El pelirrojo sonrió con algo más de confianza antes de alzar el pie rozando la entrepierna del zorro, el cual también estaba comenzando a reaccionar.

-Veo que ya no eres tan aburrido... - dijo burlón atrapando los labios del joven humano en un beso mucho más atrevido e intenso que los anteriores. Esto le gustaba mucho más, un humano atrevido y dispuesto a complacerlo, tenerlo acorralado contra el suelo solo aumentaba sus ganas de saborearlo por completo.

Tanjiro lo abrazó con fuerza mientras correspondía el beso con la misma intensidad, no estaba seguro de lo que hacía, pero sabía que debía intentar seguirle el ritmo si quería seguir.

La lengua del rubio no tardó en abrirse paso a la boca del menor sin siquiera pedir permiso, saboreando lo dulce de su saliva y disfrutando aquel calor agradable que su cuerpo desprendía y que sin razón alguna le encantaba.

-Mmm -gimió el joven mientras su pequeña lengua se unía a la grande del kitsune con torpeza, solo la movía, pero se sentía tan caliente y mojado que no quería parar.

El zorro comenzó a acariciar su abdomen, teniendo mucho cuidado de no lastimar con sus garras, sólo sus dedos tocando cuidadosa y lentamente, disfrutando la piel.

-mmm - el pelirrojo suspiraba a ratos, no podía evitarlo al sentir las manos del espíritu recorriendo parte de su cuerpo, moviendo las manos de su espalda a su cintura, intentando apegarse aún más a su cuerpo.

-¿Estás seguro de que quieres esto? Soy completamente inexperto con los humanos y tu completamente inexperto con el sexo - el zorro era conSciente de que debía preguntar, al menos esto debía hacerlo bien, no quería oirlo llorar de arrepentimiento luego. 

-Si... sí quiero- respondió tímidamente, ahora no era el único con una erección, el miembro del zorro estaba completamente despierto y eso lo tentaba en demasía. 

-Solo una cosa - advirtió el zorro saboreando sus labios, dejando a la vista sus colmillos, que al menor le habían fascinado.

-¿El qué?- preguntó intrigado el joven, aunque dudaba negarse a condiciones con lo deseoso que estaba. 

-No te enamores solo porque tendremos sexo ¿Está bien?- Kyojuro dejó su tono burlón a un lado, aquello lo decía muy en serio, los espíritus no solían preocuparse de sentimientos, pero sí sabía que los humanos eran muy enamoradizos.

-Si- asintió el menor con seguridad, lo que menos deseaba era detenerse, así que aceptaría sin más. 

-Muy bien... Seré cuidadoso, así que no te preocupes, sé bien que tu piel es delicada -respondió sonriente el zorro besando su mejilla, así podría probar lo que era la unión carnal con ese chico sin culpa alguna.

-Lo...lo es -respondió sonrojándose algo por el beso.

-Entonces vamos a acomodarnos bien, será más cómodo así- después de todo la espalda de Tanjiro estaba directamente sobre el suelo y el zorro cargado sobre él.

-Sí, Kyojuro- 

El zorro se levantó del futón, que también era un completo desastre y se las arregló para ordenarlo, por los movimientos de su cola era obvio que estaba contento y ansioso por comenzar.

''Parece un perro contento'' Pensaba el pelirrojo quien se había levantado para dejar que el zorro tendiera adecuadamente el futón,era extraño esperar mientras lo veía después de un momento tan atrevido.

Una vez listo, el espíritu se sentó en el futon con los brazos cruzados esperando al humano, su cola inquieta daba a entender de forma evidente su impaciencia. 

El pelirrojo se acercó hasta el kitsune viendo como movía la cola, haciéndole gracia esa actitud algo infantil. 

-Ven, acércate más ¿acaso no es esto lo que quieres?- llamó el rubio extendiendo los brazos, no quería perder más tiempo y eso se notaba en su abultada entrepierna.

