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Capítulo 1: Comienzo de extraña relación

Tanjirou caminaba bajo la lluvia del bosque intentando buscar refugio cuando vio a un pequeño zorro con una pata herida.

El pobre animal chillaba y en cuanto miro al pelirrojo intentó escapar, pero su pata estaba incapacitada incluso para poder levantarse así que solo erizó su cola y comenzó a gruñir en forma de advertencia para que se alejara.

-Oh - se acercó lentamente al animal estirando la mano - Tranquilo pequeño, no te haré daño

-grrrr- el animal seguía chillando y gruñendo, enseñando los dientes, abriendo un poco la boca dando a entender que lo mordería sin dudarlo.

-Shh tranquilo - siguió acercando su mano hasta que llegó a la cabeza del pequeño zorro.

Pero el animal no iba a calmarse, en lugar de ello mordió el brazo del chico pelirrojo, sus filosos dientes no rompían la piel pero si generaban bastante dolor, como si no quisiera lastimar demasiado y si dar una advertencia.

Tanjirou apretó los dientes por la mordida pero eso no le detuvo de acariciar un poco su cabeza.

El animal gruñó más fuerte apretando un poco más intentando alejarlo y rasguñarlo con sus patas delanteras.

-Como aprietas, si que eres fuerte y eso que agg -sisea un poco cuando el animal apretó un poco su mordida- solo eres un cachorro-

Al notar que el joven no tenía intenciones de quitar su mano mordió con más fuerza, incrustando sus caninos en la piel haciéndola sangrar un poco.

Seguían mojándose pero el pelirrojo no parecía importarle y agarró al zorro que le seguía mordiendo y se lo llevó dirigiéndose a su casa.

El animal chillaba sin parar y cuando no chillaba se dedicaba a morderlo intentando escapar, era tan inquieto que el joven tuvo que detenerse un momento y envolverlo en su haori para evitar más daño.

-Shhh así no te mojaras -

El animal viéndose inmovilizado dejó de morder, incluso de chillar, pero se mantuvo gruñendo todo el camino.

-Ya estamos - abrió la puerta entrando rápidamente y cerró la puerta oyendo los gruñidos del zorro.

-grrrrraaaw - el animal seguía gruñendo a pesar de sentir el calor de una cálida fogata, no podía sentirse seguro cerca de un humano.

-Estoy empapado, mejor me cambio pero antes debo mirarte esa herida en la pata- Para poder atender al zorro, tomó una cinta y amarró su hocico para evitar ser mordido para luego comenzar a limpiar su pata con agua tibia -Esto fue hecho por una trampa de cazador quien te lo hiciera es un desgraciado- dijo con molestia el pelirrojo limpiando cuidadosamente la herida.

El animal se quedó observando en silencio luego que el joven le pusiera un ungüento y luego de vendara sin apretar demasiado.

-Listo, ya tienes vendada la pata. Ahora voy a cambiarme de ropa- respondió satisfecho con su trabajo quitando la cinta del hocico del zorro.

El animal no se movió, al parecer había malinterpretado las intenciones del pelirrojo, no escaparía por ahora ya que no podía moverse y estaba en un lugar cálido para refugiarse de la lluvia, pero al primer intento de algo sospechoso le volvería a morder y se marcharía.

El pelirrojo sonríe al ver al animal tan tranquilo antes de girarse y empezar a quitarse la ropa.

El zorro por su parte solo se acomodó en dirección al fuego, bajando sus orejas resignado, Tanjiro agarro lo primero que vio quedando desnudo ignorando que el zorro le miró unos segundos, su cola se movió un poco y decidió girarse para mirar al joven que le había ayudado, su mirada estaba tan fija que el joven no podía evitar sentirse algo incómodo.

-¿Que.. ¿Qué miras, pequeño? - pregunta todavía desnudo y un poco sonrojado. No porque le mirara el pequeño zorro, era más bien su mirada.

El animal solo bostezo y se acomodó sin dejar de mirarlo fijamente.

