Cap. 4
Los rayos del sol entraban por el hueco del arbol donde penelope dormia. Despertó, se sentia feliz, hoy seria un buen dia, seguro
Habia muchos pescadores, pero no tenia ganas de pescado
--Como extraño la comida de gato -dijo mirando el piso
Ya habia pasado aproximadamente 2 años que vivia sola y en todo ese tiempo nunca probó la comida de gato, la extrañaba y mucho
--Ufff, veamos que pasa
Penelope subio un árbol. Una familia se sentó debajo para hacer un pequeño picnic, un gato blanco estaba con ellos, seguramente porque él era la mascota. La niña de la familia sacó una lata de comida de gato y se lo dio al minino. Se le hizo agua a la boca de Penelope, pero un ruido la sacó de ese trance, un crujido. La rama en donde estaba se estaba rompiendo
--Oh no -dijo
La rama se rompió y cayó junto con penelope, pero esta vez no fue suficientemente rápida para que cayera de pie
--¿Qué fue eso?- dijo una voz masculina
Penelope intento levantarse, pero cuando quizo hacerlo un dolor pulzante en su pata delantera izquierda hizo que caminar fuera muy doloroso e hizo que gritara de dolor. Su pata delantera izquierda se había doblado
Oyó pasos que se acercaban a ella, la familia que anteriormente había visto se acerco para ver que pasaba y al verla a ella dieron una mirada de susto y pena
Penelope intento levantarse nuevamente, pero el dolor hace que maulle de dolor
--Oh no, esta herida -dice la madre
El padre se acerca y la carga con cuidado. Empiezan a vendarle la pata
--Ese fue una mala caída -alguien habló
Penelope movió la cabeza buscando al dueño de la voz, ningún humano había hablado
--Aquí, gatita
--Oh, eres tú
El gato blanco era quien le hablaba
--¿Qué tipo de gato eres? Nosotros siempre caemos de pie- dijo burlón
--Jaja, si, pero no fui muy rápida
Los humanos solo escuchaban maullidos de parte de los mininos
--Parece que se llevan bien- dijo la niña
--Así parece- dice la madre
--Señorita gatita- dice el padre llamando la atención de Penelope- ¿Le gustaría acompañarnos en la comida?
Penelope movió la cola de un lado a otro aceptando. Finalmente después de 2 años de vivir de pescado u otra cosa, podía comer comida de gato
--Parece que lo disfrutas- dijo el Erik, el gato blanco
--Por supuesto, hace 2 años que no comía comida de gato
--Eso es un laargo tiempo
--Mucho realmente
--Pues disfruta, se te va a complicar cazar- señaló la pata vendada
Penelope sonrió apenada
--Eso parece, no importa -admitió- Tengo mis trucos
--Eres una gatita muy extraña Penelope
--Lo tomare como un cumplido
--Claro
Después de un rato era la hora de despedirse. Como pudo Penelope se frotó contra los humanos como agradecimiento
--De nada gatita- dijo la niña
--Que lastima que no podamos llevarte con nosotros, muy apenas podemos tener un solo gato- dijo la madre
--Pero me alegra poder ayudarte con tu pata- dijo el padre
Penelope maulló agradecida y volteó a ver a Erik quien se despidió. La familia se alejó y Penelope cojeando intento regresar a su árbol
--¿Porqué tuve que alejarme tanto?- se regaño
Su Árbol estaba lejos, tenía que pasar por la colina antes de llegar a él. Intentó poder ir mas rápido, pero la pata le dolía, a saltitos empezó a subir la colina.
Pepe le Pew no había podido dormir por haber pensado en esa zorrilla que lo volvía loco
--La señorita Penelope sabe escabullirse muy bien, creo que le gusta mucho jugar a las atrapadas- dijo
Se imaginó a Penelope escondiéndose de él, que él la encontraba y ella caía en sus brazos.
Penelope sintió mucho calor de repente, un estanque estaba a unos metros mas adelante. Sin importarle nada entró al agua refrescándose un poco, la franja blanca había aparecido, pero no parecía importarle mucho, lo único que quería era refrescarse. Bebió un poco de agua, aun había mucho camino que recorrer.
Pepe caminó hacia la colina, pues casi siempre había encontrado a Penelope por allí.
--¿Querida, estas aquí?- preguntó llegando
Unas respiraciones rápidas y cansadas se oyeron, una silueta apareció, Pepe reconoció la franja blanca
--¡¡Penelope!!- gritó feliz
Pepe fue hacia ella, ella se volteó a verlo un poco asustada. Pepe paró en secó al ver la venda en su pata
- Darling, ¿Qué fue lo que te paso?- pregunto preocupado y acercandose
Penelope volteó a ver su pata
--Un accidente- dijo- Me tengo que ir
Penelope intento seguir, pero Pepe no se lo permitió, acercándose a ella
--No, no, no, no, no- negó- Te harás mas dañó
--Pero realmente tengo que volver a casa- insistió
--Te acompañaré
--Pero...
Pepe le puso un dedo en sus labios para callarla con dulzura.
--No es malo aceptar ayuda, querida
Pepe la cargó en forma de recién casados, a lo cual, Penelope se sonrojó
--Pepe... -dijo nerviosa
Pepe se ruborizó, era la primera vez que Penelope decía su nombre
--Tranquila Darling. Dime donde esta tu casa, y yo te llevaré
--Yo...
Penelope no sabia si decirle, ese zorrillo era su acosador y obvio no quería que su acosador supiera donde vive, esa era una regla básica
--¿Darling?- preguntó sacándola de sus pensamientos
--Lo siento...me quedé pensando
--¿Donde vives?- preguntó una vez más
Penelope no respondió por unos segundos
--Un poco mas allá de la colina hay una madriguera abandonada, podré quedarme allí hasta que mi pata se cure- dijo viendo el piso y volteó a ver a Pepe- No es conveniente que regrese a mi casa original ahora- respondió
--Bien, vamos- dijo feliz a pesar de que no le dijo la dirección original de su casa
Penelope se recargó en el pecho de Pepe, nadie la había tratado así y era muy extraño para ella
--¿En que piensas Darling?- preguntó Pepe
--Nadie me había tratado así
--Para eso estoy yo- dijo coqueto
Pepe y Penelope desaparecieron entre los arboles mientras se dirigían a la madriguera.
Y por primera vez Penelope no se quejo del olor de Pepe
Continuará...
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