-Si.. si quiero- caminó hasta lanzarse hacia el kitsune, empujándolo de tal manera que  quedó de espaldas contra el futón y el humano encima de él.

-Esta actitud me agrada más... Déjame mostrarte por qué los zorros somos tan solicitados - ronroneo tomando los glúteos del humano, su piel suave era algo completamente nuevo para él, le gustaba cómo se sentía, sobre todo por su calidez, no podía quitarse eso de la mente.

-Que buenas garras tienes- respondió el humano en el mismo tono lascivo, sonriendo al verlo desde arriba.

-¿Seguro que son solo las garras? - se sentó con el menor sobre él, comenzando a dejar pequeños besos en su cuello, dejando una notoria marca cerca de su clavícula, ocultaría que la calidez que desprendía le gustaba en demasía, no así su calentura .

-Mmm ahh no... también tus labios. Jaja tus bigotes- Tanjiro no pudo evitar reír, su cuerpo parecía estar más sensible a todo tipo de estímulos, sumado a su nerviosismo por estar próximo a tener relaciones por primera vez.

-Te hacen cosquillas... Que tierno...- Susurró el zorro sin dejar de dar pequeños besitos en el cuello del joven, oírlo gemir u oírlo reír, ambas cosas le producían una sensación agradable en el cuerpo, por lo que no tenía intenciones de parar.

-¿Pero si tengo cosquillas no podré seguir o si?- preguntó dudoso el pelirrojo, por lo que entendía, la risa y el placer no era algo que  solía estar en el mismo momento, pero aún tenía mucho que aprender y tenía junto a él un experto.

-¿Seguir con que? - preguntó burlón hundiendo el rostro en el cuello del pelirrojo, disfrutando de su peculiar aroma, aun si recientemente se habían duchado, el aroma natural del Kamado le parecía agradable.

-Nada , solo sigue - Esperó a que el zorro se incorporara, aprovechando el estar sentado en su regazo para besarle el pecho, dándole una pequeña lamida, también sentía mucha curiosidad por hacer lo mismo que el espíritu hacía con él.

-Mmm... Como digas - Respondió el rubio tomando el mentón del joven, alzando su rostro para volver a besarlo, subiendo las manos a su espalda en suaves caricias, al ser el humano un primerizo, aprovecharía de extender los jugueteos y caricias previas al plato fuerte para no asustarlo.

Sería gentil con el humano de momento, después de todo no quería que su unión carnal terminará en una dependencia emocional por parte del chico, eso sería un problema bastante complicado, no es lo que buscaba, solo quería probar algo que realmente llamaba su atención.

El pelirrojo correspondió el beso envolviendo las manos alrededor de su cuello, estaba completamente rodeado por el zorro y le encantaba, quería borrar su culpa y cambiarla completamente por el placer que estaba sintiendo

El zorro, al sentirlo tan cerca y bien sujeto, bajo su mano izquierda a los muslos del joven, levantándolo para que le envolviera con él, aquella calidez que desprendía se volvía cada vez más adictiva y no estaba siendo suficiente, quería mucho más a cada minuto que pasaban tocándose mutuamente.

El humano no tardó en entender lo que el otro quería al alzarlo y envolvió las piernas alrededor de la cintura del kitsune sin dejar de besarlo en cuanto fue levantado, dejando que sus intimidades estuvieran en contacto directo, haciéndolos suspirar.

-Eres muy atrevido para ser virgen muchacho. - dijo el zorro apegÁndolo más a su cuerpo, haciendo que el roce entre sus intimidades fuera mayor, la cercanía no podía ser más y aun así el contacto le parecía poco, sus instintos gritaban que necesitaban mucho más del pelirrojo y no tenía intenciones de ir en contra de ellos.

-Mm... ¿ah sí?- Respondió el menor, moviendo de forma torpe e instintiva su cadera, dando inicio a un roce constante y candente entre ambos, sin soltar el cuello del zorro sin dejar de mirarse como un par de idiotas calientes.