-Tienes sueño - dijo agarrando su ropa interior subiéndosela lentamente. Por alguna razón era incómodo que el animal le miraba tan fijamente, parecía concentrado en el movimiento de sus manos subiendo por sus muslos, había un brillo extraño en aquellos ojos dorados que le hacían sentirse raro.

Cuando tenía puesta la ropa interior agarró una manta cubriéndose y se sentó cerca del zorro mirando al fuego.

El animal movió la cola un poco y levantó la cabeza olfateando un poco. Tanjiro se giró con la manta mirando al pequeño animal olfateando y sonrió con ternura, el zorro al notarlo le miró girando la cabeza y siguió olfateando su alrededor, hasta que sonó su estómago.

-Oh, ¿tienes hambre?-

El zorro dirigió la vista a otro lugar, era como si entendiera sus palabras y no sólo eso, se sentía avergonzado por el sonido de su estómago

-Eso es un si. Miraré si hay algo para comer, ¿vale?-

El animal solo siguió evitando mirarlo y bajó la cabeza.

-No tardo - se puso en pie dejando caer la manta para ir a por la comida en ropa interior, no es que eso fuera un problema, vivía solo y la fogata lo mantenía cálido.

Levantó rápidamente sus orejas escuchando la tela caer y miró al menor, su cola se agitó un poco cuando lo vio agacharse.

-Genial, todavía queda-

Tanjiro sonríe mientras coloca en un pequeño bol la comida del día anterior y se lo extiende al pequeño animal.

-Es un poco de carne de ayer. Espero que te guste-

El zorro olfateo la comida pero sólo bajo la cabeza y la ignoro.

-¿No quieres?- pero no hubo respuesta, el animal se hizo una bola sin mirar la comida otra vez.

-Que adorable -murmuró viendo al zorro envuelto en su cola

Pero el estómago del zorro volvió a sonar a lo que se esforzó en hacerse una bola más pequeña intentando que no sonara.

-¿Por qué no quieres comer?-

En realidad sólo no quería depender del humano, estaba seguro que intentaría algo si recibía la comida, además había algo que prefería mucho más que la carne.

-Umm si no quieres cogeré otra cosa, que me quedan varias- tararea mientras vuelve a levantarse y saca una batata.

El animal chilló de la nada, su cola se movía enérgica sin razón alguna, su mirada fija en el joven y un brillo peculiar en lo ojos del zorro le decían que algo quería.

-¿Ah?- se giró mirando al animal que movía su cola de forma enérgica y miraba lo que tenía en la mano -¿Qué quieres?-

La saliva comenzaba a caer del hocico del zorro sin parar de mover la cola.

-Ah , ¿esto?- Tanjiro sonrió ante la reacción del animal y partió un trozo extendiéndoselo.

El animal olfateo un poco antes de abrir la boca y tomar un pequeño bocado, una vez que probó la batata abrió bien sus fauces y le quitó la comida de la mano comiendo bastante rápido.

-Oye , tampoco te lo comas todo - dice riendo y niega antes de coger la otra mitad y empezar a morderla - mmmm que rica-

El zorro volvió a chillar mirando la que el pelirrojo tenía, puesto que la suya había sido devorada en cuestión de segundos.

-Es la última pero - la partió dándole el trozo más grande -Ten-

Esta vez tomó la comida con más calma, pero con su hocico empujó el plato de carne en dirección al pelirrojo y luego comenzó a comer con más lentitud, había fallado negando la comida de parte del humano pero no podía evitar babear frente a su alimento favorito.

Tanjiro sonrió todavía más al verlo más calmado y contento.

Una vez que acabó, volvió a hacerse una bolita intentando mantener el calor, ni él mismo se había dado cuenta de que había perdido sangre suficiente como para no controlar correctamente su temperatura y la fogata junto a su abundante pelo no ayudaban mucho.

-¿Estaba rico?-

Nada, el animal comenzó a tiritar un poco en su lugar y que estuviera en posición fetal significaba que algo no estaba bien. El humano cambió la expresión por una de preocupación al verlo tiritar acercó la mano sin importar que lo mordiera y le acarició un poco.

