla que estaba intimidando al joven omega. Ahí soltó la cintura del chico, el cual se aferró más a su cuello.
—Uh, está bien, ya puedes soltarme.
Entonces, Yeonjun abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en tierra firme, y sacó sus brazos del cuello ajeno.
—Tú…
Soobin suspiró y agachó la mirada, predispuesto a todos los insultos habidos y por haber que muy seguramente le diría el omega, no solo por el hecho de haber intervenido de manera patética el ataque, sino que también por haberlo llevado por los aires como si sólo fuera un monito cargado por su mamá.
—No llamaste a la policía.
Levantó la mirada, confundido por la reacción tranquila del mayor.
— ¿Ah?
—Te estoy diciendo que no llamaste a la policía, los imbéciles se van a escapar y ahora nos van a perseguir.
—Bueno, no creo que permanezcan libres por mucho más —comentó —. Les ofende haber sido llamados alfa de quinta, no durarán antes de que la policía los atrape por su cuenta.
—Son unos matones.
—Y la policía está cerca, podemos poner la denuncia y ya.
Yeonjun suspiró, aparentemente rendido por las palabras del alfa.
—Bien, bien —contestó —Yo… Me sorprende que hayas arriesgado tu integridad —lo miró —, y que sepas pelear.
Soobin sintió sus mejillas arder, aquello era lo más cercano a un halago o incluso un agradecimiento.
Yeonjun era tierno de forma involuntaria, adoraba eso.
—Gracias, joven. Y siento haberte llevado de esa forma, pero prefería sacarte a salvo antes de que algo te pasara por intentar esquivarlos.
—Supongo que está bien, pero a la próxima que quieras salvarme, utiliza un método más seguro para llevarme.
No se dio cuenta cuando se estaba acercando al rostro del omega, el cual desvió su mirada y miró los edificios y lo que era ver una ciudad desde la altura. Evitando así que lo bese y provocarle problemas con su novio.
—Debo volver a casa, y he de suponer que tú también, sobre todo por esos golpes.
— ¿Mm? —tocó su rostro de manera automática, pero aquello no era tan importante —Ah, sí. Lo haré cuando te deje en tu casa.
— ¡No! Puedo volver por mi cuenta.
—Sí, no dudo de ello, pero tampoco dudo que…
— ¡Maldita Zorra!
Suspiró al escuchar a lo lejos a los matones.
—Vamos, recuerda aferrarte bien y no mirar abajo —contestó mientras volvía a tomar de la cintura al omega y pronto estaban llegando a la casa del omega.
Esa noche el mayor se la pasó mirando el techo de su cuarto, intentando recordar bien los detalles y haciendo comparativa con todos los alfas que conocía, puesto que habían muchas actitudes en el cosplayer de Diego de la Vega que se le hacían conocidas.
Mientras Soobin, estaba buscando excusas para no asistir al día siguiente, puesto que no podía mostrar su cara llena de feroces golpes. Para su desgracia, los matones tenían la mano pesada.
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