-Pero eso te hace más irresistible... - La voz del zorro comenzaba a sonar un poco más grave, ese movimiento del humano era una completa locura, nunca había sentido tanto deseo por alguien tan rápido y de esta manera, en serio quería comerlo.

Tanjiro por su parte comenzó a hacer un pequeño ronroneo entre suspiros delicados, se sentía extrañamente necesitado. Tanto tiempo solo en la montaña sin contacto alguno le había pasado la cuenta.

-No sabía que los humanos hacían eso... - dijo divertido el mayor, bajando las manos en una caricia rápida, llegando a los glúteos del curioso humano apretando su trasero sin aviso.

-¿Ronronear?-  Tanjiro respondió divertido, no sabían nada del otro como especie y todo era una experiencia digna de disfrutar, aunque no podía evitar pensar que la impaciencia del zorro era algo bastante lindo.

-Quiero saber que otros sonidos puedes hacer chico... - Kyojuro por su parte estaba muy interesado en descubrir todo lo que su compañero podía hacer, acercándose a su oreja, mordiendo con suavidad.

-¿Miau?- Respondió el pelirrojo con algo de inocencia antes de suspirar por sentir la respiración del zorro en su oído, retorciéndose un poco, deteniendo los movimientos de su cadera por la vergüenza.

-Muchacho... Un mullido no me atrae, quiero ver que otros sonidos de placer puedes hacer - dijo divertido por la reacción del menor, deslizando una mano desde ese lindo trasero hasta llegar a la entrepierna antes de volver a susurrarle.

 - Quiero saber si al menos esta marca valdrá la pena- soltó con suavidad, tomando el erecto falo del pelirrojo con cuidado, usando únicamente su pulgar para estimular parte de su longitud.

El aludido no tardó en gemir bastante alto, aunque no llegando a ser escandaloso, nadie antes lo había tocado pero definitivamente disfrutala la exquisita sensación se ser estimulado por alguien más.

-C... cuidado con tus garras ,por favor- susurró con la voz temblorosa entre suspiros e hipidos, apretando los hombros del zorro mientras su espalda se curvaba por el placer.

-No tengas miedo... Si llego a lastimarte... Podré curarte o acaso ¿No te gustaría una mordida?- El zorro no podía dejar de sonreír, en efecto los sonidos del pelirrojo eran un deleite y mucho más sus expresiones con esa linda cara sonrojada. No lo ofrecía por nada, quería dejar marcas de sus colmillos en ese chico.

-Mm... si quiero - Confiesa en extremo sonrojado, antes nunca había tenido ese tipo de impulsos, pero ese espíritu nublaba sus sentidos.

-Entonces pídelo... No solo no puedo negarme, quiero hacerlo... - Se incorporó para morder suavemente los labios ajenos, solo un segundo, no quería interrumpir ningún adorable sonido o petición. 

-M... muérdeme ,por favor-  A duras penas pudo decirlo entre la estimulación de su cuerpo, pero fue suficiente para que la cola del zorro se moviera ansiosa. 

La piel del espíritu se erizó al oír cómo el joven hablaba completamente excitado, no recordaba la última vez que había tenido tantas ganas de satisfacer sus necesidades con tanta desesperación y mucho menos con un humano. Besó cuidadosamente su cuello, lamiendo cerca de su hombro, antes de presionar sus colmillos, rompiendo la piel,aprovechando la situación para comenzar a frotar su dedo contra la punta del falo del pelirrojo de forma circular.

En lugar de quejas por el dolor, se escuchaban gemidos bastante sucios en la cabaña, los cuales eran únicamente del humano.

El zorro por su parte no soltó la mordida y comenzó a masturbarlo lentamente, subiendo y bajando la mano con mucho cuidado, estaba disfrutando aquellos sonidos, después de todo no iba a negar que disfrutaba mucho esa clase de cosas.