Escuchó débiles gruñidos, al parecer por muy enérgico que estuviera a la hora de comer, el pobre se iba apagando poco a poco.

-Muérdeme si quieres -lo agarro con cuidado poniéndolo en su regazo y lo envolvió con la manta para que también entrara en calor. Efectivamente, el zorro le mordió, pero fue con bastante suavidad, no sabía si debía preocuparse o el animal no quería hacerle daño.

-Entiendo que reaccionas así porque estás asustado pero es normal ,los humanos somos peligrosos la mayoría- comenta mientras le acaricia un poco la cabeza

El pequeño zorro mordisqueaba su mano con bastante cuidado, sin apretar, sin lastimar.

-Oh , creo que ahora confías más ,amiguito-

Presiono un poco más fuerte por un momento, de verdad que ese zorro era extraño, primero le miraba fijamente estando desnudo y ahora parecía entender sus palabras mordiendo más suave o más fuerte para darse a entender.

-De acuerdo, eso significa tal vez que no me confíe demasiado ¿no? Tranquilo una vez estés recuperado te dejaré ir- El zorro dejó de morderlo un momento para mirarlo a los ojos.

-¿Quieres algo más , pequeño?-

Se acomodó con algo de dificultad sobre el regazo del pelirrojo, quedando cerca del brazo que le había lastimado y comenzó a lamerlo un poco.

El humano miró sorprendido y sonriendo como el pequeño animal le lamía ahora las heridas de sus mordiscos.

Después de un rato Tanjiro pudo sentir que el zorro no estaba tan frío como antes, respiraba tranquilo y ya no lamía o mordía, se había dormido cubriendo parte de su cuerpo con su peluda cola.

-Descansa ,pequeño -susurra en voz baja para no despertarlo.

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El zorro despertó confundido, sintiendo un calor agradable, abrió sus ojos bostezando un poco, estaba sobre un futón, el brazo del joven pelirrojo estaba sobre él sin aplastarlo, quien dormía plácidamente.

Se levantó con cuidado, intentando equilibrarse solo con tres patas, acercándose al joven de cabello rojo mirándolo con detenimiento, y comenzó a lamer la cicatriz de su frente.

Tanjiro soltó una pequeña risa al sentir algunas cosquillas y abrió lentamente los ojos sintiendo como la cola del zorro le rozaba un poco la nariz. El animal seguía lamiendo su cicatriz bastante concentrado, a pesar de que ya había notado que el pelirrojo había despertado no se alejó ni gruñó.

-Oh veo que te encuentras mucho mejor, amiguito-

El zorro le puso una pata en la boca haciéndolo callar y se recostó sobre su cara para seguir lamiendo la cicatriz.

Tanjiro se quedó aún más sorprendido que antes al notar que se puso en su cara ,ahora podía notar algo más- Lo sabía, eres un macho, ahora lo confirme más-

El animal no tomaba atención, sólo lamía insistentemente su cicatriz.

-Me haces cosquillas- dijo entre pequeñas risas, el pelaje del animal era suave y cálido, le gustaba sentirlo en la cara como si fuera una agradable manta.

El zorro se paró de la nada y se metió en el futón jalando la manga del brazo lastimado con insistencia.

-¿Qué pasa, pequeño?-

Metió su nariz en la manga del brazo sorprendiendo al joven no sólo por su actitud, si no porque todas las mordidas habían desaparecido, no había nada, ni siquiera una marca.

-¿Desaparecieron? Y tampoco me duelen - Tanjiro estaba seguro de que ese brazo estaba lleno de mordidas y rasguños que el zorro le había hecho, no podía estar soñando.

Cuando el pequeño zorro vio que no había herida alguna, caminó cojeando un poco hasta la cicatriz de la frente del menor, volviendo a lamer con mayor insistencia.

-Pequeño, eso no es una herida. Es de nacimiento - dijo al comprender algo lo que pretendía.

El zorro dejó de lamer y miró al menor con la lengua asomándose un poco por su boca, girando un poco la cabeza.

-¿Has sido tú quien ha curado las heridas?- sabía que lo que decía parecía una locura, pero ese zorro rojo no era normal, mucho menos su comportamiento, sumado a que las heridas no desaparecen de la nada.

El animal solo siguió mirando en silencio.

-Pequeño ¿ quién te hirió en la pata? Estás cojo- era obvio que no le iban a responder, tal vez solo era un animal muy inteligente acostumbrado a la gente.

El zorro solo se recostó junto a su cabeza mirándolo en silencio.

-Es verdad, los animales no hablan. Que tonto soy a veces-

El animalito se acomodó y comenzó a lamer su propia herida por sobre las vendas, aunque en su caso no sirviera para nada, en su estado actual aunque quisiera no podría curarse así mismo.

-Te debe doler mucho ,¿Verdad?- acercó la mano acariciándolo por la espalda despacio, mientras este solo lo ignoraba y seguía lamiendo, en realidad le dolía bastante aún.

-Eres muy adorable - movió un poco la mano hasta llegar a su hocico y tocar curioso sus bigotes pensando en que el zorro lo seguiría ignorando, pero abrió la boca y atrapó sus dedos sin lastimarlo, aunque si aparentando un poco, le disgustaba que ese chico a pesar de no ser mala persona quisiera tocarlo tanto, no era una mascota.

-De acuerdo , mensaje captado. No se toca tus bigotes-

Liberó los dedos del pelirrojo y volvió a su tarea de lamerse, comenzando a asearse, dándole la espalda al joven de forma extrañamente arrogante.

-Vaya ahora te pusiste en modo presumido jajaja-

El zorro lo ignoraba mientras seguía lamiendo su cuerpo, limpiando adecuadamente su pelaje.

-Es tu hora del aseo por lo que veo, entonces mejor no te molesto-

Luego de un rato el animal se levantó, cojeaba e incluso se caía al caminar, pero su dirección era evidente, la puerta.

-¿Quieres irte?- preguntó preocupado poniéndose rápidamente en pie.

El animal siguió caminando y comenzó a olfatear por el borde de la puerta rascando un poco indicando de forma muy obvia lo que quería.

-Espera - aceleró un poco el paso y lo tomo del suelo con cuidado- Todavía estás herido, no puedes irte. Es peligroso-

-Grrrr-. Gruñó y sacudió su cola con molestia, incluso lo intentó morder, no aceptaba las palabras del humano.

-Pequeño ,te prometo que una vez te cures podrás irte-

-Grrraaa-gruño más fuerte sin dejar de patalear intentando escapar de los brazos del joven.

-Entiende que es peligroso - dice poniéndose serio, era obvio que el zorro entendía, pero al parecer era un terco berrinchudo.

-¡Grrrra! - seguía gruñendo sin parar una y otra vez al parecer con desesperación.

-Puedes morder y arañar si quieres pero hasta que no te cures no te dejo ir-

El zorro resignado por no lograr liberarse comenzó a chillar sumamente fuerte casi como si llorara.

-¿Te estoy haciendo daño?- preguntó sintiéndose algo mal ,parecía como si el zorro estuviera sufriendo.

Chillaba y chillaba sin parar, sonaba casi igual como un perro sufriendo, abría su boca e intentaba morderlo pero desde su posición no lo conseguía.

-Pequeño cálmate, por favor - lo atrae a su pecho acariciando su espalda intentando calmarlo pero era completamente inutil, el animal comenzó a rasguñarlo y a morder sus ropas sin dejar de chillar cada ver de forma más desesperada.

-Oh, oh relájate por favor. Solo lo hago por tu seguridad, pequeño amiguito-

De pronto sintió como algo caliente comenzaba a mojarlo desde el abdomen, el zorro se había quedado quieto y escondió la cara en sus ropas.

-¿Qué haces?- preguntó confundido ya que no había reacción alguna de la pobre criatura.

El pobre animal no se movía más, estaba terriblemente avergonzado y se ocultaba como podía.

-Algo húmedo me noto por.... - se miro abajo notando líquido amarillo descender -¿Te has meado?-

No hubo respuesta, cuando quiso mirar al zorro este evitaba mirarlo, girando la cara.

-Por eso querías salir-

Nada, el animal estaba completamente inmóvil, resignado, avergonzado por no haber aguantado o luchado un poco más por salir.

-No pasa nada, pequeño. Fue sin querer - siguió acariciando al zorro sin estar molesto, de haberlo sabido no le habría negado salir.

Pero nada, no había reacción, solo el movimiento de su abdomen por su respiración.

Tanjiro camino con el animal en brazos sin dejar las caricias al animalito, le sorprendía lo bien educado que era ese zorro como para salir a hacer sus cosas afuera. Sería mejor tomar un baño de inmediato, ahora olía a meado y el zorro también se había mojado un poco.

-Es hora de que nos bañemos, apestamos a pipi-

El animal solo abrió la boca emitiendo un suave sonido, después de que su vejiga no aguantara estaba bastante dócil, aunque la palabra correcta sería apenado.

-Vamos, cuanto más tardemos más costará que el olor se vaya-

Se dejó hacer sin ningún problema, incluso cuando Tanjiro salió con él para calentar el agua en la tina de madera, al parecer esa pequeña cabaña no tenía un lugar para una tina y debían bañarse afuera con una pequeña hoguera por suerte ya no llovía pero hacía mucho frío..

Miraba como el chico se encargaba de todo solo, estaban en una montaña en medio de la nada así que a pesar de que el joven se desnudo afuera, era imposible que alguien le viera. Tomó al zorro en sus brazos y se metió al agua caliente con lentitud.

-¿Está bien para ti?- preguntó sintiendo el agua caliente relajar rápidamente su frío cuerpo.

Miro al joven algo preocupado por el agua, pero una vez adentro parecía relajarse bastante, aunque no pudiera tomar distancia debido a que esa pequeña tina era para una persona y no podía alejarse de su pecho.

-Parece que te gusta, me alegra-

Se acomodó con cuidado y apoyó la cabeza en el hombro del joven pelirrojo, al parecer ya estaba seguro de saber que no corría peligro y aprovecharía la situación para disfrutar del agua y su temperatura.

Tanjiro al notar que el zorro se había calmado le acaricio la espalda.

Con el pelo todo mojado el zorro mostraba un aspecto gracioso, su gran cantidad de pelo esposo ahora estaba pegado a su cuerpo y tenía la mitad de su tamaño.

-Te ves adorable así- soltó el joven a pesar de que al parecer al zorro no le gustara esa palabra, aunque extrañamente solo suspiro molesto, pero no se movió, estaba demasiado relajado para moverse.

-Vaya no te gusto que te dijera que estás adorable - comenta acariciando su espalda.

Luego de unos agradables minutos Tanjiro se encargó de comenzar a asearse, restregaba su cuerpo solo con una mano mientras con la otra mantenía al zorro, el cual solo estaba quieto intentando no arañarlo.

-Se que esto sonará ridículo pero me gustaría saber si tienes nombre-

El animal solo lo miró confundido girando su cabeza.

-Ya se, te dire, Inari- dijo sonriendo, nunca había tenido a algún compañero animal o mascota, pero le emocionaba la idea de nombrar al zorro.

-Grrrrr- fue la respuesta que obtuvo, la cual obviamente significaba algo.

-De acuerdo Inari no. Pues entonces Totoro-

-Grrrr- dijo dando un salto saliendo de la tina, aunque cayó de costado debido a su pierna herida, corrió a la casa luego se sacudirse y volvió con una fruta en el hocico.

-¿Una fruta? ¿Es para mi?-

Negó y la dejó en el suelo, era un damasco.


AQUÍ TENÉIS OTRO ESTRENO. Y QUEDA OTRO MÁS. 

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